Relatos desde el
Camino de Santiago
Santo Domingo de la Calzada
Amigos!
Un saludo desde Santo Domingo de la Calzada, que está celebrando estos días sus 900 años como ciudad.
Llevo recién 10 días de camino, me quedan unos 25, es decir algo así como tres semanas y media. Lo pienso y ¡no lo puedo creer!, es como MUCHO tiempo. Ya he pasado por tantos pueblos y lugares, y he visto tantas cosas que por momentos temo que no entren más cosas en mi cabeza… y sin embargo sí.
Hoy el día fue inmensamente largo. Nos levantamos al alba como siempre y nos desviamos hasta el monasterio-museo de San Millán de la Cogolla y luego de ahí nos vinimos a Santo Domingo de la Calzada, en total unos 35 km aproximadamente. Es mucho, créanme.
Esta pequeña ciudad es amable y la fiesta la hace atractiva. Los pueblos son más o menos todos iguales: una calle mayor con casas y palacios blasonados, calles secundarias con casas de poca monta, otrora de artesanos, y una, dos o tres iglesias (dependiendo siempre de la importancia del pueblo).
Santo Domingo viene preparando el jubileo desde hace años, así es que la iglesia está engalanada al máximo, restaurados los retablos y pulidas las piedras. Las casas más ricas tienen sus balcones vestidos con pendones de terciopelo y excepcionalmente con brocados; algunas también ostentan la bandera española. Por estas casas pasó hoy a la tarde la procesión, unas andas de plata sostenían una imagen barroca del santo (con su gallo y su gallina, obviamente), y seguía una carreta tirada por bueyes con múltiples campanas en el yugo, lo que daba una sonoridad agradable al paso.
Tras el santo iban algunos pendones y luego la gente, bailando al son de bandas, mayormente de chirimías y tambores. La música es ordinaria, pero la algarabía es contagiosa y hay mucho colorido. Las crónicas de fiestas barrocas que tanto he leído se hacen, de pronto, realidad. La gente aquí es, evidentemente, muy conservadora de tradiciones y celebraciones.
Mañana es mi cumpleaños y parto temprano hacia Beldorado. No sé qué me depare el día (como todos los días) y no sé qué tal sea ese pueblo. Hasta ahora NINGUNO me ha decepcionado, y es más… la cosa parece mejorar a medida que nos acercamos a Compostela.
Me encanta leer sus mails, y me entanta también que reenvíen los míos (¡wow!). Sigan escribiendo, casi todas las noches me conecto unos minutos mientras descanso.
Besos y abrazos
Ramiro
Ramiro Albino
Músico, periodista y especialista en comunicación visual. Desarrolla una extensa labor de estudio y difusión de la música preclásica, con especial interés en el repertorio colonial americano, a través de su actividad artística y pedagógica que lo ha llevado por toda la Argentina y numerosos países de Europa y América. De manera paralela se dedica a la docencia y a la investigación, y colabora con importantes medios de Buenos Aires. En Instagram y Twitter: @ramiroalbino