La sutil bondad del Imperio Británico
Carta del Instituto de Investigaciones Históricas, Políticas y Estratégicas Malvinas, Patagonia e Islas del Atlántico Sur (2 septiembre de 2020) para la Señora Ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación Dra. Elizabeth Gómez Alcorta
Nos dirigimos a Usted para manifestarle nuestra mayor consternación, perplejidad y profundo desagrado, ante su publicación en una red social, comunicando la reunión virtual sostenida con el Embajador Mark Kent, representante del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en la República Argentina.
Comprendemos que nuestro país sostiene relaciones políticas y diplomáticas con todos los países del mundo y que hay temas de la agenda gubernamental que requieren de coordinación internacional. No obstante, la permanente intransigencia británica a acatar la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) N° 2065 (XIV) y demás resoluciones concordantes y complementarias, entendemos que obligan a considerar la relación bilateral con los representantes de la potencia que ocupa ilegítimamente nuestros territorios en el Atlántico Sur, de manera prudente y acorde a la Disposición Transitoria Primera de nuestra Constitución Nacional.
En su primera publicación en las redes sociales, no se hizo referencia alguna al reclamo argentino por la soberanía sobre nuestros territorios ocupados. Sólo cuando por las mismas redes se expresó el malestar por esa omisión, Usted –muchas horas más tarde-, volvió a publicar por el mismo medio, la aclaración que se había efectuado “el reclamo de nuestras islas Malvinas y la necesidad de encontrar una solución diplomática a la controversia, como indican las Resoluciones de Naciones Unidas”. El término “controversia”, es comúnmente usado en el lenguaje diplomático internacional. Sin embargo, tratándose de una funcionaria nacional, que no desempeña funciones diplomáticas, ese término puede interpretarse en forma ambigua por la contraparte usurpadora. Para todos los argentinos no existe una “controversia”, sino lisa y llanamente, una ocupación ilegal, la usurpación de nuestros territorios australes por parte de las autoridades británicas que fungieron como anfitriones en vuestro encuentro.
Sea como fuere que hayan sucedido las comunicaciones con el Embajador británico, queremos expresarle nuestro rechazo ante lo que interpretamos como un acto imprudente, perjudicial para el interés consagrado en nuestra Constitución Nacional y contradictorio con los ejes definidos por el Sr. Presidente de la Nación, Dr. Alberto Fernández, quien ante la Asamblea Legislativa, reunida en el acto de su asunción, afirmó: “Nuestro hogar común tiene también una herida sangrando en lo más profundo de nuestro sentimiento soberano: la usurpación de Islas Malvinas, Georgias del Sur, y Sandwich del Sur”.
Esa herida sangrando es mucho más dolorosa para aquellas mujeres que, siendo veteranas de guerra, madres, viudas, hermanas o hijas de aquellos jóvenes que perdieron sus vidas defendiendo la Soberanía argentina en las trincheras de Malvinas, en los combates aéreos, en el crimen de guerra que supuso el hundimiento del Crucero A.R.A. “Gral. Belgrano” y que, sin embargo, no parecen merecer de Usted y de quienes la acompañaron, ninguna empatía con sus sentimientos ni sus derechos humanos, pisoteados por la prepotencia colonial.
¿Qué “agenda común” y qué reivindicación de los derechos de las mujeres se pueden desarrollar con aquellos que mantienen una fuerza militar en nuestro Atlántico Sur, amenazando la paz en toda la región? ¿Qué “cooperación” pretende obtener de aquellos que no trepidaron en asesinar a 323 tripulantes del Crucero A.R.A. “Gral. Belgrano”, sólo para satisfacer la necesidad política del gobierno conservador que armó la más importante flota naval después de la Segunda Guerra Mundial para invadir nuevamente territorios que nos corresponden? ¿Alcanza la “sororidad” profesada por la Sra. Ministra, a la criminal de guerra Margaret Thatcher, por el simple hecho de ser mujer? ¿Qué objetivos de solidaridad supone que obtendrá su cartera de las autoridades británicas, mientras instrumentan año tras año el saqueo de nuestros recursos pesqueros, minerales, hidrocarburíferos y otros recursos estratégicos, que podrían beneficiar al conjunto de la comunidad nacional con un auténtico desarrollo económico y generación de empleos para miles de argentinas y argentinos?
Entre quienes suscribimos esta nota, se encuentran veteranas de guerra de Malvinas, familiares de los caídos en el conflicto armado de 1982 y también personas que libramos, desde distintos ámbitos políticos, sociales, académicos y culturales, la lucha por la igualdad de derechos de las mujeres, pero sin escindir esa lucha de la emancipación nacional; porque, como aprendimos a lo largo de nuestra historia “nadie se realiza en una comunidad que no se realiza”. La lucha por la igualdad de las mujeres, la justicia social y una vida digna para todas y todos los que habitamos este suelo es necesariamente anticolonial, señora Ministra.
Por eso le solicitamos, en nombre del necesario y urgente proceso de emancipación de las mujeres argentinas y de la comunidad nacional en su conjunto, una disculpa pública por el daño producido y el cese de este tipo de acciones de subordinación a la fuerza de ocupación colonial.
(*) Carta enviada por el Instituto de Investigaciones Históricas, Políticas y Estratégicas Malvinas, Patagonia e Islas del Atlántico Sur perteneciente a la Universidad Nacional de Lanús.
Firman: Iciar Recalde, docente UNAJ – UNLA – UNLP / Celia Bruzzoni, Lic. en Ciencias Políticas UBA, docente universitaria / Romina Rocha, escritora, analista política / Mónica Cordero, arquitecta, coautora del proyecto del Monumento a Héroes de Malvinas del Cementerio de Darwin / Siguen varias firmas más.
Sorprendió a muchos el anunciado encuentro virtual de la Ministra de Mujeres, Género y Diversidad Dra Isabel Gómez Alcorta con el embajador de Gran Bretaña en la Argentina, Mark Kent.
Conociendo la labor encomiable de la doctora Gómez Alcorta en la defensa de la dirigente de la agrupación social Tupac Amaru, Milagro Sala, desde el primer día de su injustificada prisión. Viajando a la provincia de Jujuy y presentando cuanto recurso fue posible, reuniéndose infinidad de veces con los familiares, seguidores y defensores de la dirigente; presentando recursos escritos ante la justicia de Jujuy. Alcanzó un prestigio profesional que quizá (creemos) ha influido decisivamente en su designación como ministra para la difícil tarea de visualizar la defensa y derechos de las mujeres y la diversidad sexual. De ahí la tremenda sorpresa que produjo este insólito encuentro.
Si bien el mismo fue virtual, tiene gran importancia dada la impronta que impone la pandemia y su respectiva cuarentena. El citado encuentro llevado a cabo durante el mes de agosto pasado, partía de la convocatoria de la ministra para “trabajar en una agenda común” con el embajador británico en la Argentina.
Ya en el mes de febrero del presente año el Observatorio Julieta Lanteri, de la ciudad de Buenos Aires, había convocado a una “Jornada de formación de formadorxs” (asi escrito) propiciando la igualdad de género con el auspicio además de la entidad convocante (mostraba un “flayer”), estaba FUNDECO y al lado el escudo de Gran Bretaña con la leyenda Embajada Británica en Buenos Aires. O sea que auspiciaba este encuentro. Si bien vale destacar a los derechos e igualdad de la mujer, a través de la “cuestión de género”, reivindicación histórica que nos merece el más grato y cálido apoyo ¿qué tiene que hacer la embajada británica o el embajador en estos encuentros? ¿O es que ensayan una intromisión en la política del Estado argentino, haciéndolo en un ámbito que aparentemente no puede generar rechazos?
En las redes sociales, miembros del Observatorio Malvinas de la Universidad Nacional de Lanús, han denunciado que el embajador Kent también ha sostenido reuniones con el Secretario de Minería Alberto Hensel, quien declaró que se le darán todas las facilidades a inversores británicos en materia de minería en nuestro país.
Todo esto resulta inaudito siendo que el Imperio Británico ocupa por usurpación una porción importante de nuestro territorio, no solo por las Islas Malvinas, Sandwich y Georgias de Sur, sino por el amplio espacio marítimo perteneciente al Mar Argentino donde explota el petróleo por medio de concesiones que otorga para instalación de plataformas y los permisos a barcos pesqueros que entran por Malvinas y luego avanzan sobre nuestro mar realizando pesca ilegal.
Desde el 1 de enero de 1833 en que los ingleses ocuparon las Islas Malvinas, muchos han sido los reclamos argentinos desoídos por el gobierno británico, incluso las directivas de las Naciones Unidas que obligan a nuestro país y a este imperio a iniciar un diálogo para alcanzar un acuerdo. Quedan también en la memoria de los argentinos las secuelas del enfrentamiento armado a partir del 2 de abril de 1982, con el presente recuerdo de una reivindicación de soberanía nacional, imposible de borrar como objetivo histórico de nuestra Patria, que siempre cuenta con la solidaridad latinoamericana, cada vez que desde nuestro país se acentúa el reclamo.
Es indudable que después del “Brexit” (salida) producida por Gran Bretaña respecto de la Unión Europea, el viejo imperio intenta posicionarse en un contexto mundial que se encamina hacia un mundo multipolar y pareciera que quiere hacerlo volviendo a sus hábitos “victorianos” o sea afirmando su condición imperial dominante. En ese sentido su presencia en nuestro país fue una constante desde “las invasiones inglesas” de 1806 hasta nuestros días, en una compulsa con momentos donde afirmamos nuestra soberanía frente a su agresión.
Desde aquella heroica reconquista de 1806 y 1807, aún bajo dominio español, pasando por el combate de la Vuelta de Obligado en 1845, la llamada Guerra de Malvinas en 1982, llegando hasta nuestros días, nos oponemos y resistimos a su intromisión en los asuntos internos y en la política de nuestro Estado.
Mucho nos queda por recorrer para alcanzar la independencia definitiva, legado de nuestros libertadores del siglo XIX, la que con los sacrificios que sean necesarios seguro obtendremos, para afirmar definitivamente nuestra condición de país soberano.
Alfredo Caferatta
Docente jubilado. Integrante de Carta Abierta. Militante social y político.


