Sectarismo versus catolicismo (¿versus?) 10
Comenzamos nuestro capítulo 9 con más referencias a la década del sesenta y a hechos políticos y culturales acaecidos entonces, que marcaron el regreso provisional del catolicismo a sus orígenes. Nos faltó hacer mención al paralelo que hubo, en ese tiempo y desde la Segunda Guerra Mundial, entre ese cambio dentro de la Iglesia, con el auge de los “populismos” en el Tercer Mundo, peronismo incluido.
Entre quienes patrocinaron la edición del libro El fenómeno humano al morir Teilhard de Chardin se encuentran varios prestigiosos líderes nacionalistas africanos (Leopold Senghor, por ejemplo) de post-guerra y científicos de la talla del Abate Brueil, Julian Huxley, George Gaylord Simpson, Arnold Toynbee, G. Von Koenigswald, Albert Vandel (bioespeleólogo, para más datos y perdón por la visión individual) y hombres de letras destacados como Andrè Malraux. Y muchos más.
La post guerra, la aparición de dos superpotencias hegemónicas, enfrentadas, llevó a muchos pueblos no sólo a gobernarse a sí mismos, sino también a pensar por sí mismos. No pensar o pensarse desde la política, sino también desde una antropología filosófica nueva y antigua a la vez. No pensar a América desde el primer mundo (como proponía Rodolfo Kusch), sino pensar al mundo desde América, o desde Asia, o desde África.
Ya vimos que en 1968 los pueblos se expresaron, pero desde adentro, desde sus vivencias, no desde los libros. El Mayo Francés cuestionó al capitalismo desde adentro del capitalismo y en las calles se enarbolaba la figura del Che Guevara, muerto pocos meses atrás asesinado. La Primavera de Praga intentó hacer lo mismo dentro del bloque comunista. Ese mismo proceso se estaba dando también dentro de la Iglesia Católica.
Al llegar al año 1968 parecía que la religión comenzaba a dejar de ser “el opio del pueblo” para convertirse en fermento revolucionario; entonces, el paraíso ultraterreno era posible en ésta vida, la única, eterna y en evolución constante. El año anterior había ocurrido el asesinato del sacerdote colombiano Camilo Torres, pero en el ’68 se realizaba la Conferencia Episcopal de Medellín, convocada por el Vaticano (Paulo VI) pero donde la agenda fue armada por los propios latinoamericanos. Paulo VI, el mismo que en Populorum Progressio llegó a justificar la lucha armada contra las tiranías, dejaba que el fuego empezara a calentar desde abajo, como decía Martín Fierro y repetía constantemente Jaime De Nevares.
Eran tiempos en que un teólogo chileno ya estaba trabajando en una “Biblia Latinoamericana” la cual sería publicada en 1972 y luego despertaría polémicas, no por su traducción, sino por sus comentarios… por ejemplo, una foto de Nueva York en la que se la mostraba como la nueva Babilonia. El opio del pueblo ya no adormecía sino que despertaba.
Durante ese mismo año 1968 se conocía también otra película cercana en sus inquietudes a Las Sandalias del Pescador, que comentamos anteriormente: “2001 Odisea del Espacio”, de Stanley Kubrick, en base a una novela de Arthur Clarke, el mismo del cuento “Los 9.000.000.000 millones de Dios” cuento escrito en 1953 pero donde también se ponía en duda la eternidad del hombre y la pretendida superioridad de su ciencia.
En “2001…” se exaltaba la sinfonía “Así hablaba Zaratustra” de Richard Strauss inspirado, a fines del siglo XIX, en la obra de Friedrich Nietzsche, quien había decretado la muerte de Dios y anunciado el advenimiento del superhombre, todo ello más criticado que leído por detractores varios. Esa música no fue elegida al azar por Kubrick.
En cuanto a Nietzsche y su influencia, Zaratustra en Persia-Afganistan y Akhenaton (antes Amenofis IV) en Eqipto se disputan hoy los derechos de autor de haber sido los verdaderos creadores del monoteísmo (hace treinta y dos siglos), dualista en el primer caso (su cercanía a China lo hacía inevitable), patriarcal en el segundo. Hay quienes dicen que Moisés en realidad fue un egipcio formado en el círculo de Akhenaton. Quizás sea así.
Algunas perlitas de Nietzsche-Zaratustra: “La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta: lo que en el hombre se puede amar es que es un tránsito y un ocaso”. “¡Será posible! ¡Este viejo santo en su bosque no ha oído todavía nada de que Dios ha muerto!”. “Yo os enseño el superhombre. El hombre es algo que debe ser superado. ¿Qué habéis hecho para superarlo?”. “El hombre es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre, una cuerda sobre un abismo”.
Venía, entonces, de fines del siglo XIX eso de pensar, como proponía Teilhard, que no somos la cumbre de la Evolución.
Lo cierto es que ya estaba latente, en los ’60, la idea de que un hombre nuevo, o superhombre, o como lo queramos llamar, era necesario. O al menos era necesario ir pensando en eso. En el caso de la película “2001…”, hay una referencia directa a la intervención extraterrestre en la evolución humana (¿“El medio divino” de Teilhard?), al tiempo que se desecha por completo que el “hombre nuevo” fuera a ser la inteligencia artificial… La lucha victoriosa del protagonista principal con la supercomputadora HAL, que controla la vida a bordo de la nave espacial y quiere abortar la expedición hacia lo ultrahumano, indica claramente que el autor no piensa que ese sea el camino hacia la creación consciente de una nueva Humanidad, sino todo lo contrario.
Quedan descartadas de nuestro razonamiento, obviamente, la “lucha de razas” del fascismo, la “lucha de clases” como único motor de la Historia, y diríamos la “lucha de sexos” que planteaban algunas feministas de los años ’80 en Estados Unidos (a algunas aún no se les fue el maleficio).
La creación consciente, no azarosa, de una nueva Humanidad… ese era el espíritu de aquella década, y ese espíritu era motivo de debates incluso dentro de las escuelas secundarias, doy fe.
Como la materia “inerte” y la vida, las ideas evolucionan, y Teilhard entonces se encontró, en su búsqueda de lo nuevo por venir, entre varios fuegos cruzados: por un lado el dogma católico que negaba la evolución, por el otro el dogma stalinista y por otro la fe ciega en una “ciencia sin conciencia” que reivindicaría al neoliberalismo.
Allí optó por la dialéctica, única posibilidad de dejar fluir la Evolución. No la dialéctica fría del materialismo histórico ni la Fenomenología del Espíritu de Hegel, sino la dialéctica del Yin-Yang, donde materia y espíritu no están escindidos, ni hay oposición entre lo masculino y lo femenino, entre lo luminoso y lo oscuro, lo activo y lo pasivo. Las partes llevan dentro de sí el germen de su contrario.
Hoy, el jesuita Francisco diciendo que aun los ateos tienen espíritu es lo contrario del padre “Pato” Gómez diciendo que los indios no tenían alma. Eso queda claro, ¿no?
Por aquel tiempo se destacaba la figura de otro pensador católico, sacerdote, pero belga, Charles Moeller, inspirador de cursos de pastoral Juvenil de fines de los ’60, principios de los ’70 en Argentina. Por su obra había sido invitado a participar de las sesiones del Concilio Vaticano II y es citado por teóricos comunistas que vieron en él, en Teilhard y otros, la oportunidad de un diálogo entre cristianos y marxistas … como se describe en Las Sandalias del Pescador.
Charles Moeller era casi discípulo de otro teólogo (Baudouin), que predicaba la unión de las iglesias mundiales. Eso lo llevó a ordenarse sacerdote en 1937. Fue docente en la Universidad de Lovaina (donde había estado estudiando el sacerdote colombiano Camilo Torres).
Moeller dictó conferencias para comentar obras de autores condenados por la Iglesia: Franz Kafka, Aldous Huxley, André Gide, etc. Albert Camus le escribió una carta de agradecimiento, al tiempo que la Iglesia lo censuraba, pero paralelamente se sentía seducido por esa apertura. Como luego ocurriría con Jaime De Nevares quien, según el padre Ruben Capitanio, era más querido por los ateos que por los creyentes en su diócesis de Neuquén.
Debido a su capacidad como teólogo, Moeller fue invitado a formar parte del Concilio Vaticano II, donde tuvo una participación destacada en la redacción del Esquema XIII, “La Iglesia en el mundo”, trabajo del que surgiría la encíclica Gaudium et Spes. Falleció en Bruselas, en 1986.
En los ’50 Moeller comprendió, entre muchas otras cosas, que el marxismo enarbolaba banderas de liberación y justicia social que en sus orígenes habían sido cristianas. La Iglesia ya estaba en alerta contra ese “peligro rojo”, pero hasta entonces no veía la propia culpa en el surgimiento de ese “enemigo”.´
Una frase que fue motivo de muchos debates es más o menos ésta (resumida): “cuando la Iglesia abandona el mensaje de las Bienaventuranzas, otros tomarán ese mensaje y lo usarán para atacar a la Iglesia”. De esa manera comprende que, si la Iglesia sirve a los ricos, es comprensible que el marxismo termine diciendo que “la religión es el opio del pueblo”, porque efectivamente lo es. Si la Iglesia no se hace cargo de esa falla, si no hace autocrítica, si no vuelve a las fuentes, a los orígenes, seguirá siendo “opio” para adormecer la conciencia de los oprimidos con la promesa de un “Paraíso post mortem” que no existe y es sólo para desalentar las luchas en este mundo, para blindar a los ricos contra los pobres… lo contrario de lo que hacía Cristo.
Por eso es que la Teología de la Liberación, los Sacerdotes del Tercer Mundo, los Curas en la Opción por los Pobres; no tenían ni tienen miedo de usar lenguaje “marxista”, simplemente porque Marx no hizo más que traducir a lenguaje científico las Bienaventuranzas, el Sermón de la Montaña.
Si quisiéramos traducir la frase de Moeller al peronismo básico, y teniendo en cuenta el abandono del ecologismo pregonado por Perón en los ’70, diríamos que “el peronismo abandonó sus banderas ecologistas y ellas fueron tomadas por el trotskismo y usadas para atacar al propio peronismo”.
Toda semejanza con la realidad política mendocina es pura coincidencia.
El peronismo argentino dice inspirarse en la Doctrina Social de la Iglesia, pero no aclaró aún de qué Iglesia, si la del Instituto del Verbo Encarnado o la de De Nevares o la de Teilhard o Moeller.
Todo evoluciona: la materia inerte, la materia viva, el intelecto, el espíritu, la cultura, la religión, pero la política parece que todavía está anclada a los pensamientos dogmáticos.
Volviendo al presente, por eso resulta difícil de comprender (de aceptar más bien), que transcurrido medio siglo desde aquellos hechos, hayamos tenido que escribirle, en junio de 2014, una carta al entonces gobernador Francisco “Paco” Pérez, que tampoco pareció nunca haberse enterado de qué se trataba el peronismo en el Nuevo Mundo.
“Estimado Gobernador Pérez:
“Acabo de escuchar en la LV 19 de nuestra ciudad (Malargüe), al sacerdote católico Ramiro Saenz (Instituto del Verbo Encarnado), a cargo del Colegio San José, primario, secundario y terciario, y me hago un deber escribirle en forma abierta sobre lo que escuché.
“El sacerdote mencionado estaba festejando la entrevista que tuvo con Usted el día de la inauguración del Hospital Regional, la semana pasada, y dijo que usted le había prometido una ayuda financiera para ampliación de las instalaciones de ese colegio PRIVADO y para la creación de una tecnicatura, y que dicha ayuda esta trabada desde hace mucho tiempo “por razones políticas” (sic).
“Dijo además que Ud. volvería a Malargüe en fecha próxima, y que en esa ocasión Ud. vendría ya con la solución al problema y que entonces el sacerdote aprovecharía la oportunidad para pedir un nuevo subsidio para su colegio.
“Estas declaraciones son contraproducentes en un medio donde hay escuelas públicas que no son refaccionadas y donde además se han verificado casos de violencia contra los alumnos por parte de docentes allegados al poder y allegados también al Instituto del Verbo Encarnado.
“Son contraproducentes cuando hemos constatado que en casi todas las escuelas hay aún crucifijos católicos en las aulas, y en algunas, la mayoría, se obliga a los niños a rezar oraciones católicas a la hora de la merienda.
“Toda ayuda a este colegio privado (donde la educación es una mercancía) en desmedro de la educación pública (donde la educación es un derecho humano fundamental), puede resultar irritante para quienes apoyan a este Proyecto Nacional y Popular, ello por cuanto además en dicho establecimiento privado:
“- Se reivindica la Doctrina de la Seguridad Nacional (el hecho más reciente fue el haber organizado, en la Feria del Libro local, una conferencia contra el garantismo y contra el supuesto “abolicionismo” -reforma del Código Penal- …el mismo día en que usted estaba inaugurando la jornada de Militancia en el Centro de Convenciones de nuestra ciudad capital)”.
“- Se justifica en clases, el exterminio de Pueblos Originarios durante la Conquista.
“- Se justifica la discriminación contra los homosexuales.
“- Se reivindica el genocidio ocurrido en tiempos de la última dictadura.
“- Se prohíbe hablar de la Teoría de la Evolución y la Teoría del Big Bang, “por ser contrarios a la única teoría válida, la Teoría de Adán y Eva” (sic).
“- Se afirma que es “10.000 veces peor blasfemar contra Dios que violar a una hija” (sic).
“- Se practica la censura contra determinados artistas y pensadores.
“- Se practica la violencia psicológica contra niños y docentes de distintas creencias (18/06/2014).
“Por todo ello respetuosamente solicito a Ud. que no de curso a ningún pedido de apoyo de este tipo, hasta tanto se aclaren estas situaciones aquí expuestas y hasta tanto dicho colegio pueda ser controlado en los contenidos que ofrece a sus alumnos”.
A ver si adivinan ¿cuál fue la respuesta del Gobernador? Ninguna.
Por eso en la próxima volveremos a la carga con el pensamiento de Teilhard y su tiempo, para que quede bien en claro lo atrasados que estamos en materia cultural y política en Malargüe, y en Mendoza, sobre todo porque no se entiende aún la diferencia que hay entre el Amor y la crueldad, entre otras cosas.
Columnista invitado
Carlos Benedetto
Museólogo, jubilado docente y presidente de la Federación Argentina de Espeleología. Escritor y periodista. Miembro de la Comisión de Ambiente del Instituto Patria. Director del quincenario Sin Pelos en la Lengua, Malargüe.