La neocolonización, un drama de nuestro tiempo
Parece increíble , pero el avance de las corporaciones financieras sobre los estados alcanza, a más de veinte años de iniciado este siglo, un nivel no calculado por observadores y dirigentes políticos de todo el mundo. Se presenta en el texto testimonial que sigue un simple ejemplo, donde se demuestra el embrión de esta conducta por parte de grupos financieros de Wall Street (EE UU), en el caso de sus requerimientos para con la Argentina. Esta actitud se ha multiplicado desde ese 1986, que indica el texto, y los grupos financieros han aumentado su poder de concentración de capitales, los que no ponen al servicio de la producción industrial y científica, sino que los han utilizado para extorsionar usurariamente a los gobiernos.
“El primer caso que involucró a nuestro país, sentó un precedente fundamental sobre el carácter de las actividades de emisión de deuda. En 1986, al vencimiento de una serie de títulos públicos en dólares estadounidenses (Bonods) emitidos durante la dictadura, el gobierno democrático de Alfonsín manifestó no contar con las reservas para hacer frente a los pagos y unilateralmente forzó una restructuración al sustituirlos por otras obligaciones.
“Dos corporaciones panameñas y un banco suizo que poseían Bonods por USD 1.300.000 iniciaron una demanda en los tribunales de Nueva York. Como estado extranjero, la Argentina alegó en su defensa la inmunidad soberana. Sin embargo, tanto la primera Instancia, como la Cámara de Apelaciones y la Corte Suprema de Justicia de los EE.UU. dictaminaron en contra del país.
“El fallo, que sentó jurisprudencia, sostuvo que la emisión de bonos, independientemente del propósito de la misma, es una actividad comercial en los términos de la FSIA y que la postergación unilateral de los pagos es una “actividad comercial conexa”, que tiene un efecto directo sobre los Estados Unidos, debido a que allí se realizaban los pagos.
“Para los jueces, ya que el estado argentino al emitir los bonos había actuado al igual que un privado en un mercado y no como un regulador, no podía invocar la inmunidad (Kupelian y Rivas, 2014). Desde entonces, tanto la colocación de bonos como la cesación de pagos dejaron de ser considerados como actos soberanos y se equipararon con las actividades comerciales de agentes del sector privado.”
María Eugenia Val
El accionar de los “fondos buitre”:
una caracterización a partir del
conflicto con la República Argentina
Revista de la Universidad Nacional de La Plata
Tal como bien lo demuestra el texto, el estado norteamericano desconoce la inmunidad soberana de la República Argentina a favor de grupos financieros que operan en tribunales de Nueva York. Si bien no son fondos de origen estadounidense específicamente, bien podemos deducir que los residentes en Panamá sí lo son , ya que Panamá es una base de operaciones de distintos intereses norteamericanos, lo que es de notorio conocimiento. Además se presentan los tribunales neoyorquinos como base de operaciones para los reclamos de grupos financieros que lo requieran, de cualquier parte del mundo.
En nuestros días la internacionalización del capital financiero ha alcanzado un desarrollo notable. Y precisamente sobre la base operativa de los tribunales de Nueva York, han formado una “hermandad” internacional para saquear las finanzas de cuanto estado débil o en apremios económicos haya en la Tierra. Conocidos popularmente como “fondos buitres” compran bonos emitidos por los países, quienes al no poder pagarlos en término, hacen que caiga su valor y ahí aparecen los “buitres”. Los compran a bajo precio para después cobrarlos con prepotencia a su valor real con la carga de intereses usurarios que según ellos corresponde. Verdaderos chupasangre de los pueblos. Esta conducta ha sido una constante en los últimos veinte años del siglo pasado y continúa en éste.
Esta operatoria, entre otras, le sirvió para acumular capitales y lanzarse a otras inversiones. El Fondo Monetario Internacional (FMI), paradógicamente dependiente de las Naciones Unidas, fue y es un organismo títere de estos grupos.
Allá donde hubiera un negocio de movimiento masivo de gran cantidad de divisas, iban y compraban acciones o empresas enteras para sostenerlas u operarlas en lo financiero. El movimiento de cereales, la minería a gran escala, el petróleo, la energía en general; bancos, automotrices, software, grandes industrias en lo naval, aéreas y de alto desarrollo tecnológico, la industria farmacéutica. O sea, en todo lo fundamental que hace a la productividad que abastece el necesario consumo de la humanidad.
Claro está que es importante destacar que estos fondos se apoyan en los grandes estados de occidente, los hegemónicos, los imperialistas, en particular en Estados Unidos y Gran Bretaña y desde allí actúan para apoderarse de bienes y divisas de los países periféricos. Consideran a los estados nacionales como un estorbo a sus intereses, cuando éstos pretenden hacer valer su soberanía, apoyando el golpismo, el lawfare o la corrupción de su dirigencia política. Luego de la crisis económica de 2008, que afectó fundamentalmente a los países hegemónicos, estos estados cedieron a los grandes bancos (base de operaciones de los citados grupos financieros), casi todas sus reservas de miles de millones de dólares. Así se demostró una vez más que estos fondos financieros tienen a los grandes estados como subordinados.
Pero volvamos a la actitud de estos fondos con los países del tercer mundo, los latinoamericanos y en particular el nuestro. Con el antecedente de la actitud asumida frente al gobierno de Alfonsín, los “buitres” acometieron contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, luego que su antecesor -el de Néstor Kirchner- negociara la deuda caída del gobierno de De la Rúa. Logró una importante quita de intereses y pagarla casi en su totalidad, menos un 8% que quedó en manos de “fondos buitres” que se negaban a dar quita de intereses. Acosando al gobierno de CFK desde los tribunales de Nueva York, con las amenazas de embargos del tristemente célebre juez Griesa.
Llegaron a embargar la fragata insignia de la Armada Argentina, la “Libertad”, anclada en un puerto de Ghana, África. Finalmente todo fue destrabado gracias a la gestión del gobierno argentino ante el Tribunal del Mar a nivel internacional. Esta deuda fue mansamente pagada, en 2016, por el gobierno neoliberal de Mauricio Macri, y sus gestores se pavoneaban de haber pagado hasta el último centavo exigido, más un “pequeño regalo”, adicional que representaría sus comisiones de verdaderos “cipayos”. Todos los países tienen personajes que están al servicio rentado de estos capitales.
En nuestros días, las grandes empresas cerealeras, las megamineras, los grandes laboratorios, las petroleras de capital imperialista, los grandes bancos, todos ellos están cooptados por estos grandes capitales concentrados. Son sus dueños y desde allí contaminan, encarecen y por lo tanto empobrecen, sometiendo a la condición humana a sus intereses, llevando adelante el legado de un capitalismo suicida, que desprecia al ser humano y su ambiente natural en aras de sus ganancias siempre crecientes.
No nos agrada terminar así una nota, es preferible y por demás constructivo recordar a los pueblos que siempre con sus actitudes imprevistas has salvado a la humanidad de la sumisión definitiva a la que grupos de poder quisieron someterlos. En particular la Argentina y América Latina deberán volver sobre el legado de sus libertadores para consolidar la unidad con soberanía definitiva y lograr así el bienestar de su pueblo, desairando a quienes quieran someterlo.
Alfredo Caferatta
Docente jubilado. Integrante de Carta Abierta. Militante social y político