Viajes de vida
Suiza
Casi todas las escuelas de especialistas de la mente emparentan viajes con escapes y, en el mejor de los casos, búsquedas. En cualquiera de ellos ¿cuál sería el problema? La vida está es un movimiento constante y transformador. Porqué no podríamos -estas atemorizadas criaturas que somos- buscar otras respuestas.
Dejando el psicologismo de cabotaje a un lado, sólo en Suiza (Ginebra, su Capital) puede pasarte que luego de almorzar placenteramente en una fonda de calle, al salir adviertas que lo habías hecho frente a la que fue la vivienda del filósofo Jean-Jacques Rousseau, autor de El contrato social, tan recordado como polémico.
Viajar es transitar hacia el horizonte, que como bien sabemos siempre es inalcanzable. Sirve como objetivo, pero a medida que nos acercamos, se aleja. Ese juego, que tiene que ver también con la ilusión óptica de todo aquello que desde el afuera nos emparenta con el adentro, forma un todo con la aventura. Emocionarnos, también.
Las comidas, los paisajes, las costumbres. Los estereotipos, las formas de proceder, la cultura. En este sentido sabemos que Jorge fue a un museo, en esa Ciudad de Ginebra a la que arribó un domingo por la mañana. La limpia pulcritud citadina lo atormentaron al extremo de cargar con envoltorios de todo aquello que comía.
Parece aburrida de tan previsible y, como casi todo en el “viejo continente”, es un muestrario de arquitectura y diseños de todas las épocas. Sé fehacientemente, que mi amigo se solazaba frente a cada estatua o midiendo ochavas tan inesperadas como bellas, que daban ingreso a calles escondidas. Micro laberintos urbanos.
Ya en el trascurso de la estancia quizás olvidamos todo aquello que habíamos programado. Suele ser lo más recomendable, para que pasear juegue a ser sinónimo de disfrutar. A menos que hayás podido instalarte en una ciudad la cantidad de tiempo que consideres suficiente para conocerla… es como mejor decir ¡quizás toda la vida!
“Suiza (en alemán, Schweiz; en italiano, Svizzera; en francés, Suisse; en romanche, Svizra), oficialmente la Confederación Suiza (en alemán, Schweizerische Eidgenossenschaft; en italiano, Confederazione Svizzera; en francés, Confédération suisse; en romanche, Confederaziun svizra; y en latín, Confoederatio Helvetica), es un país sin salida al mar ubicado en Europa central y que cuenta con una población de 8.500.000 habitantes (2018). Suiza es una república federada de 26 estados, llamados cantones y cuenta con cuatro idiomas oficiales: alemán, francés, italiano y romanche. Berna es la sede de las autoridades federales, mientras que el sector privado del país está más desarrollado en las ciudades de Zúrich, Basilea y Ginebra. Suiza es el cuarto país más rico del mundo, según su PIB per cápita, con 83.718 dólares estadounidenses (2011).
“Limita al norte con Alemania, al oeste con Francia, al sur con Italia y al este con Austria y Liechtenstein. Se caracteriza diplomáticamente por su política de relaciones exteriores neutral, sin haber participado activamente en ningún conflicto internacional desde 1815. Suiza es sede de cuantiosas organizaciones internacionales, como la Cruz Roja, la Organización Mundial del Comercio, la Unión Postal Universal, la Unión Internacional de Telecomunicaciones, la Organización Mundial del Movimiento Scout, así como una de las dos oficinas de la ONU en Europa y de agencias especializadas de esta institución tales como la Organización Internacional del Trabajo o la Organización Mundial de la Salud. A su vez, es sede de la FIFA, máximo organismo del fútbol a escala mundial, y de la UEFA, mayor ente del fútbol europeo; también es sede del COI, máximo organismo encargado de la realización de los Juegos Olímpicos y de la FIDE, máximo organismo del ajedrez en el ámbito mundial; en sincronía con los anteriores entes, alberga al Tribunal de Arbitraje Deportivo. La fecha de su creación como Estado se fijó el 1 de agosto de 1.291 de acuerdo con la tradición. Debido a este motivo, cada año se celebra la fiesta nacional el 1 de agosto.
“Actualmente, se percibe como uno de los países más desarrollados del mundo. Por su política de neutralidad, el país alberga gran cantidad de inmigrantes provenientes de naciones de varios continentes, por lo que es considerado como uno de los países europeos con mayor diversidad cultural. Finalmente, es reconocida internacionalmente por su turismo de montaña y por sus relojes, chocolates, navajas, bancos, ferrocarriles y quesos. Zúrich, Ginebra y Basilea han sido clasificadas entre las diez mejores ciudades del mundo en términos de calidad de vida.
“El nombre Suiza proviene de Schwyz, nombre de uno de los cantones de Waldstätten que conformaron el núcleo de la Antigua Confederación Suiza.14 El topónimo del cantón data del año 972 y procede quizá del antiguo alto alemán Suittes, emparentado con el verbo swedan que significa «quemar, chamuscar» (afín al islandés svíða, danés y sueco svide «chamuscar»), haciendo referencia a la tala y quema mediante el cual se quema una zona boscosa para construir algunas viviendas allí (artiga). El uso del nombre para esta área se extendió para denominar a todo el cantón, y después de la guerra de Suabia en 1.499 gradualmente se utilizó para nombrar a toda la confederación. El nombre en alemán de Suiza para el país, Schwiiz, es homónimo al del cantón y su capital, por lo que para distinguirse se emplea un artículo determinado en d’Schwiiz para referirse al país y la forma simple Schwiiz para el cantón y la ciudad.
“El antiguo nombre del país, Helvetia deriva de la palabra Helvetii, una tribu celta que habitó en la meseta suiza antes de la época galorromana. La primera mención del nombre Helvetii data del año 300 a. C. Los nombres del neolatín Confoederatio Helvetica o Helvetia fueron introducidos cuando Suiza se convirtió en un Estado federal en 1848, remontándose a la República Helvética”.
Columnista invitado
Jorge Rodríguez Pinti
Actor, artista plástico, fotógrafo publicitario, de modas y artístico, conductor radial en FM Chatline para Bs. As. y docente. Muestras fotográficas: “Lo religioso, lo místico, lo divino”, “Momentos”, “Mujeres de tapa” y el multiespacio “”Futur/100”. También ha viajado por distintos países en un encuentro personal y tomando fotografías de distintos lugares del mundo, de lo que sobrevino su muestra de paisajes de distintas culturas urbanas. Actualmente se dedica a sus pinturas en acuarela y a la conducción radial. Ha trabajado con importantes directores teatrales de Mendoza y ha hecho giras con elencos locales recorriendo distintas ciudades de la provincia y Viña del Mar (Chile). También ha sido bailarín clásico en fiestas nacionales de la vendimia. Ha contado con el apoyo de Cultura de la Provincia, pero su obra esta orientada -en general- a la autogestión, desempeñándose como director, productor y puestista de sus muestras. Instagram: @nach.ito61