El duro testimonio de esta profesional es por demás ejemplificador de lo que acontece en el sistema sanitario. Quizás ella tiene la virtud de decir las cosas sin frases rebuscadas ni edulcoradas. Escribe bien y da a entender perfectamente todo lo que subyace a un dolor que se da por descontado en todos estos ámbitos.
Casi no hay adjetivaciones, no son necesarias. La fuerza de lo que dice está en ponerse por sobre cualquier significación. Esa una tarea de orden intelectual que, asombrados, hacemos todos los que somos anoticiados de lo que ocurre en las terapias intensivas. La emoción recurrente es la sorpresa ante lo que nunca pasaría.
Pero pasó. También a ellos les pasó y están entre la vida y la muerte. Si no se cuidaron, ya es demasiado tarde (dependiendo de cada caso). Quizás jugaron a sabérselas todas y a transitar con cara de suficiencia (y sin barbijo). Tampoco hay tiempo para el arrepentimiento, además de ser inconducente para enfrentar a la muerte.
“El dramático relato de una médica del Hospital Fernández sobre los casos en terapia intensiva
“Vanina Edul es médica intensivista en el Hospital Fernández. En su cuenta de Twitter se define como “Intensivista en extinción, próximamente cocinera”. Pero desde que empezó la pandemia es una de las personas que mejor sabe transmitir la tragedia humana que implica. Así lo hizo en un conmovedor hilo publicado este domingo:
“El relato completo
“Estas son historias detrás de los números. Discutimos si la letalidad es 2.47 o 2.74. La política y la medicina chocan de frente.
- “32 años, diabetes bien controlada. Te cuidaste. Ahora estás con máscara de oxígeno, solo pensando en la próxima respiración
- “59 años, artritis reumatoidea y unos kilos de más. Te voy a buscar a la guardia. No quiero ir a terapia doctora. Le temo al tubo. Tus hijos (6) te piden que aceptes. Cedés. Hace 1 semana que vas de prono a supino (las posiciones en que se coloca al paciente para que ventile mejor) y la hipoxemia no cede. Ojalá repuntes.
- “49 años. Y nada de enfermedades. ¿Cómo fue que te afectó así? No revierte tu cuadro. Ni en prono ni en supino. Sombrío el panorama. Ella sufre al teléfono. Quisiera consolarla con que mañana estará mejor. Menos de 50% de sobrevida me anudan la lengua y callo.
- “Embarazada. 36 años. Flaca. Hermosa. Plenitud total. Por suerte lo superaste. Esas 2 semanas me dormí suplicando… que mejore esa chica.
- “Doc, el Sr. no quiere intubarse… no puede más. Me pongo la escafandra. Te cuesta oírme. Resoplas con dificultad. Te miro seria a los ojos. Ok Doc. Lo que usted diga. Llamás al amigo del alma. Los papeles están ahí. Cuidame a la flaca. Vos sabías que no la contabas. Mi nudo en la garganta
- “Perdiste el laburo. 7 pibes. Te hacés uber para llevar COVID+. Te la pegaste. Tenías 45. Sano. Guapísimo. Que alguien me explique que en 3 semanas la enfermedad más las infecciones intrahospitalarias te dejarían los pulmones así. Una roca que no oxigena. Y nosotros useless. Y te fuiste. Y nos desgarra.
- “Médico top. En la cresta de la ola. 60 añoa. 50 días de internación. Sufriste mucho. Fue un desfile de cráneos opinando. Pero el trabajo silencioso de desconocidos novatos, enfermeras, kinesiólogos y 1 viejo sabio te reflotó. Te espera 1 año de rehabilitación. Con suerte. Lo que no mata debilita.
“Podes ser vos. Puedo ser yo. Tus seres más amados. Tu hij@, tu amig@, tu cucharita a la noche. Ayer estaba soñando. Toca seguir sin ellos. Así de rápido nomás, se lo lleva la pandemia. Pero son números y uno cree entender. Pero no entiende hasta que le pasa. Too late.
“¿Soy dramática? ¡Menos que la realidad! ¿Soy amarga? Un dulce de leche al lado de esta enfermedad. Solo quiero que sepas que hacerse el distraíd@ puede ser mortal. Cuidate y un sano consejo al oído: NO OIGAS A QUIEN POLITIZA DESTRUYENDO VIDAS. Después no te la devuelven.
“Página 12
“26 de abril de 2021”.