Vos y yo somos dos habitantes más de esta bendita tierra y lo más probable es que no tengamos idea del detalle finito de la amenazas para el ambiente. Es que siguen en la intentona destructiva contra la ley 7722. Hay mucho en juego, la vida de animales (nosotros también lo somos) y plantas, a partir de la contaminación del agua.
Por ello es que te doy a conocer este texto que circulaba por las redes y que uno de mis columnistas invitados, Carlos Benedetto, dio a conocer en su revista. Hay detalles, hay la terminología científica respaldatoria y un cúmulo de datos que aportan. La información es más que necesaria, por eso tratan que no te enteres de esto.
¿Alguna vez lo oíste al Gobernador hablarte de esto? ¿Lo viste al menos presentando a algún científico que te describiera con la sencillez y claridad con que se expone líneas abajo? Mal que me pese, vuelvo a decirte que a Suarez no le importamos ni vos, ni yo, ni su familia, ni sus amigos; por eso quiere meter megaminería y fracking.
“Soy Eduardo Picco, Ingeniero Químico, y fui Director de Gestión Ambiental en mi ciudad General Alvear, en Mendoza justamente en el momento en el que se dio toda la lucha del pueblo mendocino para conseguir la ley 7722, para que proteja nuestra agua y nuestro ambiente de los efectos devastadores de la minería metalífera a gran escala. También colaboré en la redacción de esa ley, por lo cual conozco bien al detalle el porqué de cada uno de los puntos que hoy se quieren derogar, y que tienen una importancia clave en la preservación del recurso hídrico en Mendoza.
“Por estos días se discute bastante el tema del cianuro, hay textos y audios circulando sobre el tema porque el cianuro es lo que aparece como lo más peligroso de la megaminería. Pero hay un tema que generalmente se soslaya, que son los drenajes ácidos mineros (que en la literatura técnica se denominan DAM). Estos drenajes ácidos ocurren por los grandes volúmenes de tierra desalojada y los grandes cráteres que quedan en las explotaciones megamineras.
“Normalmente donde hay oro, hay cobre, y el cobre se encuentra como sulfuros de cobre. Estos y otros sulfuros, de distintos minerales, piritas, calcopiritas, mucho sulfuro de hierro, quedan expuestos a la acción del oxígeno del aire, con el que reaccionan espontáneamente, y por una sucesión de reacciones empieza a producirse ácido sulfúrico en una cantidad importante. Una vez que se genera esta primera cantidad de ácido sufúrico de manera inorgánica, se modifica el pH del medio. Entonces en este pH ácido se empiezan a desarrollar algunas bacterias llamadas tiobacilos o sulfobacilos.
“Estas bacterias producen más ácido sulfúrico pero ahora en mucha más cantidad. A medida que pasa el tiempo las colonias van creciendo y se van combinando las reacciones producidas de manera inorgánica con las reacciones producidas por estos agentes biológicos. Así se producen toneladas y toneladas de ácido sulfúrico de forma natural en toda la zona de la explotación.
“¿Qué ocurre son todo este ácido sulfúrico? Empieza a percolar a través de las piedras y del suelo hasta que llega a alguna napa subterránea, o también puede escurrir hasta aguas superficiales. En su viaje, el ácido sulfúrico va reaccionando con todos los metales pesados que están presentes en el suelo (mercurio, plata, uranio, plomo…) y todo eso es transportado a través de las aguas subterráneas y superficiales hasta las zonas de consumo. Los metales pesados son terriblemente tóxicos para todos los seres vivos, peces, ganado, humanos, plantas…
“Pero las empresas mineras sacan su relación costo-beneficio sin internalizar en sus costos el costo ambiental que le dejan a la sociedad. En realidad se lo están externalizando a la sociedad, y sobre todo a las futuras generaciones. Porque esas explotaciones mineras van a estar siglos generando ácido sulfúrico y percolando metales pesados a las napas subterráneas a través de este agente que es el ácido sulfúrico.
“Entonces, no es solamente el cianuro en la minería y no es que se puede evaluar el beneficio de la explotación minera solo por el beneficio que obtienen las empresas y de lo cual a los gobiernos y poblaciones locales no les queda prácticamente nada después que termina la explotación. Lo que les queda los drenajes ácidos mineros, los diques de cola con cianuro, ácidos y otras sustancias peligrosas.
“El pueblo mendocino, que está muy informado sabe de este tema porque venimos haciendo docencia desde hace 12 años, y no se va a dejar atropellar ni va a dejar que sus gobernantes corruptos o comprados por las empresas mineras les mientan, porque necesitan recaudar más o engrosar sus patrimonios personales.
“Sin Pelos En La Lengua
“Revista en papel y virtual
“Malargüe, Mendoza
“5 de junio de 2021.”