Soplan aires frescos en el mundo desde la entronización del Papa Francisco. Es que como nunca antes, un Santo Padre arremete contra el capitalismo así, sin eufemismos ni paráfrasis. La financierización de la economía, que es una malformación previsible como última etapa del sistema planetario, también está en la mira de Bergoglio.
Hay mucho por desagregar de lo que dijo y de todo lo que no dijo mientras hablaba acerca de estos temas. Deja mucho para el debate. Es muy importante que en el concierto de las naciones se escuche su voz clara y al hueso. Su triple bandera de tierra, techo y trabajo ya es una meseta discursiva desde la que se eleva para siempre.
Cuando las grandes corporaciones condicionan al poder político constituido en muchos Estados, uno ve con simpatía su arremetida. Los ultra poderosos, de quienes cada vez sabemos menos a medida que agrandan su fortuna, tienen alguien que los señala de forma decidida. Y lo hace a favor de las grandes mayorías populares.
“El discurso de Francisco ante los ceos en la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas
“Duro mensaje del Papa a los empresarios: “Hay que invertir, no esconder la plata en paraísos fiscales”
““Uno esconde cuando no tiene la conciencia limpia”, expresó ante la ACDE. Ponderó el rol de las pymes y agregó que “en los últimos decenios, la economía engendró las finanzas”.
“Las posiciones del Papa Francisco sobre economía, sociedad y política son conocidas por su condición directa, crítica a la especulación y al rol de los empresarios. Los pocos minutos que el Pontífice expuso ante la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE) no fueron la excepción: “Hay que invertir, no esconder la plata en paraísos fiscales”, expresó en un mensaje grabado que abrió el encuentro anual de la organización que nuclea a grandes firmas nacionales y extranjeras y que está presidida por el empresario alimenticio Gonzalo Tanoira.
“En ese mismo tono, el Papa ponderó el rol de la pequeña y mediana empresa, cuestionó las finanzas y pidió por más producción y trabajo. Todo en un evento en el que hubo posiciones de algunos participantes que hablaron de la situación empresaria y económica en términos opuestos a los planteos papales.
““La mirada cristiana de la economía y la sociedad es distinta a la mirada pagana, ideológica. Y la construcción de una comunidad justa económica y socialmente la tienen que hacer todos, sindicalistas y empresarios, trabajadores y dirigentes”, arrancó Francisco desde el Vaticano. Y agregó que “tenemos que ir por el camino de la economía social. Seamos realistas, la economía en los últimos decenios engendró las finanzas. Y tienen riesgo de terminar como la cadena de San Antonio, que creemos que hay mucho y no hay nada. Una inflación de negocios mediáticos. Hay que volver a la economía de lo concreto. Y lo concreto es la producción, el trabajo, las familias, la patria lo concreto”.
“A continuación, en un mensaje que duró casi cinco minutos, Francisco aseveró que “en una sociedad donde haya márgenes de pobreza muy grande, uno se tiene que preguntar si la economía es justa o social, o busca intereses personales. La economía es social. Para generar empleo es importante el poder de las pymes, porque de abajo viene la creatividad, siempre. La pandemia nos llevó a esto, donde falta empleo”.
“Luego, encaró la crítica más descarnada al establishment. “Hay que invertir en el bien común –explicó- no esconder la plata en los paraísos fiscales. Saber invertir, no esconder. Uno esconde cuando no tiene la conciencia limpia, o cuando está rabioso. Todos sabemos, eso que se dice en el campo que cuando la vaca no da la leche algo le habrá pasado que esconde la leche. Cuando escondemos, es porque algo está funcionando mal. Claridad, transparencia y producción… invertir”. Por último, el Papa consideró que “es muy difícil construir sin confianza social. Esos grandes acuerdos de grandes empresas, grandes inversores, lo firman el acuerdo, y cuando están brindando hacen otro acuerdo por debajo de la mesa. Nunca traicionar la confianza”.
“La reacción de los ceos
“Las palabras papales generaron más revuelo en chats privados que en la pública, en un evento en el que reinaron otro tipo de planteos. El más radical, el del economista de la Universidad Austral Roberto Vassolo, que un rato después del Papa aseguró que “el derecho de propiedad está prácticamente abolido en Argentina, en los últimos 20, 30, 40 años cada repartición fue agregando impuestos”. Y sumó que, por esto, “ese diseño nos obliga a la gran mayoría a navegar con un pie en la formalidad y otro en la informalidad, va contra el primer mandato creador del Génesis. Esa obligación de que las empresas tengan que tener un pie en la informalidad”.
“A su turno, José Urtubey, dirigente industrial, se refirió a los dichos de Francisco y dijo a este diario que “es una invitación a una reflexión, y estoy de acuerdo. Los empresarios tenemos que ir a fondo en esta situación, y eso no excluye que haya un diálogo entre sector sindical, empresario y público”.
“Página 12
“Leandro Renou
“1 de julio de 2021”.
“El mensaje del Papa Francisco
“No se hagan los distraídos
“En la tradición magisterial de la Iglesia Católica el derecho a la propiedad privada ha estado subordinado a la función social de los bienes desde fines del siglo XIX cuando así lo señaló el papa León XIII a través de su encíclica Rerum novarum, dedicada a analizar la situación de los obreros a partir de las nuevas condiciones derivadas de la industrialización. Más contemporáneamente, desde Paulo VI hasta el más conservador Juan Pablo II, los pontífices continuaron insistiendo en el mismo concepto. Para Francisco el tema ha sido central y permanente en sus mensajes. Doctrinariamente lo dejó establecido en la encíclica Fratelli tutti y en diversas ocasiones en las que se refirió a la cuestión social.
“No obstante ello cuando Jorge Bergoglio volvió referirse al tema hace algo más de una semana al hablar ante el congreso de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ocasión en la que reiteró que la propiedad privada es un “derecho secundario” , la mención fue suficiente para que en nuestro país se levantaran voces –incluso las de sedicentes católicos– en contra de Francisco e indignados por lo que ellos consideran, entre otras cosas, una intromisión indebida del pontífice en temas que no le corresponden y que, por añadidura, cuestionan derechos de propiedad que estiman absolutos.
“El coro de quejas en contra de Francisco estuvo acompañado de manera también crítica por titulares y notas en los medios de comunicación que suelen acompasar la opinión de los grupos económicos más poderosos del país. Con la intención de restarle importancia a las aseveraciones de Bergolgio se argumentó además que lo dicho por el Papa no representa ninguna novedad en el magisterio católico y que, por añadidura, en esa ocasión Francisco no se estaba refiriendo en particular a la Argentina sino hablando en general, urbe et orbi, para todo el mundo. Aunque ambas consideraciones son ciertas no le restan aplicabilidad al caso argentino.
“Ahora Bergoglio le habló directamente a los empresarios y en particular a los integrantes de la Asociación Católica de Dirigentes de Empresa (ACDE) . Y aunque no se refirió expresamente a la cuestión de la propiedad privada sí se expresó sobre un tema estrechamente vinculado como lo es la economía social y el bien común. A los empresarios católicos el Papa les reclamó “invertir en el bien común, no esconder la plata en los paraísos fiscales”.
“Francisco es el Papa de toda la Iglesia Católica y cuando habla lo hace para el mundo. Dentro de ese universo está incluida la Argentina y en consecuencia su doctrina tiene valor también para quienes habitan este suelo. Pero al mismo tiempo resulta poco consistente afirmar que Bergoglio ya no mira o no conoce lo que pasa en su país natal. Una vez más quedó demostrado que el Papa conoce la realidad de la Argentina, sigue los acontecimientos del país y está al tanto de sus problemas. También del proceder de los factores de poder. Lo puso en evidencia al hablarle a los propios, a los empresarios que acostumbran a golpearse el pecho frente a los crucifijos. No se los mandó a decir, se lo dijo de frente: empresarios –católicos o no- no escondan sus fortunas en paraísos fiscales. Como para que no se hagan los distraídos. O bíblicamente dicho para que “El que tenga oídos, que escuche” (Mateo, 13, 9).
“Página 12
“Washington Uranga
“1 de julio de 2021”.