Esta semana quiero compartir con ustedes una nota publicada por un colectivo de derechos humanos que trabaja en diversas cárceles de España. El escrito publicado en Pikaramagazine nos habla de las diversas problemáticas que afrontan las personas cuando están privadas de la libertad y cuando llega la hora de la libertad y tienen que afrontar la nueva realidad.
La inmensa mayoría de las personas que cometen delitos y son condenados forman parte de las poblaciones más postergadas del planeta. Estas personas no ingresan al círculo delictivo por gusto, deporte, adrenalina, facilismo, vagancia o falta de compromiso por la vida. Lo hacen porque nacieron en ámbitos muy adversos, muy postergados, muy castigados, muy discriminados, muy estigmatizados. Desde bebés han sufrido un sinnúmero de restricciones, humillaciones, necesidades, pobreza, miseria y desigualdad. En la mayoría de los casos además de la violencia que significa no poder comer, no tener una vivienda mínimamente confortable, no tener agua potable, luz, gas, asfalto; no tener acceso al transporte público en los barrios ni ambulancias, ni centros de salud, ni colegios, ni seguridad, han sufrido en carne propia la violencia intrafamiliar y la violencia barrial cuando ingresan a los circuitos de poder que dominan a los barrios populares del mundo y que administran el submundo de la droga, la prostitución, la trata de personas, el trabajo esclavo, etc., etc., etc.
La pobreza no es sinónimo de delincuencia ni mucho menos, no se trata de eso, se trata de poder ver y reconocer que gran parte de las poblaciones carcelarias de todo el mundo proviene de los barrios más humildes y postergados, de los que están fuera del sistema, de los marginados. Las cárceles están llenas de pobres.
Y estar en las cárceles es todo un tema. Son una estructura burocrática corrupta, abusiva, represora, salvo mínimas excepciones. Si hablamos de Argentina, tenemos un sistema penitenciario muy contaminado, cárceles superpobladas y la mayoría de ellas en pésimas condiciones de infraestructura, con altísimos índices de violencia y represión, altos índices de corrupción y bajas posibilidades de obtener herramientas de recuperación humana integral. Hay excepciones, claro que si. Hay penales que desarrollan actividades tendientes a mejorar la calidad de vida de sus internos, pero lamentablemente son minoría absoluta.
Volviendo a la nota, este colectivo español plantea la excelente posibilidad que se abriría con la Renta Básica Universal para mejorar la vida de las personas dentro de las cárceles y fuera de ellas cuando recuperan la libertad o cuando acceden a permisos de salidas.
Finalizando esta introducción quisiera plantear que como sociedad muchas veces se condena a las personas que reinciden en el delito. Generalmente se los estigmatiza como personas irrecuperables. Yo me pregunto: ¿qué posibilidades les ofrecemos a estas personas para que realmente puedan reiniciar sus vidas? ¿Nosotros como sociedad hacemos el trabajo de aceptación y de incorporación como iguales a las personas que recuperan su libertad? Qué posibilidades reales les ofrece el sistema penitenciario, el Estado en general, para que estas personas habiten cárceles dignas, no violentas, inclusivas, con acceso a salud, educación, esparcimiento, deportes, cultura, desarrollo integral? ¿Qué seguimiento y asistencia les brinda el Estado a las personas cuando han recuperado la libertad? ¿Ella solas y por su cuenta se tienen que “readaptar” a la vida en sociedad? ¿No será que debemos construir un nuevo modelo social global humanista, un humanismo del siglo 21 en donde todos los habitantes del planeta sean incluidos como iguales, con los mismos derechos y las mismas posibilidades?
Creo que mientras más incluidos haya, menos postergados habrá, más posibilidades existirán y por ende la violencia disminuirá y las cárceles se irán despoblando.
Los invito a leer esta interesante nota.
“Renta básica incondicional y personas privadas de libertad
“¿Qué ocurre cuando te apartan de la vida, de tu entorno, de tu gente y te aíslan socialmente durante 3, 6, 10, 20 o 25 años? ¿Quiénes están en la cárcel? ¿Qué conocemos de los hombres y mujeres que cumplen condena en la macrocárcel de Zaballa, en Álava?
“Asociación Salhaketa-Araba; SIDÁLAVA/Comisión Ciudadana Anti-Sida de Álava; ADAP-Asociación De Ayuda a Personas Presas; Etxerat Elkartea; Asociación Gitana Gao Lacho Drom
“Las asociaciones abajo firmantes, que durante décadas vamos atendiendo a las personas presas que cumplen condena en la prisión de Zaballa en Álava, queremos manifestar nuestra reflexión sobre las oportunidades que para este colectivo pudieran derivarse de la implantación de la Renta Básica Incondicional (RBI) en la Comunidad Autónoma Vasca.
“Pensemos por un momento en la cárcel, esa Institución tan poderosa como desconocida por la sociedad. Es como un microcosmos social en el que están representados todos los problemas presentes en la sociedad.
“Creemos que los derechos humanos son una de las claves fundamentales en la atención de las personas privadas de libertad, tanto porque constituyen un colectivo vulnerable que suma numerosas necesidades, como por la propia realidad que supone la estancia en una prisión. Debemos recordar que el derecho a la libertad es uno de los derechos fundamentales más importantes y su privación produce graves consecuencias en las personas afectadas. La doble orientación constitucional que deben tener las penas privativas de libertad, la resocialización y la reeducación, son otros principios que deben tenerse como referentes; y es por ello por lo que las personas presas deberían poder acceder a un modelo de cumplimiento que prime la ejecución de la pena en medio abierto, con recursos especializados de atención. Por esto defendemos un modelo de cumplimiento en la sociedad y con apoyo comunitario.
“La mayoría de las personas que cumplen una pena privativa de libertad presentan un cúmulo de déficits y necesidades -educativas, sociales, formativas, sanitarias, económicas o emocionales-, cuya atención requiere de medios especializados y supone una responsabilidad para la comunidad, las instituciones públicas y las entidades sociales.
“Además, las personas que se encuentran en prisión siguen teniendo necesidades básicas que cubrir (vestimenta, calzado, productos de aseo e higiene, llamadas telefónicas, algún café o tabaco, etc.). Hay quienes pueden disponer de una actividad remunerada (con salarios bajos) o de alguna pensión. Un porcentaje importante recibe el apoyo económico de su familia con la carga económica que supone. Pero existe también un gruponumeroso de personas que carece completamente de ingresos.
“Cuando se inician los procesos de salida (con permisos de segundo grado, salidas diarias en régimen abierto, etc.), los gastos se incrementan con el transporte, alimentación, telefonía, búsqueda de un alojamiento, etc. Hay quienes tienen que hacer frente a la responsabilidad civil derivada de la comisión del delito, contribuir al cuidado de sus hijas, etc. Otros y otras tienen importantes necesidades en el ámbito de la salud (medicación no cubierta en su totalidad por la Seguridad Social, prótesis, diversas patologías odontológicas, necesidad de gafas, etc.).
“Y llega la ansiada y a la vez temida libertad. ¿Cómo afrontar desde la vulnerabilidad la vuelta a la sociedad? Rehacer una vida cuando se sale de prisión es algo muy costoso emocional, social y económicamente.
“Para quienes han podido conservar lazos familiares y de amistad el camino a recorrer será menos dificultoso. Pero no es esta la realidad de un importante sector de las personas excarceladas. Algunas personas cumplen condena fuera de sus lugares de origen, son pobres, presentan problemas de salud (derivados del consumo de tóxicos, de la enfermedad mental y/o como consecuencia de una larga condena), sus relaciones familiares pueden estar dañadas, los recursos sociales del exterior tienen cada vez más dificultades para atender a este colectivo y, sobre todo, pueden sentirse profundamente solas y desorientadas.
“Disponer de una Renta Básica Incondicional (RBI), indudablemente, traería consigo algunos beneficios importantesen el ámbito que estamos comentando porque dignificarían y empoderarían a las personas.
“Dentro de la prisión
“-Las personas privadas de libertad podrían hacer frente a sus gastos cotidianos y ordinarios, propios de cualquier persona sin gravar las economías familiares.
“-La RBI supondría ganar en calidad de vida en el interior de la cárcel, conseguir cotas de autonomía, mejorar en salud mental y autoestima.
“-La RBI favorecería la disminución de las desigualdades economicas y de poder entre las personas presas, un caldo de cultivo para la implantación de actitudes machistas, racistas o sencillamente contra las personas más indefensas.
“-El derecho de una RBI favorecería la existencia de trabajos en el interior de la prisión en similares condiciones a las existentes en el exterior.
“-La RBI posibilitaría hacer frente a responsabilidades civiles, planificar la salida de prisión con más garantías, contribuir al coste del cuidado de los hijos/as o de familiares a su cargo, etc.
“-Cabe prever el descenso de la actividad delictiva y, en consecuencia, un ahorro muy importante de los costesderivados de la comisión de delitos y una disminución de las consecuencias emocionales y de sufrimiento humano(en las víctimas y en los victimarios).
“Fuera de prisión, una vez cumplida la condena
“-Fuera de prisión la RBI se convierte en una herramienta imprescindible para poder empezar una nueva vida en condiciones más dignas.
“-La RBI empodera a quien la recibe porque favorece la autonomía, la posibilidad de realizar proyectos vitales en los que poder decidir cómo, con quién o con quiénes vivir, sobre todo en los casos de mujeres víctimas de maltrato.
“-La RBI, al paliar la situación de pobreza, será una eficaz herramienta para afrontar, desde una mayor autoestima, situaciones estigmatizantes y de vulnerabilidad.
“Para todas las personas presas y expresas, pero sobre todo para los grupos de población más indefensos, una Renta Básica Incondicional será la mejor vacuna que les permitirá en su nueva andadura integrarse y formar parte de la comunidad.
“Pikaramagazine.com
“29 de setiembre de 2021”.
Columnista invitado
Daniel Musso
Miembro de la Red Humanista por la Renta Básica Universal