Dos personajes político-televisivos de nuestros días, instalaron en los medios dos conceptos muy complejos. Uno de esos personajes militó políticamente y fue un feroz defensor de las ideas y políticas progresistas desde el retorno de la democracia en 1983. Lo hizo fundamentalmente desde sus lúcidas y agudas columnas y “tapas” del periódico en papel “Pagina 12”.
Pasaron casi cuatro décadas desde entonces y al parecer a este pobre varón… le “pasaron cosas” y hoy se posiciona en las antípodas de aquel periodista “de izquierdas” que supo ser. Muches ex admiradores nos preguntamos con cierta pena… ¿qué le pasó…? Hay muchas versiones para una respuesta que sin lugar a dudas debería ser altamente compleja, puesto que al parecer hay elementos del orden de la salud física y mental, de su vida familiar, de sus hábitos de ingesta… y algunos mencionan también, cuestiones de simples y denigrantes ambiciones económicas, como también de pura auto-franela narcisista. Bueno… la cuestión fundamental es que esta persona, hoy milita apasionada y desaforadamente lo absolutamente opuesto a lo que pensaba y militaba de sus quince a sus treinta años. Allá él.
Aquí nosotres.
Y eso fue precisamente lo que él instaló hace casi una década.
Este… “allá él… y aquí nosotros”.
Él, en singular, pero en total representación de aquellos señores y señoras que ostentan el poder real (económico-financiero-mediático), monopólico y en abuso de posición dominante. O sea, poder prácticamente hegemónico y claramente “corrosivo” en una democracia que, por definición, intenta regular “limpiamente” el lógico juego por el poder entre sectores de una sociedad nación, para que justamente sea un… “juego por el poder” y no…“una guerra a muerte por el poder”.
Eso instaló por primera vez en los medios este pobre y nefasto personaje televisivo y político. El concepto de “la grieta”, tópico que conlleva inevitablemente en su seno el de “lucha de clases”. Al menos él mismo planteaba eso hace cuatro décadas. O sea, un concepto que implica un conflicto de intereses… “originario” y “estructural”. Un modelo de sociedad nación que construye para su propia posibilidad de existencia, dispositivos de justicia en un Estado de Derecho, dispositivos económicos-financieros y de producción de bienes materiales… y en función de ellos… construye y “legitima”… la distribución de esos bienes en el seno de un determinado Estado nación.
Si bien este último concepto de la modernidad se encuentra hace décadas en peligro formal de extinción gracias al concepto pos modernista de globalización, los Estados nación aún existen. Al menos desde “la formal formalidad”, y conservan también el pequeño margen de maniobra de poder seguir soñando y construyendo cierto nivel de autonomía soberana. Un mínimo de autodeterminación que nos permita festejar en las naciones del “mundo” nuestras fechas patrias de independencia como países “libres, independientes y soberanos”.
Esta digresión que nos llevó a pensar en los Estados nación, y que originariamente remiten a un territorio geográficamente delimitado, implica también que quienes con-viven en ese territorio delimitado, son con-nacionales, son con-patriotas. Por el sólo hecho azaroso e inmanipulable, de haber sido arrojados al mundo en la misma “porción” de planeta que denominamos aún Estados nación.
Lo que todes (Todos) ”denominamos“… la Patria… la Pacha Mama…
Eso que hace que, desde tiempos inmemoriales, el peor castigo que se le podía imponer a una persona por alguna suerte de “delito”… era precisamente… “el des-tierro”. Los dispositivos normativos de aquellas épocas, imponían que esa persona fuera “echada” de su aldea, feudo, reino o provincia. Y ese era un castigo sentido en algunos casos, peor incluso que el de la “pena de muerte”. Echados de su aldea… solían, haciendo un juego de palabras… “morir de pena”.
Claro está que desde aquellas épocas de la historia de la humanidad y como dijo “nuestro” ex presidente… anti filósofo nacional… eehh… “pasaron cosas…”.
Inmersos todes en una cultura planetaria global, al menos en el “mundo occidental” si es que eso aún existe, el destierro hoy no sería el peor castigo. Por muy complejas razones y sin razones, hoy millones de seres humanes se ven tentados a buscar una vida digna en otras sociedades naciones, aun cuando en esos Estados nación, los incluyan como ciudadanos “de segunda” o “de cuarta” denigrándolos con motes como… “sudacas”… “bolitas”… “chilotas”… “mejicanotes”… o “argentinos de mierda”. Y eso cuando los dejaban entrar como mano de obra barata e informal. En la actualidad, los dejan morir en balsas o camiones, y los obligan a punta de cañón a que retornen a sus “pueblos originarios”. Dicho sea de paso… contradictoriamente… a los pueblos originarios… los quieren echar de las tierras que habitaron desde hace siglos.
La posesión veinteañal, ¿vale sólo para unos pocos…?
En fin, es muy peculiar y salvaje la especie humana. Hasta les humanistas hoy debemos reconocerlo. Al menos en estos tiempos violentos que nos ha tocado vivir como contemporáneos planetarios pandémicos.
¿Muy triste?… Si. ¿Pesimista?… quizás.
Otros emigran voluntariamente a Estados nación cuyos dispositivos jurídicos les permiten no ser extraditados a “su Patria”, para evitar ser enjuiciados y encarcelados. Que su Patria os lo demande, supieron jurar.
Miles, lograron “de milagro” salir de “su país amado”, para evitar ser secuestrados, torturados y asesinados por algunos con-patriotas a los que no le gustaban nada sus ideas.
Treinta mil, no lograron o no quisieron salir. Y ni el exilio les permitieron sufrir.
Otres viven vociferando que “su país” es “in-vivible” y que les gustaría irse a vivir a otra sociedad nación. Cada tanto lo repiten… creen dar la impresión de que nos amenazan con irse a otro país como si para los demás fuera algo malo que vivan en otro país. En el país de otros. En realidad, nada que ver. Nosotres estaríamos felices de que se fueran de “nuestro país” porque un país, una sociedad nación es… precisamente… el país “donde quiero ser y sstar con mis prójimos-compatriotas”. Si eso no les apetece… pues… ¡vayan nomás…! Por nosotres no se preocupen. Vamos a estar bien… incluso mejor.
Una sabia frase… explica y formula exquisita y sabiamente el pensar y el sentir de estos extravagantes y contradictorios… Con-patriotas argentinos. La frase dice así: “se creen dueños de un país que odian”. Es una definición lúcida, atinada y triste. Muy triste. Pobres señores y señoras compatriotas. Pobres solo de espíritu… claro.
Y entonces resuenan en mí, las sabias, solidarias y comprensivas palabras del poeta y trovador cubano que escribió hace décadas: “Pero pobre de mí… no he estado con los presos… de su torpe cabeza acomodada…”.
¡Sí estamos!… solidariamente con el cuarenta por ciento de personas argentinas pobres de nuestro país, que ni siquiera pueden soñar con irse de Argentina, porque no está garantizada la igualdad de condiciones monetarias y financieras.
Y esto me recuerda aquella frase-faro de otro gran poeta, cubano también, que dice y propone: “La vida no vale nada… si no es para perecer… porque otros puedan tener… lo que uno … disfruta y ama”.
Les resulta a las élites de los estados Nación… y a las de la gobernanza global planetaria y a sus salieris de la clase media des-clasada… ¿es tan difícil sentir algo de empatía y comprender el sufrimiento ajeno?… o mejor dicho… ¿del sufrimiento del “próximo-prójimo”?…
“Ama a tu prójimo como a tí mismo”… dijo Jesús de Nazaret, inspirador del Cristianismo. Prójimo. “El que está próximo. Cerca. Vecino. Conciudadano. Compatriota”.
Al cinco por ciento de Argentinos que concentran el noventa y cinco por ciento de la riqueza nacional… les resulta absolutamente imposible sentir algo de empatía por el cincuenta por ciento de com-patriotas que hoy se encuentran bajo la invisible y dura… ¿“línea de la pobreza”?… ¿Los sienten como argentinos?… ¿los sienten como ellos…?
O formulado al revés… ¿ellos se sienten Argentinos?…
Porque hablan del “campo argentino”… hablan de “la patria argentina”… Gritan “el Himno Nacional Argentino” en los estadios de fútbol y de rugby y de tenis… pero… ¿somos todes argentinos?… ¿en esos festejos del Mundial ’78…? ¿y en el velorio de Maradona?…
No les pedimos volver a ser nacionalistas en un mundo que cambio hace décadas.
Las desigualdades siempre fueron internacionalistas. Trans nacionales.
La deconstrucción de esas des-igualdades… también debe ser así.
Pero si vamos a seguir autodenominándonos patriotas… ¿podríamos al menos acordar que es “la patria”?…
Sabemos que no les gusta eso de… “la Patria es el otro”. Quizás no les guste sólo porque lo instaló Cristina. En realidad creo que es más preciso conceptualmente decir…
“La Patria es la otra”. Porque nos referimos a “la otra persona”. Todes somos personas. O sea… esto sí les va a gustar… Mujeres y varones somos “personas”. La palabra “persona” nos Iguala. Y todo seria menos conflictivo en la especie humana si nos refiriéramos en términos de “persona” cuando hablamos de cualquier miembro de nuestra especie. Varón, mujer, de piel negra o blanca o amarilla. Religión cristiana, judía, musulmana. Videntes, no-videntes. Personas de bajo peso, o personas con sobrepeso. Nacidos en Arabia, en Chile, en Afganistán, en Alemania. En Buenos Aires ciudad o en Buenos Aires provincia.
En Tucumán, en Santiago del Estero. Mayores de 70 años, de la mediana edad o de menos de dieciocho años. Somos solo y solo eso: personas. Sería saludable que aprendiéramos a tratarnos sólo como personas que viven y con-viven con otras personas. A mi entender, es una “palabra clave”. Creo que es “la” … “palabra clave”. ¿Y por qué?…
Al principio hablé deliberadamente de sociedad Nación. ¿Y qué es una sociedad?…
Un conjunto de dos o más personas con un fin en común. Por eso existe el concepto de “persona jurídica”.
Sociedad viene del latin “Socius”: compañero, aliado.
Como “compañero” es una palabra que irrita mucho a un porcentaje importante de compatriotas… podemos optar por ponernos de acuerdo en la palabra “aliado”.
Una sociedad entonces está formada por “aliados”. Este vocablo viene del latín alligare, atarse o unirse voluntariamente a otra persona para alcanzar una misma meta.
Esa es la grieta principal. La desigualdad. Económica, financiera, inmobiliaria, turística, de libre circulación por la Patria porque no les alcanza para pagar “peajes” por transitar su país. La grieta está definida por la tremenda, injusta, violenta e in-humana… distribución de las riquezas de un Estado nación. La concentración de la riqueza en las sociedades naciones actuales es creciente y devastadora. Devastadora.
El problema no es la sobrepoblación planetaria. El problema es la sobrepoblación de personas humanas que no tienen y no van a tener trabajo ni retribuciones dignas que le permitan siquiera seguir sobreviviendo como hasta en el siglo XX.
Algunos amigues están proponiendo una especie de “ingreso universal por existir”.
En lo personal, sigo prefiriendo la Reforma Agraria. O sea… Tierra, techo y trabajo para todes, como pide hasta el mismísimo Sumo Pontífice de la Iglesia Católica Apostólica Romana.
Trabajo en su tierra al menos. Porque los trabajos tal como los conocimos hasta el siglo XX, han muerto. O están agonizando lentamente.
Esta es la grieta, ex admirado “periodista”. Esto es la grieta… patético y peligroso comunicador social.
Ahora bien. Al comenzar de este escrito, hablamos de dos personajes político-televisivos.
Del primero ya nos ocupamos bastante. Ahora citaremos al segundo. Se autopercibe como señor “culto”. Es escritor y periodista o columnista televisivo al menos. Tan Inteligente que suele mofarse de que lo que él comunica “al aire” televisivo o radial o en redes de pajaritos… “es información probablemente mala”. Una clara ironía, por supuesto, ya que es un señor muy cercano a las agencias que controlan, instalan y generan información. Aunque por supuesto, muy probablemente esta información que acabo de enunciar sea muy mala o equivocada.
En cualquier caso, este señor que fue parte fundamental del Menemismo, tiene sin lugar a dudas muy buenos servidores de información.
Es por ello que siempre intento escuchar sus vaticinios… porque generalmente se cumplen. Un sujeto de alta inteligencia.
Y lo cito a él, porque comparto la opinión en un concepto que intenta instalar en la clase política Argentina, en este momento tan difícil y crucial para el presente y el futuro de Nuestro País y de Nuestra Patria Grande.
Este concepto es el de “la tregua”. El viene hablando en su columna televisiva central de la necesidad de una tregua en esta enloquecida, desbocada y destructiva vida política Argentina de los últimos años, intensificada hasta el horror cotidiano de “la pos verdad” después de la Asamblea del “cambio radical” en Gualeguaychú. Sin esos “aparatos provinciales” ningún Macri hubiera llegado por los votos a la presidencia.
Violencia verbal enardecida, descontrolada y altamente peligrosa para una democracia sustentable. Para una democracia para siempre, como se dijo en la Plaza de Mayo y Latinoamérica el último 10 de diciembre, “Día de la Democracia y de los Derechos Humanos”. Hay que aprender a esperar los cuatro años de mandato. Y después volver a conseguir los votos suficientes para Gobernar. No es tan difícil. Basta con amar de verdad a la democracia. Basta con ser de verdad republicanos.
Y en resumidas palabras, creo entender que ese es el espíritu del escritor y columnista televisivo muy bien informado. Quien debe querer al menos un “país prolijo”, un país “bien“ vestido y perfumado. O sea, al menos una democracia formal en donde siempre siempre se respete la formal duración de los mandatos, como en la “padre patria”. Creo entender que eso es en lo que piensa. Y como han estado las cosas por América Latina en los últimos años… la verdad… es que lo que dice el señor escritor… no es poca cosa. O sea, sería muy bueno que las derechas y ultra derechas lo escucharan.
Y este planteo es, entonces, la tregua.
No más “periodismo de guerra” como un profesional de la comunicación llegó a decir en el último mandato de la Señora Fernández.
No más mentiras a diario. A radio. A televisión.
No más caravanas de camionetas cuatro por cuatro, seguidas como en procesión por “peones” rurales, caminando detrás de sus “patrones”.
Por favor, ganen y gobiernen con los votos. Ustedes pueden. Juguemos a la democracia y no hagamos más guerras por el poder. Por favor. Hagamos una sociedad argentina. Como en el mundial de fútbol ’86. Seamos “socius”… personas socias de la democracia. “Socius” de la República Argentina. Hagámosla viable como país en paz.
Seremos “socius” solo en eso. Y que el poder siempre esté inevitablemente en juego, pero que el poder siempre circule. Que gane quien más votos sepa conseguir.
Esa es “la tregua”. Bandera blanca ya. Basta de guerras.
La tregua no nos igualará, quédense tranquilos. No borrará jamás nuestras diferencias conceptuales de lo que entendemos por Estado y por libertad.
Quizás el primer paso deba darlo el “Frente Político” que hoy gobierna el Poder Ejecutivo Nacional reivindicando y poniendo como “valor fundamental” al Frente “de Todos”… dejando de hablar sólo de Perón y peronismo. Ese frente… es de todos, no sólo de peronistas. Y además sería una estrategia inteligente para recuperar y sumar votos de más personas ciudadanas no-peronistas.
No es dejar de sentir orgullo de “ser peronista”, así como es bueno el orgullo “de ser gay”, o el orgullo de “ser argentino”.
Por el contrario, sería el orgullo de hacer un “gesto patriótico”… de…
“Unidad Ciudadana”, y dejaría de “alimentar” y “enardecer” el… “hambre de anti-peronismo” que tanto ha crecido al calor de la ola planetaria global de neo-fascismos, neo-conservadurismos, neo-colonialismos y neo-esclavismos.
Si. El neo-mundo-global de “plandemia” viene violentamente de la mano del “Darwinismo Social”.
Y es demasiado parecido a una guerra global por un nuevo orden mundial: unipolar hegemónico versus multipolar democrático. Y en el medio… siempre África como símbolo, y solo como símbolo, de todos los humanes que sufren en todas las naciones “la cultura de la exclusión y el descarte”, enfermando y muriendo como moscas por la injusta y desigual distribución de la riqueza. Humanos contra humanos.
Humanos ricos contra pobres… ¿descartables?…
La tregua es entonces, en Argentina y en el planeta…
No convertirnos en caníbales humanoides. Sólo eso.
Y cómo están las cosas… no es poco… ¿no?…
¿Hacemos una tregua…?
Por favor.
Que así sea.
Columnista invitado
Javier Vaquér
Licenciado en Psicología, Universidad del Aconcagua, 1992. Psicólogo especializado en Atención Primaria en Salud Mental. Psicólogo Comunitario formado en Enfoque de Redes. Miembro del Movimiento Nacional hacia un Sistema Integral de Salud, filial Mendoza. Psicólogo Asesor en Salud Mental Comunitaria, en la Coordinadora de Entidades Intermedias del Barrio La Gloria, presidida por el ‘Cura’ Jorge Contreras. Ex asesor del Dr. Roberto Chediack, concejal socialista de Godoy Cruz. Director de Redacción de la Revista ‘Construyendo Redes Sociales Solidarias’, editada y diseñada por el escritor y poeta Luis Villalba. Ex Director del C.A.P.S. Nro. 30, Centro de Salud cabecera de Godoy Cruz. Ex Director de Cultura de la Municipalidad de Godoy Cruz. Autor de decenas de artículos de opinión sobre Salud Mental, Cultura de la Inclusión y análisis políticos de orden provincial, nacional e internacional, publicados en diarios y revistas de Mendoza desde 1995 a la fecha.