El impresionante déficit nutricional y la ausencia del Estado en una nación dependiente con cipayaje creciente
“No es pa’ todos la bota e’ potro”, exclamaban los paisanos.
Es cierto, pero no es para dichos, ni anécdotas; se trata de homicidios y deficiencias mentales, de aprendizaje y desarrollo. Se trata de un plan perverso, para los niños -particularmente-, dado que la finalidad, a futuro, es contar con personas deficientes, fáciles de esclavizar, para explotarlos, gastar poco en su mantenimiento y condenarlos a una existencia vacía, de bajo promedio de vida. Esa es la mentalidad del imperio, que usa, para tales menesteres, a mercenarios, cipayos y sicarios que, para desgracia de nuestra historia grande y nuestra dignidad, los hay, en abundancia.
El macrismo está poblado de ellos, mas, en nuestras filas, que los hay, los hay. El tema de fondo, aquí, es que debemos cambiar la realidad ¡ya!. Nunca se termina de saber cuál es el grado de ignorancia (no importan los diplomas, ni la supuesta cultura que invisten); de incapacidad; de cobardía; de genuflexión; de intereses inconfesables y de condición humana que poseen. Tergiversar el tema del hambre y creer que, con grandilocuentes discursos huecos, los hijos del pueblo van a sentir satisfechas sus impostergables necesidades alimentarias, es de baja ralea y lo saben, aunque sean insensibles.
Ellos han resuelto sus problemas y los de sus sucesores, por varias generaciones; a nadie le quepa la menor duda. Son ellos los que
“han descendido de los barcos” y aunque hayan nacido en nuestra tierra -“nuestra”-, no se han identificado con ella, ni lo harán nunca. Les da lo mismo, pues poseen una mentalidad colonial, como súbditos que son, del imperio genocida.
Se han autoconvencido, de que los argentinos (como los latinoamericanos y los del Caribe), son todos seres inferiores y que ellos, que dan muestra -cotidianamente-, de su condición rastrera, alcanzan idéntico nivel que los que sojuzgan y matan; invaden, usurpan y condenan, a todos y cada uno de los habitantes del planeta, valiéndose, además de su obsecuencia incondicional (o no).
Entre todos los argentinos, debemos revertir la situación; terminar con la programada escasez de nutrientes, en la ingesta de nuestros niños y de nuestros mayores. Somos una de las naciones productoras de alimentos mas grandes del mundo y si los gobiernos permiten que los miserables exportadores se lleven todo, sin control alguno (ni de pesos, ni de medidas, ni de nada); que sean mas contrabandistas, evasores y fugadores, que exportadores, es que son cómplices y partícipes necesarios de ese avasallamiento a nuestra soberanía; de ese hambrear y dejar sin nutrientes al pueblo (así de grave).
Nada puede justificar ese sometimiento, como el de los productores de alimentos (verdaderos delincuentes y asesinos), que cobran lo que quieren; desabastecen y practican el agio y la especulación, a destajo, también por la ausencia del Estado. En la Argentina nadie se preocupa de averiguar, con certeza, no con precios de referencia, dados por los mismos saqueadores, a los que les importa un rábano si el pueblo come, no se alimenta, o se muere de hambre, cuáles son los reales costos de producción de los alimentos (miserables, también, los gobiernos que lo permiten).
¿Es, acaso, una directiva de los amos, que no se deben controlar, ni lo costos de producción de nada (incluidos los servicios públicos, que son derechos humanos, aunque los gobiernos argentinos hagan caso omiso de ello), ni los dieciocho puertos nacionales, ni las vías navegables (especialmente el Paraná)?
¿Que tampoco se cancelen las concesiones, aunque corresponda, por el saqueo de las ganancias y los subsidios -que se fugan a las guaridas fiscales-, mas la falta de inversiones y mantenimiento? ¿Que se mantenga en vigencia el DNU 949, evitando la nacionalización definitiva de las operaciones de la hidrovía?
Dije, no hace mucho, que nos habían defraudado, luego de cuatro años de un régimen feroz y predador, que no solo dejó tierra arrasada y presos políticos y sociales que aun permanecen encarcelados, aunque el gobierno sepa que esta miserable justicia (con la CSJN, a la cabeza), es la mas perversa y dañina de la historia (mantenida por su amo; por el poder real y la embajada).
Y nos han defraudado, durante dos años mas, permitiendo un status quo intolerable y ruin, en tanto todo se agrava y los predadores dicen que ellos no fueron y el Gobierno lo permite. Han logrado, por acción y omisión, que el pueblo crea que el desastre y la deuda es culpa de esta gestión que hemos votado. ¿Serán todos cómplices, sotto voce, para cumplir el mandato de terminar con el peronismo-kichnerismo; con el frente nacional, popular y revolucionario; con la genuina representación del pueblo, bajado del imperio, vía embajada?
Mientras el gobierno y la oposición se esmeran por firmar un vil acuerdo de más miseria, como ocurriera con los 21 acuerdos anteriores y sus resultados, ya que en ningún caso pudimos ser soberanos, ni independientes; acrecentándose las condiciones coloniales, el pueblo lo pierde todo y se ve impedido de hacer uso de los recursos genuinos, que le corresponden, porque el gobierno, en la misma línea del régimen, se niega a actuar y percibirlos. Los recursos están, miente quien diga lo contrario; el problema, para el imperio es que, si los percibiéramos, en calidad de país soberano, “seríamos libres y lo demás no importa nada”.
16 de febrero de 2022. Es tiempo de pensar en sanmartiniano y dejar de ser colonia.
Columnista invitado
Carlos Valle
Docente, economista, historiador, periodista y escritor. Enlace de la Resistencia (1956). Presidente de la Asociación de Periodistas Latinoamericanos (1965-1976). Decano de los periodistas de Radio Nacional. Sindicalista y asesor gremial y político (CGT hasta 1991). Exiliado en 1962.