Noticias que nos llegan desde Toronto, Canadá
Está promediando la primera década del 2000. Entro a mi casa, el televisor ilumina el ambiente con una luz bamboleante, nadie lo mira, la sala esta vacía. Me detengo un minuto en la pantalla, una escena captura mi atención. Figuras humanas se desplazan con dificultad en masa en un ámbito semirrural. Caminan desarticulados, cargando con su cuerpo que no es el suyo, algunos arrastran las piernas. Llamo en voz alta esperando respuesta, quiero saber quién está en casa, sólo silencio.
Dudo entre empezar a buscar en los cuartos cuando la cámara hace un primer plano, rostros sangrantes, con mandíbulas expuestas. Me quedo petrificado frente a la pantalla, es una excusa para no encontrarme en algún cuarto con uno de esos horribles personajes que veo a todo color en la pantalla de la tele.
Claro, es una película de zombis, de muertos vivos y una broma que tuve que aceptar que estuvo bien preparada. Este género que está por cumplir 100 años en pantalla comenzó como películas de clase B, subgénero dentro de las pelis de terror. Nada de lo que haya sido cultor alguna vez. Del cómo llegó al cine hay varias interesantes teorías, pero la última generación es la que viene a mi memoria hoy. Por alguna razón se infectan los humanos, se transforman en zombisy estos van en busca de más personas vivas. Para encajar dentro del rubro, quien decida filmar una película deberá seguir estas premisas:
- El fenómeno zombi ya no es algo local, sino una plaga imparable de proporciones bíblicas.
- Nadie controla a los zombis que no son sino muertos que han vuelto a la vida.
- Su única motivación es alimentarse con la carne de humanos vivos.
- Su capacidad de raciocinio es muy limitada, si bien utilizan instrumentos rudimentarios.
- Su peligrosidad no reside en su inteligencia ni en su velocidad, ambas bastante reducidas, sino en su número y en su voracidad.
- El motivo de esta resurrección masiva de los muertos varía, a veces la radiación de un arma nuclear o la fuga de una sustancia química de uso militar, algún virus o simplemente la llegada del Juicio f inal.
Nos acechan y nos pueden sorprender en cualquier momento, sólo que están fuera de la pantalla, se visten como cualquiera de nosotros, aunque muchas veces llevan ropa como de camuflaje militar y lo más importante, cargan un rifle del tipo AR15. Se los puede encontrar en un supermercado, en un templo o en una iglesia, en una escuela primaria o en un hospital.
Quizás llegamos a este punto de la mano de la Segunda Enmienda constitucional en Estados Unidos, donde esta plaga azota con regularidad. La imitación cunde y vemos crímenes de odio en otras regiones del mundo, pero es en ese país donde la repetición de estos sucesos es alarmante.
La razón está ligada a que en ese país hay más armas que seres humanos, pero también en que la insatisfacción que genera un sistema que excluye recurrentemente a porciones altas de la sociedad podría ser el motor de la debacle.
En España el 25% de los jóvenes toma psicofármacos, informa en estos días el Diario El País. Otro dato, en un estudio realizado en Australia se siguió el impacto en el bienestar por el uso de pronombre no inclusivos en el ámbito del trabajo y se constató como esta segregación afecta a la comunidad TDG, personas trans y género diversas, incluidas personas transgénero, no binarias, agénero y otras minorías de género (trans- and gender-diverse (TGD) people, including transgender, nonbinary, agender, and other gender minority people) (1)
En Tulsa, Oklahoma una persona afectada por dolor crónico luego de una operación de espalda se transformó esta semana en un zombi armado, cargó contra el médico que lo operó y dejó un saldo de 10 personas muertas en un hospital.
¿Es que no han encontrado otro camino para procesar su frustración? Elijo frustración tratando de reducir a que un motivo central sea el que lleve a alguien a vaciar su arma contra un semejante tratando de vaciar el odio, el resentimiento, la angustia, la bronca o lo que sea que lo lleve a ese punto terminal. Es que la sociedad moderna sólo ofrece los químicos legales –psicofármacos o la automedicación– sustancias psicotrópicas de consumo crecientemente legal o libre en cada vez más países del mundo.
Una alerta de noticias llega a mi teléfono, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acaba de urgir al Congreso de su país a legislar para prohibir los rifles tipo AR15 y ampliar la exigencia del chequeo de antecedentes. Este pedido se pone en línea con la iniciativa del primer ministro Justin Trudeau de impulsar una ley que reducirá las posibilidades de inundar Canadá con más de estas armas letales.
Crisis de alimentos
Inauguramos en el siglo XXI una primera crisis global con el advenimiento del COVID-19. Sin salir aun de la pandemia, un indecible grado de locura impulsó la crisis guerrera en Ucrania cuyas consecuencias empezamos a sufrir en forma global. Ahora estamos sumidos en la tercera crisis del siglo: la crisis de los alimentos, para no usar la palabra que mejor lo define: hambre.
Debiéramos empezar a construir mecanismos que paren la fábrica de excluidos y dar contención a quienes caigan inevitablemente en ese ámbito de desesperación.
Lo que sí sabemos es que la sociedad moderna continúa generando excluidos de forma sistémica: los que viven en zonas rojas, los hacinados en cárceles, los ex convictos, los que cargan con alguna discapacidad, los que padecen enfermedades estigmatizantes -antes fue la lepra, en los ochenta el SIDA-, la diversidad sexual, las preferencias políticas, el color de piel, el país de origen, la religión.
Mes de las personas mayores
Junio es el Mes del Senior, es oportuno tomar conciencia e incrementar el respeto por las necesidades de las personas a lo largo de la vida. No solamente es nuestra obligación ofrecer apoyo individual a quien está en nuestro ámbito personal, viviendo con nosotros o cerca nuestro. También debiéramos considerar embarcarnos activamente en campañas sobre abuso de ancianos. En esta edición de Línea Uno, Edna Amador ha dedicado su nota, que se puede leer aquí, al abuso a las personas adultas mayores.
Haciendo honor a que se fue mayo, Luis Carrillos en sus Viñetas de esta edición, que se puede leer aquí, se encarga de hacer un repaso de las fechas del mes que pasó. Un buen momento para revalorizar cada ocasión. Imperdible.
Por deformación profesional y por vocación, también Luis comparte su trabajo realizado “a domicilio” en ocasión de una visita a su “hermano adoptado” que se encuentra internado en un hogar de cuidado, en espera de ser incorporado a una institución donde vivir con los desafíos que enfrenta.
Para el final, como para mantener nuestro espíritu alerta y a modo de “cartel francés” -el destacado al pie del letrero –sugiero la lectura de la nota que preparó Fernando Rouaux. Saber lo que viene después de Ómicron nos ayuda a estar atentos y preparados para los desafíos que vendrán, mal que nos pese y que esperamos no sean como el Coronavirus que nos arrastró a la primera crisis global del siglo XXI.
Llego hasta aquí, me meto a trabajar en la cobertura de las elecciones de Ontario. No estoy pensado que habrá novedades, pero en esta edición de Línea Uno, Sandra Farias nos ofrece en el podcast, En Resumen, que se puede escuchar aquí, las primeras conclusiones del proceso electoral en Ontario.
Columnista invitado
Rodrigo Briones
Nació en Córdoba, Argentina en 1955 y empezó a rondar el periodismo a los quince años. Estudió Psicopedagogía y Psicología Social en los ’80. Hace 35 años dejó esa carrera para dedicarse de lleno a la producción de radio. Como locutor, productor y guionista recorrió diversas radios de la Argentina y Canadá. Sus producciones ganaron docenas de premios nacionales. Fue panelista en congresos y simposios de radio. A mediados de los ’90 realizó un postgrado de la Radio y Televisión de España. Ya en el 2000 enseñó radio y producción en escuelas de periodismo de América Central. Se radicó en Canadá hace veinte años. Allí fue uno de los fundadores de CHHA 1610 AM Radio Voces Latinas en el 2003, siendo su director por más de seis años. Desde hace diez años trabaja acompañando a las personas mayores a mejorar su calidad de vida. Como facilitador de talleres, locutor y animador sociocultural desarrolló un programa comunitario junto a Family Service de Toronto, para proteger del abuso y el aislamiento a personas mayores de diferentes comunidades culturales y lingüísticas. En la actualidad y en su escaso tiempo libre se dedica a escribir, oficio por el cual ha sido reconocido con la publicación de varios cuentos y decenas de columnas. Es padre de dos hijos, tiene ya varios nietos y vive con su pareja por los últimos 28 años, en compañía de tres gatos hermanos.
Fuentes:
(1) https://ajph.aphapublications.org/doi/10.2105/AJPH.2021.306678
(2) https://www.un.org/es/observances/parents-day