Noticias que nos llegan desde Toronto, Canadá
Causas y consecuencias en la mesa del comedor.
¡Boris Johnson renunció!, se escuchó decir en una exclamación jubilosa. El retruque del otro lado vino de alguien que comentó que, en la disputa por el liderazgo del Partido Conservador de Canadá, había quedado expedito el ascenso de un representante de lo más recalcitrante de ese partido.
Hago mías palabras que leí: “no es que crea que no hay que dar luchas por cambios estructurales, de hecho, desarmar la impotencia que experimentamos cuando nos chocamos con lo sistémico es algo que me desvela”. La frase me quedó grabada y es aplicable al oficio de enfrentar los acontecimientos de la realidad.
Desde mi teclado me siento tentado a encontrar en los pequeños pasos que damos para acercarnos a la realidad, una razón de existir frente a tanta desesperanza. El camino pasa por el medio, por esos pequeños pasos. En este caso, sería dejar atrás a un primer ministro británico y a sus políticas de empobrecimiento y posiciones extremas, que en nada ayudan a la promoción de la comunidad, sino más bien a todo lo contrario.
Vendrán peores o mejores, pero demos la chance a la esperanza por encima de los determinantes sistémicos. En el caso del liderazgo del partido que gobernó de espaldas a las necesidades de quienes viven en Canadá, quizás no llegue a líder, y si llega, aún tiene que sumar la voluntad y los votos para ser primer ministro en la próxima contienda.
Al final del día, nuestra tarea es acercar elementos que permitan entender de dónde viene eso que nos daña, paso a paso. Allí se agota nuestra tarea, en la esperanza. Pero informada.
Apostando a la esperanza, con esa premisa de entender el mundo que nos toca vivir, Alberto Juan Barrientos nos ayuda a entender cómo es esto del Nuevo Orden Mundial, que se despliega a partir del conflicto en Ucrania. La nota completa se puede leer aquí.
En una reciente entrevista al Papa Francisco, consultado sobre el rol del comunicador en este mundo de la posverdad, la mirada del pontífice apunta al compromiso de mostrar los hechos, dejar en claro la diferencia entre la opinión y los hechos verificables. Eso ayuda a entender la realidad, agrego yo; no cambiará el rumbo, pero sabremos el origen.
Con ese espíritu es que me puse en la tarea de acercar algún entendimiento sobre un flagelo que nos pega a todos: la inflación. No faltará quien pueda decir que alguien de Argentina tiene experiencia en este tema. Certifico que cuarenta y cinco años de mi vida me dan un cierto hándicap. Cada caso tiene su particularidad, lo que vivimos ahora es mundial. Las personas técnicas y especialistas miden la inflación por el dinero circulante, porque para ellas la economía depende del capital, pero es en la cocina familiar dónde se ven a diario las consecuencias directas y concretas.
Apostando a que la radio sea una forma de acompañar y no confundir, Sandra Farias en el programa de Línea Uno Radio, que se sintoniza todos los martes de 8,00 a 8,30 en Ondasfm.ca entrevistó a la trabajadora comunitaria Sofía Pazmino, quien didácticamente nos habla de cómo acceder a los bancos de comida, desterrando mitos y resaltando la importancia de este servicio útil para toda la comunidad en esta coyuntura. En este enlace se puede escuchar el programa completo.
Asimismo, en esta edición de Línea Uno, Luis Carrillos también habla sobre la inflación desde su recorrida por la ciudad. Interesante leer la nota aquí, que nos permite cerrar el cuadro de entendimiento en nuestras burbujas.
Causas de la inflación
Sumado al cuadro ajustado que afecta a importantes sectores de nuestra comunidad, ahora tenemos la inflación. Mi intención al sentarme a trabajar en este texto fue entender cómo estamos para hacer frente a la inflación.
Existe inflación cuando se produce un aumento general de los precios, no sólo de artículos individuales, que da como resultado que por cada billete se puedan adquirir hoy menos bienes y servicios que ayer. Es decir, la inflación reduce el valor de la moneda con el tiempo.
Como está ligado al circulante, la explicación clásica es que, si hay mayor dinero circulando, la inflación se dispara. Esto es cierto, pero a medias.
Elijo tomar como ejemplo, aunque la realidad varía de país en país, a los Estados Unidos. Lo hago por ser la economía a la que estamos atados la mayoría de los países, por la alta interconectividad del mundo que nos toca vivir. Debido a la reapertura de la economía estadounidense, luego de lo peor de la pandemia en marzo-abril de 2021, la inflación se disparó en la primavera-verano de 2021. Una primera aproximación se explica por la mayor demanda.
A medida que la gente regresaba a sus trabajos aumentaron los ingresos salariales, había más dinero para gastar y dónde hacerlo. Esto incrementó la demanda. Sin embargo, las estadísticas muestran que después de aumentar modestamente en abril-mayo de 2021, los precios al consumidor se estabilizaron durante el verano agosto de 2021, en poco más del 5%. Se mantuvo estable a partir de entonces en ese nivel durante esos meses, a medida que la economía continuaba reabriendo. (1)
Se puede argüir que las ayudas sociales que se instrumentaron para paliar los efectos devastadores de la pandemia implicaron un festival de bonos y un desenfrenado uso de la maquinita de imprimir billetes. La tentación es grande. En Estados Unidos se otorgaron 150 mil millones de dólares, pero si lo comparamos con el Producto Bruto Interno de ese país la incidencia fue mínima.
El producto interno bruto, hay que aclarar, es una magnitud macroeconómica que expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios de demanda final de un país o región durante un período determinado. Allí el PBI fue de 5 trillones en el mismo período.
Entonces, los datos simplemente no respaldan la opinión de que fue la demanda y el gasto público en particular, los responsables del inicio de la escalada de precios en septiembre de 2021.
Uno de los factores que influyeron en la escalada de precios está relacionado con los cuellos de botella en la cadena de suministros globales, especialmente la importación de bienes de Asia y China. Imaginemos el escenario: la pandemia cunde, las calles están vacías, todas las personas están encerradas. La gente sale a los balcones y canta dándole ánimos a quienes trabajan en el ámbito de la salud. Por ahí se animan a extender el canto a quienes conducen los camiones de carga que se arriesgaron a proveernos de lo elemental. Seguramente alguien se habrá acordado de las personas que trabajan en la limpieza, yo conozco una señora que me lo marcó.
Pero fueron las grandes corporaciones quienes cerraron sus operaciones. Para cuando se empezó a reabrir la economía en el verano boreal de 2021, no había personal en la fábricas, camiones que transportaran a puerto, personas que cargaran los barcos. Y en el puerto no había suficientes barcos disponibles para llevar esa mercadería a ultramar.
Un panorama similar se verificó para llegar a quien necesitaba lo que se produce en la otra punta del mundo. Los puertos carecían de personal y transporte tradicionales. No sólo portuarios, sino quienes condujeran camiones que transportaran la carga desde el puerto hasta los depósitos centrales de las grandes ciudades. Y de esos mega depósitos a almacenes desde los que luego se distribuye la mercadería a las bodegas de las empresas. Al igual que la escasez de camiones, también hubo un retorno insuficiente de personal en ese ámbito. Existía un problema de escasez de mano de obra. Recuerdo, por ejemplo, las Viñetas de Luis Carrillos dando cuenta de la cantidad de carteles ofreciendo trabajo en el noroeste de la ciudad de Toronto.
En los Estados Unidos se suponía que los programas de estímulo fiscal del gobierno durante la pandemia evitarían los problemas de la cadena de suministro nacional -mano de obra y transporte- al proporcionar a las empresas estadounidenses $ 625 mil millones en préstamos y subvenciones para mantener a su personal empleado durante los cierres de la economía por COVID. Parte de ese subsidio estaba destinado a retener la mano de obra. La mayoría de las empresas que recibieron subvenciones despidieron a ese personal de todos modos. A partir de entonces, cuando la economía estadounidense trató de reabrir, las mismas empresas no pudieron encontrar a esas personas despedidas lo suficientemente rápido. Los problemas en la cadena de suministro fue la consecuencia inmediata.
Otro de los elementos para tener en cuenta y entender la inflación fue el comportamiento de las corporaciones concentradas monopólicamente. En Estados Unidos cuatro o cinco empresas producen más del 80 de los productos o servicios. Estas corporaciones se subieron a la ola inflacionaria instalada en la sensación pública por el machacar constante de los medios de comunicación. Aumentaron sus precios, pese a que sus industrias no estaban experimentando problemas por la ruptura de la cadena de suministros.
Un buen ejemplo son las corporaciones petroleras estadounidenses que no tenían ningún problema de suministro en ese momento y todavía no lo tienen. En los meses anteriores al inicio de los cierres en marzo de 2021 EE. UU. producía más de 13 millones de barriles por día. Para el otoño de 2021 estaban produciendo apenas 11 millones por día. Sin embargo, las corporaciones petroleras estadounidenses aumentaron sus precios más rápido que, quizás, cualquier otra industria. Para el cuarto trimestre de 2021, los precios de la energía aumentaron a una tasa anual del 34,2%. (2)
Y no lo hicieron sólo las corporaciones petroleras, aunque estas fueron responsables de más de la mitad del aumento del índice de precios en ese momento, y todavía lo son. Corporaciones de procesamiento de alimentos, aerolíneas, empresas de servicios, etc., con poder de monopolio también lo hicieron. Esto combinado con las fuerzas de la oferta y la demanda, después de agosto resultó en un nuevo aumento de los precios durante el resto de 2021.
A partir de 2022, otras fuerzas también comenzaron a determinar la anatomía de la inflación. En marzo de 2022, se agregaron y se superpusieron a los impulsores de la inflación de 2021 las sanciones de EE. UU. y de la Unión Europea (UE) a los productos básicos de Rusia.
Rusia suministraba entre el 20% y el 30% de muchos productos básicos mundiales claves, incluido el procesamiento de petróleo, gas y combustible nuclear en el sector energético. Pero también productos básicos de metales industriales como níquel, paladio, aluminio y otros recursos necesarios para la fabricación de automóviles, acero y otros bienes en EE. UU. y la UE. También materias primas agrícolas como el 30% del trigo mundial; 20% de la producción mundial de maíz utilizado en la producción de alimentos para animales; el 75% de los aceites vegetales críticos como el de girasol y 75% de fertilizante potásico, por nombrar los más importantes.
Un elemento más, antes aún de las sanciones a Rusia, los especuladores del “mercado de futuro”, anticipando lo que venía aplicaron un aumento. Los mercados de futuros son aquellos donde se negocian contratos de compraventa de un producto a largo plazo, pactando un precio para una cantidad determinada a recibir en una fecha específica.
Después lo hicieron las aseguradoras, luego las navieras… todo esto “por si acaso”. A lo largo de la cadena de suministro de materias primas, los capitales involucrados en sectores capaces de explotar la próxima escasez provocada por las sanciones comenzaron a manipular los precios con anticipación.
A partir de entonces, la escasez física de las sanciones comenzó a tener un mayor impacto a fines del segundo trimestre de 2022, y a medida que se intensificaba la guerra en Ucrania y se implementaban las sanciones. Quienes especulan financieramente en los mercados, transportistas y aseguradoras agregaron más aumentos de precios al efecto de las sanciones generales. Para el segundo trimestre de 2022, todas las fuerzas combinadas anteriores que impulsan la inflación, es decir:
- demanda moderada,
- cadenas de suministro rotas a nivel mundial y nacional,
- aumento de precios corporativos generalizado,
- precios del petróleo, la energía y las materias primas
Todos estos factores convergieron para producir un aumento incrustado, crónico y continuo de la inflación. Fueron factores especialmente críticos, ya que la economía mundial aún estaba en el proceso de intentar reabrir, restaurar y curar las cadenas de suministro mundiales destrozadas por la pandemia. (3)
Vacunación completa y nuevas olas
En una discusión entre colegas se habló del significado de tener vacunación completa. En mi entendimiento sostuve que tres o cuatro, depende de la edad. Pero la mayoría sostuvo que son dos. Aquí hay confusión y es necesario volver a revisar lo que dice la ciencia. En la nota de Fernando Rouaux que se puede leer aquí, hay un buen desarrollo de lo necesario para entender dónde estamos con el tema de las vacunas junto a un enlace a la didáctica explicación del Dr. Jorge Filmus sobre cómo funcionan las vacunas.
Estamos en verano, tiempo en el que a quienes les toca la tarea de la crianza deben encontrar pasatiempos saludables y educativos, pero lejos de las aulas. Edna Amador, en su nota que se puede leer aquí, nos presenta un amplio panorama de ofertas de campamentos de veranos, que ayudará a tomar la decisión que mejor se adapte a la realidad de cada familia.
Seguramente la semana que viene vendrá con nuevos desafíos. Nosotros seguiremos aportando para la comprensión, siempre brindando nuestro punto de vista que intenta ser inclusivo, con énfasis en nuestra capacidad de resiliencia.
Columnista invitado
Rodrigo Briones
Nació en Córdoba, Argentina en 1955 y empezó a rondar el periodismo a los quince años. Estudió Psicopedagogía y Psicología Social en los ’80. Hace 35 años dejó esa carrera para dedicarse de lleno a la producción de radio. Como locutor, productor y guionista recorrió diversas radios de la Argentina y Canadá. Sus producciones ganaron docenas de premios nacionales. Fue panelista en congresos y simposios de radio. A mediados de los ’90 realizó un postgrado de la Radio y Televisión de España. Ya en el 2000 enseñó radio y producción en escuelas de periodismo de América Central. Se radicó en Canadá hace veinte años. Allí fue uno de los fundadores de CHHA 1610 AM Radio Voces Latinas en el 2003, siendo su director por más de seis años. Desde hace diez años trabaja acompañando a las personas mayores a mejorar su calidad de vida. Como facilitador de talleres, locutor y animador sociocultural desarrolló un programa comunitario junto a Family Service de Toronto, para proteger del abuso y el aislamiento a personas mayores de diferentes comunidades culturales y lingüísticas. En la actualidad y en su escaso tiempo libre se dedica a escribir, oficio por el cual ha sido reconocido con la publicación de varios cuentos y decenas de columnas. Es padre de dos hijos, tiene ya varios nietos y vive con su pareja por los últimos 28 años, en compañía de tres gatos hermanos.
Fuentes:
(1) https://www.bls.gov/news.release/cpi.t01.htm
(2)https://apps.bea.gov/iTable/iTable.cfm?reqid=19&step=2#reqid=19&step=2&isuri=1&1921=survey