El agua que los dinosaurios bebieron hace millones de años, es la misma agua que hoy cae como lluvia; es la misma que corre por nuestros ríos, arroyos y acequias y es la misma que constituye las 2/3 partes de nuestro organismo. Hace mucho tiempo, no era delito utilizar en provecho propio el agua de ríos que parecían inagotables y la idea de protegerla era tan tonta como pensar en embotellarla.
Pero ahora está claro que nadie debe ser dueño del agua, ya que es una reliquia que alimenta la vida en la tierra desde hace 4 mil millones de años y que está transitoriamente a nuestra disposición. Nosotros no somos importantes para el agua, pero ella es imprescindible para nosotros.
La quema desenfrenada de combustibles fósiles y el aumento de gases de Efecto Invernadero, hizo que nuestro planeta se adaptara generando un Cambio Climático y, con la llegada de ese Cambio Climático, apareció el Calentamiento Global que incluye a la atmósfera.
Pero dado que el aire caliente puede admitir más humedad, con ese aire caliente más húmedo viniendo de los océanos, se generan sobre los continentes mega tormentas nunca vistas antes y, también por el Calentamiento Global, en las montañas de todo el mundo los glaciares retroceden, aumenta su derretimiento, generando en los valles cultivados, inundaciones hoy pero severas sequías mañana.
Es un hecho declarado por el mundo científico que hemos fracasado con nuestra civilización consumista. Hacíamos como que los recursos de la tierra eran infinitos; conociendo nuestra ubicación en la cadena trófica de la biósfera, tenemos la obligación de defender el agua dulce que nos mantiene con vida, pero muy especialmente tenemos que defenderla de aquellos grandes grupos económicos que lucran con ella.
Por eso consideramos inadmisible que se apoyen las actividades de la megaminería; es increíble que en medio de un Cambio Climático cuya magnitud todavía desconocemos, se permitan proyectos como Cerro Amarillo o Hierro Indio, que utilizarán grandes cantidades de la poca agua que nos queda, con el solo objeto de extraer y exportar cobre; oro; hierro; molibdeno y otros minerales asociados, permitiendo millonarias ganancias para empresas extranjeras, pero dejándonos solo algunas monedas y pocos puestos de trabajo que ni siquiera cambiarán nuestro destino como país.
No podemos seguir alimentando la espiral consumista del mundo, sin tener en cuenta el daño al planeta y a los humanos que lo habitamos. Cuando no venga agua por los ríos mendocinos y la poca agua disponible esté contaminada, tarde será para lamentarnos. Pero no hay que irse muy lejos para ver lo que nos puede pasar y basta con conocer lo que está pasando en Montevideo, escribiendo en cualquier buscador, como el Google: SEQUÍA EN MONTEVIDEO; encontrarán allí casi UN millón de páginas, para entender porqué decimos lo que decimos.
Columnista invitado
Alberto Lucero
Ingeniero Electricista, Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Mendoza. Titular de “LENIX Publicidad”. Titular de “INFO POINT SYSTEM”. Co-fundador de las A.M.P.A.P. (Asambleas Mendocinas por el Agua Pura), en Tunuyán.


