Algunos frutos del árbol de la inteligencia
Primera parte
“Se confundió civilización con cultura, como en la escuela se sigue confundiendo instrucción con educación. La idea no fue desarrollar América según América, incorporando los elementos de la civilización moderna; enriquecer la cultura propia con el aporte externo asimilado, como quién abona el terreno donde crece el árbol. Se intentó crear Europa en América, trasplantando el árbol y destruyendo al indígena que podía ser un obstáculo al mismo para su crecimiento según Europa, y no según América.”
“Ese es el gran problema argentino: es el de la Inteligencia que no quiere entender que son las condiciones locales las que deben determinar el pensamiento político y económico”.
“Somos una Argentina colonial. Queremos ser una Argentina libre”.
“No existe la libertad de prensa, tan sólo es una máscara de la libertad de empresa”
Arturo Martín Jauretche
Introducción
Arturo Martín Jauretche (AMJ, 1901-1974 fue un hombre provisto de múltiples aptitudes. Se matriculó como abogado. Se destacó como: escritor, ensayista, historiador, sociólogo y político. Algunos biógrafos lo caracterizan como “intelectual”, cosa que a él no le gustaba nada. Sobresalió como polemista y crítico de la cultura argentina profundamente europeizada y por consiguiente de sus propagadores. Tuvo cruces, algunos de grueso calibre, con intelectuales del “establishment”, entre los que podemos citar a Borges, Martínez Estrada, Beatriz Guido, Victoria Ocampo, entre otros. También con el “cambiante” Economista Raúl Prebisch.
No dejó de analizar, poner al descubierto y denunciar todo lo que estuviera en contra de nuestra Argentina, los argentinos y sus intereses. En la lista aparecen, la historiografía mitrista, la economía capitalista y los daños que provoca, la educación cipaya, desde la escuela primaria hasta la académica; los medios de comunicación obedientes al poder real, los partidos de izquierda, los escritores conservadores, etc.
Veamos algunos trazos de su biografía.
Nació en Lincoln, villa cabecera del municipio de igual denominación de la provincia de Buenos Aires.
En su juventud militó en el Partido Conservador. Luego lo hizo en las filas del sector radical encabezado por Juan Hipólito del Sagrado Corazón de Jesús Yrigoyen.
En 1930 tuvo activa participación en manifestaciones callejeras contra los regímenes conservadores de los generales José Félix Uriburu y Agustín Pedro Justo.
No era varón de amilanarse, en diciembre de 1933 empuñó un fusil y se destacó en los levantamientos armados radicales de San Joaquín y Paso de los Libres en la provincia de Corrientes. Los “revolucionarios” fueron derrotados y esto le costó ser enviado a prisión.
Junto con Raúl Scalabrini Ortiz, Gabriel del Mazo, Luis Dellepiane y otros, creó en los años ’30 la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA), que tenía su cuartel general en un sótano ubicado en la calle Lavalle al 1700.
Decía el Historiador Linqueño “La oligarquía es una minoría ínfima de nuestra sociedad, son dueños de la tierra, sí, pero su mayor poder es ser dueños de la cabeza de miles de argentinos de la clase media que, sin tener más tierra que la del cantero del patio se comportan como fieles defensores de un modelo que no les pertenece”. La oligarquía vacuna, agraria y financiera siempre dominó a los medios de difusión y, por lo tanto, la información, por lo que les ha resultado fácil manejar los humores sociales. Es por eso que don Arturo decía “La opinión pública es la opinión que se publica”.
Los hemos visto repetirse a lo largo de distintas épocas de nuestra historia. Así atacaron a San Martín, Artigas, Dorrego, Rosas, Güemes. Luego la emprendieron contra Leandro N. Alem, acentuaron sus ataques contra Hipólito Yrigoyen. Ya en el Gobierno, aflojaron un poco durante el período de Alvear, al que consideraban -y era- uno de los suyos, que había equivocado el camino. Volvieron a la carga contra “El Peludo” hasta que lograron derrocarlo en 1930, previo una campaña periodística de una virulencia inusitada. Natalio Félix Botana vivió jactándose que desde “Crítica”, diario del cual era propietario, había terminado con el gobierno radical y su mandamás. Magneto, en nuestros días, se regodea diciendo que ningún “jefe de estado”, al que califica de puesto menor, resiste cuatro primeras planas de Clarín.
El prolífico escritor Linqueño llevó a cabo la creación de las “300 Boinas Blancas” de F.O.R.J.A. en apoyo al pronunciamiento del 4 de junio de 1943. Trabó relación con los coroneles Juan D. Perón y Enrique P. González a quienes, con muy buen olfato político, avizoraba como los hombres fuertes del G.O.U. [1], grupo nacionalista de creciente influencia a lo largo del crítico año de 1943.
Amadeo Tomás Sabattini, fue un médico, farmacéutico y político de la Unión Cívica Radical (UCR) popularmente llamado “Don Amadeo” y “El Peludo Chico”. Jauretche se relacionó con el citado dirigente y consiguió que Santiago del Castillo fuera designado como interventor en la Coordinación de Transportes. Del Castillo había sido gobernador de Córdoba sucediendo a Sabattini, y era hombre de su mayor confianza. AMJ quería “Radicalizar la revolución y revolucionar al radicalismo”
Tenía una abundante biblioteca, pero no estaba apegado a las sillas de los claustros universitarios y/o de las oficinas públicas. Era un hombre de acción. Pasaba de la pasión a la acción.
A partir del 17 de octubre de 1945 adhirió a los principios del naciente movimiento justicialista. No era muy amigo de las oficinas y los despachos pero, así y todo, desde 1946 hasta 1950 dirigió el Banco de la Provincia de Buenos Aires. Encaminó el crédito a la producción. A partir del alejamiento de Miguel Miranda, ministro de Economía de la Nación, optó por automarginarse y se convirtió en un sereno crítico de la segunda etapa del peronismo.
Caído el gobierno, el 16 de septiembre de 1955, retornó a lucha política, “en defensa de los diez años de gobierno popular”. Tuvo aciertos y desaciertos, pero en lo que no se equivocó fue en descubrir y marcar a los verdugos del pueblo y de la patria, lo hizo en yunta con Raúl Scalabrini Ortiz. Durante la siguiente década se convirtió en la “sombra negra” de casi todas las administraciones y ministros de economía que continuaron con la “labor” y “el trabajo sucio” de Prebisch; a quién denuncio en el imperdible “El plan Prebisch – Retorno al coloniaje” (1955). Lo mismo hizo con el insólito y cambiante capitán-ingeniero Álvaro Alsogaray, devenido en economista y político.
Era un criollo de armas blancas llevar, tan es así que, ya entrado en años, pues tenía 66 en 1967, invitado a un programa periodístico de Canal 7, uno de esos “funcionarios” con el que compartía la tertulia, lo ofendió. Don Arturo, desenfundó su pequeño facón de comer asados y lo corrió por todo el estudio. Esto le valió el mote de “El viejo del cuchillo” y “El viejo del facón”.
A partir de la Revolución “Fusiladora” es que decide retomar la tarea de escritor, toma la lapicera; y empieza a volcar, en artículos y libros los agudos análisis que había realizado sobre “el modelo” social-cultural-económico-político con que el “establishment” había formateado a los argentinos. Con el mismo ahínco que describió nuestras miserias lo hizo con nuestras virtudes. La clase media fue el sector más investigado y por consiguiente criticado, pero no repudiado. Todo lo contrario, opinaba que había que esclarecerla. Hacerle ver como habían sido poseídos por la oligarquía cipaya.
Producido el derrocamiento de Perón, y a pesar que los golpistas no lo habían molestado, vuelve a la actividad política lo que le costaría persecuciones y el exilio en Montevideo, en los años 1956 y 1957, siempre éticamente indemne.
Nos dijo adiós a los 73 años, justo un 25 de mayo, de puro patriota que era.
“Algunos historiadores dicen que ya estaba viejito. Yo digo que el muy zorro era un visionario y sabía lo que se le venía encima al país. Y, claro, ya no tenía fuerzas para empuñar un fusil como en 1933. O un cuchillo, aunque fuera el de cortar una tira de carne asada. La agencia Noticias Argentinas aseguró: “Con Arturo Jauretche muere toda una época de la política argentina, casi a caballo entre dos siglos. Una época de apasionamiento tributaria del debate personal, la quijotada y el ardoroso libelo.
Cómo no extrañarlo en estos tiempos de infamia, traición y desmemoria”. [2]
Repasemos su bibliografía
El “Viejo del Cuchillo” es autor de El paso de los libres (1934), El plan Prebisch – Retorno al coloniaje (1955), Los profetas del odio (1957), Ejército y política (1958), Política nacional y revisionismo histórico (1959), Prosa de hacha y tiza (1960), FORJA y la década infame (1962), Filo, contrafilo y punta (1964), El medio pelo en la sociedad argentina (1966), Manual de zonceras argentinas (1968), Mano a mano entre nosotros (1969), De memoria – Pantalones cortos (1972).
En esta serie de artículos vamos reproducir una a una las cuatro partes de “Los Profetas del Odio y La Yapa”. Lo hacemos para facilitar su lectura, puesto que, en no pocas oportunidades, se citan las “frases célebres” de Don Arturo y, tal vez, sus libros no son leídos. Entonces se corre el riesgo que se tomen las “frases” para distintos menesteres y se las descontextualice y/o se le adjudiquen distintos sentidos.
Veamos cómo nos cuenta el momento y los motivos que lo llevaron a componer la obra que nos ocupa.
«Donde la confusión se produce es en las clases intermedias y dentro de estas, particularmente en aquellos que queriendo constituir la inteligencia argentina son sólo la “intelligentzia”. Este es el hecho que analizo en La Yapa, ampliación de Los Profetas del Odio en su tercera edición, bajo el subtítulo “La colonización pedagógica”. Estas clases intermedias han sido subestimadas en su importancia en la lucha nacional y el resultado ha sido que los factores que hacen la colonización pedagógica, a través de la captación cultural, las han puesto a su servicio en los momentos críticos de nuestra historia, rompiendo el equilibrio a favor del mantenimiento de las viejas estructuras. En el conflicto entre la Argentina nueva, la real, que quiere realizarse más allá del colonialmente previsto destino agropecuario, y la ya agotada estructura de ese país pequeño que da el continente agropecuario, la toma de posiciones de esas clases intermedias es esencial y requiere esa introspección. (…) A esas clases intermedias me refiero cuando digo que el país se está buscando a sí mismo y mirando hacia adentro.” [3]
En este trabajo analiza lo expresado por J. L. Borges, E. Martínez Estrada, Silvano Santander, E. Sábato y Julio Irazusta; pone de manifiesto que, especialmente los dos primeros son fieles exponentes de la colonización pedagógica. No así al último de la lista, nacionalista y católico, pero totalmente desactualizado y descontextualizado, como lo manifiesta de la siguiente manera “Así puede resultar que quien está en lo cierto en 1840, se confunda en lo contemporáneo. Y lo que importa no es ser “federal melancólico” de 1840 para terminar en “unitario práctico” en 1955” [4]
Queda en claro un viejo problema que no hemos resuelto los argentinos. No debemos engañarnos con derecha vs. izquierda. El problema es soberanía nacional o colonia. Libertad o dependencia. Nuestra “intelligentzia”, encuentra partidarios mentalmente enajenados en ambos lados de la grieta.
Ezequiel Martínez Estada [1895-1964] Fue un prolífico literato, incursionó en diversos géneros, y su obra se caracteriza por poseer un fuerte tinte pesimista. En el año 1933 publicó “Radiografía de la Pampa”; en el que hace un pormenorizado detalle de todos los defectos que él ve en los argentinos y de todos los males que padece nuestro país. Y la culpa de todo es “nuestra”. No hace referencia a la condición de semicolonia a la que no ha arrastrado el “cipayaje” del cual él forma parte. Don Arturo dice “…nos va llevando precipitadamente a la convicción de que esto es un estercolero y en el estercolero solo hay una flor: Ezequiel Martínez Estrada.” [5]
En 1956 ve la luz ¿Qué es esto?, en este libro, “…da una lección deslumbrante del arte de injuriar”. [6] Propina una larga lista de insultos a Perón, Evita, a los funcionarios y al pueblo. Es por esto que, AMJ, lo caracteriza como “el radiólogo de la pampa” que pasó a ser un “fotógrafo de barrio”.
Jorge Luis Borges [1899-1986] En el Capítulo V se ocupa de J. L. Borges y de Silvano Santander. Al primero lo llama “el intelectual químicamente puro”. De pasado nacionalista yrigoyenista, hasta que se da cuenta que eso no “garpa”, entonces, empieza a destilar y manifestar un odio visceral contra el peronismo. Converso en “nuevo gorila”, se afanó por ser un “ilustre gorila”, y lo logró. Prologó el primer libro de Jauretche, titulado “El paso de los libres”. Convertido en escritor de la élite oligárquica renegó una y mil veces de haberlo hecho y se lamentó del error cometido. En una entrevista insultó al colega, que antes, había prologado sin ningún miramiento. Con la misma vehemencia no permitió, en 1974, que Emecé Editores S.A., empresa con la cual estaba arreglando la publicación de sus Obras Completas, incluyeran: “El tamaño de mi esperanza”, “Inquisiciones” y “El idioma de los argentinos”. Tampoco dejó publicar algunos poemas de sus primeros libros, tales como: “Fervor de Buenos Aires”, “Luna de Enfrente” y “Cuaderno de San Martín”. Once años después de fallecido, María Kodama, esposa de JLB, autorizó la publicación de los escritos del “Primer Borges”, de los que el “Segundo Borges” abominaba.
“Lamentablemente él, como tantos otros intelectuales argentinos, asumía un maniqueísmo extremo, veía al país desde afuera, y al revés que los griegos, los bárbaros eran los de adentro y no los de afuera” [7]
“Ser nazi (jugar a la barbarie enérgica, jugar a ser un vikingo, un tártaro, un conquistador del siglo XVI, un gaucho, una piel roja) es, a la larga, una imposibilidad y moral” [8]. Vemos como el literato que “no ganó el Nobel”, pensaba del gaucho, lo comparaba con lo peor para ellos. Durante casi toda su vida no se privó de los más variados exabruptos, burlas, adjetivos calificativos estigmatizantes hacia lo argentino más allá de lo nacional y popular.
Silvano Santander [1895-1971] Fue un político y periodista de la UCR. Verborrágico y locuaz, cualidad esta que caracterizas a los “radicales”. En su juventud militó en el partido comunista. Siempre fue socialdemócrata, antifascista y enemigo de la oligarquía. Participó en la fundación de la UCR durante la primera presidencia de don Hipólito, de quién era correligionario y amigo. Lo apuntaló en la campaña presidencial de 1916. Fue arrestado por Uriburu en reiteradas oportunidades. Denunció a los conservadores y a la oligarquía, quienes aliados a potencias extranjeras, derrocaron a Yrigoyen por sus avances socioeconómicos, tales como la fundación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, la creación de líneas ferroviarias estatales, su apoyo a la Reforma Universitaria y la sanción de leyes de protección a la clase media y obrera, tal como manifiesta en su libro “Yo acusé a la Dictadura”. Al estallar la Guerra Civil Española organizó una campaña contraria al sector fascista de Franco. Trabajó en el armado de la Marcha de la Constitución y la Libertad, de septiembre de 1945. Elegido diputado nacional en el 1946, fue un furioso opositor a Perón, a quién acusaba de fascista, nazi, autoritario, golpista, demagogo, etc. Lo mismos calificativos aplicaba a Evita. Comparaba al justicialismo con el fascismo y, a éste último, lo catalogaba como “un ensayo de socialismo nacional, ni marxista ni dogmático”; y como conclusión dice que eso mismo era la ´” tercera posición”. Todo esto está incluido en su escrito titulado “Técnica de una traición” publicado en 1955. En éste volumen ataca, otra vez, a Perón y a muchos oficiales del Ejército Argentino. Pero como dicen los españoles “Donde las toman las dan” El Gral. Carlos Maximiliano von der Becke lo refuta. Lleva a cabo una investigación en archivos argentinos, uruguayos, estadounidenses y alemanes. Como resultado de su búsqueda publica “Destrucción de una infamia”; deja en claro que la información, las fuentes utilizadas por Santander, y su proceder, como base del libelo, eran todas inexactas y falsas. Burdas mentiras.
Lógicamente, Don Arturo al igual que citado General, va desnudando los argumentos y acusaciones del parlanchín opositor; y denuncia que éste libelo fue inspirado por la CIA, y Santander ofició de escriba.
Julio Alberto Gustavo Irazusta [1899-1982] Abogado, político, periodista y laborioso hacedor de libros de historia. Descendiente de una familia de orientación radical. De pensamiento nacionalista y católico. Defensor de la independencia económica de la Argentina, en un marco de libertades y derechos inalienables. Los hermanos Irazusta se opusieron a R. Prebisch y, a su vez éste, los retrucó. En esto coincidían con Jauretche. Julio fue opositor de Perón desde el principio hasta el final de la gesta justicialista. Escribió “Perón y la crisis” (1956), volumen en el que critica al “tirano depuesto” y por consiguiente a su gobierno.
Conclusión
Faustino Valentín Quiroga Sarmiento, así figura en su partida de nacimiento. Después se hizo llamar Domingo Faustino Sarmiento, creador de “civilización y barbarie”. El campo cultural argento siempre estuvo copado por el gorilismo. A caballo de la “Revolución Fusiladora” un numeroso grupo de “civilizados” se apuraron a escribir muchos libros en los que dieron rienda suelta, y pusieron de manifiesto, todo el odio y el desprecio que tenían en el alma, el corazón, la cabeza y la lengua contra Perón, Evita y el pueblo.
Borges y Bioy Casares primeriaron con un cuento titulado “La fiesta del monstruo”. Este texto, escrito en 1947, o sea un año después de la asunción del “dictador populista” a la presidencia, y publicado en 1955, año de la “Revolución Libertadora”. En el semanario “Marcha” de Montevideo, muestra la jornada del 17 de octubre como el accionar de “la chusma”, gente proveniente del sur, del llamado “Gran Buenos Aires”, que “invade” la civilizada ciudad, haciendo gala de grosería y barbarie. Julio Cortázar en 1951 publica “Bestiario”. Luego vinieron: “La mujer del látigo: Eva Perón” de Mary Main (1951), pero en Argentina fue editado en 1955. “Ayer fue San Perón – 12 años de humillación de la Argentina” (1955) y ¿Adónde va Perón?” de Raúl Damonte Taborda. Y, sobre todo, el campeón del agravio el insulto y la mentira “¿Qué es esto?” (1956) de Martínez Estrada. El “antiperonismo”, expresaba su repulsión y rencor, con saña; mediante una gran cantidad de: novelas, cuentos, ensayos, artículos periodísticos, testimonios, best sellers, canciones, poemas, carteles, proclamas, cartas, diarios, panfletos, folletos estatales, revistas, discursos y grafitis. No se privaron de nada
Don Arturo no estuvo solo en la defensa de lo nacional y popular. El “Colorado” Jorge Abelardo Ramos y Juan José Hernández Arregui también retrucaron a todos los demonizadores del “justicialismo”. El primero de los nombrados, en 1954, publica el ensayo titulado “Crisis y resurrección de la literatura argentina”, donde “zamarrea” a Borges y a Martínez Estrada. Norberto Galasso, Luis Fernando Beraza, Rodolfo Edwards, Carlos Caramello, Vicente y Hugo Muleiro, entre otros; se fueron sumando a la cruzada esclarecedora y reivindicadora del peronismo.
Columnista invitado
Amadeo Hugo Robert Gilaberte
Contador por la Universidad Católica Argentina. Magister en Energía por la UNCuyo, Facultad de Ingeniería. Obtuvo la graduación de Magister habiendo desarrollado la tesis en la disciplina “Análisis y Gestión de Riesgos Tecnológicos”. Diplomados en UNCuyo, Facultad de Ingeniería: en Análisis y Diseño Energético; en Administración Energética; en Planeamiento Energético. Curso de Eficiencia Energética por la Fundación Pro-ambiente. En la Fundación de Alta Dirección recibió las siguientes capacitaciones: Curso Negociación Avanzada. Diplomado en Programación Integral de Management 2003. Diplomado en Administración de Empresas 2000. Resolución de Problemas y Toma de Decisiones. Seminario Internacional de Marketing Estratégico. Estilos y Estrategias del Nuevo Management por la Extensión School Harvard University. Seminario de Logística Universidad Gentulio Vargas Brasil. Inició su carrera laboral en la Gerencia de Ingeniería de Obras de Y.P.F. Oficina de Planeamiento. Continuó en Gas del Estado desempeñándose en la Administración Comercial. Permaneció con el mismo cargo en la Distribuidora de Gas Cuyana en la Gerencia Comercial. Luego pasó a Gerencia Administrativa Financiera, de la mencionada empresa, hasta su jubilación. También se desempeñó como Perito de la Corte Suprema de Justicia de Mendoza en juicios comerciales, civiles y laborales. Hizo los aportes, que a continuación se detallan, en el Boletín del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Mendoza: “Calidad”, Boletín del CPCE Mza., May. / 08; con E. Bustamante, “Clusters”, Boletín del CPCE Mza., Oct. – Nov / 07; “Trazabilidad-Del campo a la mesa”, Boletín del CPCE Mza, Jul / 07. Exposiciones realizadas: “Monóxido de Carbono – El asesino silencioso” – Jornadas Internacionales de Energía. 16-17 de abril/10 – Universidad Nacional de Cuyo, Facultad de Ingeniería; “Matriz Energética Nacional y Provincial – Diagnostico y Propuestas” Conferencia Debate en la Universidad Tecnológica Nacional de Mendoza – 15-05-2017.
Notas
[1] El G.O.U., Grupo de Oficiales Unidos1 o Grupo Obra de Unificación,2 fue una logia u organización secreta argentina de tendencia nacionalista, creada en el seno del Ejército Argentino el 10 de marzo de 1943. Ese mismo año realizó un golpe de Estado al presidente Ramón S. Castillo
[2] BARDINI, Roberto A 30 años de la muerte de Arturo Jauretche. Al “troesma” con cariño Fuente: www.rodelu.net
[3] JAURETCHE A, Mano a mano entre nosotros, Buenos Aires, Peña Lillo Editor, 1969, pág.124.
[4] JAURETCHE A, Los Profetas del Odio y la Yapa, Buenos Aires, Ediciones Corregidor, 2004, pág.34.
[5] JAURETCHE A, Los Profetas del Odio y la Yapa, Buenos Aires, Ediciones Corregidor, 2004, pág.27.
[6] EDWARDS, R. Con el Bombo y la Palabra, Buenos Aires, Seix Barral, 2014. Pág. 195.
[7] BERAZA, L. F. “Anti peronistas”, Buenos Aires, Javier Vergara Editor 2010. Pág. 20.
[8] BORGES, J. L. “Anotación al 23 de agosto de 1944”. En “Sur” Nº 120, octubre de 1944. Pág. 24-26.