Casta, mafia, sionismo nazi, represión, vaciamiento de la Argentina; ratificación enclave colonial, sumisión (pensar que no ganaron sino que perdimos por pejotistas, cegetistas y desmovilización).
Particularmente, los movimientos sociales y otras yerbas… El bastonero, nunca se bajó de los barcos y se vuelve a España; huyendo (con jubilación grosa -mas para él y sus amigos, Menem y Macri, de la misma laya-, dejando un busto, en la Casa Rosada, para demostrar que miserias tuvimos siempre.
Todos ellos poseen un máster en miseria humana; otros, son los doctores honoris causa del lejano norte. La desmovilización; la división y atomización (superior a aquélla), fueron sus armas y herramientas. Nos instaban a una autocrítica que jamás hicieron, porque su condición de tropilla de otro pelo y aves de distintos plumajes, los hacían actuar vilmente, pero por convicción.
Algunos dijeron -y otros pensaron-, “tenemos que terminar con el peronismo”, que es decir con el Frente, porque lo de kichnerismo, fue un justificativo, como diciendo que una y otra cosa, no son lo mismo. Cuando Néstor los vio venir dijo, “lo hacen para bajarnos el precio”, y estaba anticipando lo que harían.
Era la profesión de fe, para que el imperio -y todos sus servidores-, los tuvieran en cuenta, para tirarles un mendrugo. Lamentablemente, hicieron escuela, porque muchos -inconcientemente-, les creyeron y les siguieron el juego. Ellos le pusieron “kichnerismo”, para no reconocer que estábamos ante el peronismo del siglo XXI. Los dos mas grandes discípulos de Perón y de Evita, habían puesto al peronismo en el poder, tras 48 años del golpe, que tronchó nuestra revolución y en el inicio de un nuevo siglo.
El menemismo sí, fue espurio; vació al país y entregó todo lo que se podía entregar; como luego haría Macri y hoy proyecta hacerlo Milei. El pueblo era y es, el gran ausente,.. Los medios y la justicia mafiosos harían su parte. No es casual que, alrededor de los tres, haya muchos genuflexos -cipayos baratos-, ramplones que, exhibiendo su trucha condición de “peronistas”, se venden al mejor postor.
O se regalan, simplemente, cuando no hay oferta por ellos. Huelga dar nombres, porque están en todos los medios, apoyando, opinando y mendigando. Vivieron toda la vida de Perón, sin tener nada que ver con él. Pero que “garpa”, garpa, como se suele decir. Pocos saben por qué votaron a los tres rufianes y lo reconocen.
Lo mas grave es que van a sufrir -amargamente-, como ayer y en esta instancia, pero van a hacer sufrir a mas de 46 millones de personas. Porque se los están diciendo en la cara. El mundo nos ve como un país culto y de avanzada, pero se asombra, ante la demostración de ignorancia colectiva de la realidad.
Miles y miles de profesionales, literatos y universitarios, son parte de esa masa amorfa, surgida del lavado de cerebros y del amasijo mafioso. Pero la Argentina no es la excepción. El problema de la ignorancia (sin diferencias culturales) y el fenómeno psicopático, han adquirido volumen global.
El negacionismo inducido, hace que la gente no tenga conciencia ni memoria de la realidad. La Argentina vivió -durante doce años y medio-, una época dorada, donde se materializó el mayor avance de la seguridad social de toda la historia. Las presencias de Néstor y de Cristina fueron fundamentales.
Fueron el factor vital -especialmente, mental-, del cambio de paradigma. Lo hicieron con el aporte de las organizaciones y partidos, unidos en el Frente. Es contemporáneo y reciente; no obstante, la macabra tarea de borrarlo todo, no se hizo esperar. El delincuente que vació el Banco Nación (con Vicentín y otros escándalos) dijo -muy suelto de cuerpo-, que lo que ocurrió fue una mentira, “se les hizo creer, a sectores medios, de ingresos medios, que podían tener un auto; una casita; un plasma; un celular…”.
Hizo público lo que -en realidad-, piensa la mayoría de una casta con fortuna -pero sin calidad humana, ni bien parida-, posición hecha de robos, estafas, trata y mil felonías mas. Su “propiedad privada”, es absolutamente malhabida. Ya, en 1830, en la primera guerra contra el indio, se posesionaban de decenas de miles de hectáreas fiscales, porque la tierra no es de nadie; todos somos hijos de ella.
La historia abunda en este tipo de actos -de pillaje y apropiaciones hasta de niños-. Bullrich, en su predio, remataba animales -y de paso-, esclavos, de todo tipo; siguiendo el camino del gran contrabandista que fue Joseph Martínez de Hoz, que transó con los ingleses, para administrarles la aduana, en tiempo de invasión y cuando el pueblo ganaba todas las calles, con coraje, defendiendo y reconquistando Buenos Aires; son eso, no han cambiado.
Si el hombre nace pobre, debe morir pisoteado. Eso si, van seguido a misa -sean católicos o sionistas da igual-, creyendo limpiar sus imperdonables crímenes. Volviendo a la época dorada (de doce años y medio), comenzaron por cuestionar que se trataba de la década recuperada (dos años y medio menos). Que había que hacer autocrítica, pedían, los que nunca hicieron nada y si lo hicieron lo hicieron mal.
Cuando la grey de 6 o 7 exportadores -ladrones y contrabandistas-, se hicieron pasar por “el campo” y cortaron las rutas, ellos los acompañaban, para desmentir la realidad, única verdad. Pese a eso y a la grave crisis mundial, la Presidenta superó el trance y gano la reelección, por casi el 55% (pero no porque el pueblo no sabía a quien votaba, ni por qué, sino porque formaba parte del gobierno).
Todas las críticas procedentes del “peronismo” eran perversas, maliciosas y falaces, pero no me llamaron la atención, ya lo había vivido. Los mismos (sus similares), en 1955, saltaron la valla y detestaron al gobierno de Perón. El 23 de setiembre, se volcaron a las calles, junto a un pueblo que -mas tarde-, penó y se arrepintió. Ya esa tarde. Dijeron todo lo que Perón no pudo hacer, desconociendo todo lo mucho que se había realizado.
La historia se repitió, casi sin diferencias. Y los que se disfrazaron, siempre, de peronistas, están haciendo cola, para el reparto. El pueblo paga -con dolor y lágrimas-, mientras la farsa continúa, rumbo al drama, en tanto se lo hambrea, para no parar el contrabando de 45 mil millones de dólares, por los puertos y el Paraná (secuestrados). En eso están.
4 de diciembre de 2023
Columnista invitado
Carlos Valle
Docente, economista, historiador, periodista y escritor. Enlace de la Resistencia (1956). Presidente de la Asociación de Periodistas Latinoamericanos (1965-1976). Decano de los periodistas de Radio Nacional. Sindicalista y asesor gremial y político (CGT hasta 1991). Exiliado en 1962.


