Las festividades desempeñan un papel fundamental en la sociedad que los humanos hemos sabido construir. Actúan como vehículo para la transmisión de tradiciones arraigadas y valores compartidos. Más allá de su aspecto festivo, estas celebraciones son cruciales en la consolidación de vínculos comunitarios, sirviendo como un momento propicio para fortalecer la conexión entre los miembros de la sociedad. Además, las festividades no solo fomentan la cohesión social, sino que también ofrecen la oportunidad de renovar compromisos y proyectos colectivos que contribuyan al desarrollo y la continuidad de la vida social. En este sentido, las fiestas se erigen como eventos significativos que trascienden lo meramente festivo, desempeñando un papel activo en la cohesión y enriquecimiento de la trama social de una comunidad. Es el momento en que todos estamos juntos con un mismo propósito, como lo fue el festejo de la Copa del Mundo.
Muchas razones inciden en la vida cotidiana desde que nos paramos y empezamos a caminar en los altos pastizales del costado este del continente africano. Veo la imagen de aquellos antepasados caminando detrás de una manada de animales grandes, vigilando atentamente para dar aviso de cuando alguno caía y quedaba disponible para convertirse en almuerzo. Frágiles y sin muchos recursos, eran los últimos invitados a comer los restos de proteína que dejaban los predadores más grandes y corpulentos.
La comida de todos los días eran frutos y partes tiernas de los árboles. Expuestos a las peripecias del clima, el calor del sol ha sido siempre el poncho de los pobres, entonces muy cerca del momento que marca el fin de los días cortos, ha sido el tiempo de celebrar algo que está grabado en la parte más primitiva de nuestro cerebro.
La convergencia de muchas religiones en la celebración central cerca del solsticio de invierno seguramente puede atribuirse a diversos factores culturales, astronómicos y simbólicos que han influido en las tradiciones religiosas a lo largo de la historia.
Esa fecha marca el momento en el que la Tierra está inclinada en su órbita alrededor del sol, resultando en el día más corto y la noche más larga del año en el hemisferio norte. Este evento tiene un significado simbólico, ya que representa el renacimiento del sol y el retorno de la luz después de un período de oscuridad. Muchas religiones originadas en el hemisferio norte han asociado esta transición con conceptos de renacimiento, esperanza y renovación. De hecho, las fiestas más relevantes de la cultura Inca y otras se da el 21 de junio, día del solsticio de invierno para el hemisferio sur.
En este contexto, la noción de la luz asumiendo el control sobre la oscuridad es un motivo común. Muchas religiones utilizan simbolismos relacionados con la luz para expresar ideas de conocimiento, iluminación espiritual o la victoria del bien sobre el mal. Estos temas se conectan naturalmente con el período en el que los días comienzan a alargarse después del solsticio.
A lo largo de la historia, las poblaciones y culturas han compartido e intercambiado tradiciones, rituales y símbolos. Esto ha llevado al sincretismo religioso, donde diferentes prácticas y creencias se mezclan. Las celebraciones cercanas al solsticio de invierno pueden haber sido adoptadas o adaptadas por varias religiones a lo largo del tiempo.
Muchas sociedades antiguas se desarrollaron con fuerte centro en la agricultura. Esto ocurrió hace más de diez mil años, y no fue en un solo lugar, se desarrolló de manera independiente en varios puntos del planeta: en Mesopotamia y Egipto, donde se cultivó trigo y cebada; en América, con el maíz y el este de Asia, con el arroz. El solsticio de invierno marcaba un momento crucial en el ciclo agrícola. Las festividades en esta época a menudo estaban relacionadas con la fertilidad de la tierra y la esperanza de una cosecha exitosa en la próxima temporada.
Julio, un buen amigo, me escribió recién: “El nuevo año comienza en el solsticio de invierno del hemisferio norte, que fue el pasado 21 de diciembre, cuando el movimiento pendular de la Tierra se mantiene en una posición estática durante un microsegundo y el planeta regresa a la posición inversa del péndulo.
“Este era el día de gran celebración para las comunidades agrícolas primitivas que adoraban al sol como una deidad que siempre vence la oscuridad y el frío para traer un nuevo verano. La razón por la cual los calendarios cristianos cambiaron el día fue para que la nueva religión rompiera con esta tradición creando nuevas fiestas cercanas al solsticio para que las personas dejaran de observar tanto movimiento astronómico y se convirtieran en mansos rebaños guiados ‘por un pastor’, que debía introducirles por la fe en la auténtica verdad del conocimiento humano”.
Las fiestas de fin de año han ido transformándose en una fiesta de consumo, lo que sería coherente con el sincretismo, en este caso con el dios dinero.
Todas estas razones las entiendo, voy siguiendo el razonamiento. Pero la verdad, no me alcanza. No quisiera empezar a poner en línea las dificultades y los desafíos que enfrentamos.
Sin embargo, encontrar razones para estar feliz en medio de situaciones difíciles puede ser fundamental para mantener un equilibrio emocional. Tenemos que aprovechar el tiempo para apreciar y fortalecer relaciones personales, los amigos y seres queridos proporcionan consuelo y apoyo emocional.
Pequeños Momentos de Alegría: encuentra felicidad en pequeños momentos diarios. Puede ser disfrutar de una taza de café, observar la naturaleza, leer un buen libro o escuchar música. Estos pequeños placeres pueden marcar la diferencia.
A pesar de los desafíos, la solidaridad y la ayuda mutua son fenómenos comunes, muchas personas y organizaciones trabajan arduamente para hacer del mundo un lugar mejor, esto debe ser inspirador, darnos esperanza e insuflar optimismo en nuestro pequeño horizonte.
Seria deseable aprovechar este tiempo para aprender algo nuevo haciendo foco en el desarrollo personal dejando atrás aquello que solo cada uno sabe debe dejar.
Es importante tener en cuenta que hay cosas que cambiarán por nuestra acción, realizar pequeñas acciones positivas puede generar un impacto significativo en cada uno e implica un cambio en tu entorno cercano.
Alguien me dijo que debemos aprender a apreciar la salud y el bienestar. A veces, en medio de las dificultades, reconocer la salud física y mental puede ser una fuente de gratitud. Por otro lado, encontrar la felicidad no significa ignorar los problemas del mundo, sino encontrar un equilibrio entre el reconocimiento de los desafíos y la capacidad de disfrutar de las pequeñas cosas que hacen la vida significativa.
A lo largo de la historia, la humanidad ha demostrado una sorprendente capacidad para la resiliencia y la superación. Sea que se pudo hacer porque sintió la compañía de los otros, sea porque depositó la esperanza en una fuerza superior o por la razón que en cada momento de la historia la humanidad encontró como fuente inspiración, la capacidad de adaptación de las personas frente a desafíos es asombrosa y debe ser un motivo para seguir adelante.
Toronto, 24 de diciembre 2023
Columnista invitado
Rodrigo Briones
Nació en Córdoba, Argentina en 1955 y empezó a rondar el periodismo a los quince años. Estudió Psicopedagogía y Psicología Social en los ’80. Hace 35 años dejó esa carrera para dedicarse de lleno a la producción de radio. Como locutor, productor y guionista recorrió diversas radios de la Argentina y Canadá. Sus producciones ganaron docenas de premios nacionales. Fue panelista en congresos y simposios de radio. A mediados de los ’90 realizó un postgrado de la Radio y Televisión de España. Ya en el 2000 enseñó radio y producción en escuelas de periodismo de América Central. Se radicó en Canadá hace veinte años. Allí fue uno de los fundadores de CHHA 1610 AM Radio Voces Latinas en el 2003, siendo su director por más de seis años. Desde hace diez años trabaja acompañando a las personas mayores a mejorar su calidad de vida. Como facilitador de talleres, locutor y animador sociocultural desarrolló un programa comunitario junto a Family Service de Toronto, para proteger del abuso y el aislamiento a personas mayores de diferentes comunidades culturales y lingüísticas. En la actualidad y en su escaso tiempo libre se dedica a escribir, oficio por el cual ha sido reconocido con la publicación de varios cuentos y decenas de columnas. Es padre de dos hijos, tiene ya varios nietos y vive con su pareja por los últimos 28 años, en compañía de tres gatos hermanos.


