Nos teníamos de mentas pero nunca habíamos compartido un café. Tampoco le formulé entrevista alguna a este militante político y social, que pasó varios años en las cárceles del “Proceso de Reorganización Social”, pomposo nombre que se colgó la última dictadura cívico eclesiástico empresarial militar. Superado un inconveniente técnico, volví con las Entrevistas militantes, con ánimo de conocer a quienes puedan dar testimonio de aquellos años de la paz de los cementerios. La muerte era la carta fuerte de lo que luego denominaríamos genocidio.
Claro, es que entre otros derroteros brutales, nos legó más de 30.000 detenidos desaparecidos. Todo fue en un contexto de torturas, robos de bebés, violaciones (tanto de hombres como de mujeres) y robos de los bienes de los propios represaliados, por parte de los delincuentes a cargo del Poder Ejecutivo, por imposición de las armas. El estado de derecho, entonces, pasó a ser una joya de imposible disfrute. Todas las libertades fueron conculcadas, mientras el Poder real se quedaba con las riquezas acumuladas por argentinos y argentinas.
La charla con mi entrevistado, a tris de un clic, ojalá sirva para adentrarte en las tinieblas de esos años tan tristes. Bonachón en el sentido querible del término, Alberto Córdoba parece parco, pero a poco comenzar la conversación te regala la primera sonrisa. Su discurso, inteligente y a la vez celebratorio de la importancia de involucrarnos en la lucha por un mundo mejor, no deja lugar a dudas. Lo vibrante deviene de lo corroborable de todo lo que me contó. Abrió su corazón y juntos avanzamos por meandros tan encomiables como inolvidables.
Entrevista: Alberto Córdoba, 17 de junio de 2025
De puño y letra
Alberto Córdoba
“Bueno Marcelo, te cuento algo de mi militancia. Comenzó allá por 1972 en la Universidad en la J. P. (Juventud Peronista) y luego me involucré en el trabajo gremial, siendo delegado en el Banco de Mendoza hasta julio del ’76 , año en el que fui secuestrado y llevado al centro Clandestino de Detención D2,, luego a la Comisaría 7ma, hasta enero del ’77, que me blanquean al llevarme a la penitenciaria de Mendoza.
“Posteriormente paso por diversas cárceles hasta recuperar mi libertad en setiembre del ’81.
“Actualmente milito en DDHH acompañando los recorridos del Espacio Provincial de la Memoria y también en Jubilados y pensionados (JUBYPEN).”.


