Creo que era a las 12,00 cuando veíamos Las Aventuras de Hijitus, en la tele en blanco y negro. El aparato era enorme (nos lo parecía porque éramos culiyitos, pero comparados con las delgadas y livianas pantallas de hoy, no caben dudas). Si todo andaba correctamente, no había que pegarle a la “caja boba” para que se viera bien.
La revolución color llegó a la Argentina de la mano del Mundial de Fútbol 1978. Hasta ese momento imaginábamos que la ropa de Super Hijitus (y su sombrero, que hacía las veces de un dispositivo disparador, eran azules). Lo sabíamos por verlo impreso -aquí si en colores- en la revista Anteojito y Antifaz.
Como vivíamos inmersos en ella, casi desconocíamos la existencia de la inocencia. En ese sentido, la labor creativa de García Ferré aportaba a una mirada muy bella, ingenua -pensada para nuestra condición de niños- pero que tenía la gran virtud de poder disfrutada por todas las familias de nuestra Argentina. Un placer.
“Tras su paso por la enseñanza primaria, al acabar la guerra ingresó en el instituto, en el que destacó como discípulo aventajado de Celia Viñas. Manuel García Ferré sobresalía en la asignatura de dibujo, teniendo de vecinos de pupitre al pintor Luis Cañadas y al actor Leopardo Anchóriz. A los tres les premió el claustro de profesores en la Feria del Libro (abril, 1945) por sus ilustraciones a una obra periodística de Pedro Antonio de Alarcón.
“Instalados ya en la capital bonaerense -con su familia-, asistió a un colegio nocturno del barrio del Congreso y se matriculó en tres cursos en la Escuela de Arquitectura. En 1954 dejó la licenciatura para centrarse en el dibujo comercial a través de campañas publicitarias. Así surgieron Anteojito y Antifaz, sobrino y tío, en el Canal 9 de TV.
“Anteojito inspiró una revista de gran tirada y ambos personajes protagonizaron el primer largometraje de dibujos animados de García Ferré: Mil intentos y un invento, estrenado en 1972. A partir de ahí se sucederían nuevos personajes de ficción coloreados en papel y pantallas cinematográficas, relatos para niños en revistas y cómic: El pollito Pío-Pío, Hijitus y Pichichus, Larguirucho, Oaky, Trapito, Petete, Calculín y tantos otros salidos de sus estudios de calle Corrientes y Talcahuano.
“De todos ellos, la tortuga Manuelita -en base a la bella canción perteneciente a María Elena Walsh- (que vivía en Pehuajo y un día se marchó a Europa en busca de aventuras) fue la que más celebridad, dinero y satisfacciones proporcionó -junto a Petete- al dibujante, ilustrador, guionista y cineasta almeriense. El largometraje logró mayores taquillajes en salas de cine que Walt Disney y fue elegida en 1999 para representar a Argentina en los Oscar a la mejor película extranjera”.
“Larguirucho: alto, desgarbado, orejón, con una nariz parecida al hocico de un ratón; y despistado. Usa siempre gorras de distintos colores. Su risa característica es Ju ju ja ju ja ju y cuando no entendía algo decía ¡Hablá más fuerte que no te escucho!”.
Las Aventuras de Hijitus: El Otro Super… ¿otro Superhijitus???
(Serie dedicada a Carlos Meineri, gran amigo y “odontólogo de cabecera”)