Este reputado intelectual ofrece aquí su perspectiva del “fenómeno Milei” en el contexto mundial post pandémico, donde quedan a la vista experiencias similares en un importante número de naciones del orbe. Si bien breve, este texto tira algunas líneas para seguir desarrollando pensamiento. Si bien no disponemos del suficiente tiempo para ppoder llevar adelante un debate que, quizás tapado, terminó emergiendo como resultado de las urnas, creo que es indispensable darlo.
La cercana experiencia de Jair Bolsonaro en Brasil, que llegó al gobierno previa proscripción de Lula -encarcelado sin pruebas- por parte del Poder real, no hace recordar que algo similar ocurre en nuestra Patria: Cristina Fernández, Vicepressidenta de la Nación y única lideresa argenta, también ha sido impedida de competir electoralmente por el Poder Judicial. Es decir que la ultraderecha hace uso de la trampa, una vez más, para lograr encaramarse en Casa Rosada.
Las corporaciones trasnacionales gobiernan el mundo de hoy. esta fase capitalista de altísima concentración de la riqueza ha depositado los hilos fundamentales de la economía en un puñado de manos. Esos intereses ponen y sacan gobiernos, tienen ejércitos propios, son una suerte de Estados dentro de los Estados y desde allí deciden por las mayorías previamente lobotomizadas. No comparto con Alemán un punto de vista que pongo en dudas en la nota sobre Agustín Rossi.
“Elecciones 2023
“Ultraderecha argentina: Nuestro país también herido
“Desde hace años considero que las ultraderechas son el resultado del cruce entre financiarización del capitalismo y los nuevos modos de producción de subjetividades flotantes y sin historia. Por ello nunca consideré suficientes las hipótesis que dictan que la ultraderecha surge por un déficit del progresismo o de lo nacional y popular. Es una hipótesis cierta pero limitada, que solo ve a la ultraderecha como un fenómeno de insatisfacción con la política y en relación con la superestructura. En este punto falta dirimir lo que sucedió como efecto de la acelerada destrucción de los vínculos sociales y los proyectos políticos históricos; la ultraderechización tiene su propia dinámica interna y su participación especial en una mutación antropológica que está en proceso.
“Considero insuficiente la hipótesis que interpreta a la ultraderecha en función de lo que no se le ofreció al pueblo desde los gobiernos progresistas o nacionales y populares.
“En la pandemia se cruzó un límite, por primera vez se hizo visible la escuadra zombie terraplanista y el negacionismo -precondición ideológica de la ultraderecha- tomó consistencia en distintos lugares del mundo. Se produjo un corte histórico, que dio lugar a un nuevo tipo de subjetividad neoliberal y autoritaria: Trump, Abascal, Ayuso, Bullrich, Le Pen, Meloni, con una importantísima legión de seguidores que ya no disponen del punto de anclaje que les permita una lectura retroactiva de los legados e incluso de la propia historia personal.
“No vincular el fenómeno Milei a todo esto y querer retratarlo solo desde Argentina es tan absurdo como pensar que la decisión de no hacer nada con el cambio climático o el odio feroz a las izquierdas es un fenómeno local.
“Un espectáculo sadomasoquista, el sadismo autoritario y el masoquismo de la masa, bloquean la emergencia del pueblo y comienzan a atravesar a muchas de las sociedades contemporáneas. Argentina no es ya una excepción.
“Pagina12.com.ar
“Jorge Alemán
“15 de agosto de 2023”.


