Cuando pase el temblor 5
“La pandemia llegó para quedarse” es una frase que irrita a mucha gente, la misma que olvida que la pandemia de SIDA, iniciada hace alrededor de cuarenta años, continúa y nos obligó a adoptar hábitos que ya no cuestionamos ni rezongamos como al principio. Los irresponsables que han politizado la cuarentena parecen no tener freno y eso a veces desanima, ya que alientan la ansiedad que provoca el encierro y el temor a lo que pueda pasar. Los medios alimentan esa ansiedad en lugar de ayudar a superarla y eso genera la violencia de los anticuarentena.
Sin embargo, el Instituto Patria parece decidido a no aflojar en su afán de trazar caminos sobre cómo es posible hacer política empezando por la docencia, por ahora quedándose en casa. Una de las fallas de la anterior gestión K fue la de no explicar debidamente al pueblo la importancia de las medidas que tomó. Todavía hoy Alberto y su equipo mantienen el mismo problema y esto ha sido advertido por periodistas del propio palo, como Eduardo Aliverti. Pero él mismo, como docente, es muy claro en sus explicaciones y eso ayuda, aunque sus detractores se empeñen en distorsionarlo, amenazarlo o burlarse de él.
La semana pasada repasamos la Clase 4 del Segundo Seminario del Instituto Patria (IP) sobre ideas políticas en tiempos de crisis Después del temblor 4, el cual, dicho sea de paso, finalizará este próximo sábado.
En la clase 5 fue el turno de un veterano de la militancia: José Fumagalli, pero también de dos jóvenes estudiosos, técnicos al extremo, como lo son Mercedes Patrouilleau y Demián Tupac Panigo, éste último vicepresidente de Fabricaciones Militares.
Mercedes Patrouilleau comenzó su exposición basada en “Prospectiva y estudios del futuro en contexto de pandemia”, donde tuvo que explicar la importancia de imaginar cómo será el mundo luego de todo esto. Para eso existe la prospectiva. ¿Qué será eso? nos prguntamos. Y entonces comenzamos la respuesta con lo que dijo: “hay que ver algunos aspectos técnicos, pero también políticos, y la importancia de la planificación. Pero la prospectiva se especializa en el análisis sistemático del entorno. Prevemos qué puede pasar, pero también puedo planificar qué voy a hacer yo frente a lo que va a pasar. Las ciencias tradicionales parten de la epistemología, luego la teoría y finalmente la aplicación. La prospectiva hace el camino inverso. Para los próximos 18 meses hay cuatro escenarios posibles: 1) Guerra Fría; 2) Mundo Multilateral; 3) Mundo multipolar y regionalizado; 4) Crisis mundial y repliegues nacionales”. Escenarios… una palabra que nos remite al teatro, donde se representará una historia, sólo que ahora los teatros son cuatro. “Teatro de operaciones” decían los militares en una época…
Éstos son los 4 escenarios internacionales posibles del futuro, frente a los cuales la Argentina deberá estar pensando en cuatro políticas distintas. O sea, no alcanza con un Plan A, sino que necesitaremos pensar con anticipación planes B, C y D. Como dijo el descuartizador, vayamos por partes:
- Si volvemos a la Guerra Fría, o sea al período 1945-1989, empeorará la crisis económica norteamericana y por ende las guerras que la industria armamentista yanqui necesita para mantener activa la economía. En los países subdesarrollados habrá una tremenda crisis humanitaria y China huirá hacia adelante, lo que significa que establecerá nuevas alianzas. Asimismo, pueden ocurrir los colapsos de los organismos financieros internacionales creados en 1944 en Bretton Woods, EEUU, como por ejemplo el FMI. También son posibles intervenciones militares (o también ciber-militares) norteamericanas directas en América Latina y el mundo árabe.
- Si el mundo se vuelve Multilateral, eso significará que organismos como el FMI o el Banco Mundial no desaparecerán, sino que ayudarán a mitigar (no resolver) la crisis, pero en apoyo de empresas transnacionales para recomponer cadenas comerciales. Si Trump no es reelecto, EEUU consolidará su economía, pero replegándose sobre sí mismo, al tiempo que China también consolidará su mercado interno. Toda la comunidad internacional se replanteará la forma de anticiparse a los hechos.
- Si el mundo se vuelve multipolar y regionalizado, se multiplicarán las medidas proteccionistas: cada país pondrá altos impuestos a las importaciones para proteger a su propia industria. Luego, los países importadores serán más débiles y frágiles y EEUU y China lucharán contra su propio desempleo, alentando exportaciones y desalentando importaciones. La Unión Europea se extenderá a Europa del Este; Estados Unidos a México; China al sudeste Asiático
- En el cuarto escenario la cosa se complica mucho: persistirá la crisis económica, caerá el precio del petróleo, fundiendo así a los países petroleros; habrá racionamiento masivo de alimentos y surgirán economías de subsistencia. Habrá migraciones masivas y aumento de la violencia y la delincuencia en todas partes. Los gobiernos, todos, se orientarán a resolver crisis alimentarias, migratorias y humanitarias y se fortalecerán las políticas de defensa y seguridad. Habrá expansión del terrorismo. EEUU desconocerá tratados internacionales y China se replegará.
Respecto de los límites al crecimiento del neoliberalismo en el mundo, la disertante dijo que “en los ´70 ya se planteaba el enorme crecimiento demográfico. En ese tiempo el Club de Roma proponía reducir la tasa de natalidad. En América Latina se respondió que se debía redistribuir el poder; en ese escenario, en el 2060 se produciría el colapso”.
No hay dudas que el cuarto escenario, hipotético pero verosímil, sería el peor de todos. A esta altura nos preguntamos si Mauricio Macri siquiera hubiera tenido la inteligencia de pensar (y entender) este problema tan complejo. Y lo digo con la finalidad de que tomemos conciencia del monstruo que estuvo a cargo de las políticas públicas del país.
A los kirchneristas nos queda el consuelo de saber que tenemos un equipo de gente que al menos piensa, discute todas estas cosas y está preparando el camino. Pero también la responsabilidad de pensar -con esas personas, y que su pensamiento llegue a todos los rincones-, porque se está librando una batalla cultural en la que tarde o temprano tendremos que tomar partido
Nuevamente ¿se imaginan si en este momento el presidente fuera un tipo que osó preguntarse `pará qué queremos tantas universidades´?
A su turno, Demian Tupac Panigo habló de “La prospectiva al diagnóstico. La economía” y de lo que se está haciendo como respuesta al temblor. Señaló que “Argentina es uno de los países con mejor performance en el enfrentamiento a la pandemia. En la región habrá una caída del 7-8% del PBI. En Argentina la economía 2021 será mejor que lo esperado. Pero la caída fue muy grande en el gobierno anterior. Cayó mucho el consumo, pero ahora apelamos menos al crédito externo y aumentamos nuestros gastos corrientes. En los demás países se hizo algo parecido: créditos blandos para el consumo, IFE, etc. Los países que van saliendo de la pandemia comenzaron a desarrollar la obra pública. Francia, Italia, Alemania, Japón… son algunos de los países que optaron por la vía del megaendeudamiento. Los distintos bloques han desarrollado distintas estrategias (Europa, América Latina, China, EEUU). El Green New Deal (Europa) está siendo la propuesta más proteccionista en materia económica. China optó por el sistema de Circulación Dual, que estimula el consumo interno y las exportaciones. Estados Unidos es más coherente con su discurso previo: no le interesan los pactos ambientales y su estrategia es reactivar la economía con el transporte y la defensa (industria armamentista); incluso han suspendido algunas salvaguardas ambientales que se venían aplicando. En América Latina, la CEPAL propone líneas de acción pero con un tinte asistencialista. En nuestro caso además, hemos apoyado a empresas en riesgo, y se analizan distintos planes: a) industria de la construcción, b) industria para la defensa, c) Ley de vivienda, d) la UIA propone un consenso y recomposición de las mesas sectoriales. Pero pide más austeridad fiscal”.
Debemos detenernos en el “Green New Deal”.
El primer New Deal fue inaugurado en 1933 por Franklin Delano Roosevelt al asumir la primera de sus cuatro presidencias (la última fue de sólo unos meses, pues falleció luego de sobrellevar una poliomielitis), inspirado en las ideas que el inglés John Maynard Keyness elaboró hace un siglo (keynesianismo… la tesis doctoral de Axel Kicillof fue ¡sobre las ideas de Keyness!). Todo empezó con la crisis de 1929, que había puesto en evidencia que la “economía de mercado” era una mentira. Surgida en un viernes negro de octubre de 1929 en la Bolsa de Nueva York, se extendió a todo el mundo y obviamente tuvo repercusiones también en Argentina: menos de un año después sería derrocado Hipólito Yrigoyen y se iniciaría la Década Infame, que entre otras lindezas creó un Banco Central controlado por… los ingleses. En Estados Unidos Roosevelt estableció el “Nuevo Trato” (New Deal), que consistía en que el Estado intervendría en la economía para generar obra pública, trabajo, reactivación económica, dentro del marco democrático; a diferencia de Alemania, que hizo lo mismo pero de la mano de un Estado totalitario al frente de Adolf Hitler. En 1943 un gobierno de facto en Argentina tomaba el mismo camino y eso permitiría la llegada al poder de nuestro propio “new deal”, que se llamó “peronismo”, pero dentro del Estado democrático.
Ese New Deal fue ideado para promover, desde el Estado, no desde el Mercado, el desarrollo económico-social y ofrecer así una alternativa al comunismo que había triunfado en Rusia en 1917 y amenazaba expandirse por el mundo. La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), al terminar la Segunda Guerra Mundial, se erigió en la segunda potencia militar y durante medio siglo obligó a Estados Unidos a mantenerse en las políticas keynessianas en la parte capitalista del mundo. A eso se lo llamó “Estado de bienestar”… de bienestar dentro del capitalismo, no fuera de él.
Pero en 1989-91 cayó el comunismo y entonces EEUU e Inglaterra abandonaron esas políticas y volvieron a 1929, a confiar en el Dios Mercado, o sea al “liberalismo económico”, que pasó a llamarse “neoliberalismo”. En Argentina eso fueron Menem, De la Rúa y, el peor de todos, Macri. Desde el campo nacional y popular, entonces, empezó a hablarse de oponerse en base al “neo-keynessianismo”, que aquí se llamaría “kirchnerismo”.
Se impone entonces un nuevo New Deal, porque el mundo está en crisis, como en 1929, y pueden pasar cosas muy malas, como ya explicamos al principio. Quizás, pero los tiempos han cambiado, y no cualquier desarrollo es posible, a menos que se base en la protección del ambiente. Porque este liberalismo llevó a un colapso de la naturaleza en muchísimo mayor medida que el de hace un siglo. El viejo capitalismo liberal usó la casa para una fiesta de pocos; el nuevo liberalismo, además, le está prendiendo fuego a la casa misma. Por eso ahora la Unión Europea habla de “Green New Deal”, Nuevo Pacto, pero VERDE.
Luego, se impone la tarea de modificar la estructura productiva de todo el mundo para que haya desarrollo, pero sin matar a la gallina de los huevos de oro, que es la Naturaleza.
El Pacto Verde es europeo y se basa en varias premisas, como el uso de energías no contaminantes, atacar el calentamiento global, eliminar las sustancias tóxicas tanto en la minería como en el petróleo y la agricultura, una economía limpia, energías limpias. Los europeos aspiran, de esta manera, a volver a liderar al mundo, como lo hicieron hasta 1945. A nuestro entender para este expositor, Panigo, la opción verde es la mejor para enfrentar los cuatro desafíos mencionados antes.
Luego Fumagalli aseveró que “se está cuestionando la globalización y la hegemonía liberal. Se debilita el eje EEUU-Europa. La cuestión ambiental está en la agenda. Se revaloriza la salud pública y se han priorizado las necesidades sociales por encima de la macroeconomía. Hay varios escenarios posibles luego de esta pandemia. Uno de ellos es el recesivo, con solución a largo plazo. Se trata de prever distintos escenarios y tener una planificación para cada uno de ellos. Debemos establecer alianzas externas según nuestros propios intereses”. Y luego: “una salida rápida tiene cada vez menos chance. Habrá recaídas. Reaparecen focos de pandemia en Europa… Puede haber arranques y retrocesos. La crisis va a prolongarse. El rol del Estado se está viendo en la práctica; la pandemia ha puesto blanco sobre negro el rol del Estado y el peso que se le está dando a la ciencia y la tecnología”. Este militante (así gusta llamarse) presentó un documento del Foro Futuro Productivo (también en el marco del Instituto Patria) elaborado por 35 pensadores-militantes que creen que la única salida es la producción limpia, donde leemos que “En pocas semanas la pandemia cuestionó y puso patas para arriba a lo largo y lo ancho del mundo, verdades que parecían inmutables y que estaban grabadas a fuego en el sentido común de las grandes mayorías: las modalidades de relaciones personales y ciudadanas, los modelos económicos, los liderazgos y los proyectos políticos. Presuponer que el futuro puede llegar a ser el resultado automático de un reacomodamiento automático de fuerzas en pugna es desarrollar un pensamiento mágico. En cambio, sí podemos afirmar que el futuro será el resultado de la puja entre los actores sociales y las organizaciones que representan sus respectivos intereses. Queda por ver quiénes decidirán cómo será el futuro: si serán los intereses económicos concentrados o si será el conjunto de la sociedad a través de sus actores y organizaciones sociales representativas y sus liderazgos políticos. Queda por ver si en el futuro post pandemia se impondrá un capitalismo fundamentalista o una sociedad más solidaria; si predominará un mayor control de la sociedad o una mayor solidaridad entre sus miembros; si retornaremos al mismo modelo insostenible de crecimiento y acumulación económico financiera, o si lograremos un equilibrio y una retroalimentación entre el crecimiento económico y la distribución más equitativa de la riqueza, que tome en cuenta las restricciones de acceso a una vida digna que tienen una enorme cantidad de compatriotas, las carencias de la salud, la educación, la soberanía tecnológica y que cuide el medio ambiente. En definitiva si predominará la consigna de “la patria es el otro” o “el otro es el enemigo”. En las grandes disyuntivas de la historia quedar fuera de las mismas es negar la posibilidad de ser un integrante completo de la Humanidad, y en este caso en particular sentimos que no podemos quedarnos en actitud meramente contemplativa a la espera de lo que venga. Por el contrario, pensamos que podemos y debemos debatir acerca de los distintos caminos de salida de la pandemia, así como evaluar los desafíos que presentará cada uno de ellos y proponer -desde nuestra visión- las acciones que en cada caso podrían contribuir de la mejor manera a la construcción de una Patria justa, libre y soberana, que sirva de sustento a la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación”.
A Panigo le tocó luego responder preguntas sobre la invisibilización de África y ésto señaló: “es porque África juega un rol subordinado, como América Latina. Hay un plan de reactivación de Nigeria, pero por el petróleo. Para salir de la pandemia no está apostando a ningún sector. Respecto del enfoque de riesgo, los empresarios latinoamericanos pensaban que era mejor invertir en lo que les dejaba más plata, lo cual fue efectivo; al menos lo fue durante nuestra primera gestión. Ahora el escenario es otro, ya que hay proteccionismo en todas las potencias y hay guerra comercial entre potencias. Mas que dar subsidios, hay que bajar los riesgos empresarios: clusters (agrupamientos) de empresas asociadas a empresas del Estado; programas plurianuales de compras; flexibilizar las tasas bancarias según cada sector… y de repente Panigo disparó: “¿por qué sólo la minería tiene estabilidad fiscal? Las facilidades a la minería podrían ser también para otros sectores”.
Y volvemos a pensar que… tuvimos como presidente a un tipo como Macri, que seguramente no entendería nada de todo esto. Nada. Podemos estar tranquilos, el Estado volvió a quedar en buenas manos en diciembre pasado. Pero no nos durmamos en los laureles. A nuestros pensadores e intelectuales tenemos que ayudarlos en eso de pensar el futuro o, mejor, los futuros posibles.
Quienes deseen ver las conferencias completas, aqui tienen el link: https://www.youtube.com/watch?v=xO982QDK2dw&feature=youtu.be
Columnista invitado
Carlos Benedetto
Museólogo, jubilado docente y presidente de la Federación Argentina de Espeleología. Escritor y periodista. Miembro de la Comisión de Ambiente del Instituto Patria. Director del quincenario Sin Pelos en la Lengua, Malargüe.