¿Castigo de los hados o indolencia y desidia?
Enero de 1788. A causa de un temporal el río Mendoza se desbordó llegando la inundación hasta el Cabildo. Chacras de Coria fue la zona más afectada.
Enero de 1895. Después de una tormenta el agua que bajaba del piedemonte arrasó un sector de la sección Oeste, sobre la calle Belgrano hacia el norte, el torrente barrió el centro. 21 muertos.
Enero de 1934. Una parte del glacial El Plomo se desprendió y el nivel del río Mendoza subió a 7 metros por arriba de su nivel normal. Zonas afectadas Luján, Lunlunta y Palmira. 50 muertos.
Enero de 1970. La ruptura del dique Frías produce un aluvión que barre los aledaños al canal en Villa del Parque, Godoy Cruz y arrasa con la ciudad de Mendoza. Se calcularon 40 muertos.
Noviembre de 2020. La tormenta acompañada de una fuerte granizada produce importantes daños en Las Heras, 1 muerto en Godoy Cruz.
En todos estos eventos y en otros menos masivos la cantidad de personas afectadas por la pérdida de sus viviendas y pertenencias se contabilizan por cientos y en los casos de mayor impacto por miles y como ven estos sucesos no son novedad.
¿Se tratará de un castigo de los Hados que al igual que en la América Maya y pre incaica exigían el sacrificio humano y de bienes materiales? A pesar de los sacrificios estas culturas desaparecieron y aún no encontramos las razones.
No pareciera que esta sea una explicación razonable en el segundo decenio del siglo 21. Tampoco parece razonable que naturalicemos estas calamidades como algo que pasa de vez en cuando porque vivimos en donde vivimos.
La bibliografía especializada sobre esta cuestión que tiene su origen en el tratamiento del piedemonte es más que abundante, las investigaciones sobran, las recomendaciones de nuestros institutos académicos ocupan cientos si no es que miles de páginas. Los especialistas ya cansados de hablar a oídos sordos, en muchos casos ya se han dado por vencidos.
¿Habrá que esperar que un aluvión barra con Palmares o Dalvian para que la élite de la sociedad mendocina se ocupe de verdad del tema?, o es que ¿al vivir por ahí, no les importa lo que pasa más abajo?
El sistema político provinciano ¿no ha tenido a través de los años nada para decir y hacer? La ley de ordenamiento territorial 8.051 del 2009 tan festejada como obstaculizada por años antes de su aprobación, parece un comic de ciencia ficción a la luz de los acontecimientos. Basta dar un paseo por el oeste de la ciudad y por la periferia del Gran Mendoza para verificar esta afirmación.
¿Cuál es la lógica de la inacción? No parece que beneficie a nadie, ni siquiera a los intereses inmobiliarios que hicieron y hacen tanto en contra de la ley.
El Unicipio creado por Cornejo en el inicio de su gestión, en diciembre de 2015, ¿no ha tenido nada para hacer? Los Andes se quejaba en octubre de 2019 que la iniciativa sólo había logrado avances en lo ambiental: los hechos desmienten inclusive esta observación. Las Heras, Ciudad, Godoy Cruz y Luján, ocupan el piedemonte ¿no tienen nada para decir?
Después de las tragedias salen a explicar lo inexplicable, a buscar razones en la sinrazón.
Lamentable, patético.
Como puede verse en la imagen, las cerrilladas del piedemonte no son sólo decorativas para las postales o para practicar enduro, actividad que agrava la degradación del suelo; son parte de nuestro ecosistema y con ellas viene su microclima y conformación geológica, cuestión que en 1788 no es de suponer que se tuviera conocimiento. Hoy -no creo que sea por ignorancia- es la desidia y los intereses mezquinos lo que hace que no haya una política específica destinada al tratamiento de esta zona y de los riesgos que genera esta condición natural de nuestro emplazamiento urbano.
No alcanza con la construcción de diques –está a la vista- que siempre generan negocios varios son otras las soluciones de carácter integral que hacen falta.
Columnista invitado
Norberto Rossell
Para muchos de los ’70 la política -y el amor- nos insumió más tiempo que el estudio sistemático: dos años de Agronomía, un año de Economía, un año de Sociología. Desde hace años abocado -por mi cuenta- al estudio de la Teoría de Sistemas Sociales de Niklas Luhmann. Empleado Público, colectivero, maestro rural, dirigente sindical, gerente en el área comercial en una multinacional, capacitador laboral en organización y ventas. A la fecha dirigente Cooperativo y Mutual. Desde siempre militante político del Movimiento Nacional y Popular.