Analicemos un porqué sencillo e inocente, como la mirada de un niño. Es tan apasionante buscar el porqué de las cosas, como infinito en cada acto de nuestras vidas. Un ejemplo que tiene que ver con lo social, nos permite descubrir porqué hay tanta pobreza y tantos pobres; ahí comienza un gran porqué. Alrededor nuestro -recordemos- tenemos seres humanos; ese que tengo frente a mi, puedo ser yo. ¿No será el momento de dejar de ser indolentes y pensar en el porqué de la existencia de ese pobre y esa necesidad?.
Hoy nos es mas fácil juzgar, negar y ser indiferentes que aceptar y querer saber. Nos justificamos para nuestro beneficio, para nuestra tranquilidad; le echamos la culpa y/o la responsabilidad a aquel lleno de necesidades que no nos importa y de esa manera nos vamos a dormir tranquilos.
La sociedad, aquella que vive cómoda tranquila y con bienestar económico, termina diciendo y haciendo saber, que si son pobres es porque quieren y si no trabajan es porque no quieren. Sin un análisis profundo y de valor, condenan sin saber, justifican sin conocer y muestran la ironía despiadada de no darse cuenta que delante de ese pobre necesitado estamos nosotros mismos. Y lo peor que a esos pobres no se los escucha; se los olvida y siempre son un problema
En una sociedad que se jacta de estar tecnológicamente actualizada… ¿está cumpliendo con el conocimiento efectivo esa tecnología ¿o sólo avanzamos a costa de dejar en el camino lo que sea, a quien sea…? Inclusive a nosotros mismos. ¿No habrá que emplear ese desarrollo tecnológico para darle sentido más a lo humano?.
Recordemos: siempre frente a nosotros, nos tenemos a nosotros mismos. Los otros son nuestros hermanos.
Mientras haya un pobre vamos a tener un problema, un flagelo, una deuda vital de la sociedad que indefectiblemente deberemos saldar, para poder hablar de desarrollo cierto y efectivo; de lo contrario, no digamos que el pobre es el problema. El problema es que haya pobres.
Columnista invitado
Hugo Bayón Cervero
Técnico Químico y en petróleos; recibido en la E.T.I.E.C. (Escuela Técnico Industrial Emilio Civit) de Maipú, promoción 1971. Trabajó en la actividad privada desde 1972 a 1980: Destilerías de Alcoholes Orandí y Massera S.A.; laboratorista en Bogedas Arizu de Godoy Cruz; control de calidad en Embotelladora Pepsi Cola; en el laboratorio de Bodegas Sáenz, Briones y Cía. Desde 1980 a 1992 se desempeñó en la Municipalidad de Maipú en Control Industrial y Comercial; y como para técnico de veterinaria estuvo en el Frigorífico Vildoza y en el frigorífico de ganado menor Naser Hnos. En 1993 comenzó a trabajar en el Departamento General de Irrigación en el Control de Efluentes industriales y Cloacales, hasta llegar a ser Jefe de División, hasta 2018 cuando se jubiló en esa repartición del Estado. Participa en radio desde 1993 en F.M. Familia con temas de comunidad y sociales. En 1997 comenzó el programa “Argentina…Tierra Nuestra” por Radio Nacional, abordando temas ecológicos y ambientales. Con esta misma temática y desde la conducción estuvo en LV10 Radio de Cuyo. Por esa tarea fue nominado tres veces al Premio Martín Fierro del interior del país (2001, 2006 y 2008). Trabajó dos temporadas en LV8 Radio Libertador y en FM Carrodilla, obteniendo el premio Gaviota Federal de A.A.D.A. (Asociación Argentina de Artistas) como el mejor programa de rubro ecológico. También fue futbolista desde 1.971 a 1.984, en la primera división del fútbol mendocino, jugando en varios clubes.