Las corridas cambiarias y las disparadas inflacionarias, el mecanismo tradicional del poder económico para desestabilizar a los gobiernos que no se subordinan a sus intereses, que generaron a mediados de 2022 un pais al borde del estallido, ahora se observan medianamente controlados,
La inflación no cede, pero tampoco se dispara, permaneciendo en el orden del 5-6 % en este primer trimestre 2023. Otro tanto sucede en el mercado cambiario; siguiendo el mandato del FMI el cambio oficial aumenta con la inflación, retroalimentándola, pero las mini devaluaciones diarias no horadan la brecha con las cotizaciones financieras e ilegales, la brecha se sostiene en el orden del 80-90 %.
Ambas variables muestran una suerte de empate, el mercado cambiario extraoficial preserva una elevada diferencia, al igual que la inflación que se mantiene en un alto 6 % mensual, ambos en valores altos pero estabilizados, dificultando la gobernabilidad, pero sin aumentos que muestren ir camino a un estallido.
Ante un gobierno que por el momento está controlando sus mecanismos de desestabilización, el poder económico radicaliza sus métodos de injerencia. Muestra nuevas acciones violentas; y profundiza la utilización del poder judicial como herramienta de disciplinamiento social, incorporan métodos de terrorismo selectivo (no se ataca a la población en general sino solo a blancos determinados) como el atentado contra la líder CFK, Ahora incorporan actos de sabotaje, similares a los que supo usar el grupo guerrillero Sendero Luminoso, atentando contra el sistema eléctrico nacional.
Desde el Ministerio de Economía adelantan que se ha determinado que los focos del incendio son muy puntuales, muy claros. “No es una línea de fuego como cuando hay quema de pastizales, sino son focos concretos y debajo de la línea de tensión. Estamos convencidos de que fue intencional”. El propietario de los terrenos donde se produjo el incendio es Ricardo Elliot, ex funcionario del macrismo.
Al igual que con el financiamiento al atentado contra CFK, todo apunta hacia la expresión política de los dueños del país, El accionar (o la inacción según el caso) de muchos jueces, particularmente los instalados en Comodoro Pro, así como la propia Corte Suprema, es tan obviamente opositor al gobierno del Frente de Todos, que se lo debe calificar de lawfare.
La actual vicepresidenta, en tanto líder indiscutible del peronismo, es particularmente perseguida por estos jueces, tanto que recurrió a organismos internacionales de derechos humanos: “Las denuncias en sede nacional ya no alcanzan, porque la degradación institucional de estos sectores mafiosos de poder es muy profunda y generalizada”, afirma el escrito de la lideresa.
La amenaza a Messi, que refuerza el temor a la inseguridad y alimenta los temores sociales, y en consecuencia el pedido de mano dura, es probable también sea parte del mismo accionar. En el amor como en la guerra todo vale.
Finalmente el presidente reaccionó al llevar la Corte Suprema a juicio político. En la actual relación de fuerzas en el ámbito legislativo el juicio no permitirá la destitución que corresponde, pero el mero hecho de efectuarlo limita el poder de los supremos, fomentando su cuestionamiento e incluso valida incumplimientos a sus dictámenes, como el regalo de fondos nacionales a uno de los pocos distritos que gobiernan los amarillos.
La economía en el corto plazo: dólar e inflación
A mediados de enero hubo movimientos de inicio de otra corrida cambiaria, El primer mes del 2023 cerró con alta inflación (6 %) y con una subida aún mayor en las cotizaciones extraoficiales del dólar, con lo que la brecha cambiaria superó el 90 %.
En febrero los tipos de cambio extraoficiales permanecieron más calmos, y dado que las minidevaluaciones del oficial siguen el ritmo inflacionario, la brecha cambiaria retrocedió.
En estos dias de marzo el cambio extraoficial se empieza a mover nuevamente, aunque sin llegar a ser preocupante. La brecha resultante está hoy en un 81,4 %. En medio de una cierta tranquilidad en el frente cambiario, la diferencia respecto del cambio oficial no se amplía, pero tampoco se la puede reducir. Los dueños justifican en esta brecha su permanente presión por una devaluación que aumente sus ingresos, a la par de licuar sus costos salariales.
Aún no está disponible la medición oficial de la inflación de febrero, pero todas las estimaciones la ponderan en el orden del 6 %, repitiendo el alto valor de enero. La encuesta que realiza el Banco Central entre las principales consultoras económicas, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) arroja ese resultado. Las causas son principalmente el aumento de la carne vacuna, seguida por las tarifas públicas y la inercia inflacionaria.
La estabilización de la inflación en un 6 % mensual resulta un serio problema para el equipo económico. El mencionado REM promedió una expectativa de inflación muy levemente decreciente en los próximos meses, hasta el 5,7 % en agosto. La inflación anual que proyectan es casi un 100 % anual, lejano a la estimación del presupuesto del 60 %, y aún más del 4 % que Massa prometió alcanzar en abril.
Es sabido que los consultores económicos del mercado financiero, esos cuyos análisis son repetidos por la corporación mediática (el grupo Clarín) a través de sus diversos medios, son acérrimos opositores al gobierno, con lo que sus pronósticos están sesgados hacia el fracaso oficial. La inflación supera las expectativas oficiales, pero suponer que en los próximos 6 meses solo se la podría reducir un 0,3 % (del 6 al 5,7 %) contiene un severo perfil ideológico. Estimo que la inflación se reducirá paulatinamente, del 106 % actual (12 meses al 6 % mensual) a un 80 %.
Es claro que el programa de control de precios fracasó, que la política de precios acordados fracasó. Se hacen más inspecciones y se sanciona incumplimientos, pero el comercio de cercanía no quedo alcanzado, ni menos abastecido, por los “precios justos”. Esa no es la herramienta, los dueños, en este caso los “formadores de precios”, no están dispuestos a ver recortadas su poder ni sus ganancias. Ya que los acuerdo no funcionan, el estado debería hacer sentir su potestad, aplicando la ley 20.680 de Abastecimiento, por ejemplo.
El acuerdo con el FMI, que el ministro de economía cumple puntillosamente, obliga devaluaciones al ritmo de la inflación, con lo que el descontrol de precios empuja sobre el tipo de cambio.
A esto debe agregarse que por la sequía los ingresos por la cosecha se verán restringidos, y, como sucede todos los años, es previsible que los grandes productores y las cerealeras no liquiden el cereal con el objetivo expreso de forzar una significativa devaluación.
Además, este año hay fuertes vencimientos de la deuda con acreedores privados, y las reservas del BCRA son bajas. Massa elabora estrategias para fortalecer reservas, como un eventual Swap con Brasil o un REPO (préstamos con garantía en bonos) con bancos de inversión, pero el frente cambiario será complejo.
El contexto electoral, con los dueños de la Argentina encabezando la alianza opositora, sin haber controlado a los formadores de precios, ni a los fugadores, el control de las variables económicas de corto plazo se torna más dificultoso, por lo que considero optimista suponer que nuevos “dolares soja sin retenciones” alcancen para atravesar el invierno sin nuevas inestabilidades cambiarias.
Se frena el Crecimiento
El año 2022 terminó con un crecimiento del 5,2 % en relación a 2021. Pero la medición mensual arrojó una caída, del 1 % respecto de noviembre, luego de las mermas también en septiembre, octubre y noviembre.
La Cámara Argentina de Comercio (CAC) difundió el nuevo Indicador de Consumo (IC). En enero de 2023, el IC mostró un avance interanual de 5,5 %. Similar que en la medición general de la actividad económica. En enero el consumo cayó 6 % respecto de diciembre y el 1,6 % respecto de igual mes del año pasado. Mientras el año 2022 la actividad y el consumo muestran crecimiento, en las ultimas comparaciones intermensuales se observa su caída.
La consultora Scentia también reportó una caída general del consumo en enero. La política de ajuste aquí muestra los resultados previsibles: no solo apagó el crecimiento sino que llega a provocar recesión.
En este gobierno la desigualdad social no solo no disminuyó, sino que aumentó. Pese que los últimos informes del mercado laboral muestran una evolución positiva, solo hay un 7,1 % de desocupados, el trabajo no registrado persiste en niveles insostenibles (35 %), y la pobreza afecta a un porcentaje similar de la población (36,5 %). Los datos oficiales nos muestran un alto nivel de trabajadores en la pobreza.
Juan Grabois, dirigente de organizaciones sociales afirmó que “hay once millones de trabajadores en la economía popular o en tareas de cuidado”, mostrando la magnitud el problema social argentino.
Estos son los que más se recienten ante los vaivenes económicos, El presidente en su discurso de apertura del periodo legislativo dijo “entiendo el malestar y la queja de los más débiles”. Pero desde un lugar de responsabilidad como ese se deben dar soluciones, no meramente reconocer la validez de la queja.
Año complejo
En medio de un año electoral, y en el marco donde los dueños del país sabotearán al gobierno en la medida de sus grandes posibilidades, en un vale todo, se augura un año económico complejo.
El grueso de los consultores electorales promueve en el oficialismo las candidaturas conservadoras; Albertibio, ventajita Massa, el manco del espanto (Scioli), son todas expresiones del mismo proyecto. Parecen querer olvidar que las ultimas elecciones se perdieron por el desencanto de 4 millones de argentinos,
Las mismos encuestólogos reconocen que sin la líder de candidata, el oficialismo pierde un 4 % de los votos, cayendo hoy de una intención del voto del 32 % al 28 %. Con tibios neo menemistas no se los volverá a encantar.
Ríos de tinta fluyen sobre el problema inflacionario nacional, pero de lo importante poco se habla. El problema no es que los precios varíen, sino que lo hacen en diferentes proporciones, lo que se modifica son los precios relativos, básicamente el salario real. Se sabe desde hace décadas, el problema inflacionario es que los salarios van por la escalera y los precios por el ascensor.
Los mismos consultores ponen énfasis en la dependencia de los resultados electorales del éxito del control de la inflación, pero no observan que al hacerlo a costa del ajuste económico y la postergación de recuperación distributiva se paga un costo electoral en otro sector social, y que puede ser aún mayor. Son consejos sesgados, mirados desde los sectores medios, que parecen olvidar la enorme deuda social.
Contrariando esas recomendaciones considero que no es momento para timoratos, y antes de intentar traccionar a ese votante fluctuante de la clase media, se debe enamorar a los propios, el gobierno debe poner las políticas de dinamización de la demanda, imponer una mejora distributiva, poner en el lugar principal a los más necesitados, lugar que debieran ocupar según el ideario del peronismo original.
En el acto contra la proscripción de Cristina Kirchner, se difundirá un documento pidiendo un cambio profundo en la distribución del ingreso. Debe ser para dejar en claro que en el Frente de Todos los neo menemistas no son la mayoría. Es claro que la mejora distributiva y el ajuste del FMI son contradictorios. Veremos cómo se resuelve el dilema.
Columnista invitado
Hugo Castro Pueyrredón
Licenciado en Economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 1993. Trabaja en la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación desde 2004 como asesor en temas económicos del Frente de Todos. Especializado en el rol del Estado en la economía, finanzas públicas y análisis presupuestario. Participa en la evaluación de diversos proyectos de inversión. Además, ejerce la docencia universitaria en la UBA desde los años ’90.