Los glaciares de los Alpes se están reduciendo y, a 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar, donde había hielo hay ahora enormes zonas de roca desnuda. Recordemos que en ese cordón montañoso nace el río Rin, que recorre Liechtenstein, Austria, Alemania y Países Bajos, pero hoy con tal disminución de su caudal hasta se ha interrumpido el transporte en grandes barcazas.
También en los Alpes nace el Ródano, que recorre Suiza y Francia y, dado que una cuarta parte de su caudal proviene de la fusión de glaciares, está padeciendo sequía en toda su cuenca. El Danubio, que también nace en los Alpes y recorre 10 países de Europa, está sufriendo la sequía más severa que se recuerda.
Mientras, el Po, el río más largo y caudaloso de Italia, que pasa por 14 de sus provincias, también está padeciendo falta de agua, ya que los glaciares que lo alimentan han retrocedido un 75 %. Esto pasa hoy en una Europa que está entrando al verano, puede ser que en el próximo verano austral lo suframos nosotros.
Las provincias del oeste argentino, cuyas economías han crecido con el agua de los glaciares, acumulando la nieve caída durante el invierno y derritiéndose lentamente durante el verano. Si nuestras acequias dejaran de traer agua; si nuestros ríos se secaran porque los Glaciares ya no existen, no podríamos disponer del agua mínima para subsistir, como ya lo están padeciendo en varias comunidades de Chile.
Por eso nos preguntamos: ¿somos tan suicidas que permitimos a empresas extranjeras, que solo vienen a llevarse el oro y otros metales valiosos de nuestra cordillera, alterar las zonas que rodean a estas fábricas de agua? ¿Somos tan egoístas con nuestros hijos, que no nos damos cuenta que al tocar los ambientes periglaciares, podemos alterar la periferia helada del glaciar y apresurar su derretimiento?
A las empresas extranjeras solo les interesa el negocio de romper la roca; sacar los minerales y llevarlos al extranjero para procesarlos y, por desgracia, cuentan con el apoyo de mendocinos, hermanos nuestros, que por ganar unos pesos, nos tratan de convencer de las ventajas de cambiar la “Matriz Productiva” con la gran cantidad de puestos de trabajo que generarían.
Si no detenemos estas actividades extractivistas, que dejan desguarnecidos a nuestros glaciares, la naturaleza no nos perdonará y, más temprano que tarde, pagaremos las consecuencias. Pero como siempre decimos, no se conformen con nuestras palabras y entrando a cualquier buscador, como el Google, escriban: AMBIENTES PERIGLACIARES. Hallarán más de 45.000 páginas para entender porqué decimos lo que decimos.
Columnista invitado
Alberto Lucero
Ingeniero Electricista, Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Mendoza. Titular de “LENIX Publicidad”. Titular de “INFO POINT SYSTEM”. Co-fundador de las A.M.P.A.P. (Asambleas Mendocinas por el Agua Pura), en Tunuyán.