En el mundo hay miles de ríos y todos fueron ecosistemas indispensables para el desarrollo de la vida en la Tierra, ya que proporcionaron hogar y alimento a miles de especies animales y vegetales. Lamentablemente vemos hoy que el crecimiento demográfico, unido a una economía global de incremento infinito de la producción, han ido poniendo en peligro a todos los ríos del planeta.
Ciudades, industrias y explotaciones agrícolas, los han contaminado con materias fecales; químicos tóxicos y toneladas y toneladas de plásticos, convirtiendo a muchos ríos, en cauces muertos.
El río Doce, en Brasil, se contaminó para siempre en noviembre de 2015 por la rotura de dos diques con desechos provenientes de la minería del hierro, que volcaron al cauce 60 millones de metros cúbicos de lodos cargados de contaminantes y desde entonces, toda la vida vegetal y animal en este río ha sido totalmente destruida.
Las dos principales mineras del mundo, la brasileña Vale y la anglo-australiana BHP Billiton, son las dueñas de los diques que colapsaron, contaminando 650 km del cauce del río Doce hasta su desembocadura en el Atlántico, con metales pesados como aluminio, mercurio, hierro, bario, cobre, plomo y boro.
Usaron modernos métodos para moler la montaña y separar el hierro, para llevarlo a refinar al extranjero, dejando en la zona un menjunje de roca molida con metales pesados y agua, que se amontonaban ad eternum en diques de tierra, como los que colapsaron con ese luctuoso saldo.
¿Y mientras tanto en Mendoza? ¿No deberíamos curarnos en salud? Acá tenemos en nuestro sur el yacimiento Hierro Indio que ya pasó la etapa de exploración. Un yacimiento de hierro que está a 2.400 m sobre el nivel del mar o sea prácticamente sobre las cabezas de todos los habitantes del sur mendocino.
Está ubicado entre los arroyos Colorado; Felipe y Paraguay, todos afluentes del río Atuel, un río que riega San Rafael; Alvear y la provincia de La Pampa. Nadie informa cómo apilarán los residuos, que son mucho más que el fósforo y el azufre que declaran, porque como se vio en el río Doce, aparecen lodos tóxicos como aluminio, mercurio, bario, cobre, plomo y boro que, de romperse el dique que los contendrá, afectarán para siempre toda el área hoy irrigada por el río Atuel.
Ni los funcionarios que defienden la megaminería en Mendoza, ni los empresarios que esperan ganar mucho dinero llevándose por monedas nuestros minerales, nos informan sobre esa bomba de tiempo que colgarán, como una espada de Damocles, sobre todo el sur mendocino y también sobre la provincia de La Pampa.
Por todo esto sugerimos buscar en el Google: CONTAMINACIÓN RÍO DOCE. Hallaremos casi 2 millones de páginas para entender nuestra preocupación.
Columnista invitado
Alberto Lucero
Ingeniero Electricista, Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Mendoza. Titular de “LENIX Publicidad”. Titular de “INFO POINT SYSTEM”. Co-fundador de las A.M.P.A.P. (Asambleas Mendocinas por el Agua Pura), en Tunuyán.


