Hemos conseguido recopilar los artículos en los que fuimos relatando las distintas etapas de la Historia de la Espeleología Argentina y hemos depositado copias en la Biblioteca Municipal de Malargüe y en su Archivo Histórico. También estuvimos en Buenos Aires buscando cotización para la impresión en papel, y entonces decidimos pasar la gorra entre los amigos para juntasr al menos 600 dólares para esa tarea; eso quiere decir que quien quiera o pueda colaborar, puede decírselo al autor de esta nota; aceptamos regalos y préstamos-sin-apuro de devolución, por igual.
El libro describe, con fuerte subjetividad por parte del autor, los primeros cincuenta años de la Espeleología argentina, desde 1970 hasta la actualidad, tomando cuatro ejes histórico-conceptuales, a saber:
1) Cómo evolucionó la Espeleología desde el amateurismo de los primeros tiempos hasta una actualidad en que la Federación Argentina de Espeleología redobla esfuerzos para crear, en el ámbito de los estudios superiores, espacios de enseñanza superior para profesionalizar este oficio. “La espeleología es un asunto demasiado serio como para confiarlo sólo a los espeleólogos”, sobre todo para esos temas en que sólo los científicos pueden y deben ocuparse
2) También es importante la lenta y conflictiva transformación de la espeleología desde su etapa de indiferencia hacia los otros temas ambientales, a partir de los estudios de reconstrucciones paleoclimáticas, en tanto las cuevas son repositorios naturales de información paleoambiental y tienen mucho que decir sobre el cambio climático, por ejemplo. Una espeleología seria, y esto fue el lema del Congreso de la FAdE de 2008 en Malargüe, concibe a las cavernas como “activos ambientales y actas de biodiversidad”.
3) En tercer lugar, debe remarcarse que en la primera mitad de ese medio siglo que intenta describir el libro, la espeleología estuvo centrada en la ciudad de Buenos Aires, desde donde se controló incluso a los grupos espeleológicos surgidos en las provincias de Neuquén y Mendoza. Fue en Malargüe, en 1992, cuando el actual intendente Jaque (entonces diputado provincial) gestó la primera ley de cavidades naturales del país, la 5978 y en 1995 se constituía en Malargue el INAE (Instituto Argentino de Investigaciones Espeleológicas) y en 1997 se llevaba a cabo el III Congreso Latinoamericano de Espeleología. Fue en Malargüe donde se hicieron los otros 4 de 5 congresos nacionales y donde se fundó y estableció legalmente la FAdE en 2000-2001. A posteriori se estableció una alianza con espeleólogos del centro-norte de Neuquén, y hoy el centro de la espeleología argentina tiene como eje a la ruta nacional 40 en la Cuenca Neuquina y Malargüe que sigue siendo, como lo fue siempre, la verdadera “capital de la espeleología argentina”
Obviamente, y es imposible que así no sea, toda acción genera reacción. No hay historia sin dialéctica, y eso significa en este caso que la vieja Espeleología, la de los clubes, la que apoya políticamente al extractivismo y se desentiende de los problemas socio-ambientales (de los puesteros por ejemplo), la que no quiere profesionalizarse por temor a ser bajada del podio, sigue operando.
Pero también siguen inventándose estrategias para avanzar. El libro termina siendo algo más que “aportes autobiográficos” a un estudio histórico, sino también algo así como el prólogo para lo que se viene, que es mucho.
El libro puede ser descargado directamente de la web de la FAdE aquí.
También aceptamos donaciones monetarias para imprimir el libro en papel, por lo que no tenemos vergüenza de publicar nuestro CBU (BNA): 0110 3487 3003 4813 7744 15
Columnista invitado
Carlos Benedetto
Museólogo, docente jubilado y presidente de la Federación Argentina de Espeleología. Escritor y periodista. Miembro de la Comisión de Ambiente del Instituto Patria. Director del quincenario Sin Pelos en la Lengua. Agrupación Luis Barahona, Biblioteca de la Memoria Jaime De Nevares, Malargüe.


