Aquella mañana de octubre se recorta clara en mi corazón. Disfrutar la charla con un congénere reporta volver a habitar espacios que ya quizás no existen, evocar los gestos de nuestros maestros, abordar todas las pasiones que fueron moldeando lo que hicieron/hicimos de nosotros. Alberto Pascual elige siempre el camino del segundo plano y desde allí cobra fuerza y valor su discurso, hecho de mil historias que van desde el escenario a la docencia con sus vasos comunicantes.
Su humildad es tan cierta como el tránsito que lleva a que su sonrisa crezca incontenible. La veo poblada de los fantasmas de un tiempo que vuelve una y mil veces, eterno (everlast) recreado mientras sostiene una existencia que cuesta. Desde allí vuelve a poner bandera en la importancia de lo que sucede en las aulas, mientras transita la sagrada experiencia enseñanza-aprendizaje. Aquello de saber extraer del otro todo lo que luego le servirá para enfrentar la vida.
El nombre de la maestra de teatro Galina Tolmacheva sobrevuela la charla con café que ya forma parte de un recuerdo imprescindible. Hacia el final me convidó con un poema de Armando Tejada Gómez que me permití capturar, sin saber que serviría para compartirlo hoy con vos. De tan necesario, su contenido remonta la actualidad argentina, pero también me sirve al efecto de las pocas pinceladas con las que evoco a este actor enamorado de sus personajes y del saber.
Entrevista: Alberto Pascual, actor y docente, 3 de octubre de 2023


