Nace, siempre vuelve a hacerlo. Desde sus yuyitos hasta el poder totalizador de un tema musical amplificado con el que cientos de miles se sienten representados, cantan, bailan y juegan, por los escasos minutos de una canción, para disputarle eternidad a la muerte. Se llama Erica Golvas y desde su sonrisa te pide pista para compartir sus pasiones. Luego, poquito a poco hará aparecer los múltiples instrumentos con los que se acompaña. A esta altura del partido te va ganando la apuesta y cuando querés acordar le aceptás otra tenida.
No sé porqué me la imagino de culillita, poto en la tierra, jugando con los suyos y buscando el revés de un desafío, para saber de qué están hechas las cosas. La amistad, por ejemplo, con esa luz que las precede. Los mates de a dos, previo encender el fuego que entibiará el agua. El rito lo va tomando todo y se asienta solito en el ADN de los pueblos, sabiendo que en cualquier momento el sol habrá de guardarse. Pero qué lindo decidir la recepción de la noche entre varios, alejando las sombras de la soledad y el miedo.
Con toda su energía viene a compartirnos lo que sabe siempre dispuesta al disfrute. Te voy a mostrar apenas unos retazos de su mundo vibrante, diverso, siempre dispuesto a la novedad y el regocijo. Desde el campo irá encontrando cada amanecer como una oportunidad para encausar lo nuevo. No hay que olvidarse de nadie, pero la Erica tiene que estar sí o sí, porque seguramente vamos a pasarla bien. Con poco sabrá hacer crecer en nosotros mil nuevas formas de la causalidad, para que la experiencia vital sea siempre un hallazgo.
“Sonidos con Historia”, mi familia
Yuyera (letra y música: Erica Golvas)
MATRIA CUYANA “Mendocina me conozco”