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creación con su señorío universal: «Dios quiso que en él residiera toda la Plenitud. Por él quiso
reconciliar consigo todo lo que existe en la tierra y en el cielo, restableciendo la paz por la sangre
de su cruz» (Col 1,19-20). Esto nos proyecta al final de los tiempos, cuando el Hijo entregue al
Padre todas las cosas y «Dios sea todo en todos» (1 Co 15,28). De ese modo, las criaturas de
este mundo ya no se nos presentan como una realidad meramente natural, porque el Resucitado
las envuelve misteriosamente y las orienta a un destino de plenitud. Las mismas flores del campo
y las aves que él contempló admirado con sus ojos humanos, ahora están llenas de su presencia
luminosa.
CAPÍTULO TERCERO
RAÍZ HUMANA DE LA CRISIS ECOLÓGICA
101. No nos servirá describir los síntomas, si no reconocemos la raíz humana de la crisis
ecológica. Hay un modo de entender la vida y la acción humana que se ha desviado y que
contradice la realidad hasta dañarla. ¿Por qué no podemos detenernos a pensarlo? En esta
reflexión propongo que nos concentremos en el paradigma tecnocrático dominante y en el lugar
del ser humano y de su acción en el mundo.
I. La tecnología: creatividad y poder
102. La humanidad ha ingresado en una nueva era en la que el poderío tecnológico nos pone en
una encrucijada. Somos los herederos de dos siglos de enormes olas de cambio: el motor a
vapor, el ferrocarril, el telégrafo, la electricidad, el automóvil, el avión, las industrias químicas, la
medicina moderna, la informática y, más recientemente, la revolución digital, la robótica, las
biotecnologías y las nanotecnologías. Es justo alegrarse ante estos avances, y entusiasmarse
frente a las amplias posibilidades que nos abren estas constantes novedades, porque «la ciencia
y la tecnología son un maravilloso producto de la creatividad humana donada por Dios»[81]. La
modificación de la naturaleza con fines útiles es una característica de la humanidad desde sus
inicios, y así la técnica «expresa la tensión del ánimo humano hacia la superación gradual de
ciertos condicionamientos materiales»[82]. La tecnología ha remediado innumerables males que
dañaban y limitaban al ser humano. No podemos dejar de valorar y de agradecer el progreso
técnico, especialmente en la medicina, la ingeniería y las comunicaciones. ¿Y cómo no reconocer
todos los esfuerzos de muchos científicos y técnicos, que han aportado alternativas para un
desarrollo sostenible?
103. La tecnociencia bien orientada no sólo puede producir cosas realmente valiosas para
mejorar la calidad de vida del ser humano, desde objetos domésticos útiles hasta grandes medios
de transporte, puentes, edificios, lugares públicos. También es capaz de producir lo bello y de