Los hilos, las cuerdas, las lanas, las sogas… pujan para encontrarse a partir del juego de las manos. Sólo hace falta que un ser humano decida involucrarse. Entonces comenzará a florecer el arte.
Lo ancestral vuelve a visitarnos, con mensajes encriptados. Hay allí vida en estado puro y los propios materiales van revelando nuevas formas para aquello que siempre nos acompaña, desde aquellas cuevas que nos servían para permanecer.
En el caso de Julio Basle, su búsqueda también es geográfica y tiene un derrotero que actualmente lo ubica en el Brasil. Ya desde hace años se deja influir por la vitalidad de la nación carioca, para embeberse de parte de su cultura.
Obra: Quirquincho en la Paulista.
Técnica: Bordado y collage con telas diversas.
Año: 2016
Dimensiones: 47 x 68 cm.
Esta es uno de mis primero bordados. Paulista es la avenida más representativa de la ciudad de São Paulo. Algunas veces me siento como “sapo de otro pozo” como un animalito en una ciudad gigante. Aprendí a amar esta loca urbe y me gusta caminarla.
La obra pertenece a la serie Bestiario pop, una especie de catálogo de bichos, imaginarios y otros, tal vez ya extintos, como el pichi ciego.
Julio Basle
Nació en Mendoza. Despertó su placer por pintar a instancias de su profesor, Marcelo Santángelo. Descubrió la serigrafía, técnica que aprendió en los talleres de Gastón Alfaro y Drago Brajak. Desde 2011 vive en Brasil. Actualmente desarrolla actualmente obras textiles. Los nuevos materiales ahora son telas, hilos, con costuras y bordados. “Antes, mi material preferido era el papel cuando lo imprimía. Ahora disfruto mucho de los colores, texturas y estampas de los tejidos, cosidos o bordados como collages”, declara el artista.
Fotos: Coco Yañez / elotro.com.ar