Sectarismo versus catolicismo (¿versus?) 7
La cuestión del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) en su relación con las instituciones públicas (en especial las relacionadas con la educación) y las actitudes erráticas del Obispo Taussig de San Rafael, han vuelto a ser noticia en estos días y hasta tuvo repercusiones en Buenos Aires.
La cosa es así: hay curas de Malargüe que se autoperciben por encima de la Constitución Nacional y hasta por encima del propio Derecho Canónico. Entonces se ofendieron por el cierre de un seminario en San Rafael y por la prohibición de dar la hostia en la boca, ya que hay que darla en la mano, por imperio de las previsiones por el COVID-19. Como respuesta a eso, un cura (Camilo Dib) instigó a escrachar al obispo cuando vino a Malargüe y luego lo agarró a trompadas en San Rafael.
Dib es un matón, violento como los otros curas del IVE, que presta servicios en el grupo de tareas que funciona en la Parroquia Nuestras Señora del Rosario en Malargüe, en diagonal con el Palacio Municipal y en la misma vereda del Concejo Deliberante.
El “castigo” fue prohibirle dar misa. Nada de denunciarlo en la policía por lesiones, nada de eso. La ropa sucia se lava en casa, como antes hacían también los milicos. Acá se aplica el Código Canónico que, según ambos bandos en pugna, es la única ley que existe.
“La sanción que recibió Dib le prohíbe el ejercicio público del ministerio, y se le otorgó un plazo de dos meses para reparar el escándalo y sus consecuencias. También fue notificado que de no cumplirse dicha condición, el obispo procederá por vía procesal a dar sanción definitiva contra el delito que considera haberse cometido”. Esto dice Malargüe a Diario, lo que deja en claro que todo es puro blabla.
Ayercito nomás, el sábado 19, nuevamente un docente militante del laicismo (Federico Mare), denunciaba el uso de las escuelas públicas (rurales) en El Sosneado para la enseñanza del catecismo y para dar misa, en detrimento de los chicos no católicos, que deben soportar la segregación en sus aulas mientras sus compañeritos católicos están en misa. Hay un audio muy interesante del mismo sábado en la mañana en Radio Nacional Mendoza referido a este tema, entrevistado por Miryam Arancibia y Gabriela Maturano:
Allí se dice que en 2018 Soledad Díaz, una maestra de escuela albergue, había denunciado esta situación, por lo que fue sumariada… por el propio director. Así como suena.
Luego de ese incidente, la DGE intervino y reglamentó la cosa. El Director General de Escuelas dictó una resolución, la 2719, por la que se permite dar misa y catecismo en las escuelas, pero fuera del horario escolar, para no entorpecer la enseñanza de los otros chicos no católicos.
Pero… ¿a que no saben quiénes apelaron?
Exacto, el mismo Instituto del Verbo Encarnado (IVE), y ¡el Obispo Taussig!
Gracias a esa apelación, la Suprema Corte permitió… que se enseñe catecismo y se celebre misa DENTRO DEL HORARIO ESCOLAR. O sea, la consagración del sectarismo y las discriminación, como cuando el padre “Pato” Gómez decía a los niños que se había hecho bien en matar a todos los indios “porque no tenían alma”… aquella vez los miembros y directivos de la Comunidad Malalweche, vende humos si los hay, no protestaron, no dijeron nada y siguieron adelante con sus negocios y los sueldazos que cobran del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI)… Y que siguieron cobrando en tiempos de Macri.
En resumen, las escuelas albergue (el 4% de la provincia de Mendoza), son usadas para lavarles el cerebro a los hijos de los puesteros.
Recordamos también el juramento del nuevo gabinete municipal en la plaza San Martín de Malargüe, año 2011. Al tomarle juramento a los secretarios del Gabinete, el intendente Agulles les preguntó “juraís… hacer cumplir la Constitución, etc.?”. Había un par de periodistas cerca de quien esto firma y entonces dije en voz baja “pero… la fórmula es cumplir y hacer cumplir, no sólo hacer cumplir”, y me miraron con cara de extrañados. Pensé que pudo haber sido un error mío. Esto fue con el primer secretario. Uno de los periodistas era Eduardo Araujo, dueño del hoy ultraoficialista SER Y HACER, grupo familiar que ocupa varios cargos en el gabinete del intendente Ojeda.
Pero con el segundo secretario volvió a repetirse el mismo “error” y volví a comentar lo mismo, con la misma respuesta de mis colegas. Al llegar al tercer y último secretario, volvió a ocurrir la omisión y entonces ya estaba claro que la clase política malargüina está encolumnada detrás de la idea absolutista de que “el poder viene de Dios”, y que el soberano está por encima de las leyes, no por debajo. El absolutismo monárquico de Europa antes de la revolución francesa era eso. Las leyes están para ser cumplidas solamente por la gilada.
Pero allí no terminó las cosa, ya que luego de los juramentos dio una homilía el cura párroco, que había casi presidido la ceremonia, y entre otras estupideces les dijo a los concejales y funcionarios ejecutivos: “ustedes están aquí para cumplir la voluntad de Dios” (sic, no exagero).
A nadie se le movió un pelo. Nos veníamos a enterar, de boca de ellos mismos, que la voluntad del pueblo no cuenta, sino sólo la voluntad del “dios” de los católicos preconciliares.
Curiosamente ese día no estaba presente la concejal Paola Paleico, atea e hija de padre judío, hoy funcionaria de Juntos por el Cambio. Que cada uno haga su propio análisis.
Llegamos lejos… sugiero releer todo lo anterior y relajarse. Todo lo relatado aquí ocurrió, es cierto. No ocurrió en Macondo, sino en Malargüe, que no son lo mismo (salvo por la primera sílaba) pero merecerían serlo.
Cuatro años antes habíamos fundado la Biblioteca de la Memoria Jaime de Nevares, para reivindicar la figura del primer obispo del Neuquén, quien, al igual que Monseñor Angelelli tenía “un oído en el evangelio y otro en el pueblo”.
De Nevares, al contrario de los curas del IVE, no enseñaba catecismo a los originarios, sino que se iba temporadas a vivir con ellos a entusiasmarlos para que hablen nuevamente su lengua ancestral, y no daba misa, sino que participaba de las ceremonias religiosas mapuches. Literalmente.
Un sacerdote colaborador de De Nevares, el padre Magín Paez (que dejó los hábitos, se casó y sigue dirigiendo la Radio Comunitaria Angelelli, de la capital neuquina), escribió ese año 2011 en el número 84 de nuestra revista Sin Pelos en la Lengua (SPELL):
“Amigos y Hermanos: Gabriel Alvarez Valdés (sacerdote santiagueño Dr. en Estudios Bíblicos) lo tuvimos varias veces en Neuquén, fines de Jaime y principios de Agustín. Lo traía la Librería San Pablo (Catedral) porque vendía cantidades de sus libros, armó un revuelo no sólo en su diócesis sino en todo el país.
“Tanto que varios obispos se quejaron y lograron que le prohibieran enseñar, escribir, predicar, etc. Lo mismo le hicieron a Leonardo Boff en Brasil (obviamente que está a otro nivel).
“Lo que él dice y escribe son las cosas que estudiábamos y leíamos libremente todos en los seminarios después del Concilio Vaticano II, años ’70.
“O sea que no hay cosas nuevas… (yo prediqué y apliqué toda mi vida a esos temas) lo que les molesta a los obispos es que ésto se divulgue en lenguaje popular y le llegue al pueblo.
“Y esa es la gran virtud de Gabriel, no escribe en lenguaje para los teólogos y eruditos, es sencillo y sin vueltas y sus libros se vendían acá como pan caliente y empezaba a conocerse en otras diócesis.
“Al obispo Agustín al fin de sus días por Neuquén lo apretaron un grupo de laicos superconservas y luego a Marcelo lo empezaron a joder por eso no lo dejaron entrar más por acá… y lo prohibieron en todos lados, por lo que dejó el Ministerio para poder seguir anunciando el Evangelio…
“¡Libertad en la Iglesia!!! ¡¡Que triste!!! Sigue pasando la inquisición… Magín Paez”.
En la misma página iba la carta del cura que realmente no quiere ser cura, sino servidor de su pueblo:
“La escasez de vocaciones es un hecho tan notable, que hasta los políticos alemanes han pedido a los obispos que ordenen como curas a hombres casados. Pero los obispos alemanes ya han dicho que no.
“Sea lo que sea, ha llegado el momento de preguntarse: ¿y si un día nos quedamos sin sacerdotes? ¿Sería el derrumbe de la Iglesia?
“El cristianismo tiene su origen en Jesús. Y Jesús no fue sacerdote. Fue un laico, que vivió y enseñó como laico. Reunió un grupo de discípulos, compuesto por hombres y mujeres que iban con él de pueblo en pueblo. Es cierto que La Carta a los Hebreos de la Biblia dice que Cristo fue sacerdote. Pero lo dice en el sentido laical de la palabra. De hecho, este escrito es el más laico de todo el Nuevo Testamento. Porque el sacerdocio de Cristo no fue “ritual”, sino “existencial”. Lo que Cristo ofreció no fue un rito en un templo, sino su existencia entera, en el trabajo, viviendo con los demás, y muriendo horriblemente. Para los cristianos, no hay más sacerdocio que el de Cristo, que consiste en que cada uno viva para los demás.
“Por eso el sacerdocio como hoy se vive en la Iglesia no tiene fundamento bíblico ninguno.
“En la Iglesia no debería haber hombres “consagrados”. Tiene que haber hombres y mujeres “ejemplares”. En el Nuevo Testamento jamás se habla de “sacerdotes” en la Iglesia. Esta situación se mantuvo hasta el siglo III. O sea, la Iglesia vivió durante casi doscientos años sin sacerdotes. La comunidad celebraba la eucaristía, pero no la presidía un “sacerdote”. Había responsables para ello, pero no se les consideraba hombres “sagrados” o “consagrados”. En el s. III, Tertuliano informa que cualquier cristiano presidía la eucaristía (“De exhort. cast. VII, 3). Una de dos: o Jesús vivió equivocado o los que andamos equivocados somos nosotros.
“¿Qué pasaría si se acabaran los sacerdotes en la Iglesia? La Iglesia recuperaría el modelo original de Jesús. Sería más auténtica, más presente en el pueblo y entre los ciudadanos. No tendría funcionarios, ni dignidades que dividen y separan.
“La Iglesia creyó que teniendo muchos curas sería una Iglesia fuerte, con influencia en la cultura y en la sociedad. Pero los dueños del “poder sagrado” terminaron convirtiendo a los demás en “súbditos obedientes”, y dividiéndola entre los pocos que mandan y los muchos que obedecen.
“Probablemente el cambio se va a producir, no por decisiones de Roma, sino porque la vida y el giro de la historia nos llevan a eso: a una Iglesia compuesta por comunidades de fieles, conscientes de su responsabilidad, unidos a sus obispos, respetando los diversos pueblos y culturas. Ya son muchas las comunidades en todo el mundo donde, por falta de curas, los laicos celebran la eucaristía. Porque están convencidas de que la eucaristía no es un privilegio de los sacerdotes, sino un derecho de la comunidad. El proceso está en marcha. Y mi convicción es que nadie lo va a detener.
“Y no digo esto porque me importe poco la Iglesia, o porque no la quiera. Al contrario. Le debo tanto y me importa tanto, que lo que más deseo es que sea fiel a Jesús y al Evangelio. Gabriel Alvarez Valdez”.
(Teléfono para Taussig y los curas ¡que justifican la matanza de indios!!!!!)
“El Buen Pastor da la vida por sus ovejas” le dije a De Nevares en mi primera carta en 1970. En ese tiempo el obispo estaba en las barricadas y ollas populares de los obreros del Chocón y eso despertó mi admiración. Allí se inició una amistad que duraría hasta el año de su muerte en 1995. De Nevares bautizó a nuestros dos hijos, en una de las ceremonias en forma casi clandestina porque los curas de buenos Aires no querían que el padrino fuese ateo y judío como lo fue. Se hizo la ceremonia en 1977, en casa, y el bautismo se asentó en la parroquia…de los Curas Palotinos, luego asesinados por la dictadura. Nunca más pisamos una iglesia, salvo la catedral de Neuquén, a donde solemos ir a visitar la tumba de Don Jaime.
El verdadero cristianismo no pasa por el IVE ni Taussig, sino por otro lado: De Nevares pudo ver con sus propios ojos cómo los ricos de Neuquén dejaban de asistir a sus misas, pero sí se acercaban a él peronistas, comunistas, ateos, evangélicos, porque sabían que el amor al prójimo es, esa justamente, la única y verdadera religión.
Algún día escribiremos sobre la influencia que el sacerdote jesuita Pierre Teilhar de Chardin ejerció sobre él. Por ahora nos quedamos con el gusto de lo que él nos dejó a nosotros. Y nos conformamos con saber que, tarde o temprano, el mismo pueblo cristiano echará a los mercaderes del templo y tendrán que meterse sus títulos de nobleza donde no da el sol.
Columnista invitado
Carlos Benedetto
Museólogo, jubilado docente y presidente de la Federación Argentina de Espeleología. Escritor y periodista. Miembro de la Comisión de Ambiente del Instituto Patria. Director del quincenario Sin Pelos en la Lengua, Malargüe.