La reflexión acerca de la tarea comunicacional, siempre es una buena excusa para detenernos en serio a sumar datos y perspectivas. De hecho y si bien la red de redes ocupa un lugar que se ha ganado a fuerza de clicks, ya es más que evidente -aunque no para todos- que el pluralismo y la diversidad también están en jaque allí.
Somos operados por el sistema, desde todos lados, también desde la internet. Nos inducen a tratar ciertos y determinados temas, que siempre responden al sentido común que desea alimentar el poder real. Él es dueño y custodio del deber ser, lo que se puede hablar, lo que hay que ocultar; más allá de los planteos románticos.
La cruda verdad es que poco y nada podemos influenciar a la hora de involucrarnos con los “debates del Me Gusta”. Así son las “redes antisociales” como las definiera Horacio Verbitsky. Allí se advierte claro y pefectamente delineado el tópico que trata el conferencista, que es el que caracterizó a la literatura latinoamericana del boom.
“Ignacio Ramonet: “Lo que domina a las redes sociales es el pensamiento mágico”
“Lo que domina a las redes es el pensamiento mágico. La verdad es cada vez más emocional y no real. Las redes están hechas para emitir y no para recibir. Existe una repolitización salvaje en un sentido antropológico”, reflexionó el periodista y catedrático de la teoría de la comunicación Ignacio Ramonet, en el marco de una conferencia organizada por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
“La cita de la Uneac giró en toro a un interrogante prepandémico: ¿qué acontecía desde la sociopolítica en el mundo antes de la aparición de la Covid-19?
“En la visión de los organizadores, las protestas sociales atravesaban distintas latitudes: Beirut (Líbano), Hong Kong (China), Cataluña (España), Puerto Rico, Chile, Colombia y Costa Rica.
“Las demandas de unos y otros se ajustaban a las inconformidades de cada geografía, sin embargo, poseían el común denominador de gestarse en sociedades democráticas, desarrolladas a través de las redes sociales”, señalaron desde la Uneac, para la cual “entender el nuevo desafío que imponen las redes sociales, implica analizar las trasformaciones en las lógicas de consumo y la reconfiguración de los escenarios políticos, sociales y culturales en el ciberespacio”.
“A esas inquietudes apuntó la conferencia del español Ramonet, autor de El imperio de la vigilancia, y quien destacó “el gran interrogante que constituye internet, como la tercera gran revolución de las comunicaciones, y las recientes redes sociales, con no más de 20 años de existencia”.
“La diferencia con los medios de difusión masiva -señaló- es que no alcanzan el nivel de retroalimentación de las redes sociales. Éstas ponderan el diálogo constante, tienen una relación más fuerte con los receptores. Son sistemas de comunicación que convierten fenómenos marginales en centrales”.
“Es en ese entorno, añadió, en que “comienzan a actuar fenómenos como la postverdad y las ‘fake news’ (noticias falsas). La posesión de una gran cantidad de información pasa de erigirse como generadora de pensamiento crítico a productora de desconocimiento”.
“El discurso acerca del sistema mediático, como manipulador de la información a favor de los dueños de medios y las clases dominantes, ha sido sobrepasado por la crítica de la extrema derecha populista. Existe una atmósfera de guerra entre la sociedad y los dirigentes políticos. Hay un espíritu complotista contra el complot que está en el poder. En Estados Unidos, por ejemplo, la crítica de muchos ciudadanos al sistema generó un ataque al Capitolio”, explicó Ramonet.
“En otro pasaje de su conferencia, el también director de Le Monde Diplomatique sostuvo, rememorando una entrevista que mantuvo con el periodista brasileño Breno Altman, cómo, en la actualidad, los ciudadanos se movilizan más por un tema puntual que por una gran causa.
“Esto se complejiza en un entorno donde la ‘conspiranoia’ y el fanatismo forman parte de un sistema atacado, además, por la incertidumbre de la Covid-19”, dijo, para quien “lo que domina a las redes es el pensamiento mágico. La verdad es cada vez más emocional y no real. Las redes están hechas para emitir y no para recibir. Existe una repolitización salvaje en un sentido antropológico”.
“Fuente: Télam
“Sitioandino.com.ar
“4 de abril de 2021”.