Te propongo que escuches la entrevista que le formulé a Aída Castelán, en la bellísima confitería La Ideal, tratando de encontrarte con las sensaciones que convergían cada vez que estabas con tus amigos y amigas, de niños, y se disponían a ver a qué iban a jugar. Esa pequeña y deliciosa asamblea de culillitos, como decimos los mendocinos, abocada a saber de qué irían los próximos minutos de una vida que por entonces nadie dudaba eterna. Desde ese lugar asomate a la charla con esta artista múltiple y docente de alma.
Fui susurrado, como una de las parroquianas del bar (podrás verlo más abajo) y en ese contexto poético arrancó todo lo que apreciamos juntos. Me acompañó la sensación que se trata de una de esas personas que mientras te habla de algo desearían decirte, al mismo tiempo, mil cosas más. Desbordante, fiel a sus metejones, te invita a subirte a sus sueños. Muy bien que hace, por ella y por todos aquellos y aquellas que le prestamos escucha a lo mejor de la condición humana, que quizás habita en los sueños aún no cumplidos.
Hace 39 años que hago periodismo y cumplimos 4 con nuestro diario. Este momento inolvidable y de 30 minutos, de una y sin cortes, es otra manifestación de una vida de asombros, mientras relevo todo lo que ocurre en mi contexto. Volver a creer en nosotros, siempre, ha de ser el camino principal. Volvamos a aprender del mirar profundo y orientémonos al disfrute de cada encuentro como si fuera el último. Mal que nos pese, nadie tiene comprado el futuro y tal vez este sea el momento de volver a jugar, a lo que sea, con quienes tengan ganas y se manden.
Entrevista: Aída Castelán, 19 de julio de 2024
De puño y letra
Aída Castelán
“Aida x Aida
“Me llamo Aída Ortega Castelán, mi DNI dice que tengo un segundo nombre, pero desde que tengo memoria fui determinante en no reconocerlo aún bajo la insistencia de mi madre. Nací en la ciudad de Buenos Aires en 1971, lo que no ha sido para nada determinante ya que he vivido en Rosario, en Resistencia, en Río Negro y hoy recién mudada a la zona Oeste del Conurbano Bonaerense.
“Mi identidad viajera se ha manifestado también en mi hacer profesional, fui docente de inglés, profe de primaria, secretaria y actualmente bibliotecaria especializada en literatura infantil y juvenil en una escuela primaria, narradora oral y profesora de Narración Oral para adultos mayores en el Centro Cultural Roberto Santoro. Instituciones públicas, porque ese sí es, un punto innegociable. Soy cuentera, y lo he sido desde que pude hablar o antes, contando historias a quien tuviera ganas de escuchar, a quien necesitase un mimo para el alma o un momento de distensión.
“Esa misma madre que no entendía mi resistencia a usar el nombre que ella me había elegido, pasaba horas compartiendo conmigo momentos de poesías que luego yo repetiría desde mis primeros años, en la escuela. Hoy regalo poesía a través de susurradores y PUP, en el ECUNHI- Ex ESMA, en la biblioteca “Juanito Laguna” del sindicato de docentes del Estado, en plazas, escuelas, jardines y geriátricos donde muchas veces me acompañan alumnos y alumnas con ganas de convidar poesía.
“He contado en distintas ferias literarias, incluida la Feria del Libro Infantil y Juvenil, museos, bares literarios y teatros pequeños. Actualmente formo -junto a mi amiga Lucila Adela Guzmán-, el dúo “Las Capelinas Cuenta Cuentos” y ahí andamos, intentando resistir y sostenernos en este momento de huracán que quiere llevarse puesto cuanto espíritu creativo y artístico desee andar”.