Que nos escuchen, que nos tiendan una mano, un mate caliente, un trozo de pan. Que nos hagan saber que estamos allí y nos asiste la esperanza de una mirada nueva, otra sonrisa compartida, la palabra de aliento. «Visitar a los presos y a los enfermos» nos recuerda nuestro querido compañero Fernando Rule, casi como un mantra del deber ser de ese tejido social que deseamos siempre indestructible.
Muy bien lo sabe, pues lo ha sufrido en carne propia el mendocino que formó parte de esta delegación que viajó a Jujuy. Luego extendió unas líneas que ya presumo inolvidables y te comparto abajo. En ellas nos cuenta acerca de ésta, una de tantas acciones realizadas para abonar el camino a la libertad de Milagro y un puñado de dirigentes y militantes de la Túpac Amaru. Hay mucho por hacer.
Gran emoción contenida en esta breve crónica que parte de la admiración por todo lo que realizó esa gran líder social y política, que ya forma parte de lo mejor de la historia del movimiento popular. Pero la figura de los presos políticos le hacen mucho daño a una Democracia como la nuestra, que recuperamos hace 38 años. Es un despropósito que esto ocurra con el peronismo en el gobierno.
«Recorrer más de mil kilómetros para visitar a los presos políticos de la Túpac Amaru puede parecer sólo una gestión política militante. Y lo es, aunque hay más que eso. Es el ejercicio de algo tan viejo como las religiones: visitar a los presos y a los enfermos.
«La delegación de veinte militantes que fuimos desde varias provincias del país hasta el Barrio Cuyaya de San Salvador de Jujuy, expresa en su gacetilla los detalles técnicos y políticos de esta movida que tiene por objeto visibilizar la vergüenza que significa esta injusticia de tener presos políticos en un país democrático y con un gobierno nacional y popular. Esto dicho sin la más mínima ironía y con mucho dolor de este cronista.
«Abrazar a Milagro Sala es un acto casi religioso, aunque sé que ella no lo aceptaría así, tiene algo de reverencial. Es la conjunción de la alegría que manifiesta al recibir la solidaridad de compañeros a los que, en su mayoría está viendo por primera vez en su vida, junto a los que siempre estuvieron a su lado, con la tristeza apenas disimulada tras la bronca. Noble bronca. Rabia por el abandono de su gobierno, nuestro gobierno nacional y popular. Morales lo va a traicionar a Alberto, dice, dejando en el aire la convicción de un pacto no dicho, pero… Quizás sea (otra vez) el punto en que la política (la pequeña política, diría Gramsci) se pone a discutir con la ética. Todo es negociable, dijo un maestro mío, menos los principios. Y no abandonar a los propios compañeros atrapados por el enemigo es un principio. Es cierto que para animarse a desplegar actos rotundos, heroicos, hacen falta fuerzas, poder. Así lo demostró Néstor Kirchner cuando, partiendo de un mínimo poder electoral, un congreso de dudosa composición favorable, identificó claramente los principios éticos diferenciándolos de los oportunismos políticos, y pidió perdón en nombre del Estado Argentino, a las víctimas del genocidio. Y lo hizo frente a las puertas del recuerdo del infierno: la ESMA.
«La visita que, luego de esa verdadera y democrática asamblea en la casa de Milagro, a los presos de la Túpac que están en prisión domiciliaria, nos terminó de reconfortar y casi borrar la tristeza. Todos están esperando la libertad para seguir la lucha. Todos expresan un profundo orgullo por la grandeza de las obras –sólidas obras, visibles obras, inmenso barrio, escuelas, dispensarios de salud, el parque acuático, la réplica de la Puerta del Sol con las figuras de Bartolina Sisa y Manco Capac, las fábricas de bloques, la fábricas textiles…– que construyeron con sus propias manos. Todos orgullosos de haber dicho NO cuando le propusieron la libertad a cambio de acusar a Milagros. Llevan con dignidad la humillación de no poder salir a trabajar, de sobrevivir con la ayuda de la familia, de los compañeros que le acercan un paquete de fideos, con la ilusión de arreglar o pintar la casa cuando puedan trabajar y comprar pintura.
«Los diarios (el más leído, El Tribuno, propiedad del presidente del Partido Justicialista de Jujuy) no se enteró hasta hoy de nada de esto.
«Fernando Rule
«Mendoza, de vuelta de visitar a los presos políticos de la Túpac Amaru,
en San Salvador de Jujuy, 14 de octubre de 2021″.
«El 10 de diciembre del 2020, fecha aniversario de la Declaración Universal de los DDHH, ACAF organizó una Conferencia Internacional con la participación de personalidades europeas y latinoamericas, diputados, senadores, juristas, escritores, representants sindicales y de organizaciones internacionales como Amnesty Internacional, France Amérique Latine, Espace de Femmes, Mouvement pour la Paix entre otros. Como invitados especiales participaron Milagro Sala, Raúl Zafaroni, Amado Boudou, y Matías Duarte, abogado de la causa conocida como “Pibes Villeros” que se encuentra actualmente a estudio de la Corte Suprema de Justicia nacional.
«Constatando después de casi un año, la continuada vigencia del lawfare y la indiferencia del poder político nacional en este asunto, les hacemos llegar el enlace con el video de esta conferencia, donde el problema fue muy bien tratado, tanto por destacados juristas como por algunas de las víctimas de la persecución».
«El colectivo de organizaciones que viajo a Jujuy el 11/12 y 13 de octubre informa que como primer resultado de sus gestiones se acaba de liberar a la compañera Mirta Guerrero -Shakira-, con la figura de libertad condicional. Nadie suelta la mano de nadie.
«Otro resultado del viaje a Jujuy: se inicia investigación fiscal sobre las torturas infringidas a Graciela López. Nada es para siempre».


