El cambio climático es una realidad incontrastable en un mundo que, ganado por prácticas extractivistas, hace muchas décadas que lleva adelante acciones que perjudican cada vez más a la casa común. Hay una suerte de alerta planetario y el acting de las naciones más poderosas, que se golpean el pecho por esta situación de vulnerabilidad, va dejando lugar a lo que el tiempo demanda como perentorio.
Está en juego la vida animal y vegetal, por tanto la de estos homínidos que somos. Muchos de nosotros, asistidos por la codicia a la que suele llevar la ambición, ha puesto números y registros en rojo. Cualquier cosa que se haga debe ser para atemperar esta problemática, justo lo contrario de lo que hace el soberbio Gobernador de nuestra Provincia, acérrimo megaminero y frackinero.
Estamos desprotegidos, a la vez que esta situación deberíamos trocarla a nuestro favor con pequeñas/grandes acciones que están a la mano de todos: informarnos, peticionar ante las autoridades, sumarnos a los espacios ambientales que crecen al ritmo del recrudecimiento de las problemáticas. Aquí aplica un dicho que conocí en la militancia estudiantil secundaria: «no se queje si no se queja».
«Cambio climático
«Por qué las noches no son más «frescas», los ríos traen menos agua y las tormentas más agresivas
«El cambio climático tiene consecuencias palpables en la vida cotidiana. En Mendoza hay registros de ese impacto: desde noches «cálidas» en zonas que eran frescas, hasta glaciares que desaparecen.
«El estado del tiempo es un tema para iniciar cualquier conversación; pero esas charlas esconden dramas más profundos. Noches calurosas en Chacras de Coria, montañas peladas y sin nieve, río secos, tormentas de verano intensas. Todo tiene un correlato ambiental sembrado en los últimos 200 años y hoy descripto por la ciencia. El cambio climático no es una abstracción, sino que modifica la vida cotidiana y condiciona el futuro. En Glasgow, Escocia, se realiza la COP26 y tiene como objetivo generar cambios que eviten que la temperatura del planeta suba 2 grados. No es nada abstracto, sino bien concreto y abarca a todas las comunidades y exige pericia en la gestión.
«En Mendoza, por ejemplo, las consecuencias del cambio climático son tangibles. Según la Comunicación nacional en el marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la temperatura media en Mendoza subió 0,5 grados. Pero en el área metropolitana, es decir el Gran Mendoza, fue superior. «Este incremento fue superior a 1ºC sobre la región metropolitana de Mendoza», agrega.
«Pero donde más se nota es en el cambio que hubo en las temperaturas mínimas. Ahora en Mendoza, como en todo el mundo, el calor es más persistente y no desciende. Esa idea popular de la desaparición de las noches frescas es real. La zona Este de Mendoza es una de las más afectadas. «En la región Andes la temperatura mínima media aumentó en el período 1960-2010, en algunas localidades en más de 0,5ºC y en más de 1ºC en el norte de Cuyo, alcanzando a superar 1,5ºC sobre el oasis norte de Mendoza», dice el estudio oficial.
«En Mendoza hay menos nieve y más lluvias intensas concentradas en poco tiempo. «La región muestra un aumento significativo de la máxima anual de precipitación diaria, particularmente en Salta y Mendoza. Se puede concluir que ha habido cambios en el régimen de precipitación. Hubo una tendencia a que la lluvia se acumule en pocos días en que resulta más intensa entre períodos sin lluvia relativamente más largos», agrega el informe oficial.
«La paradoja es enorme: el CO2 permite que haya vida en el mundo, pero la emisión descontrolada de ese y otros gases la puso en riesgo. En casi un millón de años la concentración de CO2 en la atmósfera osciló en proporciones de hasta 330 partes por millón. Pero en 150 años creció a las 415 partes por millón; generando un efecto nocivo por el calentamiento acelerado del planeta.
«El hecho ocurre, la adaptación es la clave.
«Noches calientes
«Investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias determinaron el impacto por regiones para relevar cómo afecta, entre otras cosas, a la producción de la vid. En el Este de la provincia, la temperatura media aumentó 1,08°C en los últimos 50 años. Pero aumentó sensiblemente la cantidad de días con temperaturas mínimas superiores a lo esperado. «En cuanto a los índices que reflejan un calentamiento de las noches, ligados a olas de calor, se constató que el número de días con temperaturas mínimas superiores a 15° aumentó un 46% en la década final, y también aumentaron los días con temperaturas mínimas superiores a 17°C (91%) y con temperaturas mínimas superiores a 20°C (28%)», explican.
«En zonas mixtas como Chacras de Coria también se siente el calentamiento: «Al evaluar los datos climáticos ocurridos en los últimos 50 años en Chacras de Coria, se encontraron aumentos significativos de 0,6°C en Temperatura Máxima y de 0,44°C en Temperatura mínima al comparar la primera y última década del período», explican. En Chacras también desaparecen las noches frescas. Es que aumentaron un 93% la cantidad de días con temperatura mínima superior a los 20 grados. Esos cambios creen que puede tener «influencia sobre aspectos fisiológicos de la vid». San Rafael vive una situación similar. Hubo un aumento de 0,92°C en la temperatura máxima y de 0,6°C en la media. Esa investigación, realizada por Leonor Deis, María Inés de Rosas, Emiliano Malovini, Martín Cavagnaro y Juan Bruno Cavagnaro, apunta a evaluar el impacto sobre la producción de uva. Como consecuencia posible del aumento de las temperaturas mínimas creen que «podría adelantar las fechas de cosecha» y hasta que haya desfasajes en la producción.
«Montañas que se «derriten»
«Mendoza atravesó la década de sequía y esta temporada será durísima. La escasez ya es norma y la demanda de agua no baja. La «caja de ahorro» de agua que tiene Mendoza sufre el cambio climático. Algunos de los indicadores son la nieve cada vez menos abundante, el retroceso de los glaciares y otro más complejo: la altura de la «isoterma» de cero grados. Es decir la altura en la que en alta montaña la temperatura llega a los cero grados: hacia arriba, todo será nieve y hielo (ahorro de agua); hacia abajo, agua y escorrentía. La isoterma está cada vez más arriba, es decir que la temperatura se ha elevado en alta montaña y también por eso hay menos reservas de agua. Para la estación aerológica de Mendoza, informaron un aumento de 340m en el «punto donde empieza el hielo y la nieve» entre 1977 y 1996.
«Incluso según los trabajos científicos, en los próximos años podría elevarse otros 150 metros hacia el año 2030. Eso, tomando el escenario «moderadamente pesimista» que evalúan los científicos. «El aumento de la altura de la isoterma 0º C será mayor en el sur de la zona cordillerana en las provincias de San Juan y Mendoza, desde la cuenca alta del Río Jáchal hasta el de la cuenca alta del Río Colorado, donde se estima que en el escenario RCP 4.5 será de unos 260m en el futuro cercano y de más de 500 m a fin de siglo», indica el informe estatal donde se plantea el escenario argentino frente al cambio climático.
«Los propios científicos son precavidos a la hora de generar escenarios futuros o predicciones. Ricardo Villalba y José Boninsegna toman como referencia el modelo desarrollado en el Centro de Investigaciones del Mar y de la Atmósfera (CIMA- CONICET). Allí pronostican para el período 2020-2030,» un aumento medio de la temperatura de 1.5 a 1.25°C y una disminución media de la precipitación de 100mm. Este modelo también predice para el mismo período una elevación media de la isoterma 0°C entre 150 y 130 en comparación con la elevación actual». «Las predicciones están analizadas para el periodo 2020-2030, utilizando el escenario A2. Este escenario aunque pesimista en su concepción, parece lamentablemente ser bastante realista en el futuro cercano», aclaran.
«Pero además se prevé:
«Un adelanto de los picos de máxima descarga (de los ríos) de aproximadamente un mes, aumento de los caudales en primavera (Octubre y Noviembre) y disminución de los caudales del verano
«La proyección de estos valores a la posición de la isoterma 0°C indica una disminución de la superficie que permite la acumulación de nieve en el invierno y una disminución de la superficie que permite la permanencia de nieve en verano de un año hacia el siguiente.
«Las consecuencias principales de estos cambios será una menor oferta hídrica en los oasis del Cuyo, particularmente en los ríos San Juan y Mendoza. Asimismo, se espera una alteración del hidrograma anual, con adelanto de los picos máximos de escorrentías y disminución de los caudales de verano. Estos efectos serán más pronunciados en las cuencas de los ríos Diamante y Atuel.
«Desaparición paulatina de los glaciares por elevación de la línea de 0°C y disminución de las precipitaciones, con la perdida de la capacidad reguladora y de la reserva de agua que los mismos poseen.
«En Glasgow se discute de ambiente, pero a la par de negocios y el lobby es la principal herramienta. Los países desarrollados presionan para bajar la emisión de gases efecto invernadero luego de haber «quemado» gran parte de los recursos desde la revolución industrial en adelante. Los países en vías de desarrollo presionan para ser resarcidos por los pasivos heredados (cuyo impacto es «socializado» en todo el mundo) y otros, como China e India, piden tener una carta blanca para seguir emitiendo. Lo que es seguro, es que el futuro de los negocios relacionado a la energía van por otro lado: en 30 años gran parte de la matriz energética del mundo tiene el foco en fuentes renovables; caras, menos eficientes hoy, pero sustentables.
«Mdzol.com
«Pablo Icardi
«2 de noviembre de 2021».


