El cristianismo primitivo. Periodo pre-nicénico.
En principio hay que decir que la etapa histórica que denominamos cristianismo primitivo estuvo signada por persecuciones y martirio. Si bien las grandes represiones se debieron a Nerón después del incendio de Roma en el 64, y a Diocleciano sobre finales del siglo II y principios del siglo III, las persecuciones siempre estuvieron. Intentaremos dilucidar algunos porqués y como se desarrollaron.
- La primera etapa después de la muerte de Cristo es considerada como la transición del judeo cristianismo inicial al cristianismo de los gentiles en el siglo I. Constituye el periodo apostólico, desarrollado con el protagonismo de los propios apóstoles, todos judíos, que en su casi totalidad murieron martirizados como consecuencia de su práctica.
- Posteriormente la etapa de los padres apostólicos, discípulos de los apóstoles que continuaron su obra, muchos de ellos no judíos, y que desarrollaron su prédica entre las últimas décadas del siglo I y el siglo II.
- En el siglo II, la etapa de los apologetas, en general gentiles, que confrontaron su fe con las escuelas filosóficas griegas intentando dar fundamento a su religión y ganar un espacio dentro de las élites del pensamiento.
- Capítulo importante es el constituido por las herejías. Probables causas y qué papel jugaron en la historia.
El cristianismo marcó un cambio fundamental en la historia de la creencia en occidente. Hasta ese momento las dos religiones monoteístas conocidas eran el zoroastrismo y el judaísmo. La primera de escaso desarrollo y prácticamente sin repercusión en el Asia menor fuera de la zona del golfo Pérsico, la segunda, el judaísmo, había nacido y se había desarrollado como endogámica, aunque con el registro de judeización de algunas tribus pero como fenómeno escaso.
El cristianismo puede considerarse como la primera experiencia de un monoteísmo que avanza sobre las milenarias culturas politeístas. Vale aquí la salvedad de que este es un monoteísmo cuestionado por sus visos de politeísmo. Hasta aquí, para el judaísmo solo había un dios, Yavé o Jehová, o como se le quiera llamar. Hay referencia a un espíritu de dios o un aliento de dios en el antiguo testamento como manifestación de dios, pero no como una persona. Por otra parte los profetas anunciaban la venida de un mesías que representaría la reivindicación del pueblo de dios ante los otros hombres, salvador del pueblo de Dios, o sea el pueblo de Israel, pero no necesariamente un dios encarnado. Si consideramos que los primeros cristianos fueron judíos, la concepción trinitaria de Padre, Hijo y Espíritu Santo como tres personas y un Dios resultaba para muchos una suerte de politeísmo.
Por otra parte el cristianismo abandona uno de los más notables símbolos del monoteísmo judío, la circuncisión. Cuando Pablo de Tarso comenzó a predicar a los gentiles (los no judíos), particularmente en Antioquía, sosteniendo que el mensaje de Cristo era para todos los hombres, surgió el cuestionamiento de si estos conversos debían ser circuncidados. Es muy probable que esto se viera como un obstáculo importante para aquellos que no estaban en la tradición judía que veía con naturalidad la circuncisión y se haya optado por obviarla en función de tener un mayor crecimiento de las conversiones. En todo caso esto provocó el primer concilio cristiano que fue el concilio de Jerusalén en el año 50 d.C., que resolvió la no circuncisión.
Los primeros cristianos y judeocristianos sufrieron en principio persecución dentro de la comunidad judía, siempre por parte de los saduceos que manejaban el Sanedrín. Recordemos que los saduceos representaban a los ricos de Israel y los cristianos son vinculados a través del evangelio con el cuestionamiento a la riqueza y a la propiedad, principios que tenían en común con los esenios; en ambos casos desde la defensa de una mirada comunitaria de distribución de los bienes. No parece entonces casual el conflicto y es demasiado probable que trascienda los intereses religiosos para tener que ver con intereses terrenales.
También los saduceos se enfrentaron a los zelotes que resistían al dominio de Roma mientras los saduceos le eran funcionales.
Durante el siglo I el cristianismo transitó los periodos apostólico y de los padres apostólicos, esto es el tiempo de la prédica de los apóstoles o de sus discípulos directos, ellos fueron estableciendo comunidades de cristianos en todo lo que alguna vez, en tiempos de Alejandro de Macedonia, llamado el Magno, había sido la Magna Grecia.
En general comenzaron por llevar su mensaje a los judíos de cada lugar que existían con una amplia distribución aún antes de la diáspora posterior a la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 d.C., ampliando las conversiones a los gentiles como decíamos más arriba. Las rutas para esta expansión tuvieron que ver con las comerciales que aparentemente eran muy activas.
La documentación existente de este periodo se basa en la Didaqué, los Hechos de los Apóstoles y las cartas que figuran dentro de los libros canónicos del Nuevo Testamento, en historiadores como Flavio Josefo, Tácito, Plinio el joven y en los escritos de los doctores de la iglesia surgidos entre los siglos II y III de nuestra era.
Se evidencia un desarrollo urbano de esta nueva religión que convoca ampliamente a sectores populares y en algunos casos a poderosos. Todos los centros urbanos del imperio romano y también sus vecinos son visitados por los apóstoles y sus discípulos. Estos, frecuentemente fueron objeto de represión y persecuciones que aparecían como hechos aislados hasta la gran represión en Roma después del incendio del cual se culpó a los cristianos.
En principio es probable que la causa por la que fueran reprimidos tuviera que ver con el choque con la visión politeísta del mundo romano y sus urbes dominadas en las que los sacerdotes de los distintos ritos, que por supuesto ejercían sus ministerios al lado del poder político, veían en el crecimiento de esta nueva creencia el cuestionamiento a su poder. Mientras el monoteísmo residiera solo en los judíos no representaba un riesgo, pero que este se extendiera a los no judíos y llevara un mensaje comunitario obviamente resultaba para ellos peligroso. Fue una práctica del imperio hacer una absorción sincrética del panteón de los pueblos conquistados y por consiguiente incorporar sus ritos y a los sacerdotes de los pueblos sojuzgados como una manera de mantener el statu quo.
Ha sido habitual que los administradores de las religiones a lo largo de la historia hayan estado al lado del poder cuando no formando parte del poder mismo. Pero todo esto no representa una respuesta satisfactoria a la gran distribución del cristianismo, lamentablemente la historiografía suele ocuparse más de las capas dirigentes en todos los conflictos y olvida a los otros protagonistas de la historia, los nadies que decía Galeano, los anónimos; sin que esto desmerezca lo terrible del martirio que sufrieron aquellos que por su fe y apostolado, que no es otra cosa que militancia, expusieron sus vidas cotidianamente. Y he aquí la respuesta más profunda, el cristianismo primitivo no representaba a ningún poderoso, ya que aún en sus inicios judeocristianos estaba en conflicto con los poderosos de Israel, los saduceos. Además crecía incluyendo a los gentiles y su mensaje solidario de compartir pan y penurias, llegaba a los más pobres y desposeídos como un mensaje de esperanza, a aquellos que teniendo poco no tenían objeciones en compartir lo poco. Puede pensarse entonces que el cristianismo aparece para dar un sentido de pertenencia a los marginados de Roma que eran, no casualmente, mayoría. Esta es aparentemente la verdadera red en donde la religión que trae un mensaje de solidaridad y esperanza se sustenta, para llegar a los confines del imperio y más allá. La que incluía a los no incluidos, a muchos de los que no podían ser considerados ciudadanos de Roma; esclavos, gladiadores, mujeres, niños.
La mayoría de la población romana, casi el 80 % no eran ciudadanos, su vida era trabajo, sufrimiento y violencia. Los esclavos, que eran mayoría, morían inexorablemente jóvenes, no llegaban a más de 25 o 30 años. Los soldados que cumplían servicio durante muchísimos años, si no morían en los campos de batalla llevados por los generales romanos, incurrían frecuentemente en suicidios, al igual que los gladiadores. Esclavitud, pobreza y miseria estaban totalmente naturalizadas, por lo que la aparición de algo que diera sentido de pertenencia y esperanza de redención abría un nuevo panorama a estas pobres gentes. Si bien el cristianismo no proponía abolir la esclavitud generaba grupos de pertenencia capaces de contener a los excluidos y marginados. El Derecho Romano, aún cuando el cristianismo era perseguido, permitía la figura de agrupaciones en colegios o confraternidades de gente perteneciente a un mismo nivel u oficio. Los cristianos adhirieron con entusiasmo a esta propuesta de colegios, cuyos objetivos estaban orientados generalmente hacia compartir la comida y la dignidad de la sepultura, lo que reforzaba los vínculos de pertenencia. Una de las características piadosas del cristianismo tuvo que ver con la dignidad de las sepulturas. Para los cristianos toda persona, fuera esclavo o extranjero tenía derecho a una sepultura digna para lo que fueron excavadas las catacumbas que en Roma llegaron a constituir una verdadera red subterránea. Sirvieron también como lugares de reunión rituales y como escondites para huir de las persecuciones.
No es casual entonces que el crecimiento del cristianismo haya sido fundamentalmente urbano, creció allí donde había mayor cantidad de pobres y de marginados. Hay registro también de que fue desparramado por los soldados por todo el imperio. Cuando se observa la función social y humanitaria cumplida por el cristianismo primitivo entre los marginados su crecimiento no resulta extraño, ni tampoco resulta extraño que a los poderosos les encendiera las alarmas y generaran su persecución con una intención de exterminio que finalmente fracasó con Diocleciano y el poder generó nuevas estrategias.
En el siglo II los apologetas enfrentaron a las críticas feroces del paganismo que necesitaba demonizar y hasta ridiculizar a este fenómeno en crecimiento que era el cristianismo. Las acusaciones del paganismo que obviamente representaba al poder y su temor a este movimiento religioso popular eran muy variadas, las fake news de la época: canibalismo, incesto, infanticidio y muchos etcéteras. Así también los juicios recuerdan al lawfare actual, como los comentarios del emperador Trajano a Plinio el Joven cuando éste le pide consejo sobre el juicio a los cristianos de los cuales no da detalles de ningún delito, se los condena simplemente por ser cristianos.
Hay dos cosas que resultan llamativas en el discurso de los doctores de la iglesia y en los apologetas griegos (ya que este era el origen de estos cristianos gentiles). En los primeros hay un gran esfuerzo y elaboración doctrinaria, pero poco sobre la realidad que vivía ese gran conglomerado de pobres que constituía la iglesia primitiva. Recordemos que iglesia proviene del griego eklesia, que significa asamblea. En los segundos prácticamente no hay doctrina, estas personas que provienen de una tradición griega, hacen su defensa, la apología de su creencia, en el lenguaje filosófico de sus detractores, intentando analogías con el pensamiento helénico, posiblemente por esa vía ingresa la concepción platónica al cristianismo. Por otra parte también se verificó entre el siglo II y el III una variante en la organización política de los cristianos. Originariamente funcionaban como asamblea en la que entre todos elegían a sus epíscopos. Posteriormente, tal vez por su crecimiento o por otras causas, la asamblea proponía y la jerarquía ya establecida confirmaba o no, con el tiempo fue solo la jerarquía la que decidió, pasando así de un modelo de gobierno horizontal a uno vertical.
También hicieron su aparición hacia mediados del siglo II y más en el siglo III, algo que acompañó al cristianismo a través de su historia en principio como divergencias doctrinarias y luego como cismas, las herejías. Estas divergencias doctrinarias que es posible que no simplemente representaran lecturas e interpretaciones diferentes del evangelio, entendido no como libro sino como el mensaje de Cristo. Recordemos que eu o ev angelio es el buen mensaje; las herejías conformaron también espacios de poder similares a las modernas internas de los partidos políticos, que podían dirimirse o no, en reuniones llamadas concilios, justamente para conciliar posiciones. Esto muy probablemente debilitó al cristianismo como estructura monolítica ante sus enemigos y luego se verificó su aprovechamiento.
Las terribles persecuciones neronianas tras inculpar a los cristianos del incendio de Roma en el 64, fueron paulatinamente disminuyendo y si bien la profesión de fe cristiana siempre implicó un riesgo de vida, por eso las catacumbas, no solo romanas, sino también construcciones subterráneas que la arqueología sigue encontrando y estudiando en el Asia menor, particularmente en el actual territorio de Turquía.
Hacia fines del siglo II e inicio del III, se produjeron nuevas persecuciones y martirios que llevaron más vidas, no solo por la ferocidad de las mismas sino por el crecimiento exponencial del número de los cristianos. El emperador Diocleciano se enfrentaba a que el crecimiento del cristianismo entre sus soldados implicaba una disminución de la actitud de combate en la frontera norte contra las tribus germánicas que le resultaban incontrolables. Decidió entonces exterminar a los cristianos, y fracasó. Finalmente, con el edicto de tolerancia de Milán en el 313, finalizó la persecución y comenzó otra etapa.
Columnista invitado
Daniel Pina
Militante. Ex-preso político. Médico especialista en Terapia Intensiva. Jefe de Terapia Intensiva del Hospital Milstein. Psicoterapeuta dedicado al tratamiento de Trastornos post- traumáticos.


