Solsticio de invierno
Otro viaje al fin de la noche
Parte 8
(viene de la edición anterior)
Tendría unos diez años cuando llegó ese libro, El Quijote, regalo de la tìa Mila para la primera comunión, de unas mil páginas, que lo leí, enterito, entonces, por esa pasión por la lectura de antes, de “bulimia intelectual”, como decía Gloria, la profe del terciario, ya totalmente perdida. Ahora, no paso de unas pocas páginas y cada tema me lleva para el lado de los tomates.
Durkheim por Portantiero y los tres tipos de suicidas me llevó a pensar en Pablito y el nudo de la angustia, otra vez. Hasta recordar que el secreto es la acción del akí y ahora… Recordar la terrible situación de Ivannita y que al menos, algo, unas palabras, puedan llegarle…
Nada mejor que ir a comprar el diario Río Negro del domingo de las elecciones PASO porteñas al negocio de “EL LEÓN” y mientras le compro el periódico, le comento, como al pasar:
-Quisiera saber qué dicen de las cenizas del volcán en Bariloche. Porque allá fue Marcela con anteojos y barbijos para el humo y resulta que ayer contaba que sólo había una nube gris, alta.
No le comenté de las imágenes de nenes con barbijo que vi por la tele. Pero mirándolo, pude decirle:
-Ahora que lo veo de cerca, antes me parecía muy parecido al presidenciable Massa. Pero ahora lo veo con cierto aire a Aníbal Ibarra, el de Cromagnon. Pero no me animo casi a decírselo por recuerdos de cuando me echó de aquí.
-Ya le tuve mucha paciencia, señora…
Pero todo en un diálogo tranqui, sin público, porque si aún no abrió el negocio “Ringo” es que es temprano, aún.
Es entonces, tiempo de quitarnos la angustia con algo muy maquinal, lavar estos platos, por ejemplo… Ver por la tele en el canal de las tres pelotitas, a “Manuelita”, recordando cuando le cantaba a la hiki este tema y mientras yo me dormía antes, ella me pedía:
-Asheme noni, cantame “abuelita”-.
Una peli preciosa, llena de códigos pictóricos… Una reproducción de la habitaciòn de Vang Gogh, el rosetón de Chartres, un órgano donde toca un Johan Sebastian Bach…
Como para que vengan a visitar, in situ, el famoso mural de Páez Vilaró… TODO MONOCROMO; EN TONOS TIERRA…
Me espanté cuando lo vi en la nueva Delegación Municipal grutense, al fondo del pasillo, en la hermosa sala del PAMI, en un cacho de pared.
Había escrito este mamotreto sobre el tema, con la sensación de fracaso absoluto. Le había dado una copia del primer original a Margarita Sar, la profe egresada de la Univ del Sur que me corrigió “Caleidoscopio” cuando en la editorial universitaria EDUCO, de la Univ del Comahue Neuquén me habían dicho que ellos no tenían correctores de estilo.
-Pero si akí mismo, a unos metros, está la facu de Humanidades, con estudiantes y egresados de Letras que podrían hacer este laburito, si yo se los pago, porque es una manera de devolverle a la universidad en trabajo intelectual y…
Creo que ya escribí lo absolutamente al pedo que fue el intento. Terminé por buscar yo misma kién pudiera hacerlo, y durante un año casi, trabajamos los martes a la siesta en la hermosa biblioteca sanantoniense, tan cálida. Tuvimos que interrumpir la corrección de “ALKATRAZ” porque era prioritario terminar mi primer libro.
Manchita me llama para terminar de regar la huerta, con los zapallos que la lluvia de cenizas del volcán dejó un desastre. Hoy la llamé a Margarita, para comenzar a corregir “ALCATRAZ”.
-Ahora no puedo. Porque no tenemos edificio para la escuela. Tengo que ir a dar clases a diferentes espacios.
-¿Estás en la escuela que tiene los murciélagos?-.
Se sonrió, seguro, por la voz. Es que desde hace unos dos años una hermosa escuela, grande, una de las primeras, para unos, es un vejestorio: para otros, un sitio horrendo con una invasión de murciélagos. Y mientras unos proponen matarlos sin clemencia, los ecologistas levantaron un escándalo por la cadena biológica… Los chicos, mientras, están vaya a saber dónde.
-No, es la escuela 38, la secundaria-.
Hasta aquí no ha llegado ningún chisme de por qué los profes tienen que ser docente taxi yendo como locos de un edificio a otro. Me pasó cuando tenía 5° y 6° hora en un edificio y la 7° en la otra escuela. Por más que iba en mi bici casi volando, tenía a los chicos alborotados en la puerta, esperando que me pasara algo para irse de la clase. Y a los directivos rayados, mirando el reloj.
Por la tele pasan un programón de los auténticos pescadores, como en Empedrado, Corrientes, por ese programa de deportes, “EL PATO”, televisión, a los auténticos pescadores, devolviendo al Paraná ese inmenso surubí. Sin absolutamente ninguna duda, están allí, los que saben del valor de semejante pescado…
Que seguirá, seguro, cantando, como las compañeras correntinas alegres y trukeras, pese a sus heridas de guerra, mostrándolas como las auténticas medallas de kienes sabemos cuándo y cómo, kién y por qué…
…por el Río Paraná,
viene bajando un piojo,
con un hachazo en el ojo
y una FLOR en el ojal…
Por esa pifiada de Felipe Pigna, de mostrar en a24, en no se qué país islámico, a las 6,30 hs de la madrugada del 21/7, charlando con no se quién, una larga explicación de que estaban no sé dónde… Y la pifiada… Fatal: esa copa de vino, absolutamente imposible en un país donde es totalmente TABÚ.
Es la FLOR de los trukeros, el surubí, así, grandote de los pescadores correntinos de ese sitio mágico.
Estudié astrología, con esas matemáticas y cálculos con las tablas geográficas para ubicar las coordenadas de latitud y longitud exactas del tiempo y espacio justo de la hora y lugar del nacimiento para la verdadera carta natal. Hasta que surgió la cooperativa Ñacu Mapu en La Pampa.
Quería saber qué era verdad y qué verso en la astrología. Negrita Lozano, la “cosmobióloga” vivía atrás de la Recoleta, en un depto y hacía muy pocas cartas natales ya. Me la había recomendado alguien del curso de Miguel Grimberg, ese grupo de los pocos sabios casi renacentistas diría, que aún ignoro cómo fue que yo caí por allí, en ese tiempo.
Realmente era muy buena astróloga, la mejor que conocí en tanto chanterío. Cuando le pregunté si en la carta natal o en el tarot me veía estudiando religiones comparadas en el Vaticano, porque me interesaba conocer ese vasto campo de la teología y fundamentalmente la relación de creyentes y ateos del Concilio Vaticano II. Miró solo los dibujitos raros y me dijo:
-Estará lavando pañales, me parece-.
Ese era mi cope entonces, cuando estudiaba Teología en el Seminario Menor, de solo tres años, en el Instituto de Cultura Religiosa Superior de la calle Rodríguez Peña casi Santa Fe. Había descartado el Seminario Mayor de Devoto, donde había estudiado mi hermano Luis Horacio en esa época de tanta muerte, el Padre Mujica, Perón y tantos anónimos y lejanos… Devoto quedaba muy lejos. Había otro seminario menor, el de la iglesia de Guadalupe. Pero cuando fui a preguntar me miraron con desconfianza, vaya a saber por qué…
Supongo que donde estudié, ese seminario menor sería de los jesuitas, por la cercanía con la Universidad del Salvador y una determinara apertura, incorporando inclusive clases de yoga religioso. Con una estricta documentación de las encíclicas, textuales, sin comentario alguno, a un valor muy accesible y la excelente buena onda de la Hermana Clarita a quién he pasado a saludar cada vez que he pasado por allí, muy pocas veces, en tantos años. Pero siempre con la amabilidad y cariño de tantos años antes… Porque si la Gu ya cumplió 30, eso fue entonces, antes de la Guerra de Malvinas, cuando perdí esa fe luminosa, alegre y entusiasta que jamás pudo ser otra vez así.
Muy cerca de donde años antes de la dictadura había recorrido lo que llamaban “La manzana loca” y que había leído en esas revistas Claudia que leía, entonces, en mis tiempos antes del intento de violación y la salvajada de la cana y el hospital que solo por la psi nueva, parecida a la Gu pude darme cuenta cómo, cuándo y por qué comenzó mi militancia radical, de izquierda. Porque allí perdí esa cándida mirada inocente, imprescindible, de creer en esos ideales de nobleza que jamás pude recuperar.
Justamente me puse a estudiar ese tema de la teología y los distintos nombres de las religiones monoteístas, preguntándome por qué conociendo tanto de las barbaridades de la historia me había venido esa fe, tan fuerte, entonces y extraña, luego de tantos añares de ateísmo visceral por tantas mentiras, añares de guerras de religión, concilios que determinaban si había que creer en esto o lo otro, de acuerdo a la cantidad de obispos que fueran a ese concilio y a los que no habían dejado llegar, a los otros obispos contreras.
Porque eso lo estudiaba en la cárcel de Devoto, en ese tiempo absolutamente opresivo en ese espacio infame de la celda para una persona donde estábamos cuatro.
En “Caleidoscopio” está en el cuento “Aquél día” que fue el primero que escribí, para ese concurso de DD. HH. de la APDH a comienzos del alfonsinismo y que nunca me avisaron si lo recibieron o no.
Porque yo se lo dí a mi amiga Marta D´Amond Pueyrredón, que me había contado del concurso, mucho antes que ella se casara con El Gordo, el abogado periodista y oficial montonero que fuera defensor de mi medio hermano, el que fue asesino de Lino Palacios y su señora por una noche recontrapasado de pastillas alcohol y vaya saber qué más.
Cuando por esa noche, sin conciencia, con sus apenas 17 años, creía que entraría y saldría de la comisaría, como siempre, por esas peleas de patotas de nenes bien y temas de drogas.
Iba su mamá con algunos de los abogados que garpaba la familia, “los ñoquis del Senado” puse en algunas de mis novelas, cuando creía que si no mencionaba los nombres, las cosas cambiarían, porque tomarían conciencia, se darían cuenta de la importancia de…
Todo es posible, afirmaba entonces, con amor y ciencia. EL AMOR VENCE.
Todos los parientes de la esposa de papá tenían sus cargos públicos por la tía Sarita Leiva, secretaria del senador por Santa Cruz, desde que comenzó la democracia.
Porque uno de sus abogados era El Gordo, cuyo nombre olvidé…
Pero por el “Caso Ángeles” apareció por la tele el dr. Jorge Irineo, salió, así, inconfundible… Supuse que sería alguno más del pilón de nombres de DNI truchos que tendría como sobreviviente de los setenta y esa onda “Kamtchatka”, de clandestino al dope, que tenía el padre de la Gu cuando me dijo se llamaba Alejandro Smigielski y me hizo el verso que su madre era de Transilvania. Solo dudé cuando un pibe me dijo que era el sitio de los vampiros.
¿Todo fue mentira, entonces? Solo quedó la Gu con esa pregunta, aquella vez, por celu:
-Ma, ¿cómo era mi padre?
-No me acuerdo… Tenía los ojos más lindos del mundo…-.
-¡CÓMO VAS A OLVIDARTE DE ALGO TAN IMPORTANTE! ¿CÓMO TE OLVIDASTE CÓMO ERA MI PADRE?-.
Ya le había contado de las que me había hecho el infame… Lo escribí varias veces…
Solo mirando por la tele pública una de las deleznables pelis de la dictadura, de los parapoliciales de “Tiburón, delfín y mojarrita” me imagino que allí estarán los “topos”, los 33 agentes dobles o triples de las diferentes FF. AA. del “Operativo Cóndor”, que habrían estado, bajo tierra, en una mina chilena, en una de esas historias de inventos para la gilada de los medios.
Y que siguen haciéndonos el verso, con la misma subestimación del turraje y el chusmaje tecnológico de telarañas del hoy, aún en pleno campo del desierto pampeano, como describí en “Laberinto”, cuando tomé conciencia del tema, hace ya casi diez años.
Fue cuando ocurrió el asesinato del pibe Cerna o Cerda, un discapacitado, en el que estuvieron implicados mis alumnitos de primer año del Polimodal del Colegio Dermidio Cejas, que iban al cumpleaños de 15 de una compañera, creo era una de las Lucero, me dijeron alguna vez…
En la Tele Pública, el capítulo de “En Terapia” muestra, clarísimo, el tema del bulling escolar…
Terminaron implicados en un asesinato terrible de otro pibe, también de unos 14 o 15 años. De los más de veinte detenidos, los hijos de los ricos y famosos del pueblo, que solo serían profes o empleados públicos fueron sus padres con abogados, supongo, y los dejaron rápidamente en libertad.
Quedaron en cana solo tres, los más pobres, sin guita ni conocidos.
Salió en todos los diarios locales, hace unos diez años, en “La Arena”, de la Pampa y “Río Negro”, porque el pibe asesinado era de 25 de Mayo, La Pampa y apareció muerto, con el cuerpo salvajemente torturado, a los tres días, en Catriel, Río Negro.
Y quedaron detenidos esos tres pibes varios meses. Hasta que el dr Pandolfi, de Neuquén, los dejó en libertad luego del escándalo de un intento de fusilamiento en el Puente Dique por la Policía del lado de Río Negro, según habrían dicho los del lado pampeano… A menores, en plena democracia, semejante tortura…
Una vez me contó Erika, la artista plástica del mural que uno de sus hermanitos era de esos tres chicos y que yo había sido su profe. No recordaba en absoluto nada de él. Pero lo suponía un morochito, por lo que contaban de los menores presos.
-¿Cómo está él, ahora?-.
-Bien, en una iglesia evangélica…-.
Tal vez cuando vi la mirada de un absoluto desesperado vendiendo papas, imaginé alguna historia así… me asomé, cuando llamaron a la puerta.
-Vendo papas en bolsa de no sé cuántos kilos a…-.
-Pero… yo, no, gracias…-.
¿Qué haría con tantas papas? ¿Dónde ubicarlas? Pero debe haber lugar en una cooperativa con talleres de capacitación laboral… De los que se conocen con solo mirarse… Porque cualquiera se imagina lo que puede ser que alguien les diga:
-Allá todos son ricos y amarretes… Ni una sola papa te van a comprar… Si te contara las que pasé allí…-.
…Me juré, así,- el beso mafioso de los labios en cruz…- Jamás pisaré ese pueblo infame…
Otros dirán:
-Debe ser del afano de verduras en el Valle Medio… Síganlo…
A un sitio ya totalmente limpio, es obvio…
Porque lo realmente importante era que todas las miradas se fueran allí y no al escandaloso caso de la misteriosa desaparición de un mural de Páez Vilaró.
-Justo el día del pueblo hacen saltar los yanquis de la CIA esa infamia…-.
Pero que hayan puesto una bandera argentina akí, cerca, es un buen síntoma… ¿HABRÁ ALGUIEN QUE RECUERDE, QUE ESTO, TAMBIÉN ES ARGENTINA, ANTES QUE SEA DEMASIADO TARDE?
-Pero vos, entonces, ¿cómo sos así, rubiecita?- le pregunté a Erika. Porque en una de esas largas charlas le dije le veía aura de HIJA, eso difuso, de identidad poco clara que raya a cualquiera de mi familia. Tiene un aire parecido, Erika a Ivanna, la artesana casi estrangulada por el Ruso que por lo que ella ha sentido varias veces, algo como una obsesiva pulcritud, para limpiarse algo muy sucio, ella suponía haber sido hija de una violación en la dictadura.
Lo corroboré cuando me mostró las fotos de su padre y parecía absolutamente imposible que ese gordo nazi fuera su padre, solo por las leyes de la herencia de Mendel que apenas estudié superficialmente en una materia “Psicología de la adolescencia” en la Universidad del Sur, hace años.
Parecía entonces que la historia y la biología eran como agua y aceite, separadas como paralelas que solo se juntarían en la ilusión óptica de un punto en el infinito.
Quién abusó de mi hija, no tiene ese aire, justamente… Tiene un pilón de aspectos. Porque los transformistas son así. Cuando se lo conté a mi nueva psi me miró. Le vi en su mirada algo de la Gu. Y allí, creo, sentí, otra vez, el terror… Si el diagnóstico de esquizofrenia es “personalidad múltiple”, los transformistas de la tele, los actores de la política, ¿son o se hacen los locos para pasarla bien? Y solo nos aprietan a nosotros, los otros, para seguir en la cima de la gloria, juntando la guita a paladas…
Y para las psi como no conocen estos temas, solo son “delirios”. Tal vez se necesite una mayor relación con las universidades de arte, que sí saben cómo son. ¿Alguna vez podrán hacer un trabajo conjunto psi de universidad y psicólogos sociales? En el Borda sí había. ¿Por qué sólo en Buenos Aires? ¿Y el resto del país? ¿Somos la Cenicienta, acaso?
-¿Cómo puede confundirse así? ¿Cómo va a ser una persona y a la vez creer que es alguien totalmente diferente?- se preguntaría la Gu, a kién, en la Universidad estos temas del arte teatral del trasnformismo, ni la mas pálida idea…
En el canal Encuentro muestran experimentos de lobotomía, extirpando partes del cerebro. Así le hicieron a una de las hijas Centelles en el Hospital de Neuquén. Todos los que padecieron la misma operación fallecieron. Ella aún vivía en 25 de Mayo, cuando fui. No fue la misma de antes, jamás.
Milagrosamente se salvó de una operación por un quiste y posible cáncer cerebral, en Viedma, una compañera de Belén Rivas y mi hija: Nadia, alumna del Instituto de Formación Docente de San Antonio Oeste. Una joven con esa vibración angélica y tal vez por ser evangélica, su fe la salvó DE UNA OPERACIÓN PROHIBIDA, SEGÚN HE LEÍDO POR ALGÚN LADO… LA LOBOTOMÍA AHORA SIMPLEMENTE SE REEMPLAZA POR DROGAS PSI.
Veamos ahora El Cálamo, excelente programa sobre El Islam, TV Pública… Los derechos de los animales.
Fue cuando había soñado con los Reyes Magos que buscaban en el mapa, dónde estaba kién se decía devoto del Islam y ALLÍ HABÍA UNA BOTELLA DE VINO, INDUDABLE, EN EL SAGRADO MES DEL RAMADÁN…
Fue hace unos dos o tres años… Lo escribí en una de mis novelas… Me desperté desvelada, insomne, luego… Porque me pareció que bajo ese turbante enrollado, subiendo algo que parecía una pirámide… Estaban los devotos… Pero su inclinación no era hacia la Meca… Donde está la Kahaba, la sagrada piedra negra…
¡NO SABE LA UBICACIÓN EXACTA! Yo, tampoco…
Era cuando kería estudiar religiones comparadas en el Vaticano. Tenía un viejísmo Corán que le regalé a una amiga, luego, en Bs As, cuando se lo conté… Ella me dijo que era musulmana. Y NO TENÍA EL CORÁN…
Porque ya sabemos que para Oriente eran los sabios, llamados magos… matemáticos, astrónomos…
Por eso fui a las clases del dr Crotogini de Apertura Espiritual, donde había sabios de diferentes religiones que los domingos se reunían para analizar LA ENFERMEDAD COMO CAMINO PARA UN CAMBIO INTERIOR. El dr Crotogini me dedicó, entonces, su hermoso libro: “La tierra como escuela”. Yo iba con la Gu de bebé y nunca me olvido cuando en una meditación ella suspiró, hizo un gorgorito y todos la miraron, y el dr Crotogini dijo algo como los niños son nuestros maestros. Era cuando supe que hay niños y adultos índigos y otros…
Supe, allí, que con el millón de años de hominización, vaya a saber quiénes serán nuestros ancestros… En un millón… De origen español por ese abuelo que vino de Galicia… Tan cerca de Portugal donde se refugiaron los moros y judíos cuando los Reyes Católicos expulsaron a todos los sabios. Tal vez en esos años, ochocientos años, a lo mejor en Valencia, donde coexistieron armónicamente…Vaya a saber si alguno que bailaba flamenco o tocaba su guitarra… Se miraron con…
Porque el tema de la limpieza de sangre, de la Inquisición, que reviví con “la gesta del marrano” de Marcos Aguinis me había preocupado muchísimo…
Porque de nosotros, indudables hijos de madre y padre, seis hermanos totalmente diferentes. Algunos con ese aire de “El árabe”, ojos brillantes, de enamorar a tantas, mis hermanos… Voz de trueno y mirada de relámpago de papá…Todos con una pasión por la política y la religión totalmente diferente.
El gran misterio, en esa familia de los votos cantados, era mamá.
-¿A kién vas a votar, mamá?-.
-El voto es secreto. Recordás, hija, que gracias a la ley Sáenz Peña, se logró que…
Se llevó a la tumba ese secreto.
Allí comprobé que tal vez su silencio de tantos años fue una de las causas de ese cáncer tan joven…
Lo que no sale para afuera, nos envenena por dentro.
Entonces comprendí el porqué de ese espantoso ninguneo… Haber roto ese tabú, “EN BOCA CERRADA NO ENTRAN MOSCAS…” Sin entrar en los epítetos más espantosos…
Como pese a los mafiosos avisos explícitos totalmente, implícitos, en otros casos… ¿Cómo no me las bancaba, mansa y trankila, absolutamente todas las turradas…?
Tal vez, porque me imaginaba si no llegaba a poder explicar esos temas del tabú al alcohol a ese Figuretti que se decía musulmán…Porque lo soñé… Y la suma de tantas contradicciones, es leve decir “error”… Esa foto, esa imagen… En pleno mes del Sagrado Ramadán, esa copa de vino… Y que la población matutina no fuera exactamente a La Meca… Eso solo lo soñé. Papá era de los que al subir al colectivo miraba el sol y ya sabía dónde habría sombra, para sentarse…pese a los años que intento recordarlo, aún me falla la brújula interna.
Tengo una que me regaló Pablito por el tema del feng shui de los chinos, importantísimo para la arquitectura. Y resulta que encontramos unas siete explicaciones diferentes… Fue cuando llegué a la conclusión que únicamente la escuela de la brújula de los antiguos chinos y la meditación con el I Ching, que supuse sería uno de los pocos libros que habría llevado Mao Tse Tung en su larga marcha… Allí estaría, seguro, en qué meditar para tener esa paciencia china…
Recuerdo haberlo discutido en El Jardín Japonés, con una arquitecta especializada en feng shui. eso es para China, del hemisferio norte… Porque no ves que allí, el agua está al Norte y el fuego al Sur, porque están el hemisferio Norte y el Ecuador al Sur de ellos. Pero no de nosotros. Nos rodeó un grupo en silencio absoluto. Era cuando intentaba saber si tal vez fuese la causa de todos mis males que en el iglú estaba exactamente al vesre… El tanque de agua en el Norte. Y el calefactor, calor-fuego, en el Sur. No llegué a hacer ese pakua con monedas para poner en ese sitio, para que cambiara las energías. Porque era el tema que sí podía charlar con Pablito… Y tal vez sea solamente que es muy lento el tiempo de elaboración del duelo, diría cualquier psi…
Porque una de mis hipótesis más paranóicas es que justamente nos habían perseguido a las personas que teníamos interés en conocer estos temas tan poco comunes al conjunto de la población.
Sigamos con “EL NOMBRE DEL PADRE”. Cuando las Abuelas de Plaza de Mayo lograron descubrir el código genético y los índices de paternidad y abuelidad, comencé a intentar comprender algo del padre, totalmente ausente de mi memoria.
Fue cuando estaba ya con mi primer licencia por stress post traumático. Que saqué porque me sentía muy culpable por no haber insistido con el tema de DROGA LEGAL, PERO A MENORES, NO. EN LA ESCUELA, NO.
Es lo que escribí en esa novela, inédita aún, “Laberinto” cuyas fotocopias dejé en custodia en la biblioteca grutense apenas llegué, por si se perdieran mis originales o perdiera toda la memoria otra vez, por tanto stress.
Casi en ese mismo tiempo fue, me parece, la destrucción del supermercado de Chambón por algunos exaltados por el tema que allí vendíeran, por segunda vez, los chorizos con triquinosis. Kien los hacía, con cerdos contaminados, era Serraf, el mismo que los revisaba y autorizaba como bromatólogo municipal.
Y entonces fue esa inmensa pueblada exigiendo al hospital que se terminara esa impunidad. Y solo kedó, luego, el tema del saqueo de los que se afanaron las cosas y que fueran filmados por las video camaritas. Aún deben tener ese cargo judicial.
Y entonces se perdió toda memoria del tema de esos gusanitos que invaden todo el cuerpo y solo les queda una operación como tuvo una ex alumna, Romero, con kien estuve internada allí, en la misma época, porque le sacaron no se cuántos del pulmón o el estómago o no se…
En la Feria del Libro de Roca, me compró un libro “Caleidoscopio”, la hermana, ya licenciada en Comunicación Social.
-Fue una operación terrible,- me contó, esa vez, en el derruido y abandónico Hospital de Santa Rosa, con ese aire de vejez y casi nada de inversión en el presupuesto de salud que compartía con ese otro de Neuquén que conocí, también, el que estaba cerca del Instituto, en esas espantosas situaciones de mujer de pueblo que solo vivencia el otro lado de las cosas por haberlas padecido, nomás.
Tan diferente de como era, entonces, nuestro hospital del pueblo que parecía el mejor sanatorio cuando estuve internada allí. Conocí “La salita” en el parto de la hiki y el Hospital en mis dos internaciones.
Vaya a saber si habrán pasado por esas terribles operaciones por trikinosis algunos de los chicos, deportistas muchos, que eran clientes, entonces, del Supermercado Chambón. Fui profe de sus hijos, excelentes alumnas dos de ellas. Luciana y Estefanía. Brillantes, buenas compañeras, alegres y solidarias.
Y también en mi casa del pueblo, ya me había separado, cuando casi la achuran a una de ellas, otras compañeras, infectadas de triquinosis, solo por algo que no dependía en absoluto de su actitud, siempre ética. Fue muy difícil intentar que HAYA PAZ, AL MENOS, AKÍ, CHICOS…
Recuerdo ese viaje a Santa Rosa, en esos días, acompañando a Alejandro Rivera, entonces de AUKA CHE, cuando nuestra bandera tenía los rostros de Evita y el Che. Ale, luego socialista, hoy estudiante de Psicología en la Universidad Nacional de Córdoba, había ganado el puesto del Parlamento Juvenil del pueblo por EL CUPO JUVENIL. Conquista de nuestro pueblo fue ese reclamo en una elección totalmente democrática de todos los cursos que habían querido participar… Varios proyectos fueron presentados al Concejo Deliberante.
Yo estaba totalmente destrozada por mis temas particulares, pero seguí adelante. Había luchado tanto por ese laburo, fuera de hora, (ad honorem, ya sabemos que los docentes no tenemos horas extras pagas, como los demás trabajadores) teniendo que discutir con los otros profes si les ponían falta a la hora en que estaban, justamente en la Municipalidad, en el Concejo Deliberante, cuando tenían esa prueba que querían ponerles ausente.
Y ese viaje fue atroz… En muy buen bondi, el curso dividido, peleadísimo, por los unos y los otros, pibes, todos menores… En el congreso pampeano juvenil no ganó esa propuesta… Pero se ve que siguió rodando la pelota. Pero evidentemente el tema es qué propuesta llevan, no solo la caripela y el color de la bandera.
Supongo me salvé de la trikinosis, lo sé porque me hice un súper chequeo en el hospital, tal vez fue por no comer chacinados desde mis tiempos de naturista ovo-lacto-vegetariana. Pero tal vez aquí, en alguno de los alimentos… Vaya a saber…
(continuará)
Columnista invitada
Lucía Isabel Briones Costa
“Mi pecado fue terrible: quise llenar de estrellas el corazón de los hombres” decía el poeta… Desde los lejanos años de estudiante del profesorado en Historia en la Universidad Nacional del Sur, dediqué mi vida a la educación. En los tiempos previos a la dictadura de 1976 enseñaba en una vieja aula de la Facultad de Agronomía el bachillerato de adultos, tarea compartida con los compañeros, casi todos presos políticos después en Bahía Blanca. Cuando era rector Remus Tetu se hizo una razzia contra docentes, no docentes y estudiantes, especialmente contra los alumnos de Humanidades, Sociología y Economía. Estaba terminando mi carrera, cursando las últimas materias cuando fui detenida y puesta a disposición del PEN, el Poder Ejecutivo de la Nación, durante tres años y tres meses, hasta diciembre de 1978. Estuve en las cárceles de Villa Floresta, Olmos, Devoto y los tres últimos meses en la U20, la cárcel dentro del Hospital Borda, donde un prolijo tratamiento con drogas psiquiátricas hizo borrar totalmente mi memoria. Así me dejaron en libertad, diciéndole a mi padre: “Su hija es irrecuperable, será un vegetal hasta el día de su muerte. Que Dios les de la Santa Resignación”. Gracias a haber encontrado la ayuda adecuada pude recuperar, poco a poco, la razón perdida. Y me fui a La Pampa, donde fui docente de escuelas primarias y secundarias en la pequeña localidad de 25 de Mayo y en el Terciario de Formación Docente de Catriel, Río Negro. Recién en 1997, pude terminar mi profesorado en la Universidad del Comahue, para cuando mis compañeras de promoción de la Universidad del Sur ya estaban por jubilarse. Luego comencé la maestría en Historia Latinoamericana de los siglos XIX y XX, la cual se interrumpió cuando la Universidad no podía pagar a los docentes, varios doctores en Historia. En ese tiempo de docente rural comencé a escribir narrativa, tarea que continué al jubilarme en el bello mar de Las Grutas, en Río Negro. Seguí escribiendo con la alegría de dar un legado en su educación a mis hijas: la mayor psicóloga y la menor, maestra y profesora de Historia, ambas egresadas también de la Universidad del Comahue.


