Cuando los chicos tomaron el bastón de mariscal, revivieron la reconquista de Buenos Aires y recordaron el accionar heróico de aquellas mujeres -con sus niños- y triunfaron, recuperando las islas…
Esa reciente epopeya, gestada por nuestros hijos; por oficiales de la talla de Seineldín y por suboficiales, que se amalgamaban con esa heroicidad (aunque hubieron otros, non sanctos, por suerte los menos). Pero, luego, la historia la escribieron los cipayos de acá, junto a todos sus progenitores, de la CIA y la OTAN.
Digo -a menudo-, que es increíble la cantidad de cipayos y mercenarios que habitan nuestro suelo. En mi carácter de investigador de la historia no puedo hacer demasiado, porque dedico el tiempo a varias actividades y a servir a mi pueblo, en forma fundamental-. No obstante y siguiendo los pasos de Perón -que me decía que había demasiados reversionistas de la historia-, traté de desentrañar algunos episodios -de la nuestra, tan rica y de la del universo-.
Lo de Malvinas me conmovió, porque mi hijo era clase ’62 y porque todos ellos eran mis hijos. También, porque Malvinas es un puñal clavado en nuestro corazón, que no nos mató pero que puede hacerlo. mas en estos tiempos en que la invasión es -también-, continental, auspiciada por Menem y por Macri, pero que no preocupa mucho a AF, SM y SC, por ejemplo.
Los ingleses -desde siempre, pero, particularmente desde hace 193 años-, predominaron en el comercio local, ocupando varias estancias -fundamentalmente en la Patagonia-. En esta guerra geopolítica, de décadas, se fueron agregando y consolidando (siempre en el Atlántico Sur y en la Patagonia -su nexo con nuestro territorio insular y antártico-, tanto EE. UU., cuanto la OTAN y otros personajes, que son la misma cosa).
La guerra de nuestros héroes y mártires, no fue con el imperio invasor -de 1.833-, fue contra el mundo invasor y genocida, de hoy. La Task force; OTAN y otras fuerzas europeas; EE. UU., Pinochet (y el Plan Cóndor). Imaginen un grupo de diez mil jóvenes (aunque Menem otorgara -luego-, 30 mil pensiones magras, pero 30 mil), con algunos pocos militares honorables, peleando contra todo el Eje del Mal, casi contra el mundo -al menos, el occidental-.
Y la otra historia (quien quiere oír, que oiga), basada en los hechos reales y en documentación confeccionada y suscripta por jefes superiores del ejército inglés, que disentían con la infame Thatcher -honrada por Macri y hoy según sus propias palabras, amada por Milei-.
Esa historia real que dice que ellos iban a capitular en el momento en que el estado mayor y Mario Benjamín Menéndez, manifestaban nuestra rendición (la de ellos, no la de la Argentina real, nuestros bravos héroes y mártires, y algunos jefes y oficiales). La segunda sorpresa de los generales británicos era que, mientras arribaban a Puerto Argentino, embarrados y muy sucios, el gobernador Menéndez los recibió “de punta en blanco y con las botas lustradas”.
Después de que nuestros hijos recuperaron las islas, ellos las entregaron (como en 1833) y cosecharon varias cuentas bancarias, en dólares, en el exterior. No ocurrió lo mismo con Galtieri, ni con Daer, el general que pidió autorización -para permitir el ingreso de la misilera rusa- y recibió, como respuesta, ser encarcelado en Campo de Mayo (la única verdad es la realidad).
El regreso de nuestros valientes fue de incógnito; se los escondió y comenzaron a escribir una historia que justificara la traición y la venta, por parte de la escoria militar genocida de entonces. Hoy, todo lo que expreso, como homenaje a esos hijos míos -y de todos-, que crecieron de golpe y nos cubrieron de gloria -absolutamente comprobable, investigando, en serio-, es para exigir que, alguna vez, se narre la verdad y no se encubra mas, la realidad.
Se que será difícil ya que esta miserable oposición -y algunos de acá- manifiesta a diario que “la Argentina es un país de mierda y que el pueblo argentino es una mierda” (viles cipayos y escribientes basura, reprimidos y paniaguados). Si el país -y nosotros-, somos una mierda y si él es inmensamente pobre, como afirman, cotidianamente (mientras venden y entregan todo), ¿por qué no se van a su país de adopción (por convicción y cipayaje) entonces?.
Porque en la Argentina se vive mejor -por este pueblo maravilloso, que la habita- y porque, en el norte, no le pagarían lo que les pagan acá, por esas manifestaciones y la amenaza de terminar con el Estado, para que puedan concretar la disolución nacional.
18 de abril de 2023
Columnista invitado
Carlos Valle
Docente, economista, historiador, periodista y escritor. Enlace de la Resistencia (1956). Presidente de la Asociación de Periodistas Latinoamericanos (1965-1976). Decano de los periodistas de Radio Nacional. Sindicalista y asesor gremial y político (CGT hasta 1991). Exiliado en 1962.


