Lo del fantasma que recorre el mundo son palabras del propio Carlos Marx, con las que comienza su Manifiesto Comunista (1848) (1). En realidad, Marx habla del fantasma que recorría Europa, que todavía entonces era sinónimo de “el mundo”. Hoy entendemos que Europa ni siquiera es un continente, sino apenas una mega-peninsula de Eurasia, incluyendo lo cultural y espiritual. Desde allí, alcanzaba con liberar a Europa del capitalismo para que el tercer mundo también se liberara de él. Con el tiempo se vería que ello no podía ser así. Y aparecieron “terceras posiciones” varias. Para nosotros, la más importante fue la del peronismo.
Desde entonces, se consideró al socialismo y al comunismo como “lo internacional”, por oposición a los nacionalismos populistas, que abominaron de esos “internacionalismos”. De hecho, la marcha que cantan los que adhieren a las ideas marxistas se llama “La Internacional”, muy bella por cierto.
Pero Perón era internacionalista. Ya en 1953 anunció la necesidad de unir Argentina, Brasil y Chile (ABC) para enfrentar a los nuevos poderes imperiales surgidos tras la derrota del nazismo en 1945. Por eso, y por oponerse a estar bajo el ala del FMI, lo derrocaron en 1955. Un año antes derrocaron a Jacobo Arbenz en Guatemala y se suicidaba el presidente brasileño Getulio Vargas.
Perón insistió, aún en el exilio, cuando en 1972 dirigió un mensaje a todos los pueblos del mundo, que algunos consideraron la primera proclama ecologista de la Historia, cosa que la casi totalidad de los peronistas ignoran, o directamente definen al ecologismo como “cosa de zurdos”. Damos fe que es así, ¡y en los más altos niveles de la conducción partidaria!!!
Pocas horas antes de enfrentarse con la JP en la plaza, el 1 de mayo de 1974, Perón inauguró la Asamblea Nacional Legislativa con un discurso donde ratifica su ideario ambientalista como condición sine qua non para desarrollar una geopolítica alejada de los imperialismos.
Perón se murió, pero su semilla germinó en algunos lugares aislados del país… y en el resto del mundo.
Los días 10 y 11 de septiembre de 2024, en el Centro de Convenciones Simón Rodríguez, La Carlota. Caracas, Venezuela se llevó a cabo un “Congreso contra el fascismo, el neofascismo y otras expresiones similares”, con más de 1.200 participante de 97 países, especialmente de América Latina, África, Asia y Medio Oriente. Hubo cuatro conferencias magistrales y ocho paneles, el evento contó con más de 30 ponentes.
Movimientos sociales, feministas, juveniles y culturales, intelectuales y académicos, sindicatos y partidos políticos, personalidades, organizaciones indígenas, colectivos de derechos humanos, organizaciones de los pueblos del mundo.
“El internacionalismo en defensa de la vida humana y del planeta, no puede desvincularse de la lucha por la paz, la justicia social y los derechos humanos, ni de la lucha antifascista, anticapitalista, anticolonialista, antipatriarcal y antiimperialista, sostenidos en los principios del Socialismo del Siglo XXI” adelanta la introducción al documento, que se llama “La Hora de los Pueblos”, como el famoso libro de Perón.
Conclusiones del I Congreso de la Internacional Antifascista (IA)
El fascismo en el siglo XX surgió como respuesta a una serie de crisis económicas, sociales y políticas que sacudieron a Europa tras la Primera Guerra Mundial. En este contexto de desesperación y desilusión con las democracias liberales, movimientos autoritarios como el fascismo italiano y el nazismo alemán encontraron terreno fértil para emerger. Ambos movimientos compartieron un odio visceral hacia el comunismo y el socialismo, y utilizaron el miedo al “enemigo interno” para consolidar su poder.
Los movimientos fascistas del siglo XX compartieron características comunes: nacionalismo exacerbado, autoritarismo, anticomunismo, antiliberalismo, militarismo, violencia, propaganda y control de medios, supremacismo racial y anti-intelectualismo. Estos elementos permitieron la consolidación de un poder absoluto, utilizando la censura, la propaganda y la represión como herramientas clave.
Fascismo del Siglo XX
Estamos siendo testigos de una transformación profunda en la estructura del capitalismo global, una fase que se puede denominar como capitalismo digital.
Una nueva fase capitalista neofascista marcada por la creciente concentración de poder en manos de una nueva aristocracia financiera y tecnológica que controla vastos recursos económicos y domina las tecnologías de la información y la comunicación.
En 2022, los 10 hombres mas ricos del mundo poseían más riqueza que los 3.100 millones de personas mas pobres. El 10 % más rico de la población mundial recibía el 52 % del ingreso global, mientras que la mitad más pobre solo el 8,5 %. La mitad más pobre de la población mundial posee el 2 % del total de la riqueza mientras el 10 % más rico posee el 76 %.
Según Forbes, en 2024 hay 141 multimillonarios más que en 2023 y 26 más que el récord establecido en 2021. Además, los multimillonarios son más ricos que nunca, con un valor agregado de 14,2 billones de dólares. Neofascismo digital del siglo XXI.
Ascenso del neofascismo digital
Este contexto de desarrollo de una nueva fase capitalista, ha dado lugar a la emergencia de Ideologías extremistas ligadas a los intereses de esta nueva aristocracia financiera y tecnológica, representada por figuras como Elon Musk, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos que operan junto a tanques del pensamiento, organismos multilaterales, ONGs, corporaciones militares (Academi, Erick Prince), paramilitares y cárteles de narcotráfico, ligadas a redes de partidos políticos de derecha y ultraderecha.
Según el ranking de Forbes, Bernard Arnault: dueño de LVMH, con 75 marcas de la industria de la moda y cosmética (Louis Vuitton, Sephora, y otras. Tiene un patrimonio de 233.000 millones de dólares.
Elon Musk: cofundó seis empresas, incluida la automotriz Tesla y la aeroespacial SpaceX, y compró la red social Twitter (rebautizada como X) en octubre de 2022. Patrimonio de 195.000 millones de dólares.
Aristocracia Financiera y Tecnológica
Jeff Bezos: fundador del gigante del e-commerce Amazon, dueño de The Washington Post y de Blue Origin, empresa aeroespacial que desarrolla cohetes. Patrimonio de 194.000 millones de dólares.
Mark Zuckerberg: dueño de Meta (donde fusionó las plataformas de Facebook, Instagram y WhatsApp, entre otras). Patrimonio de 177.000 millones de dólares.
Larry Ellison: presidente, director de tecnología y cofundador del gigante del software Oracle. Patrimonio de 141.000 millones de dólares.
Aristocracia Financiera y Tecnológica
Este neofascismo se diferencia de sus etapas anteriores por la centralidad que adquiere el control de las tecnologías avanzadas, las cuales están remodelando las relaciones sociales, políticas y económicas.
Tecnologías como el internet de las cosas, la inteligencia artificial, las redes 5G y 6G, el metaverso, la nanotecnología y la robótica han convertido las plataformas digitales en “nuevas fábricas”, donde el capital explota el tiempo de ocio y descanso, convirtiéndolo en tiempo de producción.
Esta revolución tecnológica ha colonizado todos los aspectos de nuestra vida, transformando radicalmente la forma en que trabajamos, nos relacionamos y participamos políticamente.
Nueva fase y neofascismo
Ascenso de figuras neofascistas en todo el mundo, articuladas en el autodenominado Movimiento Mundial de la Alt-Right y en la autodefinida ideología neorreaccionaria (NRX). Acá tributan personajes tales como Benjamin Netanyahu (Israel), Donald Trump (EE. UU.), Giorgia Meloni (Italia), Santiago Abascal (España), Javier Milei (Argentina), María Corina Machado (Venezuela), Nayib Bukele (El Salvador), Jair Bolsonaro (Brasil), Volodimir Zelensky (Ucrania), Marine Le Pen (Francia).
Estos líderes utilizan discursos populistas para legitimar regímenes que promueven la represión de los movimientos sociales, la xenofobia, el racismo, la violencia política y la violación de los derechos humanos, apelando al miedo, al terror y a la inseguridad como justificación de planes golpistas antidemocráticos y políticas represivas, mientras aumentan la brecha de la desigualdad económica y garantizan el saqueo de recursos.
Las ideologías extremistas, intolerancia y discursos de odio
El neofascismo, como nueva fase del fascismo, perpetúa y profundiza las múltiples violencias contra mujeres y diversidades, exacerbando las desigualdades estructurales generadas por el capitalismo, el racismo y el patriarcado. Este sistema de opresión se refleja en la desaparición forzada de lideresas políticas y militantes feministas, así como en los altos índices de femicidios, estrategias que buscan disciplinar y silenciar a quienes luchan por la justicia social. La feminización de la derecha y el uso de figuras femeninas por los fascismos y neofascismos son tácticas diseñadas para manipular y legitimar políticas reaccionarias.
Frente a este contexto, es crucial articular globalmente un programa popular, revolucionario, antipatriarcal, anticapitalista, antirracista, anticolonialista, antisionista y antifascista. Solo así es posible rechazar las políticas que promueven la exclusión, el racismo y la xenofobia como herramientas de dominación.
Vivimos un tiempo donde las tecnologías digitales juegan un rol central. Las redes sociales y las plataformas mediáticas son el ámbito central de la manipulación de percepciones y la alienación social.
La llamada “cuarta revolución industrial” promueve la apropiación y utilización de los desarrollos científicos y tecnológicos para la fragmentación de sociedades y la guerra cognitiva, a través de algoritmos que buscan perpetuar la dominación de una elite mundial con epicentro en “Occidente”.
Redes sociales y guerra cognitiva
La vida online, marcada por la disociación emocional, facilita la desvinculación de los efectos de las propias acciones, sirviendo a menudo de puente hacia la violencia en la realidad.
Los think tanks y centros de investigación, organizados en redes globales, utilizan los dispositivos digitales para llevar a cabo campañas de influencia, con mensajes segmentados que afectan la subjetividad individual y colectiva.
Necesidad de visibilizar y abordar el agravamiento de problemas de salud mental. Incidencia de trastornos de ansiedad y depresivos, adicciones, apatía y suicidio joven.
Importancia de la construcción y articulación de herramientas para que las y los jóvenes puedan confrontar la manipulación de las plataformas digitales, propiciando la reflexión crítica y la lucha colectiva.
Redes sociales y guerra cognitiva
El neofascismo digital busca despolitizar a las nuevas generaciones a través del uso de pantallas promoviendo el individualismo y la hiperfragmentación social, el consumismo irracional, la meritocracia y negando la historicidad.
Se utilizan las nuevas tecnologías para la propaganda y la desinformación masiva, y para la construcción de un enemigo interno que se vuelve un “nosotros contra ellos”, explotando el miedo y la deshumanización del semejante.
Intenta desvincularlos de sus identidades culturales y patrióticas, de los valores comunitarios y el cuidado de la vida. El objetivo es fragmentar el tejido social y alejar las juventudes de las luchas colectivas, debilitando su capacidad de respuesta ante las injusticias del sistema.
Juventud y guerra cognitiva
El modelo de muerte que profundiza el capitalismo en esta nueva fase, se refleja con crudeza en el genocidio sionista y fascista contra Gaza. Esto ha escalado el conflicto en Medio Oriente, con un “eje de la resistencia” que de manera protagónica lucha en solidaridad con el pueblo de Palestina. Día tras día el pueblo palestino resiste, sostenido por lazos de solidaridad internacional frente al régimen fascista que busca aplastar su dignidad y borrar su existencia, encarnado en la figura del primer ministro sionista Benjamin Netanyahu. Es crucial entender y visibilizar las conexiones entre el sionismo y el fascismo, identificando sus nuevas expresiones, como parte del reconocimiento del enemigo común de los pueblos del mundo.
Neocolonialismo 2.0
La intervención imperialista de la OTAN en Ucrania, con el apoyo de las potencias occidentales, ha convertido al país en un campo de batalla geopolítico. En este escenario, Volodímir Zelenski ha emergido como un peón del imperialismo.
En África el neocolonialismo europeo está viviendo un tiempo de duras derrotas. los Pueblos del mundo ven con entusiasmo el surgimiento de la Confederación de Estados del Sahel, entre Malí, Níger y Burkina Faso. En América Latina y el Caribe, los ataques dirigidos contra la República Bolivariana de Venezuela, junto con los recientes intentos golpistas en las hermanas repúblicas de Honduras, Colombia y Bolivia, evidencian una ofensiva neofascista y neocolonial en la región.
La guerra económica inflige violencia en varios países, especialmente en Cuba y Venezuela. En Argentina, el abrupto ascenso de Javier Milei a la presidencia es un fenómeno neorreaccionario dentro de la nueva estructura económica y política mundial.
Los ejércitos irregulares, vinculados al narcotráfico, son un verdadero drama en algunas regiones de México, de Colombia, de Ecuador, y en el denominado “triángulo norte” de Centroamérica -Guatemala, Honduras y El Salvador-. Sin embargo, toda la región sufre el aumento de la violencia del narcotráfico.
De ahí la necesidad de crear una Internacional Antifascista para coordinar los esfuerzos de los movimientos sociales y políticos en defensa de la democracia popular y protagónica, la justicia social y los derechos humanos a nivel global.
Este frente de lucha colectiva no solo debe enfrentarse al neofascismo en los ámbitos político, callejero e ideológico, sino que también debe utilizar el espacio digital y las herramientas tecnológicas para contrarrestar la manipulación informativa y la guerra multidimensional y cognitiva en curso.
La Internacional Antifascista como espacio de articulación de las luchas anticapitalistas, antiimperialistas, anticolonialistas, antipatriarcales y antirracistas.
Consolidar una ofensiva coordinada que promueva los valores de justicia social, paz, soberanía y autodeterminación de los pueblos.
La Internacional Antifascista (IA)
La propuesta de construir una Internacional Antifascista incluye la creación de agendas sectoriales, capítulos regionales y nacionales, así como múltiples redes de solidaridad global para enfrentar el resurgimiento del fascismo.
Eso implica una articulación internacional de estrategias de lucha, incluyendo a todas las organizaciones políticas, sociales, culturales, feministas, sindicales, a lo largo y ancho del planeta.
Es central el entendimiento de este capitalismo digital y sus nuevas formas de explotación del trabajo y el conocimiento humanos. El tiempo de ocio común es ahora un nuevo campo de extracción de plusvalía.
Capítulos por región y país: construir agendas concretas en los cinco continentes para enfrentar la amenaza del fascismo.
El documento completo, LA Hora de los Pueblos, puede verse en el Facebook de La Martínez Baca (2). Nos proponemos darle continuidad a estas informaciones, habida cuenta que se conformó el “capítulo argentino” (3) y el mismo tiene intenciones de funcionar en modo federal.
Formación de la IA Argentina en la CABA
Columnista invitado
Carlos Benedetto
Museólogo, profesor de Historia jubilado y presidente de la Federación Argentina de Espeleología (FAdE). Escritor y periodista. Miembro de la Comisión de Ambiente del Instituto Patria. Co-fundador de la Biblioteca de la Memoria Jaime De Nevares (2007) y de la Agrupación Luis Barahona (2018), Malargüe. Colaborador de nuestro diario desde -casi- los orígenes, en temas históricos, políticos y ambientales. Para conocer toda su producción en nuestro diario mirá aquí.
Notas
⦁ Muy completo el documento, pero en su página 6 denuncia las prácticas colonialistas y menciona a Malvinas y Puerto Rico, aunque no dice nada de Guantánamo. Habría que revisar ese detalle, no menor por cierto.
⦁ https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm
⦁ https://www.facebook.com/share/p/FemJYEDAFN5uyfra/
⦁ https://www.hispantv.com/noticias/argentina/603137/conforman-internacional-antifascista-buenos-aires


