Evolución de la ingeniería sanitaria en Mendoza
Desde la antigüedad se vincula el beneficio de los sistemas hidrográficos con los asentamientos poblacionales, puesto que el agua es el propulsor de la civilización mediante frecuentes e ingeniosas derivaciones. Desde los españoles cuando repueblan esta zona y adoptan una reglamentación legal, semejante a la peninsular. De los comienzos de la conquista de Cuyo, fue el cultivo de la vid el preferido en esta región. Los españoles plantaron viñas y luego comercializaron del vino.
El agua para uso humano en Mendoza antes del terremoto 1861, cuya construcción se le atribuye a San Martín, provenía del Challao y era canalizada hasta la Plaza Constitución (luego Plaza Pedro del Castillo y actualmente Plaza del Área Fundacional). Después del terremoto los mendocinos tomaban agua de la acequia y algunos comerciantes vendían el agua del Challao, en balde.
Recién a mediados del siglo XIX la Ingeniería Sanitaria empezó a tener injerencia en el tema en conjunto con el avance de la medicina, encontrando soluciones a las enfermedades de origen hídrico.
Hoy potabilizar el recurso es lograr un agua confiable, la que podemos beber en la cantidad que se desee, sin tener ningún tipo de trastorno ni enfermedad alguna; por lo que debe estar exenta de organismos capaces de provocar enfermedades y de minerales o sustancias orgánicas que puedan producir efectos fisiológicos perjudiciales.
Cabe destacar que las enfermedades de transmisión relacionadas con el agua pueden ser microbiológicas o químicas. Las microbiológicas son enfermedades en las que los organismos patógenos se encuentran en el agua y cuando se ingieren en una dosis suficientes infectan a quienes beben. Muchas veces el agua que se encuentra en esas condiciones está contaminada por haber estado en contacto con excretas humanas que luego ingresan al cuerpo a través de la boca, ya sea de la mano a la boca o por ingerir alimentos que han estado en contacto con agua contaminada fecalmente. Las enfermedades más importantes son la tifoidea, la disentería amébica, la shigelosis, el cólera, las diarreas (de etiología no específica), las diarreas del tipo E. coli, las diarreas virales, el virus A de la hepatitis. Respecto de las enfermedades de origen químico son causadas, en general, por la ingesta de agua que contiene sustancias o elementos tóxicos en concentraciones dañinas. En el caso de los compuestos inorgánicos, muchos de ellos están especificados en los valores guía que da la Organización Mundial de la Salud, que son valores cuyas concentraciones no deben sobrepasarse durante períodos prolongados a causa de los posibles riesgos que puede producir la ingestión de cantidades excesivas de esos compuestos. Ninguna de las sustancias orgánicas tiene propiedades benéficas reconocidas, de las que figuran en los valores guías.
La División Agua y Salud humana de la Organización Mundial de la Salud (OSM), señala que la lista de enfermedades relacionadas con el agua es larga.
La prevalencia de estas enfermedades es elevada y está muy difundida entre los países en vías de desarrollo. En muchos de ellos, estas enfermedades se encuentran entre las principales causas de muerte, incluso con frecuencia ocupan el primer puesto, pero invariablemente se encuentran entre las diez primeras. Ellas atacan con mayor rigor a los pobres y son especialmente fatales entre los infantes y niños pequeños. El incremento de la densidad demográfica exacerba su ataque.
Un sistema de abastecimiento de agua confiable y adecuado, y un sistema de disposición sanitaria de excretas constituyen necesidades humanas básicas para lograr vidas saludables y productivas. Sin estos sistemas es prácticamente imposible el mantenimiento de un ambiente saludable. Sin embargo, no son suficientes por sí mismos para asegurar una buena salud e higiene. También deben estar acompañados de una nutrición adecuada, de un saneamiento de los alimentos, buenas condiciones de vivienda y seguridad, atención primaria de salud y con las instituciones e infraestructura adecuadas para garantizar a largo plazo su financiamiento, operación, mantenimiento y reemplazo.
Dicho todo lo que hace a la salud humana y cómo influye el agua en la misma, vamos a hacer un pequeño análisis de la situación en nuestras fuentes de abastecimiento. El Dique Potrerillos, si bien es excelente para la regulación en el abastecimiento de los canales para el riego, podemos decir que no se ha hecho lo que se prometió respecto de la impermeabilización de los cauces, que es fundamental, puesto que sin que eso se hiciera previamente, no se tendría que haber construido el dique. Por otro lado, los profesionales nos opusimos a la construcción del dique porque éstos entorpecen el proceso de potabilización. En los espejos de agua inexorablemente se forman algas y ninguna de las sustancias orgánicas tiene propiedades benéficas reconocidas, al menos de las que figuran en los valores guías. Los riesgos son mayores mientras la extensión del espejo de agua es mayor, corriendo riesgos de enfermedades como la esquistosomiasis, o formación de una variedad de algas como por ejemplo algunas algas verdiazules que liberan toxinas o su ingestión puede causar efectos tóxicos.
Por otro lado, se recomienda el cuidado antes de la desinfección con cloro, puesto que el mismo en presencia de algas forma trihalometano, que es cancerígeno. Cabe destacar que son riesgos. No necesariamente lo tenemos nosotros, pero la rigurosidad debe existir en el tratamiento y en el control. Como referencia de lo expuesto acerca del incremento en la prevalencia de la esquistosomiasis, como proyectos ejecutados de represas tenemos:
Egipto: Represa de Aswan (primera) 1.900 antes del proyecto la prevalencia era del 6 % a los 3 años tenía el 60 % de las especies S. haematobium y S. mansoni.
Sudán: Gezira 1925. No tenía prevalencia, vale decir 0 %, 15 años después 60 % también de las especies S. haematobium, S. mansoni.
Tanzania: Arusha Chini 1937 tenía una prevalencia mínima y 30 años después llegó al 86 %.
Zambla y Rodesia: Lago Kariba 1958. No tenía prevalencia, vale decir 0 %, diez años después se encontraron con un 16 % en adultos y 69 % en niños.
Ghana: Lago Volta 1966, tenía una prevalencia mínima y 2 años después un 90 % de la especie S. haematobium.
Nigeria: Lago Kainji 1969, tenía una prevalencia mínima y 1 año después 31 %, 2 años 45 % de la especie haematobium.
Irán: Proyecto de Irrigación piloto Dez 1965. Antes del proyecto tenía un 15 % y 2 años después 27 % de la especie haematobium.
Respecto del resto de los compuestos químicos que nos interesa desde el punto de vista sanitario, cuya determinación afecta las aguas destinadas a la bebida humana, haremos un pequeño comentario de los que consideramos más esenciales.
Arsénico, Flúor, Mercurio, Plomo, Selenio, Boro, Cobre, Cadmio, Níquel, nitratos y nitritos, Cromo, plaguicidas, detergentes, difeniles policlorados y defoliantes.
Arsénico: Es un elemento químico muy abundante en la naturaleza, se lo emplea para combatir algunas pestes del manzano y del peral como arsenico de plomo, también como herbicida. Su toxicidad es conocida como que puede presentar intoxicaciones agudas, muy rápidas, en pequeñas concentraciones. Es posible que una parte del tóxico se elimine por la orina, y otra se vaya acumulando en el organismo; es el caso de una intoxicación crónica y lenta, que a grandes rasgos, se refleja con manchas en la piel; luego aparición de callos palmares y plantales, los que degeneran en un verdadero cáncer arsenical. En la provincia de Mendoza no se han detectado casos con estos síntomas, pero si se ha detectado en los departamentos de Lavalle, La Paz; en el distrito Las Catitas, de Santa Rosa: concentraciones de arsénico que superan los valores guía de la OMS.
Flúor: Existen dos inconvenientes producidos por concentraciones elevadas, una es la fluorosis dental (dientes veteados o manchados). Este tipo de exposición puede causar fluorosis esquelética paralizante, que se asocia con la osteoesclerosis, la calcificación de los tendones y ligamentos, y deformidades de los huesos. También una dosis baja de flúor es necesaria para la prevención de caries. El agua potable en Mendoza tiene naturalmente concentraciones adecuadas de flúor, por lo que no es necesario incorporar dicho elemento.
Mercurio: Los signos de envenenamiento por mercurio son una neuropatía periférica, que se manifiesta como parestesia, picazón, ardor o dolor, y la decoloración y descamación cutáneas en las mejillas y los dedos. Para evitar la contaminación de las aguas con mercurio hay que vigilar las fábricas de cloro electrolítico y soda que se realiza con electrodos de mercurio y la industria debe evitar la pérdida de este metal. En Mendoza existía la planta de soda en Carrodilla a la cual se controlaba permanentemente, pero la misma cerró.
Plomo: Este es uno de los elementos más estudiados en toxicología, el valor guía es 0,05 miligramos por litro. El saturnismo genera anemia, debido a que el plomo en la sangre bloquea la síntesis de hemoglobina y altera el transporte de oxígeno a la sangre y hacia los demás órganos del cuerpo. En Mendoza el agua es alcalina por lo que no existe el problema en las cañerías de plomo, existentes todavía, de que dicho elemento pase al agua.
Selenio: Es un elemento necesario para el organismo, que en general lo tienen los vegetales y se ha fijado, tanto para el agua potable como para Irrigación en un límite de 0,01 miligramo por litro de este elemento. El exceso que no se ha dado todavía en la Argentina tiene el problema de riesgos evidentes de mayor colesterol elevado, así como de más incidencia de diabetes 2 -entre quienes tienen dietas con alto consumo del mineral-.
Boro: Este es un elemento que preocupa en los estudios de la contaminación y en la ecología. En concentraciones elevadas inhibe el crecimiento de vegetales. El Boro ha sido encontrado en los tejidos animales, pero este no parece ser que se acumule. Cuando los animales absorben grandes cantidades de Boro en un periodo de tiempo corto a través de la comida o el agua, los órganos reproductivos masculinos serán afectados. Cuando los animales son expuestos al Boro durante el embarazo, sus descendientes pueden sufrir defectos de nacimiento y fallos en el desarrollo. Además, los animales sufren irritación de nariz cuando respiran Boro. La precaución que debemos tener es el control de la industria que usa el boro como la fabricación de vidrio o detergentes.
Cobre: El cobre es un elemento esencial para el metabolismo del hombre y generalmente se considera no tóxico en las concentraciones que se encuentran en el agua potable. De todos modos, el valor guía es de un miligramo por litro, por las propiedades de teñir la ropa y otros elementos.
Cadmio: El cadmio es un elemento que normalmente se obtiene por la refinación del zinc. Se lo usa en distintas aleaciones y pinturas, y aparece en los superfosfatos. Se suele encontrar en aguas en las que se cultiva el arroz. Se ingiere por vía gástrica. Se acumula en el riñón. La concentración máxima de cadmio permisible en el agua potable es de 0,005 miligramos por litro. La enfermedad que produce el exceso de cadmio es la osteo-malacia, que origina la pérdida de calcio. En Mendoza no se ha detectado en concentraciones medibles
Níquel: Es usado en aleaciones junto con el cromo y se ha encontrado en escasos valores en aguas y suelos. Algunos organismos marinos lo acumulan. Se ha experimentado que por vía inyectable es cancerígeno. Informes aislados indican que los compuestos de níquel pueden provocar reacciones alérgicas. Los datos toxicológicos actuales indican que no se requiere un valor guía para el agua potable.
Cromo: No se encuentra en aguas naturales. Si es posible hallarlo por contaminación, debida a descargas de líquidos industriales como curtiembres y establecimientos metalúrgicos. El cromo se puede presentar como trivalente o hexavalente y es tóxico, y el valor guía es de 0,05 miligramos por litro.
Nitratos y Nitritos: Los nitratos son transformados en nitritos en el tracto intestinal, por acción bacteriana y estos en amoníaco, por lo que en cantidades excesivas es tóxico. Los efectos negativos del nitrito son mayores, por los que los valores guías son más bajos que para los nitratos.
Plaguicidas: Prácticamente nos vamos a referir al principal herbicida que hay en la actualidad que es el glifosato, puesto que ha reemplazado a muchos otros que tienen mayor toxicidad.
En general médicos especialistas advierten que el uso descontrolado de pesticidas puede ser la causa de crecientes problemas de salud que vienen experimentando los doce millones de personas que viven en la vasta región agrícola de Argentina.
La OMS aseguró que “hay pruebas convincentes de que el glifosato puede causar cáncer en animales de laboratorio y hay pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos (linfoma no Hodgkin)”. Por ese motivo han recalificado su peligrosidad y ha incluido a este agente en el grupo 2A como “probablemente cancerígeno”.
De hecho, su uso está prohibido en parques infantiles y varias asociaciones entienden que es “un peligro” porque consideran que tiene “una toxicidad considerable”. Debe usarse cuando la cantidad de agua es de unos 80 o 100 litros por hectárea, y no se debe recurrir a ello en situaciones de extrema sequía. Sus efectos se diluyen con temperaturas muy bajas o altas.
Argentina lidera el ranking mundial por la cantidad de glifosato que usa el campo. Hace 20 años se usaban en el país 3 litros de glifosato por hectárea por año. Hoy, el promedio es de 15 litros de glifosato por hectárea por año, cifra que ubica a la Argentina en el primer puesto a nivel mundial. Científicos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) advierten que el agrotóxico “está en todoo”. Investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP advirtieron que los residuos del peligroso herbicida “glifosato”, con potencial carcinogénico están presenten, en diferentes concentraciones, en la lluvia que cae en el centro de nuestra ciudad, en el algodón, gasas, peces, en las lagunas, en distintos alimentos que consumimos, en todo nuestro sistema ambiental.
Escases de agua en Mendoza: Debido al calentamiento global, Mendoza se encuentra afectada intensamente, ya que los glaciares de la cordillera tienden a irse agotando. Se tiene que hacer un uso racional de este recurso, puesto que ya van pasando cuatro años que nos encontramos por debajo de los valores medios en el caudal de los ríos.
En el año 2050, la falta de agua afectará a 7.000 millones de personas, advierte Naciones Unidas. Los efectos del cambio climático y la gestión de los recursos hídricos son las principales causas de la escasez de agua en el mundo. Si a esto le sumamos la contaminación que sufren numerosas corrientes de aguas, como mares, ríos o lagos, estamos ante una catástrofe natural que se nos avecina, poco a poco, sin darnos cuenta.
La escasez de agua y la pobreza están interrelacionadas de forma directa, y afectan principalmente a las comunidades más necesitadas y vulnerables. La situación está empeorando debido al crecimiento de la población, el desarrollo urbanístico y el aumento del uso del agua con fines industriales y domésticos.
Según el Departamento General de Irrigación este verano 2019/2020 fue uno de los más críticos. Se calcula que viene un 11 % menos de caudal por los ríos que conforman las cuencas Mendoza, Tunuyán, Diamante, Atuel, Malargüe y Grande. Esto se ve reflejado además en una marcada merma también en la disponibilidad de agua total, en la provincia, para los ríos con hectáreas bajo riego, ya que se espera que éste sea poco más de la mitad de un año medio (54% para ser más exactos). En este tema los que más se tienen que preocupar son los agricultores, para se más eficientes en la forma de riego, puesto que ellos ocupan el 90 % del agua.
Eduardo Barbeito
Ingeniero Químico. Título otorgado por la Facultad de Ingeniería
Química dependiente de la Universidad Nacional del Litoral (UNL); Carrera en la Especialidad de Ingeniería Sanitaria y Ambiental. Título de post-grado otorgado por la Facultad de Ingeniería dependiente de la Universidad Nacional de Buenos Aires.(UBA). Graduado en Higiene y Seguridad en el Trabajo obtenido en la Universidad Tecnológica Nacional. A cargo del área de Producción en Obras Sanitarias Mendoza. Operador de Aguas San Luis. Consultor de la Organización Panamericana de la Salud. Consultor de la Dirección Nacional de Agua Potable y Saneamiento.