“Encuentros Nacionales de Mujeres, un regreso diferente”
Agradezco a las mujeres que hicieron posible este trabajo conjunto,
a las que se van sumando y a las que se sumarán,
a las jóvenes por continuar este camino que tiene historia.
A ellas va dedicado.
“La fuerza colectiva que encabeza”
Ese día llegué a la escuela muy cansada, preocupada porque uno de mis hijos estaba enfermo, me hubiera querido quedar en casa a cuidarlo, pero me descontarían el Ítem Aula, por suerte se quedó mi sobrina con él, no lo vería hasta la tarde.
Había en la sala de maestras un afiche que me llamó la atención, de una agrupación del SUTE “Verde 4 de abril” que invitaba a las trabajadoras de la educación a ir al Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) en La Plata.
-Éstas seguro están en defensa de aborto. No tienen nada que hacer y se van por ahí con otras locas- pensé.
Al día siguiente mi compañera, que es la delegada, organizó durante el recreo una reunión informativa. Nos preguntó si queríamos ir al Encuentro Nacional de Mujeres en La Plata. Desde el sindicato se estaban organizando para ir.
¿Qué son los ENM? Nos contó que se hacen desde 1986, el primero fue en Buenos Aires, luego se fueron eligiendo diferentes provincias para hacerlos y este año que pasó fue el número 34 y se hizo en La Plata. Funcionan un fin de semana largo, durante tres días y tienen 7 pilares en los que se organizan.
Son plurales, porque se expresan todas las ideas y opiniones, toda la diversidad, ninguna está por encima de la otra (esto me pareció interesante). Son democráticos, porque asisten mujeres de todos los orígenes y clase, todas tienen la misma participación. Son horizontales, porque no existen títulos ni jerarquías, todas tienen los mismos derechos. Son federales, porque la sede, elegida por las mujeres que participan, es una provincia distinta cada año. Son autónomos, porque no responden a los gobiernos, ni a los partidos políticos, ni a fundaciones, ni ONGs. Son autosostenidos, porque se financia con el trabajo de todas, sin condicionamientos económicos y son autoconvocados, porque las mujeres se organizan en cada lugar para poder realizarlo.
Me intrigaba saber ¿y qué se haría durante los tres días?
Nos contó que íbamos a trabajar en talleres, que son espacios donde horizontal y democráticamente hablamos de lo que nos pasa como mujeres, luego se hacen las conclusiones con todo lo discutido allí y se publican para que todas conozcamos los debates, acuerdos y propuestas. Los talleres permiten descubrir que no estamos solas, que podemos juntarnos para dejar de lado nuestros sufrimientos y cambiar la realidad de nuestro país. Me llamó la atención que luego de los talleres, se organizan actividades culturales para compartir.
El domingo a la tarde, luego que terminan de funcionar los talleres, se hace una marcha por la ciudad, como muestra de la fuerza que nos da el estar todas juntas.
No sé, no tengo dinero y tendría que dejar mi casa, mis hijos y a mi esposo solo, con toda la carga. Eso era lo que me preocupaba. ¿Podrán arreglárselas sin mi? ¿Me darán permiso en la escuela?
Esta compañera me dijo que por el dinero no me hiciera problema, el SUTE pondría los micros gratis para viajar y allí nos alojaríamos en escuelas que se abren para poder dormir. Habría viandas para el almuerzo y entre todas las que viajamos nos ayudaríamos y compartiríamos lo que tuviéramos. Volveríamos el martes temprano y podríamos tomarnos el día.
Me dio un folleto y me quedé unos días pensando para decidir. No entendí mucho eso de los 7 pilares…
“Los posibles impedimentos que surgieron para ir, ella los fue allanando o me brindaba la forma de solucionarlos”.
¡Qué bueno que no tengo que pagar el micro ni el alojamiento! Si no, imposible ir. Hablé con mi esposo y me dijo que fuera, que él se organizaría con los chicos, que era un fin de semana largo, cualquier cosa le pediría ayuda a mí suegra, que me quedara tranquila.
Las compañeras de la Agrupación Verde “4 de Abril” me invitaron a un Pre Encuentro, allí conocí a otras trabajadoras de la educación que ya habían ido a otros ENM y pude saber un poco más qué son y cómo funcionan, me sirvió para no ir tan despistada, hay muchos talleres para elegir, no sabía a cuál ir.
Llegó el día de partir, estaba contenta por esta nueva experiencia, nunca había ido a Buenos Aires, nunca había salido de mi casa tantos días y sola. ¡Bah!! Sola no, iba con otras mujeres también trabajadoras de la educación, estudiantes, jubiladas y mi amiga. Había muchos micros en la puerta del sindicato.
Tantos años afiliada al SUTE y nunca me habían contado o informado de los ENM y además fue un alivio tener acceso con los micros y alojamiento gratis.
Pero también estaba algo angustiada por dejar a mi familia, inquieta porque no alcancé a dejarles todo listo para que ellos no se encarguen de nada. Trabajando doble turno, para que alcance el sueldo, terminé muy cansada la semana, sólo quería sentarme en el micro y descansar un rato.
El viaje se me hizo muy corto, casi no dormí, tomamos mate con las chicas y charlamos sobre diferentes cosas, el trabajo, la familia, la sociedad, la política, la situación social, la crianza que tuvimos desde chicas y de lo que tendríamos para cambiar como mujeres. Me empecé a dar cuenta que en mi casa, en el trabajo y con mi familia, hacía cosas parecidas a las de mis compañeras y otras diferentes. Hablamos de algo que me preocupaba, la violencia hacia nosotras, las mujeres.
Y pensé, mientras amanecía, salir de casa quizás para algunas no tiene la relevancia que cobra para mí. Dejar todo listo para que puedan arreglárselas sin mí por tres o cuatro días. Me voy al ENM con la preocupación de cómo estarán sin que yo me encargue de la comida, de la limpieza, del cuidado de los niños. Muy temprano llamé por teléfono para ver si estaba todo bien. Los chicos los cuidaba mi suegra y mi marido se había ido a trabajar. Extrañaba a mis hijos, era la primera vez que los dejaba.
“Las raíces y el horizonte”
La ciudad era muy grande y me perdí en las diagonales. Estuve en el taller que tanto me costó elegir, que no sé si es el que más me interesaba, pero mi amiga fue a ese y la acompañé. Allí me encontré con la diversidad más diversa, de edades, pieles, colores, tonadas, allí estaba el interior y el exterior, las más calladas y las más habladoras, hubo llantos, confianza, debates, fuertes debates, algunas que venían por primera vez y otras que ya tienen historia para recuperar.
Ese primer día no me animé a hablar, tenía la esperanza de vencer la vergüenza y encontrar las palabras, quizás pueda con este dolor y sacarlo afuera, o quizás en el encuentro del año que viene, porque estoy cómoda aquí. Conozco a mis compañeras de trabajo que no conocía, entiendo un poco más por qué dicen eso, o se comportan así, las entiendo un poco más y también me entiendo un poco más yo. ¿Por qué permití que me trataran así? ¿Por qué no me pude defender? ¿Por qué no le creí a esa mujer que me contó lo que le había pasado? ¿Por qué no la ayudé?
“Conocí muchas realidades difíciles por las que atraviesan mujeres de todo el país, me generó mucha fortaleza para seguir adelante sabiendo que hay mucho por qué luchar, para generar un cambio en la sociedad machista en la que vivimos. Yo vengo de una familia machista, mi padre… hasta mi madre. Y yo que considero tener actitudes machistas.” (Mirta)
“Mujeres increíbles, lugares maravillosos, experiencias de vida enriquecedoras. Aprendí que no estamos solas, que hay un montón de mujeres en la lucha y dispuestas a hacer cambiar la historia.” (Susana)
“Me impactó la organización de los talleres y la forma de participación horizontal. Todas las voces son escuchadas y la diversidad de las opiniones se vuelcan en un mismo centro de expresión. Éramos cerca de 80 o más personas en un aula y teníamos la posibilidad de escuchar y participar. Me lleva a reflexionar que esa debería ser la forma de organizar las diferentes instituciones, sin tanta verticalidad.” (Analía)
El sábado me animé hablar, sorprendida por que me escucharon, me emocioné y lloré. La confianza que necesitaba estaba allí y entendí a una joven que sufrió violencia y pudo salir de esa situación porque sus compañeras la ayudaron, se organizaron en el barrio y no la dejaron sola. Ahora vive con un nuevo compañero que la respeta y valora, y ahora decidió ser madre.
Otra mujer contó que no valoraba su cuerpo, que se lastimaba por no aceptarse y que pudo dejar de lado los estereotipos de belleza que nos venden en la televisión para vivir más libremente y disfrutar lo que hace y es.
También encontré jóvenes con el pañuelo verde y explicaron que lo que necesitaban era tener libertad para decidir tener o no hijos, que tienen derecho a la educación sexual y asistencia sanitaria segura si deciden abortar. Me pareció muy fuerte, pero observé en ellas la seguridad que quizás yo no pude tener, porque mi crianza fue machista y quizás yo también lo sea. Una de ellas dijo que estaba en contra del aborto, pero que estuvo en una situación muy difícil, con tres hijos, sin trabajo, sin casa, sola y que se hizo un aborto, que tuvo suerte, porque una amiga del barrio se lo hizo y murió, por no tener ayuda en la salita. Me quedé pensando que quizás hay situaciones y situaciones. Por ahí es fácil desde afuera juzgar, pero poner el cuerpo es lo difícil. No sé… me interesó esa consigna que cantaban: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”.
“La alegría en la lucha”
“Recuerdo una mujer que nos contó que ella publicaba en Santiago del Estero adentro cuentos, en quechua, para niños, para prevenir los abusos” – Ojalá yo hubiera tenido uno de esos cuentos para leer…
“Me impresionó la cantidad de mujeres organizadas circulando por toda la ciudad en perfecta armonía. La solidaridad entre todas.” Dicen que este fue el ENM más grande de todos, que éramos más de 200.000… no sé cuántas éramos, pero había mujeres por todos lados, por las calles, las confiterías, las plazas, tuve la sensación de estar segura, no tenía miedo de andar sola, porque me sentía acompañada.
“No tenía miedo de andar sola”
“La libertad de crecer”
“Me impactó muchísimo la dimensión de la marcha”. Tantas mujeres allí, de los pueblos originarios, mujeres jóvenes y más grandes abrazadas o de la mano, mostrando sin temor su cariño, alegres, gritando, cantando fuerte. El cansancio y el frío no se sentían. Había una bandera verde muy larga, con los nombres de mujeres muertas por femicidio, cuántas muertes se podrían haber evitado si nos tratáramos de otra manera, si hubiera más comunicación, ¡cuánto tenemos por conquistar!!!!!
“Un Encuentro con historia”
“Cobijamos a las ausentes”
Llegó el lunes, último día del Encuentro, fuimos al cierre, allí elegimos entre todas dónde se hará el próximo año, yo creí que íbamos a votar pero no, con aplausos y cantos, elegimos la provincia de San Luis. Las mujeres de esa provincia subieron al escenario y explicaron por qué quieren hacerlo allí, será la primera vez que se organizan para esperarnos. También estuvieron las que organizaron este maravilloso Encuentro en La Plata, ¡que hicieron un trabajo extraordinario!!!
“Aprendizajes”
Dicen que el “Encuentro es de todas” y así lo creo, las dueñas del ENM somos las miles que participamos, con todas las diferencias que tenemos y nuestros dolores, alegrías y luchas que nos permiten juntarnos.
Al regresar me invitaron a un post encuentro y eso me sirvió para entender y expresar lo impactante que fue este aprendizaje, entre todas le pusimos palabras que resonaban como un eco, lo que habíamos hablado en los talleres, cómo regresamos diferentes. Entendí lo de los 7 pilares y qué son los Encuentros.
Porque allí nos miramos, nos escuchamos, nos hablamos, nos abrazamos, nos reímos juntas. Cada espacio que compartimos en La Plata, se destinó a un viaje interior, de confianza, de alegrías y dolores compartidos y se transformó en empatía, en ponerse en la piel de la otra y nos dimos cuenta que de otra manera, en otro lugar, con otras personas, en otro momento, de alguna u otra manera nos pasó lo mismo.
Y escuchamos atentamente cómo pudieron salir de allí, romper con eso que las lastimó, que dañó, y siempre fue con otra, con otras y otros que acompañaron y apuntalaron.
“Tratar de modificar esa matriz y luchar contra el sometimiento y todo esto que hace a que la mujer sea poco valorada en su trabajo, fuera de casa y también en el hogar con los hijos y el compañero.” (Helena)
“Ahora hay muchas cosas que como mujer defiendo y antes me parecían de lo más normal” (Alicia)
“Luchar para que no existan más femicidios, ni maltrato ni sometimiento y podamos vivir tranquilas de saber que tanto el hombre como la mujer contemos con igualdad de derechos.” (Carla)
“No callar mis opiniones feministas en el espacio de encuentros familiares.”(Estela)
“Regresé reflexionando mucho y aún lo hago con respecto a mis roles familiares y sociales. En lo cotidiano he realizado pequeños cambios, me observo constantemente, trato de colocarme los lentes de género, pero es un trabajo que hay que hacer diariamente.” (Guadalupe)
“Es necesario acabar con este orden económico-político-social patriarcal que tanto daño nos está haciendo. Aprendí que hay mucha gente trabajando en el país por cambiar esto y eso me hace sentirme acompañada.” (Cecilia)
“Transformarme para transformar” (Marcela)
Allí en el post encuentro me regalaron esta poesía que guardo entre mis recuerdos más queridos, ojalá que pueda seguir participando y algún día ir con mi hija.
¿Cómo se dice Encuentro?
Y no fue un Encuentro más…
Encuentro que respira vida,
dinámico, fuerte.
Encuentro donde se sumaron más y más mujeres, más debates, más aprendizajes,
aprendizajes de las mujeres sencillas,
de las que fueron por primera vez,
y que traen los sufrimientos,
traen las luchas y alegrías, que también trajeron aquellas mujeres del ‘86.
Seguimos marchando ante la mirada de las que están pasando… Y nada más.
Poniendo el cuerpo, algunos desnudos…
Las palabras, las ideas,
las prácticas se van mezclando, se van integrando,
algunas desintegrando y desapareciendo,
por la lucha…
y surgen otras nuevas, renaciendo, madurando pacientemente…
nuevos discursos, nuevas formas de conquistar y avanzar hacia la libertad que necesitamos
y nos seguimos preguntando ¿por qué?
¿Por qué la violencia?
¿Por qué el maltrato?
¿Quién es responsable? ¿Yo?
¿Qué nos une?
La transformación que surge desde allí…
desde el centro
desde algo que se nos hace fuerte adentro
y nos ayuda a sacar como un grito ese ¡BASTA!!!
¡Basta de maltrato!!!
¡Basta de imposición!!!!
Y nos hermanamos
nos tenemos, nos acercamos y sentimos el calor,
el perfume de la otra
y se hace círculo, risa, mirada y abrazo.
Juntas nos animamos
no tenemos miedo,
ni vergüenza
y se rearma aquello que nos hizo mal,
aquello que nos hizo daño…
cuando éramos pequeñas
cuando éramos jóvenes
y ahora que somos grandes…
no lo olvidamos,
lo recordamos con otras,
y se integra,
y nos conecta con ese rincón que nos hace vibrar
que despierta colores, multicolores.
Y eso es lo que importa….
del ENCONTRARNOS.
Esta es la experiencia de miles de mujeres que van por primera vez a los Encuentros Nacionales de Mujeres. Esto es lo que nos interesa como Agrupación en un sindicato donde la mayoría somos mujeres. Facilitar la posibilidad de participar en estos espacios, para la construcción de un país liberado de la opresión, como mujeres y como clase trabajadora.
Porque en los ENM aprendemos y avanzamos en descubrir el origen de nuestros sufrimientos y los responsables de tanto dolor que recorre la vida de cada una de nosotras, develando la doble opresión que sufrimos por ser parte del pueblo y por ser mujeres. El ENM será, como ha sido históricamente, el caldero para luchar y conquistar nuestros derechos. Allí se producen movimientos subjetivos muy profundos, que se han encargado de marcar a fuego para que nos sometamos y seamos obedientes, para que naturalicemos y no podamos problematizar las situaciones que obstaculizan nuestro crecimiento como personas libres. Allí nos enriquecemos de experiencias colectivas que enfrentan el dolor, la amenaza, la represión del poder. Allí deconstruímos viejos mandatos y nos rearmamos para seguir creciendo, creciendo…
“No nos callamos más”
Sandra Lema
Profesora en Psicología. Técnica Superior en Operación Psicosocial. Prosecretaria en la Secretaría de Educación del SUTE. Integrante de la Agrupación Verde “4 de abril”.