Somos un yacimiento de sensaciones, de pensamientos. En el devenir de la búsqueda de respuestas a todas las cosas, solemos encaminarnos detrás de la poesía como una tabla de salvación… o como un vuelo.
Luego, solo se trata de dejar fluir una conexión que disponemos todos y que une nuestra mente con la punta del elemento que utilizamos para escribir. Tal vez somos vectores de un mensaje esotérico.
Nuestra propia realidad lo es. Por eso también nos encontramos con la poesía, cuando deseamos entrever la perspectiva edificante de lo trascendental, que en algún punto sirve como bálsamo para entender de qué trata todo esto de la existencia.
me digo Melissa y algo
suena fuera de lugar
los nombres son un vicio
nos enamoramos simplemente
de sonidos
me escondo un poco para
no asustar a los escarabajos
he aprendido a trabajar silenciosa
mi trabajo es como el de las arañas
y amanezco enmarañada para sorpresa
de quien me vio dormir temprana y pulcra
a la tarde rompo algún objeto de
vidrio o porcelana
así confirmo mi existencia por sobre
todo lo inerte
luego vuelvo a mi cama a romperme como
vidrio o porcelana
y es que nuestra fuerza y nuestro desgano
son divinidades, pero divinidades torpes
como todo lo natural que no resiste contención
como las bugambilias que trajimos de la plaza
podridas antes de definir su aroma
llenas de gases para envenenarnos de noche
así mismo fue
mi fuerza quien rompió el vaso
y mi desgano la barrida
dos horas después
anémica de mirarme fucsia
fallecer entre los vidrios
los nombres nunca significaron
algo para mí
podría yo ser mi nombre
pero eso desconocería la cruel
arbitrariedad del lenguaje
podría yo ser la araña en mi cuarto o
la temprana que se duerme pulcra y olorosa
podría yo ser bugambilia o vaso
pero prefiero ser una divinidad torpe
de esas calladas de montaña
que solo truenan o reverdecen según
el ánimo
igualmente hallo sangre en mis dedos
igualmente me he recogido en trozos
igualmente no he aprendido a tejer
creo en un modo de nombrarme sin mover la boca
creo y no espero que se me crea
cada quien escoge supongamos
según su memoria o su preferencia
que es lo mismo
Sin título, inédito
Melissa Carrasco
Profesora en Lengua y Literatura. Licenciada en Educación. Ha publicado: Las Plantas (2016, edición de autorx), Mortiferia o La sed es de los muertos (2018, Fractura Ediciones) y La teta negada (2019, Ediciones Culturales de Mendoza). Ha participado en distintos festivales de poesía en Argentina y Chile. Dicta Talleres de Poesía y Edición, trabaja en el movimiento cultural “Indeseables/ Poesía Itinerante” y es editora en “Fractura Ediciones”, editorial independiente. Participa de Colectiva PAP y es parte de la organización del Contrafestival Internacional de literatura y otras artes. Recibe mención honorífica en el Certamen Vendimia de Poesía de Mendoza 2018 y Beca Formadores del FNA 2019 por su taller “Origami. Proyecto de obra”.