Como te comenté oportunamente, me voy a vacunar. Vuelvo sobre el tema pues me parece demasiado inocente -casi naif- el planteo de Axel Kicillof, Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, quien ha dicho en un par de oportunidades que el discurso antivacunas ya quedó atrás. Quizás se trata más de un deseo que de algo real.
Tomando en cuenta la enorme estatura intelectual del actual responsable de los destinos del principal distrito nacional, también ex legislador, ex Ministro de Economía y con una trayectoria universitaria más que destacable; sospecho que ha sopesado todas y cada una de sus palabras tendiendo a pasar la página acerca del tema.
Así y todo necesité compartirte esta excelente buena nueva, porque creo que marca un antes y un después respecto de la pandemia del coronavirus. Los que trabajan para la muerte hacen lo contrario, desde hace tiempo, poniendo en duda todas las vacunas y, también lo advertimos, tratando de crear dos escenarios.
La vacuna comunista o rusa, a la que nunca llaman por el nombre del laboratorio que la creó; y las de los otros países y laboratorios, algunos de ellos con fuertes intereses coligados a fondos de inversión que son nuestros acreedores. Buitres de toda laya y cero ética/empatía; a unos y a otros los mueven intereses comerciales.
Entonces, como los poderosos se llevan todo por delante, sólo quieren que el Gobierno argentino compre las vacunas que ellos producen, en desmedro de un juego abierto que es el que plantean Alberto y Cristina, también con la intención que nuestro país no tenga los problemas de provisión que ya se avisoran en otros.
Pero queda mucho por hacer para que un sector importante de odiadores seriales, que podrían revisar su criterio antivacuna lo hagan. Ahí creo que tenemos una gran actividad para desarrollar, en bien nuestro y de nuestros hermanos y hermanas. Todos somos argentinos y queremos dejar atrás esta pesadilla.
Aunque hay una total desigualdad de poder, demos el debate contra lo que plantean desde los más de trescientos medios hegemónicos que, respondiendo a los intereses concentrados y en línea con el neoliberalismo que dicen propugnar, trabajan para la muerte. Hay que dar el debate, hasta el final.