Hoy es un hotel internacional cuyos precios ni quiero saberlos. Pero sí está bueno compartir con vos las joyas que disfrutó la oligarquía y que, allí están para ser admiradas al menos visualmente. Los más acomodados se podrán alojar en él, cosa que quizás está bueno que celebremos. Ojalá todos los humanos seamos felices ¿no?
Me salgo de ese camino de palabras porque me parece que me estoy yendo al sarcasmo, que en buena medida es edificante cuando hablamos de oligarquía. Es muy hermoso este edificio, de eso se trata. Un deleite para los sentidos, un viaje a lugares tan remotos en el tiempo como, de alguna manera, en el espacio… europeo.
Metámonos a observar cada detalle, a comparar, a pensar y sentir como si estuviéramos allí, transitando sus amplias habitaciones, sus pasillos y esas escaleras fastuosas. De hecho, fue proyectado para que una pareja de ricos y famosos de entonces, que por esas cosas de la vida no engendró descendencia, lo habitaran por siempre.
“El Palacio Álzaga Unzué es una de las residencias más imponentes de la aristocracia de comienzos del siglo XX de la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Desde 2001 forma parte del hotel cinco estrellas Four Seasons Buenos Aires Hotel, actualmente de la cadena Four Seasons, y se encuentra en la calle Cerrito Nº 1455. Fue declarado Bien de Interés Histórico Artístico por el Gobierno de la Ciudad en 1997.
“Esta fastuosa residencia fue encargada al arquitecto Roberto Prentice por Félix de Álzaga Unzué en el año 1916, y fue levantada en terrenos de su propiedad en el barrio de Retiro, elegido por la clase alta porteña desde fines del siglo XIX. El 6 de mayo de ese año, Álzaga Unzué se había casado con Elena Peña, y ambos se mudaron a su mansión en 1920. Una versión dice que este fue el regalo de bodas de Félix a su mujer.
“La pareja Álzaga Unzué-Peña vivió en esta residencia hasta su muerte. En 1985 el edificio fue adquirido por Pharaon en 5.000.000 de dólares. Quien efectuó la venta fue la familia Gómez Álzaga, herederos del palacio. Este saudita se lo vendió a la cadena Hyatt para instalar en él un hotel. Por otra parte, la apertura del último tramo de la Avenida 9 de Julio hizo temer la demolición de la mansión, que fue conservada finalmente. En 1991, en terrenos de la residencia, comenzó la construcción de una torre diseñada por el estudio Sánchez Elía (SEPRA), encargada por el saudita Ghaith Pharaon, que abrió al año siguiente como parte del complejo Park Hyatt Hotel Buenos Aires. Con la crisis económica de 2001, ambos edificios pasaron a gestión de la cadena Four Seasons.
“Prentice diseñó el edificio en estilo eduardiano (correspondiente a la Belle Époque), inspirándose en los castillos del Loire.
“La fachada se destaca por el uso de ladrillo a la vista y por la gran entrada con columnas corintias dobles y remata en un frontis que es interrumpido por una buhardilla. La mansarda de pizarra que ocupa el 3º piso tiene un coronamiento de zinc y hierro forjado. La mansión se conecta con la torre moderna por el lateral, mediante un pórtico circular con columnas jónicas.
“En la cochera de la mansión, los Álzaga Unzué-Peña contaban con dos automóviles: un Cadillac y un Mercedes-Benz. No tuvieron hijos, y por ello vivían con muchas mascotas, como varios perros y aves. En el subsuelo se ubicaron las cocinas, el lavadero y el comedor (con platería inglesa y muebles franceses), donde trabajaban alrededor de 20 personas. En su momento la pareja contaba con la cocina del chef italiano Nicola Argentieri. También se encontraba en ese nivel la bodega.
“Al transformarse en hotel, la residencia Álzaga Unzué fue dividida en 7 habitaciones. La más importante es la suite Mozart, que tiene 200 m² de superficie. Ya en manos de la cadena Four Seasons, el edificio fue sometido a una intensiva restauración interna y redecoración cuyos montos alcanzaron el millón de dólares”.