Cuarteto Zupay
Un desafío para la música popular argentina
Cuarta entrega
Cada historia de los pocos minutos que insume una canción, la disfrutábamos por igual con el resto de su repertorio. Profundamente humanista y echando mano a los mejores perfiles de la argentinidad, los temas que seleccionaban competían entre sí por la belleza de sus poesías, musicalizaciones y, claro, los arreglos.
Sabemos que tenían un régimen de ensayos muy estricto, cosa que se evidenciaba en cada una de sus presentaciones, ya fueran sobre el escenario de un teatro o en un estudio de televisión. La presencia sobre el escenario cuenta, porque influye en el resultado final y, hasta, en el sonido logrado. Gran despliegue de imagen.
El reverdecer democrático fue de tipo consagratorio para estos excelentes artistas, que ya con una dilatada carrera, se aprestaron a llenar salas de gran capacidad, micro estadios y amplias convocatorias al aire libre. El intercambio con músicos de folclore, tango y rock nacional, también fue una constante en su búsqueda musical.
(viene de la edición anterior)
“Dictadura (1976-1983)
“En 1976, con la violenta dictadura militar autodenominada como Proceso de Reorganización Nacional, el Cuarteto Zupay dejó de presentar nuevos espectáculos en vivo en Argentina hasta 1980, siendo su último espectáculo Las cosas que pasan, realizado ese mismo año en el Teatro Lassalle de Buenos Aires, que incluía una película del mismo nombre dirigida por García Caffi y diapositivas de Juan Carlos Castagnola. El Cuarteto Zupay estaba acompañado por Piero, José Luis Castiñeira de Dios en guitarra y Rodolfo Mederos en bandoneón.
“En julio y agosto de 1976 grabaron su sexto álbum, Canciones que canta el viento, dedicado íntegramente a interpretar canciones tradicionales anónimas del folklore argentino. El disco ha sido considerado como uno de los mejores de la historia del grupo y es el resultado de una investigación musicológica conducida por María Teresa Melfi. En esta oportunidad los arreglos y dirección musical estuvieron a cargo de Rubén Verna. Incluye doce temas recopilados o registrados por Juan Alfonso Carrizo, Manuel Gómez Carrillo, Andrés Chazarreta, Alberto Rodríguez, Isabel Aretz, Carlos Vega, Augusto Cortázar y Leda Valladares. Se destacan el clásico carnavalito Viva Jujuy, que abre el álbum; Vidalita de Ullum, definida en la contratapa como “una de las joyas del cancionero riojano”; la chacarera santiagueña La shalaca; el huaino Ojos negros; A los bosques yo me interno, un carnavalito-huaino de tipo híbrido de origen desconocido; La Arunguita, una danza quichua de origen santiagueño cantada en quechua. Las interpretaciones muestran la madurez alcanzada por el grupo para combinar tradición y novedad sonora. Los Zupay también se encargan de la ejecución de todos los instrumentos: flauta traversa (Pedro P. García Caffi), erkencho y flauta dulce (Marcelo Díaz), guitarra, flauta dulce y órgano (Rubén Verna), percusión y charango (Eduardo Vittar Smith). Diario 16 de Madrid comentó el resultado logrado con las siguientes palabras:
“”Todas las canciones que interpreta el Cuarteto Zupay son populares. Solo que el popularismo de los argentinos no está detenido en el tiempo, como sucede en España. Y así en ochenta minutos de ininterrumpida tensión el Cuarteto Zupay nos da una lección de cómo pueden adaptarse y mezclarse los más diversos estilos sin atentar contra la “pureza” de ninguno”.
“Durante tres años estuvieron incluidos en las listas negras de censura elaboradas por la dictadura argentina. Por esa razón, en 1977 el grupo salió de Argentina para actuar en España, donde grabaron y lanzaron el séptimo álbum, El arte de Zupay, con una selección de temas incluidos en los cinco primeros álbumes. El encargado de los arreglos fue Juan José García Caffi, quien se había radicado en España desde hacía dos años. La portada del álbum incluyó como imagen por primera vez el que pasaría a ser el isotipo del conjunto: un triángulo invertido con el rostro de Zupay sonriente en el centro.
“En España los integrantes del grupo tomaron conocimiento pleno de la gravedad de las violaciones de los derechos humanos que estaba cometiendo la dictadura argentina. Frente a ello, al año siguiente, Marcelo Díaz decidió no volver a la Argentina con el grupo. Por su parte, Rubén Verna abandonó el grupo ―volvería en 1981― para integrarse al cuarteto vocal Opus Cuatro. Dos nuevos tenores entraron al grupo en su reemplazo, Horacio Aragona y Gabriel Bobrow ―este permanecería hasta la disolución―, quienes se sumaron a Pedro P. García Caffi y Eduardo Vittar Smith.
“En 1979, luego de tres años sin editar discos en Argentina y para no perder presencia, lanzan un álbum antológico con el título de Retrospectiva, en el que participa el bandoneonista salteño Dino Saluzzi. En 1980 el grupo presentó su primer espectáculo desde 1976, La Vuelta de Zupay!, que incluía la película Postal de guerra, título de una canción de María Elena Walsh, realizada por P. P. García Caffi tomando escenas de la guerra de Vietnam. También en 1980 presentaron Cantares de Dos Mundos, interpretando las canciones anónimas tradicionales argentinas a la par de obras polifónicas españolas de la época de los Reyes Católicos, entre ellas el coral anónimo que habla de la Inmaculada “Ríu ríu chíu”, un coral de Juan de la Encina, “Oy comamos y bebamos” y un tema no registrado en grabaciones, “De los álamos vengo”.
“En 1981 se retiró Eduardo Aragona y volvió al grupo Rubén Verna, adquiriendo el cuarteto una integración que mantendría hasta su disolución: Pedro Pablo García Caffi (barítono), Eduardo Vittar Smith (bajo), Rubén Verna (tenor) y Gabriel Bobrow (tenor).
“En 1981 el Cuarteto Zupay lanzó el álbum Dame la mano y vamos ya, el primero de los tres que dedicarían enteramente a María Elena Walsh, en momentos que se comenzaba a anticipar el agotamiento de la dictadura militar. M. E. Walsh, autora preferida del grupo, ha definido su obra con las siguientes palabras: «nunca me sentí omnipotente; sí sabía que al menos yo hacía cosquillas molestas al poder.».
“Ya con esta última y definitiva integración, graban en 1981 el álbum Dame la mano y vamos ya, el primero de los tres que dedicarían enteramente a la obra de María Elena Walsh. El álbum tiene un doble sentido: homenajear a quien es la autora preferida de los Zupay y ser parte de la incipiente apertura política, en el mismo año que los partidos políticos crearon la Multipartidaria para presionar al gobierno militar y las organizaciones sindicales y de derechos humanos realizaban sus primeras manifestaciones masivas. El título es un verso de una canción de María Elena Walsh incluido en el tema Canción de caminantes y tiene un claro significado político.
“Siempre nos separaron los que dominan,
“pero sabemos que hoy eso se termina.
“Dame la mano y vamos ya.
“Canción de caminantes, María Elena Walsh.
“El disco abre con una canción compuesta por Walsh en 1972, Como la cigarra, que se volvería una de las canciones emblemáticas del retorno a la democracia en Argentina (“tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí, resucitando”), al igual que Canción de caminantes. El álbum incluye dos temas que ya pertenecían al cancionero del grupo, como Vals municipal y sobre todo Serenata para la tierra de uno (“por todo y a pesar de todo/mi amor yo quiero vivir en vos”), con el estilo de una canción de amor, que también quedaría asociada al momento histórico. Requiem de madre es un tema de contenido feminista, El Señor Juan Sebastián combina el barroco de Bach y del propio estilo del grupo, en tanto que Manuelita la tortuga rinde homenaje a la poderosa influencia de María Elena Walsh en varias generaciones de niños argentinos. El disco cierra con la tristeza alegórica de Postal de guerra, que había sido tomado el año anterior para realizar la película del espectáculo La vuelta de Zupay!:
“Ay… ¿cuándo volverá
“la flor a la rama y el olor al pan?
“Lágrimas, lágrimas, lágrimas…
“Postal de guerra, María Elena Walsh.
“El disco resultó un éxito de ventas y el grupo recibió su primer disco de oro”.
(continuará)
La arunguita
Levántate y anda
Balada del Cómodus Viscach
Antonino
Informe de la situación
(Texto encomillado, tomado de la red de redes)


