Cuarteto Zupay
Un desafío para la música popular argentina
Cuarta entrega
Cada historia de los pocos minutos que insume una canción, la disfrutábamos por igual con el resto de su repertorio. Profundamente humanista y echando mano a los mejores perfiles de la argentinidad, los temas que seleccionaban competían entre sí por la belleza de sus poesías, musicalizaciones y, claro, los arreglos.
Sabemos que tenían un régimen de ensayos muy estricto, cosa que se evidenciaba en cada una de sus presentaciones, ya fueran sobre el escenario de un teatro o en un estudio de televisión. La presencia sobre el escenario cuenta, porque influye en el resultado final y, hasta, en el sonido logrado. Gran despliegue de imagen.
El reverdecer democrático fue de tipo consagratorio para estos excelentes artistas, que ya con una dilatada carrera, se aprestaron a llenar salas de gran capacidad, micro estadios y amplias convocatorias al aire libre. El intercambio con músicos de folclore, tango y rock nacional, también fue una constante en su búsqueda musical.
“Cambios y más cambios (1969-1975)
“Juglares (1970), tercer álbum del grupo. De izq. a der.: arriba: Aníbal López Monteiro y Eduardo Cogorno; abajo: Pedro Pablo García Caffi y Eduardo Vittar Smith. La foto está tomada frente al pórtico de entrada al Parque Pereyra Iraola y6 aparece en esta colección de notas de homenaje.
“En 1969 abandonó el grupo el primer tenor Juan José García Caffi, quien se encargaba de los arreglos vocales, para dedicarse plenamente a su vocación de compositor y director de orquesta sinfónica, en la que sobresaldría, radicándose desde 1975 en España. Sería reemplazado por el, entonces tenor, Eduardo Cogorno, quien se desempeñaba en el Coro Universitario de Arquitectura, aunque J. J. García Caffi volvería a encargarse de los arreglos vocales e instrumentales en los álbumes de 1972, 1973 y 1977. El grupo quedó entonces integrado con dos tenores (L. Monteiro y Cogorno), un barítono (P. P. García Caffi) y un bajo (Vittar Smith).
“Ese mismo año los Zupay comenzaron a realizar también espectáculos multimedia, combinando la música, con imágenes proyectadas (inicialmente diapositivas y luego también películas), y textos dramáticos o poéticos. El primero fue Juglares, con arreglos vocales de Mónica Cosachov ―pianista y fundadora de la Camerata Bariloche― y fotografías de Juan Carlos Castagnola, acompañado por el tercer álbum del grupo, lanzado en 1970 con el mismo título.
“Juglares muestra una evolución notable y marcó la consolidación del estilo propio del cuarteto en el que las fronteras entre el folklore y tango aparecen desdibujadas dentro de un marco más amplio en el que predominan la libertad de formas y un sonido nuevo. Juglares se integró con temas que se volverían fundamentales en el repertorio de los Zupay, como Si Buenos Aires no fuera así de Eladia Blázquez, Chiquilín de Bachín de Horacio Ferrer y Astor Piazzolla, Jacinto Chiclana -un poema de Jorge Luis Borges musicalizado por Astor Piazzolla-, El violín de Becho del uruguayo Alfredo Zitarrosa, Romance del enamorado y la muerte, un anónimo español del siglo XV, y dos canciones de protesta -género que adoptaría un gran desarrollo en toda América Latina en esa época-, Margarita and the tigres, una “chacarera’s” humorística de Mónica Cosachov contra la junta militar gobernante, y Canción de cuna para gobernante, de María Elena Walsh, contra las dictaduras militares latinoamericanas, que se volvió un clásico. En el disco participan músicos de gran prestigio, como Mónica Cosachov, interpretando piano y clavecín, Cacho Tirao en guitarra, Pedro Pablo Cocchiararo en fagot y Antonio Yepes en la percusión.
“La prensa de la época destacó la convocatoria juvenil y estudiantil que tuvo el álbum, como sucedió con un recital multitudinario en el Club Atenas de Córdoba, transmitido por la radio de la universidad:
“Más de 6.000 jóvenes escucharon en completo silencio el recital ofrecido por el Cuarteto Zupay… Las ovaciones que premiaron la finalización de los temas, emocionaron a estos estudiosos de la música y poesía argentina quienes debieron repetir su actuación”.
Levántate y anda
Antonino
Tonada del viejo amor
(Texto encomillado, tomado de la red de redes)