Todo lo contrario a gobernar, que muchos pensamos supone sumar, agrandar, abrir, ampliar. El neoliberalismo macriradical se ha especializado en destruir todo lo posible el Estado, desagregándolo de a poco. También hace lo propio con los paradigmas sociales, sobre los que siembra los peores paradigmas del consumismo, el sálvese quien pueda, el no te metás. Así es el gobierno de Suarez, digno heredero del endeudador serial del ex Gobernador Alfredo Cornejo.
Despotrican contra lo público y, cuando tienen a su cargo tareas gubernativas trabajan contra lo común. Eso sí, son empleados estatales desde hace décadas, lo que les permite a la vez estar en lugares de alta importancia institucional y manejo de la caja. Desde ahí sólo se han dedicado a diezmarnos, tomando deudas de imposible pago, algunas en dólares. Luego presionando a la Legislatura para que les habilite “rollearlas”, suerte de eufemismo españolizado de roll over.
No hay forma de acordar algo con quienes han venido a serrucharnos el piso a todos. La nuestra es una de las provincias más ricas del país, cuyos números han reducido a polvo y bajado de un hondazo. Hay miles de definiciones propositivas acerca de la encomiable tarea que no quieren realizar. “Gobernar es crear trabajo, gobernar es poblar…”. Pero no para ellos. Me pregunto entonces: quienes podrían hacer algo en contra de estas políticas ¿están a la altura de los acontecimientos?
“Resisten el cierre de una escuela de Lavalle hecha a medida de la comunidad campesina
“La DGE comunicó la decisión de no renovar el convenio para su funcionamiento. La Escuela Campesina de Agroecología funciona desde hace once años, en el predio de la UST. Cursan 62 personas con un sistema de alternancia, que les permite continuar con sus labores en el campo. El testimonio de una egresada. Las razones del gobierno escolar.
“Celia Mayorga (41) dice que la Escuela Campesina de Agroecología fue muy importante en su vida y dio las razones: significó la posibilidad de comenzar y terminar el secundario, de cursar en tiempos flexibles y seguir con sus tareas en la finca, de encontrar un espacio donde cuidaron a su hijo de 8 años mientras ella aprendía matemáticas, lengua, comercialización y -sobre todo- descubrir por primera vez un lugar en el que sus saberes eran tan importantes como los conocimientos universitarios de sus docentes. Esa escuela, que funciona hace once años en Jocolí, Lavalle, cerrará de acuerdo a la decisión de la Dirección General de Escuelas (DGE), que comunicó la rescisión del convenio para el pago de 25 cargos docentes, además de la necesidad de reubicar a los y las alumnas.
“La escuela funciona bajo la modalidad de un CENS de Gestión Social para jóvenes y adultos, es decir que es cogestionada por una organización – en este caso la Unión de Trabajadores Rurales sin Tierra (UST)- y la DGE, que a través de convenio aprueba el plan de estudio, la metodología de trabajo y aporta cargos docentes para su funcionamiento.
“¿Por qué cierran una escuela que permitió -y permite- estudiar a jóvenes de zonas rurales? Según explicaron a Unidiversidad desde la oficina de prensa de la DGE, la razón es un conjunto de irregularidades administrativas, entre ellas que no cumplen con la carga horaria estipulada para la modalidad, que no completan en forma correcta la carga de datos en el sistema de gestión (GEM), que la directora no cumple con los requisitos en el cargo, entre otras. Integrantes de la UST están convencidos que las causas son otras: el recorte presupuestario y una falta de visión para comprender que las metodologías y mecánicas de estudio en el campo no pueden ser iguales que las de la ciudad. Además, detallaron que contestaron con un escrito todos los aspectos que les marcaron como irregularidades, pero que nunca les respondieron y que no hay ningún canal de diálogo abierto para solucionar los inconvenientes planteados.
“La coordinadora pedagógica de la escuela, Marta Greco, explicó a Unidiversidad que la decisión de la DGE no solo implica que no tendrán los cargos que hoy asume el gobierno escolar, sino la desaparición del establecimiento como tal. Por eso, aseguró que lucharán para revertir esta decisión, porque entienden que es un retroceso en los derechos de jóvenes, que no pueden cursar la secundaria de modo tradicional.
“Una escuela a medida
“Antes de ser realidad, la Escuela Campesina de Agroecología fue un proyecto, un sueño de quienes integran la Unión de Trabajadores Rurales sin Tierra de Cuyo (UST), una organización cuyo objetivo fue -y es- mejorar las condiciones y la calidad de vida de las familias que viven o quieren vivir en el campo. Con esta idea intentaron dar respuesta a dos problemáticas de las zonas rurales: las dificultades para concluir la educación obligatoria y el abismo existente entre las enseñanzas de la escuela y las necesidades de conocimiento para la vida productiva.
“Greco explicó que siguiendo esta lógica idearon un proyecto de educación con alternancia, es decir que el grupo asiste una semana a la escuela de 8 a 18, y la próxima semana estudia y aplica los conocimientos en el campo. Comentó que esta modalidad permite que continúen con las tareas agrícolas, porque de lo contrario en épocas de intensa labor comienzan a faltar, hasta abandonar el proceso.
“La responsable pedagógica de la escuela comentó que en 2011 la DGE aprobó esta modalidad y firmó el convenio que permitió disponer de 50 cargos. En 2019 -expresó- el gobierno escolar comunicó su decisión de dejar sin efecto ese acuerdo, pero el reclamo de la organización y la comunidad permitió la continuidad, aunque recortaron la mitad de los cargos, además de las figuras de asesora pedagógica y encargada administrativa.
“La escuela siguió en marcha y actualmente 62 personas cursan el bachillerato con orientación en agro y ambiente, las que llegan a Jocolí desde distintas localidades de Mendoza y San Juan. El grupo tiene las mismas materias que en cualquier CENS, es decir lengua, matemática, historia, a lo que suma saberes propios de la actividad agrícola, siempre con el objetivo de producir en forma agroecológica.
“Teoría y práctica
“Celia Mayorga (41) vive en una finca de diez hectáreas, en Jocolí, donde produce en forma comunitaria verduras y frutas. Cuenta a Unidiversidad que fue una de las primeras egresadas de la escuela y que esa experiencia mejoró su vida, no solo porque obtuvo el título secundario, sino porque por primera vez encontró un lugar donde sus saberes eran tan importantes como los que sus docentes aprendieron en la universidad.
““Poder estudiar fue algo muy importante en mi vida. Es un espacio muy lindo, yo no tenía donde dejar a mi hijo que era chiquito y me lo cuidaban mientras cursaba. Aprendí mucho en la escuela, porque si bien yo tenía la practica del trabajo, me permitió analizar y entender más conceptos sobre el uso del suelo, la importancia de cuidar el medio ambiente, por eso ahora producimos en forma agroecológica”, fueron sus palabras.
“El hijo de Celia, Joel, ese mismo que cuidaban las docentes mientras ella estudiaba, hoy tiene 21 años y es uno de los alumnos que deberá continuar sus estudios en otro lugar si cierran el establecimiento.
“La productora tiene sus propias razones para explicar el cierre de la escuela: dijo que siempre van a querer que sean obreros y obreras, que no puedan defender su trabajo. Se lamentó de que siempre repiten que los y las jóvenes se queden en el campo, porque aseguró que esas son solo palabras si no existen políticas públicas educativa, de infraestructura y de transporte para las zonas rurales.
“Las razones de la DGE
“Desde la oficina de Prensa de la DGE, explicaron a Unidiversidad que la escuela se vincula con la DGE por medio de un convenio que rige desde el 9 de noviembre de 2012, por el que subvenciona un cargo de director maestro de jornada completa, 25 horas cátedra de diseño curricular y 10 horas más para talleres.
“De acuerdo a la explicación oficial, el 28 de diciembre de 2020 se comunicó la voluntad de rescindir el convenio debido a diversas irregularidades. Detallaron algunas: no cumplimiento del diseño curricular, la directora no reúne los requisitos para desempeñarse en el cargo, no se efectúa la carga en el sistema GEM, el diseño curricular no está previsto para ser implementado con modalidad de educación a distancia, la implementación de alternancia o semipresencial, no cumple con la carga horaria curricular prevista para esa modalidad, no está completo el registro de estudiantes, entre otras.
“Desde prensa de la DGE comunicaron que en 2020 decidieron suspender su decisión, luego de una audiencia en la que integrantes de la organización se comprometieron a regularizar la situación. Sin embargo, expresaron que debido a la persistencia de las irregularidades resolvieron la rescisión del convenio.
“Las razones de la organización
“Por su parte, Greco aseguró que cuando la DGE solicitó que subsanaran algunos problemas administrativos presentaron un escrito de 140 páginas en el que expusieron las explicaciones del caso, pero nunca recibieron una contestación. De toda formas, la escuela continuó aunque el gobierno escolar recortó la mitad de los cargos.
“En cuanto a la modalidad de alternancia, es decir que cursan una semana por medio, Greco comentó que la DGE aprobó esa forma de trabajo y destacó que no es caprichosa, sino que está relacionada con las necesidades de las zonas rurales. Dijo que esta propuesta es una posibilidad más de garantizar el derecho a la educación y evitar que abandonen el proceso en los meses que tienen un trabajo intenso en la finca.
“Greco dijo que la escuela campesina es mucho más que un lugar de aprendizaje, que es un sitio de intercambio de saberes, de escucha activa, de contención de jóvenes para los cuales las modalidades tradicionales de enseñanza no son una opción. Por eso, aseguró que frente a la decisión del gobierno escolar, evaluarán el plan de lucha a seguir con el objetivo de lograr que la escuela permanezca abierta y se garantice el derecho a estudiar.
“Unidiversidad.com.ar
“Verónica Gordillo
“7 de diciembre de 2022”.
“Denuncia de la UST
“Thomas sigue con su plan de ajuste: ordenó el cierre de la Escuela de Agroecología de Lavalle
“Tal como ocurre cada diciembre desde 2019, la Dirección General de Escuelas comunicó nuevamente la caída del convenio que mantiene en pie a la Escuela de Agroecología de Lavalle. En os años anteriores, la comunidad educativa se organizó y logró evitar el cierre, no obstante, desde entonces se le dio de baja a 50 horas cátedra.
“La caída de convenios con escuelas y el cierre de aulas para adultos por “baja matrícula” es una de las formas de ajuste que ejecuta la gestión de José Thomas y que en las últimas semanas se profundizó. La Escuela Campesina, el Bachillerato Popular Violeta Parra del barrio La Favorita y el CENS “Alejandra Soto” de la Casita Trinitaria en Km11 Guaymallén han sido blanco de estas políticas.
“La Escuela Campesina de Agroecología funciona desde 2011 y nuclea a más de 100 jóvenes adultos de la provincia. La propuesta que este centro educativo lleva adelante no solo tiene que ver con una formación pedagógica, enmarcada en el sistema educativo de Mendoza, sino también en una oferta que permite a las familias campesinas y a distintos estudiantes trabajar paralelamente en la ruralidad. Esto último es posible gracias a la organización curricular que el personal docente lleva a cabo en el marco de la ley de educación rural.
“Beatriz Della Savia – quien renunció pero hasta septiembre estaba a cargo de la Dirección de Educación Privada y de Gestión Social y Cooperativa- firmó esta vez la resolución que da de baja a los convenios, señalaron en la Unión de Trabajadores Sin Tierra, la otra pata del acuerdo. La organización asegura que han intentado en vano una reunión con Alejandro Sconfienza, quien reemplazó a Della Savia en el cargo.
“”No es la primera vez que la DGE atenta contra el derecho a la educación de comunidades campesinas -señaló la UST en un comunicado-. El primer ataque ocurrió en diciembre de 2019, donde se presentó un expediente de 143 folios que nunca se contestó. Se recortaron 50 horas cátedra, el cargo de asesor pedagógico y personal administrativo. Aún así desde la UST se garantizó la continuidad de la escuela y se logró mantener el convenio. Ahora la definición de José Thomas es el cierre definitivo de la escuela, después de 11 años de funcionamiento”.
“Repudio del CELS
“Ya desde que el primer intento de DGE de horadar a la Escuela de Agroecología de Lavalle, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) repudió lo que consideró un ataque de Suarez a las escuelas de gestión social.
“”La decisión del gobierno provincial implica una regresión en el derecho a la educación y formación de les campesines, y pone en riesgo experiencias que deben ser promovidas, de acuerdo a lo establecido por la ley federal 27.118, que declaró de interés público la agricultura familiar, campesina e indígena”, consideró el CELS.
“Más cierres anunciados
“Semanas atrás se conoció el cierre de tres cursos del Anexo I del CENS 3-466 de Carrodilla, que funciona en la Biblioteca Popular y de un aula del CENS 3-507, de Lavalle, donde miembros de la comunidad Huarpe intentan terminar el secundario. La explicación que esgrimen los emisarios de Thomas es siempre la misma: “por situación de baja matrícula”.
“De esta manera el Gobierno da muestras de cómo consigue la acumulación de superávit del que se enorgullece: con ajuste en áreas que no considera imprescindibles, como salarios de trabajadores y aulas con matrícula reducida.
“El sistemático cierre de CENS derivó en el reclamo de líneas internas del SUTE, que le reclaman a la conducción que active protestas y reaccione frente a este panorama de ajuste.
“Explicitoonline.com
“6 de diciembre de 2022”.
De las redes sociales
“Aval desde la FFYL a la Escuela Campesina de Agroecología y auspicio a su continuidad
“El derecho a la Educación, en sus diferentes modalidades, está consagrado por la Constitución Nacional y marcos normativos específicos. En ese sentido se hace necesario destacar la labor insustituible que prestan diversas experiencias de modalidades de Jóvenes y Adultos, especialmente la Escuela Campesina Agroecologia Ust N° 3-502 para garantizar de manera concreta el acceso a la educación secundaria de campesinos y campesinas.
“La población que asiste a este centro educativo son personas jóvenes, adultas, muchas mujeres que pueden acceder a los estudios secundarios, de una manera más amplia, dadas las características y oportunidades que brindan los formatos educativos que conocemos que brinda la Escuela Campesina de Agroecología(…)
“Desde hace años existe una articulación mutua entre un buen número de estudiantes y docentes de la Facultad de Filosofía y Letras que realizan prácticas y diversos aprendizajes en la Escuela Campesina de Agroecología, ya sea por medio de Proyectos Mauricio López, que desde el 2016 ininterrumpidamente han articulado con la Escuela; así como el desarrollo de la “Cátedra Libre Con los Pies en la Tierra” avalada por la Res. n° 338/2020 CD que “promueve la formación de los estudiantes en experiencias integrales de formación/extensión y producción de conocimiento encuadrado en un vínculo universidad-sociedad, horizontal en el marco de una experiencia educativa vivencial, junto con la UST. (Unión de Trabajadores Rurales sin tierra)”. Otro de los vínculos entre la Facultad y la organización social fue en 2020, por medio de la Diplomatura en Prácticas Sociales Educativas que contó con docentes formadores pertenecientes al Centro de Educación, Formación e Investigación Campesina, (CEFIC -TIERRA- UST), en este marco muchos estudiantes realizaron prácticas educativas en la Escuela Campesina. Dicha diplomatura fue reconocida por la Ord. 119/20 de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación en 8 de octubre de 2020.
“Por tales motivos desde el Área de Articulación Social, de la mencionada @ffyl_uncuyo expresamos el Aval Institucional y auspiciamos la continuidad de las actividades de la Escuela Campesina de Agroecología”.