Casi de 6.000.000 de argentinos y argentinas, sin incidentes, desmanes ni hechos graves que señalar, fuimos a recibir a los Campeones del Mundo. No hubo valla que impidiera tanta alegría compartida. Suerte de gran vuelta olímpica. Hablo en plural porque casi todos nos sentimos parte, más allá de los agoreros de siempre. Me refiero a quienes han hecho y harán las mil trapisondas para que el gobierno del Frente de Todos no pueda terminar en paz su mandato de cuatro años.
La felicidad no está en los planes de los capitostes del capitalismo, por eso buscarán impedir cualquier forma de alcanzar ese camino que nos llevaría a ella. Me refiero a la alegría, que se expresó como nunca en la historia argentina en la megalópolis por antonomasia de nuestro país. Pero el festejo cruzó en forma horizontal todo el territorio nacional. Estábamos pendientes de lo que ocurría con el colectivo que llevaba a la selección entre mareas humanas llenas de entusiasmo.
En caliente es difícil despegarse de las emociones, para dejar paso a la razón. En todo caso, junto a nuestros hermanos y hermanas, a todos los integrantes de la argentinidad, supimos encontrarnos en un festejo vibrante. Era hipnótico ver a tantos y tantas cantando, riendo, ocupando el espacio público sin más deseo que ver el paso de los jugadores. La derecha argenta quedó totalmente descolocada, buscándole el pelo al huevo y tratando de subtitular basura, cuando sólo se veían flores.
“Argentina campeón del mundo
“La fiesta no paró: una Plaza de Mayo colmada aplaudió al helicóptero
“El estallido llegó y alcanzó su punto máximo cuando se vio pasar al helicóptero de la Selección en la Casa Rosada. Los campeones del mundo sobrevolaron la Plaza de Mayo, donde una multitud los esperaba.
“La fiesta no paró: una Plaza de Mayo colmada aplaudió al helicóptero
“A pesar de la incertidumbre, la felicidad se abrió paso en las inmediaciones de la Casa Rosada y en solo diez minutos se llenó prácticamente la Plaza de Mayo para saludar al helicóptero de la Selección Argentina campeona del mundo. Lo que empezó con rumores que iban de boca en boca sobre el recorrido de la caravana que movilizó a millones, se convirtió en poco tiempo en una columna gigante de personas que colmaron las dos diagonales y la Avenida de Mayo.
“El estallido llegó y alcanzó su punto máximo cuando se vio pasar al helicóptero de la Selección. “Lionel, te amo. Somos campeones”, gritó más de uno mientras veía desde lejos cómo la aeronave volaba rasante por encima de la bandera argentina de la Casa de Gobierno.
“Los hinchas avanzaban para encontrar un hueco en la plaza mirando al cielo. Se chocaban, pisaban, llovía esa espuma de mentira que tiñó toda la histórica jornada, entretuvo a los más chicos y volvió un poco locos a los más grandes.
“Eran los mismos que se habían concentrado bien temprano en el Obelisco, después habían caminado bajo el sol de este caluroso diciembre hasta la autopista 25 de mayo y, finalmente, retrocedieron hasta la Plaza de Mayo. Siempre con una sonrisa, siempre cantando, siempre saltando y siempre agradeciendo.
“Cuando los helicópteros con los jugadores ya habían pasado y hasta vuelto al perdió de la AFA en Ezeiza, la gente seguía llegando y sumándose al festejo que, aunque persiguió todo el día el sueño de ver a Messi y toda la Selección, fue una celebración en sí misma.
“Fiesta, fiesta y más fiesta
“La 9 de Julio se convirtió este martes en una enorme peatonal donde cada uno pudo celebrar a su manera, mientras esperaba la llegada de la Selección que final no se dio.
“Recitales improvisados con percusión, trompetas y hasta saxos; serenatas sentidas de hinchas agradecidos por los manguerazos de vecinos de los edificios sobre Yrigoyen, y canchas difusas de picados en los que todo el tiempo entraban y salían los jugadores fueron algunas de las postales que decoraban la larga avenida.
“Aún cuando la espera parecía hacerse larga y la incertidumbre sobre el recorrido del micro de la Selección crecía, ahí y allá se escuchan voces que lo relativizaban. Argentina es campeón y ese fue el sentimiento que motorizó a todos los hinchas durante todo el día.
““¿Para que te vas ir? ¡Mirá lo que esto!”, gritaba un treintañero en el celular mientras señalaba para adelante, donde se veía una marea humana que inundaba toda la 9 de julio y subía hasta colmar la autopista 25 de mayo.
“No muy lejos de ahí, una madre trataba de contener el puchero de su hija de unos tres años que, sentada en la sillita de la bicicleta, ya tenía la paciencia colmada de esperar. “Pensá en todo lo que les costó ganar el mundial, todo lo que sufrieron…cómo no vamos a poder esperar un rato más nosotros”.
“Finalmente, ya en el tramo final de la espera, camino a Plaza de Mayo, una joven gritaba que este año no importaba Navidad ni Año Nuevo. “Vamos a seguir de fiesta y todo el año será carnaval”, aseguró mientras una amiga la decoraba con los puntitos blancos de la nieve en aerosol.
“Eldestapeweb.com
“María Laura Carpineta
“20 de diciembre de 2022”.


