Cuando uno ve a Guillermo Moreno como abonado casi permanente de C5N es porque algo está funcionando mal. El año pasado, en vísperas de elecciones, el excelente programa político CANÍBALES, en su sorpresiva última edición, alguien cometió el error de llevar como invitado al ex secretario de Comercio Interior de Cristina. Copó TODO el programa, reivindicó el derecho a no dejar hablar a nadie y volvió a predicar un “peronismo” que en realidad es puro menemismo.
Ahora lo vemos todas las noches en DURO DE DOMAR, donde apunta a lo mismo: “se es peronista sólo si uno se autopercibe como tal, no importa si su autopercepción coincide con sus actos; luego, Menem fue peronista” (aunque el riojano se haya pasado por el traste las tres banderas). Al mismo tiempo descalifica a los no peronistas cuando éstos dicen qué es y qué no es peronismo. Es como si un ateo no tuviera derecho a decir si un cristiano es tal o si hay una incoherencia entre sus misas dominicales y su egoísmo cotidiano. Moreno se presentó a elecciones y no entró ni para barrendero de la sociedad de fomento de Villa Tachito, pero sigue dando, agresivamente, lecciones de peronismo. Ahora entronizado como panelista en C5N, es el botón de muestra de la decadencia de un espacio que sigue sin debatir y sin darle bola al documento de 33 páginas que emitió hace pocos días la ex presidenta Cristina Fernández, donde da cátedra de historia, de historia política y de economía política, todo junto. Menciona a la actual crisis económica (provocada desde afuera, sin dudas), y la pone en contexto histórico, con una excepcional dureza, pero también con el optimismo implícito que significa pensar un futuro. Sigue marcando al menos UN camino, pero Moreno la ignora.
En nuestras reflexiones anteriores (1) veníamos hablando de eso. Luego, en discusiones con militantes de Buenos Aires, coincidíamos en ver un peronismo desmovilizado, y desmovilizado adrede, en todo el país. La situación en Mendoza. Allí se habla de actos de corrupción que comete el radicalismo (ver caso Mendoza en 2), pero el peronismo no le va en zaga: hay militantes peronistas que han sido excluidos de las actividades partidarias por haber denunciado la corruptela radical. Otros asumen un cargo y en adelante te retiran el saludo… y estoy hablando en serio. Cero relación con la historia del país, hay cero relación con los problemas sociales concretos, cero solidaridad, cero conocimiento de la propia historia. El documento de Cristina… no lo entienden, o a lo sumo aprenderán a repetir de memoria algunas frases que puedan convertirse en consignas. Pero no lo entienden.
Ese peronismo “pro minero” nunca leyó la Constitución de 1949, pero tampoco nunca leyó LAS VENAS ABIERTAS DE AMERICA LATINA, magistral obra de Eduardo Galeano que hace 50 años leíamos hasta en el colectivo, en el baño, en todas partes. Allí se decían cosas que siguen vigentes aún hoy: la principal causa de nuestra pobreza es nuestra riqueza. Pero eso es demasiado complicado para las mentes “trabajadas” por los medios, por los cerebros alisados por GRAN HERMANO y la mentira institucionalizada.
Uno piensa, entonces, qué cosa se opone a “eso”, lo ve a Moreno como estrella de la tele, y dan ganas de tirarse por la ventana.
Respecto de la obra de Galeano, si alguien de esta época lo leyó, seguramente pensará que “nosotros no somos América Latina” y así nuestras críticas van contra Maduro, Chávez, Fidel, Lula, etc., nunca contra Estados Unidos y los imperialismos (dicho sea de paso, el defensor de la “tercera posición” Guillermo Moreno es admirador de Trump. Lo ha dicho varias veces. Critica a China, siendo que Perón apoyó a los chinos a hacer su revolución en 1949). Disculpá si insisto en este curioso personaje, pero sigue sin cerrarme por qué está tan empoderado en los medios.
Estas mentes lavadas ni siquiera saben quiénes fueron los sindicalistas del “peronismo sin Perón” en los ’60 (Augusto Vandor, ¿se acuerdan?, o al menos ¿lo buscaron en Google?), cuyos herederos reivindican, hoy, con orgullo, al “peronismo de Perón”. Pasamos del “sin” al “de” sin escalas. ¿Alguien recuerda a Raimundo Ongaro, el creador de la CGT de los Argentinos, harto de ver una CGT que negociaba con los gobiernos militares?
En Malargüe, el peronismo se oponía a la Ley de Medios en el año 2009, con el argumento de que atentaba contra la libertad de expresión. Lo recuerdo perfectamente, se lo escuché decir a concejales peronistas y radicales por igual. Luego Alberto no hizo nada para restituir esa ley, que no es una mordaza, sino una simple ley antimonopólica. Es claro, es una ley que afecta las ambiciones monopólicas de Magnetto, el mandamás de Clarín y todos los principales diarios provinciales gracias al apropiamiento ilegal de Papel Prensa durante la dictadura.
Saben los “peronistas de Perón” que en 1956 el dictador Aramburu hizo fusilar a delegados peronistas acusados de conspirar para facilitar el regreso de Perón al país. Un sobreviviente, el policía Julio Troxler, siguió peleando en la Resistencia… hasta que fue asesinado en septiembre de 1973, gobierno “peronista”, por la Triple A, creada por José López Rega, secretario privado de Perón, junto con la Unión Obrera Metalúrgica – UOM.
¿Por qué Mendoza sigue ignorando a la figura de Alberto Martínez Baca? No porque fuera “montonero”, que no lo era, sino porque adhería al otro peronismo, el que sostenía la necesidad de un socialismo “nacional”. La cosa estaba clara entonces: el primer peronismo se apoyaba en la Doctrina Social de la Iglesia, que era una en 1945-55 pero pasó a ser otra a partir del Concilio Vaticano II. A partir de allí, surgieron los Curas del Tercer Mundo, para quienes la Tercera Posición era algo más que el desarrollismo como capitalismo social. Por ejemplo, el Padre Carlos Mugica, sacerdote villero que viajó junto a Perón cuando regresó al país el 17 de noviembre de 1972, y fue asesinado el mayo de 1974, siendo Perón presidente, a manos de la misma Triple A. Un peronismo de derecha que no entendía que el verdadero enemigo era el liberalismo, no los “zurdos” de la JP. Y todavía hoy los siguen llamando “zurdos”.
¿No te parece que estos temitas deberían ser discutidos por el peronismo para resolver el problema de identidad por el que está atravesando?
La derecha peronista de entonces cantaba aquello de “Perón, Evita, la Patria Peronista!”. Del otro lado, del lado de Troxler, Martínez Baca, Mugica, Ongaro, etc., etc., la consigna era “Perón, Evita, la Patria Socialista!”.
En aquel tiempo este debate se daba a los tiros: la derecha peronista estaba apoyaba por la Patria militar, que después crearía la Patria financiera que aún domina al país (léase Ley de entidades Financieras inventada por Martínez de Hoz y nunca derogada). Del campo popular sólo unos pocos se atrevieron a dar el paso a la lucha armada, amparados en el párrafo 31 de la Encíclica Populorum Progressio, pero cometieron errores que contribuirían quizás involuntariamente a uno de los tres genocidios de nuestra historia (pueblos originarios y el gauchaje en el siglo XVIII, y finalmente el de la juventud revolucionaria de los ’70).
Luego vendría Menem, que destruyó todo lo que Perón (el bueno, no el que regresó) construyó, cuando apoyó la Ley de Inversiones Mineras, que le regala los recursos naturales al capital extranjero. Todavía hoy, en los círculos del poder del PJ, se discute si el extractivismo en manos extranjeras es peronismo o anti-peronismo. Menem privatizó todo lo que Perón había estatizado. Luego, Menem no puede ser considerado “peronista”. No hay dudas.
Basta estudiar la propia historia para darnos cuenta que la respuesta está en los hechos. “La única verdad es la realidad”: con la Ley de Inversiones Mineras de Menem y antes la Ley de Entidades Financieras de Videla, el país está en camino a su desaparición como tal, se está balcanizando, las provincias están siendo empujadas a emitir su propia moneda, como ocurrió antes de 1880 y en los comienzos del siglo XXI.
Javier Milei es sólo el catalizador de un proceso de descuartizamiento nacional, casi seguramente sin saberlo.
Pero hay más, y tomamos sólo unos pocos ejemplos de lo que masculla cierta militancia populista:
- No eran 30.000 ni están desaparecidos. Eran subversivos. Acá hubo una guerra sucia (siendo que el propio General Balza y otros militares patriotas afirmaron lo contrario varias veces). ¡Falso! (subversivos fueron los militares que usurparon el poder, lo dice la Constitución Nacional, art. 22)
- No había derecha ni izquierda, los peronistas somos todos peronistas y nada más. ¡Falso!
- Héctor J. Cámpora renunció “voluntariamente” para dejarle el poder a Perón. ¡Falso!
- Una frase de Néstor: “Pertenezco a una generación diezmada”. ¿Alguien sabe qué quiso decir con eso?
Hubo una vez una FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina) que hace justo 90 años mantuvo en alto las banderas del yrigoyenismo (“primer movimiento histórico” en la visión alfonsinista, que aceptaremos como concesión a los buenos radicales) y luego alimentó doctrinariamente al peronismo (segundo movimiento). FORJA fue el eslabón exitoso en la tarea de mantener la cadena, la “formación de la conciencia nacional”, según diría Juan José Hernández Arregui, otro ilustre desconocido para la mlitancia.
Luego, la generación diezmada quiso ser eslabón entre peronismo y tercer movimiento. Pagaron con su vida esa osadía: el liberalismo, aliado a la derecha peronista, los aniquiló. Treinta años después, en 2003, surgió ese tercer movimiento, pero las raíces del árbol ya estaban destruidas. Hubo trasvasamiento generacional y actualización doctrinaria, pero no en toda la dirigencia ni en la militancia. En las provincias nadie entendería de qué estamos hablando acá.
Pareciera que es necesario recibir golpes para darnos cuenta que el enemigo siempre acecha y nunca descansa, ni se duerme sobre los laureles como lo hizo el kirchnerismo en la Década Ganada. Recuerda esto una anécdota sobre Fidel Castro, quien una vez anunció la creación de una Comisión contra la Burocracia Estatal. Al poco tiempo tuvo que dar la mala noticia: “la comisión antiburocrática se ha burocratizado”. Pensemos eso y veremos que exactamente eso está pasando con el “peronismo progre”.
La sigla FORJA está sacada de un discurso de Yrigoyen: “todo taller de forja parece un mundo que se derrumba”. O sea, no se está derrumbando nada, sino que se está gestando algo, que aún no tiene nombre. El cuarto movimiento histórico aún no tiene nombre, pero necesita una FORJA que universalice las reflexiones teóricas sobre la política y la economía.
Pensemos este presente en positivo: la izquierda cristiana de los ’60 sostenía que “hay dos visiones encontradas de la filosofía de la historia: una dice que la historia es cíclica, que siempre volvemos al punto de partida; otra dice que la historia es lineal ascendente, o sea una línea que sube hacia el progreso infinito, aunque no nos demos cuenta; nuestra visión es espiralada: siempre volvemos al punto de partida, pero en un escalón superior”. A partir de esto prestemos atención a que no habiendo riesgo militar, al enemigo le costó mucho dinero y 12 años y medio de trapisondas para inventar un Macri. Antes alcanzaba con golpear las puertas de los cuarteles. Luego otros cuatro años más para inventar un Milei. Quizás no estemos haciendo las cosas tan mal. Hemos obligado al enemigo a jugar con nuestras reglas (la Democracia), y lo hacen muy mal, o al menos mucho peor que nosotros. No tienen idea de qué hacer, están perdidos como perro en cancha de bochas.
El macri-mileísmo está llevando nuevamente a las antiguas reglas de juego: los militares como garantes de las convivencia. Prestemos atención a Victoria Villarruel. La garantía de convivencia es la violencia institucional y eso puede generar la “violencia de abajo”. Quizás el macri-mileísmo sea el catalizador para que el movimiento nacional y popular encuentre el camino a su cuarta edición, que seguramente no será la de Guillermo Moreno, sino la de una líder a la que no se animan a meter presa y que emite un documento donde reaparece la historia espiralada. “Las tres crisis del liberalismo”… en su documento Cristina apunta a eso: “esta película ya la vimos, pero ahora no somos los mismos que cuando la vimos por primera vez”. O sea mantiene su optimismo militante.
Alguna vez le dijo al escritor David Viñas en una entrevista en la tele que ella era optimista “si no lo fuera no estaría militando: milito porque creo que puedo cambiar algo las cosas”. Ojo entonces, no nos dejemos abrumar por el pesimismo gestado en los medios.
Pongamos unos casos, saltando del pasado al presente y viceversa, sobre nuestra visión espiralada de la Historia:
- El kirchnerismo instaló un paradigma nuevo, a nivel mundial, en la política: la supremacía de los derechos humanos, que incluye los derechos laborales consagrados por el segundo movimiento histórico, pero no en exclusiva, cosa que la derecha no entiende ni entenderá nunca: los juicios por crímenes de lesa humanidad comenzaron en 2006 y 17 años después continúan. Pasaron por encima del macrismo, lo están haciendo por encima del mileísmo, ergo con una política de Estado, que va a costar regresionar. De hecho, el dictador Videla murió donde debía morir: cagando en la cárcel. Todo un símbolo de que algo cambió para siempre (y para bien) con el kirchnerismo.
- Hace 200 años casi, Juan Bautista Alberdi combatió ferozmente a Rosas. Luego, en el exilio, lo visitó en Inglaterra. Allí, dicen, Rosas conoció a Carlos Marx. Al morir Rosas, Alberdi dijo “yo combatí su gobierno, lo recuerdo con tristeza”. El ejército plurinacional de Urquiza (había alemanes, argentinos, uruguayos, brasileños, muy rara la cuestión esa) derrotó en 1852 a Rosas en Caseros y luego destruyó su obra. Pero… pueden destruirse las cosas, no así al “espíritu de la tierra” de Scalabrini Ortiz. La revolución fusiladora de 1955 quemó las sábanas de los hospitales por llevar la inscripción “Fundación Eva Perón”; el odio contra una persona se plasmó en dejar a los enfermos sin sábanas en los hospitales. Lo mismo haría Macri y lo mismo está haciendo Milei, quizás creyendo que el espíritu de la tierra puede morir. La obra de Rosas, de la Revolución del Parque, de Yrigoyen, FORJA, Perón, el alfonsinismo y el kirchnerismo, es difícil que desaparezcan. Rosas y Alberdi dejaron una huella, invisible en aquel tiempo, pero visible hoy.
- John William Cooke era un diputado peronista de férrea formación marxista. Fue uno de los primeros en ver que el germen de la revolución socialista estaba en el peronismo, no fuera de él. Derrocado Perón, lo acompañó en el exilio y, producida la Revolución Cubana, intentó en vano convencerlo de que pidiera asilo en la Cuba de Fidel y no en la derechosa España de Franco. Perón se negó. Mal. Pero Cooke sería, en 1961, el único argentino combatiente en Playa Girón, batalla en la que los patriotas cubanos rechazaron una invasión norteamericana en la que mandaron al frente a cubanos de derecha. Cooke escribió mucho sobre política y fue inspirador, como otros, de la gloriosa “Generación de 1973”, masacrada luego por la Triple A del secretario privado de Perón. A cincuenta años, hoy podemos decir que ni el mismo Perón pudo destruir su propia obra: esa era la “generación diezmada” a la que reivindicó Néstor Kirchner al asumir, al bajar los cuadros de los represores.
Aclaremos: cuando hablamos de movimientos históricos, estamos dando por sentado que sólo hubo historia en el siglo XX. Fueron más esos movimientos: el colectivo encarnado por Moreno, Castelli, Belgrano, San Martín y el Restaurador Juan Manuel de Rosas. Podríamos decir que éste último fue la síntesis de la primera mitad del siglo XIX. Luego, en la segunda mitad del mismo siglo, el pueblo fue el protagonista de la Revolución del Parque (1890), que podríamos definir como la segunda síntesis, con Leandro N. Alem (hijo de un mazorquero rosista) como fundador de la UCR, y su sobrino Hipólito Yrigoyen. Desde 1810 en adelante hay muchos eslabones de esa cadena de “populismos”. Volveremos sobre ésto.
Otra: cortémosla con eso de esperar a que mamá Cristina venga a insuflarnos ánimo. Ya estamos grandecitos, ¿no? El kirchnerismo ya hizo todo lo que pudo; no le exijamos más.
Columnista invitado
Carlos Benedetto
Museólogo, espeleólogo, profesor de Historia jubilado y presidente de la Federación Argentina de Espeleología (FAdE). Escritor y periodista. Miembro de la Comisión de Ambiente del Instituto Patria. Director del quincenario Sin Pelos en la Lengua. Fundador del Frente Opositor al Servicio Militar Obligatorio (FOSMO, 1982). Co-fundador de la Biblioteca de la Memoria Jaime De Nevares (2007) y de la Agrupación Luis Barahona (2018).
Notas
- https://marcelosapunar.com/2024/01/29/que-paso-el-25-de-enero-en-malargue-por-carlos-benedetto/
- https://mendozatoday.com.ar/2024/02/20/mendoza-una-provincia-sin-transparencia-ni-credibilidad-ni-periodismo-de-calidad/


