Inicié mis estudios superiores en 1973 y debí abandonarlos en 1979. Concretamente me puse a estudiar Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
Los primeros tres años fueron fundamentales para descubrir las ciencias sociales desde la perspectiva nacional y popular. Autores como Marcuse, Ribeiro, Fanon, Margulis, Galeano, Jauretche, Abelardo Ramos, Scalabrini Ortiz, Gramsci, Mao, etc. marcaron a fuego a muchos estudiantes argentinos, en el contexto de un proceso político que quiso ser revolucionario.
Era difícil entrar a la universidad, al edificio, porque la cartelería política ocupaba casi todo. Se discutía todo. En ese tiempo no se hablaba de la megaminería, pero sí del imperialismo, de La Patagonia Trágica y los negociados de La Forestal, o del bombardeo a Plaza de Mayo.
En eso llegó el golpe de marzo del ’76 y de un día para otro se modificó todo. Desaparecieron las pintadas en las paredes de “la facu” y también la cartelería. No se podía “hacer política” en la universidad. Sólo los profes podían.
Los que estudiábamos “humanidades” debimos elegir, desde 1976, 3 idiomas entre el inglés y el alemán, el italiano y el francés, el latín y el griego. Por practicidad (algunos conocimientos tenía), elegí inglés e italiano, y luego de pensarlo, también griego. Trabé una linda amistad con la ayudante de trabajos prácticos de griego, amistad que perdura a pesar de la distancia (vive en Alemania) y a pesar de haber mediado más de cuarenta años de silencio involuntario.
Mi profe era muy joven y muy discreta, pero no tonta: hacía comentarios políticos por lo bajo, aprovechando que yo era el único que asistía a sus clases prácticas. Con el tiempo hablábamos casi nada de griego. Ella se fue del país, nos escribíamos a menudo y luego de un tiempo hasta eso se terminó. Se interrumpió, más bien.
En 1977 nos habían agregado Economía, a cargo de Alberto Benegas Lynch (apellido materno inglés, ¿viste?), padre del actual “Bertie”, que sabe de política y Constitución Nacional tanto como su padre de Economía: un carajo. Interesante sería que algún especialista en Grafología hiciera un análisis de su firma en la libreta universitaria… yo me enorgullezco de haber aprobado con un miserable “4”.
Benegas Lynch padre en ese tiempo, creo, aún no era padre. La chochera de la vejez, hoy, lo lleva a pedir la ruptura de relaciones diplomáticas con el Vaticano, ¿se acuerdan en campaña?. Me pregunto qué saldrá a decir en caso de un desenlace fatal en la salud de Francisco.
En clase sólo hablaba generalidades de economía liberal, nada de Keyness, nada de Marx. Sólo Adam Smith y, encima, a medias. Ante las preguntas difíciles, fruncía el entrecejo (léase “ponía cara de orto”) y daba la palabra a sus ayudantes. El examen final no fue oral, sino escrito, y tampoco los corrigió él, sino uno de los asistentes. No se bancaba el debate de ideas. Lo recuerdo en su gesto amenazante cuando un estudiante cuestionó su apología de las inversiones extranjeras poniendo por caso la historia de La Forestal.
Aprobé con 4. Se nota que no me apetecía la materia, ¿no? Claro, uno había leído Las Venas Abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano, y escuchar pelotudeces no entusiasmaba mucho. Encima escuchar sin poder opinar, porque corrías riesgo… no era negocio. Exactamente 10 años antes, en 1967, había tenido a Horacio Sueldo como profesor de Economía Política en la secundaria, y mi vara había quedado muy alta como para fumarme a este impresentable. Para colmo en esa familia se llaman todos igual y resulta difícil saber quién dice cada cosa.
Falté a varias clases y en una de mis prácticas de Griego mi profe hizo un comentario: “este tipo Benegas Lynch está insistiendo en que debería derogarse la ley de impuesto a las Herencias”. Lo había dicho en una de las clases a las que falté. No podía entender por qué había que derogar…. una ley que los militares ya habían derogado (1).
O sea que ni los diarios leía.
Recientemente, en la campaña, reclamó la ruptura de relaciones diplomáticas con el Vaticano, lo que explicaría por qué aún Milei no se pronunció sobre la salud del Papa. La carta del Cura Olveira no tiene desperdicio sobre este “católico” (ver PD al final), y dice algo de esto de los impuestos de los ricos, entre otras cosas.
Pero tenía poder, y cuando hay poder no hacen falta los libros.
Bertie padre había pedido a sus jefes, los militares, que derogaran una ley que ya estaba derogada (y que luego la democracia argentina no supo restaurar, o no pudo, o no quiso).
A los dos años dejé la facu. Tenía ya dos hijos pequeños, varios trabajos y me quedaba dormido en clase. No me bancaba, tampoco, que un ignorante me estuviera dando cátedra.
Trabajaba desde 1970 en el Banco Central, y desde 1977, en la revista institucional del Banco de la Provincia de Buenos Aires, banco estatal como ya se sabe.
En 1984 ya era empleado del Museo Numísmático del BCRA, pero fue desde la revista “Bancarios del Provincia” que me mandaron a hacerle un reportaje al nuevo presidente, el conocido historiador Félix Luna.
Aquella vez, Félix Luna explicó por qué Alfonsin no podía hacer otra cosa que afianzar la democracia, pero también sabía que no podría nunca resolver la crisis económica. Fue honesto.
Al salir me crucé en un pasillo del Banco con mi ex profe de Economía, quien me dirigió una mirada de pocos amigos (la misma cara de orto que tenía 7 años antes). Como quien se está preguntando “¿y éste qué hace acá?”. ¿Se acordaba de mí?. No creo. Bertie padre se dirigía al despacho de Luna, al que entraba sin golpear, como dueño de casa. Se entiende, ¿no? El verdadero poder no estaba en los despachos oficiales sino en la economía. La economía liberal… esa misma que reniega del Estado, pero da cátedra en las universidades públicas, o hace lobby en un banco estatal como el Provincia.
Repasando la historia (2), nos encontramos con un texto clave:
“En la prosapia de los tres Albertos Benegas Lynch -padre, hijo y nieto- se encuentran Robustiano Patrón Costas, figura del conservadurismo durante la Década Infame, y Tiburcio Benegas Ortiz Posse, miembro del Partido Autonomista Nacional (PAN) y precursor de la vitivinicultura en la provincia de Mendoza. El PAN fue un partido político de corte liberal-conservador que estuvo en auge entre 1874 y 1916, período que se conoce como la “república oligárquica” y que suele ser reivindicado por Milei y su entorno de gobierno. Entre sus principales exponentes estuvo Julio Argentino Roca, presidente en dos oportunidades (1880-1886, 1898-1904) y recordado por el genocidio y desplazamiento de pueblos originarios -mapuches, ranqueles y tehuelches- que pasó a la historia con el aséptico nombre de “Conquista del Desierto”. Pese a ello, fue reconocido recientemente por el jefe de Estado en el acto por Malvinas como “el padre de la Argentina moderna”. Tras la sanción de la Ley Sáenz Peña (1912) -que estableció el sufragio universal, secreto y obligatorio para todos los varones mayores de 18 años, argentinos nativos y naturalizados- el PAN no volvió a ganar las elecciones y terminó por desintegrarse. Pero durante sus años de esplendor Tiburcio Benegas fue diputado provincial, senador nacional, gobernador de Mendoza, embajador argentino en Chile y fundador de la bodega El Trapiche en la localidad mendocina de Godoy Cruz, en 1883, cuando aún el departamento se llamaba San Vicente”.
Benegas Lynch, mi “profe”, tiene 83 años, es pariente lejano del Che Guevara y fue mentor de Milei, según explica en una nota en el diario La Nación (3).
Aquí tenemos a un antiestatista que da clases en una universidad estatal y que en democracia visitaba en su despacho al presidente de un banco estatal.
¿Se acuerdan de su socio Patrón Costas, el que se estaba probando la banda presidencial en 1943 y sus sueños se esfumaron con la venida del peronismo? El mismo que más tarde se quejaría de que sus peones ahora lo miraban a los ojos, de igual a igual. El mismo que quería meter a la Argentina en la II Guerra Mundial, donde iban a perderse 300.000 vidas argentinas (todos morochos, por supuesto), según los cálculos de FORJA – Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina.
¿Queda claro que la Ley Sáenz Peña fue un golpe duro para estos tipos, que no quieren democracia?.
Más aún: tenemos claro que Mendoza fue una pieza clave en la Organización Nacional de Julio Roca? Se entiende por qué los militares del ’76 llamaron a su aventura Proceso de “RE-Organización” Nacional… Estaban volviendo cien años atrás en la Historia… en 1979 celebraron el centenario de la Conquista del Desierto y hasta emitieron una moneda alusiva (el mismo año, pero un siglo antes Rufino Ortega emitía una moneda propia en Malargüe).
Así es como los dueños del poder alguna vez lo fueron abiertamente, otras sotto voce, y luego de nuevo abiertamente.
En esto Mendoza no quedó afuera de la mediocridad institucionalizada. Queda claro en el último entrecomillado (2) por qué entonces, ni los peronistas actuales saben, por ejemplo, quién fue Alberto Martínez Baca y hasta se ofenden cuando alguien critica a su vicegobernador Carlos Mendoza, sindicalista golpista si los hubo.
En esta tierra abonada de ignorancia, odio y “libertad” resulta casi inevitable pensar que es lógico que haya legisladores e intendentes que le hacen coro al creador del Mendoexit, en la minería por ejemplo, en el fracking, en la utilización del aparato estatal para el mero enriquecimiento personal.
PD.: Carta del Padre Paco Olveira:
Alberto “Bertie” Benegas Lynch:
Usted no tiene problemas con los curas, usted tiene problema con el Evangelio de Jesucristo.
Usted salió horrorizado de Misa no por lo que dijo el cura sino por lo que le respondió Jesús al joven rico:
«Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme.»
«Al oír estas palabras, el joven se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes.»
¿No lo escuchó cuando leían el Evangelio o solo escucha lo que usted quiere escuchar?:
Muchos bienes, podríamos añadirle sin faltar el respeto a Jesús: muchos “bienes personales” .
Como usted y a los que su gobierno defiende.
Y sigue el Evangelio:
Entonces Jesús dijo a sus discípulos:
“Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los Cielos.
Se los repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de Dios.”
Decir Reino de Dios es lo mismo que decir el proyecto de Dios Padre del cual ustedes voluntariamente se excluyen.
Los santos Padres explicaban ese proyecto con meridiana claridad:
“Mio y tuyo no son más que palabras. No ayudar al pobre es robar, porque cuánto poseemos no nos pertenece a nosotros, sino a todos”. San Jerónimo.
“Dice el rico: mientras no haga cosas malas, no será mala mi riqueza. Bien dicho y ¿no es cosa mala que uno solo tenga los bienes del Señor y disfrute solo de las cosas comunes?” San Juan Crisóstomo.
“Si uno desnuda al que está vestido se le llama ladrón. Y a quien no viste al desnudo ¿acaso ha de dársele otro nombre? Pues tomas como propias las cosas que recibiste para administrar”. San Basilio.
“Quien tiene demasiado, no es hermano, sino ladrón” . San Gregorio de Niza.
Claramente no se puede ser católico y mileista , pero no le eche la culpa a los curas, échesela a Jesús.
Y sobre la forma de financiación de la Iglesia mire usted que vamos a estar de acuerdo pero “no vea la paja en el ojo ajeno y vea la viga en su propio ojo” (cf. Mt 7,1-6) que en este país los que financian a los ricos son los pobres IVA por medio y ustedes tienen la cara dura de bajarse los impuestos a los bienes personales y no aumentarle a los jubilados y universidades.
“Padre Francisco, no les preguntes lo que piensan sobre Cristo. Tienen otra preocupación”
“Padre Francisco no le preocupe que lo llamen comunista, con estandartes y altavoz”.
“Padre Francisco salga por Cristo a predicar una justicia más audaz.”
Y el papa Francisco simplemente nos recuerda a los católicos:
“El destino universal de los bienes no es un adorno discursivo de la doctrina social de la Iglesia sino que es una realidad anterior a la propiedad privada que debe estar siempre en función de las necesidades de los pueblos”.
Ustedes están en la vereda de enfrente del Jesús de los Evangelios, de los Santos Padres, de la doctrina social de la Iglesia, del papa Francisco, todos ¡zurdos de mierda!, así que mejor que no vaya a Misa, usted es sapo de otro pozo, y tenga bien claro que nos nos hace falta su limosna, nosotros predicamos, o debemos predicar, Justicia.”
Columnista invitado
Carlos Benedetto
Museólogo, profesor de Historia jubilado y presidente de la Federación Argentina de Espeleología (FAdE). Escritor y periodista. Miembro de la Comisión de Ambiente del Instituto Patria. Co-fundador de la Biblioteca de la Memoria Jaime De Nevares (2007) y de la Agrupación Luis Barahona (2018), Malargüe. Colaborador de nuestro diario desde -casi- los orígenes, en temas históricos, políticos y ambientales. Para conocer toda su producción mirá aquí.
Notas
⦁ https://www.pagina12.com.ar/259482-y-el-impuesto-a-la-herencia
⦁ https://canalabierto.com.ar/2024/04/08/bertie-benegas-lynch-y-una-historia-familiar-de-explotacion-infantil/
⦁ https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/el-padre-de-la-criatura-quien-es-el-procer-de-los-liberales-que-milei-cita-de-memoria-en-sus-nid16082023/


